Europa no ha resuelto sus desafíos estructurales, pero "la alternativa, EEUU, está dañando su propia credibilidad", apunta el analista independiente Pablo Gil.
Los fondos de cobertura que operan en el mercado de deuda estadounidense lo hacen con niveles de apalancamiento tan altos que cualquier episodio de volatilidad los obliga a cerrar parte de sus posiciones desatando un efecto dominó.
Si los inversores internacionales empiezan a retirar masivamente su capital de EEUU, se desencadenaría un círculo vicioso: caída de los mercados, subida de los rendimientos del Tesoro y presión adicional sobre el dólar.
"Es la paradoja del nuevo orden mundial: ver a la dictadura de China abanderando el libre comercio mientras EEUU levanta barreras", subraya el analista Pablo Gil.
Pese a crecer mucho más que la media de la Unión Europea, "seguimos igual de lejos en renta per cápita que hace 25 años", critica el analista Pablo Gil.
La volatilidad, medida por el índice VIX, se ha disparado a 58,7, el nivel más alto desde marzo de 2020. El mercado estima una probabilidad del 50%, o más, de recesión en EEUU, con una reducción del 15% en los beneficios de sus empresas.
"La vieja Europa, tecnológicamente avanzada e interconectada como nunca, se muestra, sin embargo, frágil ante este tipo de ataques. No estamos preparados. Durante años se ha subestimado la necesidad de proteger aquello que sostiene el funcionamiento básico de nuestra sociedad", advierte el analista Pablo Gil.
Quien no conoce la historia, está condenado a repetirla. Trump ignora que el proteccionismo extremo del arancel Smoot-Hawley en 1930 llevó a la Gran Depresión, en vez de proteger al trabajador y a la industria de EEUU.
Los inversores globales vuelven a poner la atención en la deuda de mercados emergentes en divisa local, sobre todo de los que han conseguido controlar la inflación,
"En la mayoría de los países desarrollados, los gobiernos dedican mucho más tiempo, energía y creatividad a idear nuevas formas de recaudar impuestos que a reducir el gasto público", denuncia el analista Pablo Gil.
EEUU plantea imponer aranceles de hasta 3,5 millones$ por escala en puerto a los barcos construidos en China, lo que disparará los costes de transporte marítimo.