03Dec

La OCDE vaticina un crecimiento del PIB del 3,2% en 2025 y del 2,9% en 2026. DWS apuesta por EEUU debido a las inversiones en IA, y UBS destaca la creciente monetización de éstas.

Miguel Ángel Valero

El nuevo intento de la Administración Trump para lograr la paz entre Ucrania y Rusia vuelve a chocar con la resistencia de Putin. La reunión comenzó con un retraso de tres horas y concluyó sin avances significativos, más allá de declaraciones diplomáticas. El mandatario ruso se mantuvo firme en su postura y, como mensaje final, lanzó advertencias dirigidas a Europa.

Las aspiraciones territoriales de Moscú continúan siendo el principal obstáculo, ya que son extremadamente ambiciosas: incluyen el control total de la región de Donetsk y, en esta ocasión, también la exigencia de los territorios que dan acceso a Ucrania al Mar Negro, lo que implicaría la cesión del puerto de Odesa y supondría desmantelar por completo la defensa marítima ucraniana.

Mientras, la Unión Europea aprobó un plan para eliminar completamente las importaciones de gas licuado ruso a partir de 2026 –todavía es el proveedor de alrededor del 10% de lo que llega a Europa de esta manera–.

Con el regreso de Witkoff a EEUU se cierra otro intento fallido de la Administración norteamericana por acercar posiciones. Sin nuevas reuniones programadas ni hojas de ruta definidas, las perspectivas de paz vuelven a enfriarse en las vísperas del invierno.

OCDE: los aranceles desacelerarán la economía en 2026

Pese a este escenario, la OCDE mantiene su previsión de crecimiento para la economía mundial en un +3,2% este año, gracias a unas condiciones financieras más favorables y el aumento de la inversión en IA, factores que han compensado la elevada incertidumbre de las políticas comerciales. Pero se espera una desaceleración al +2,9% en 2026, cuando se materialicen los efectos completos de los aranceles más altos, para posteriormente repuntar en 2027 hasta el +3,1%.

El PIB de Estados Unidos se revisa ligeramente al alza para 2025 y 2026, aunque mantiene la tendencia de desaceleración: +2% en 2025 (vs. +1,8% en septiembre) y +1,7% en 2026 (vs. +1,5%). Este enfriamiento responde a la moderación del empleo, la ralentización de la inmigración neta y la transmisión de los aumentos arancelarios a los precios.

En la Eurozona, las previsiones también mejoran: +1,3% en 2025 (vs. +1,2%) y +1,2% en 2026 (vs. +1%). La recuperación de los próximos años respecto a 2024 (+0,8%) se apoya en mercados laborales sólidos, el fortalecimiento de la demanda interna, el incremento del gasto público en Alemania y la reactivación del comercio.

Por su parte, China mantendrá un crecimiento estable del +5% en 2025 (frente al +4,9% estimado en septiembre), antes de desacelerarse al +4,4% en 2026, conforme se reduzca el apoyo fiscal y los nuevos aranceles de EE. UU. sobre las importaciones comiencen a impactar.

En cuanto a la política monetaria, la OCDE prevé que la Reserva Federal recorte los tipos de interés dos veces para finales de 2026 (aunque los mercados apuestan por tres recortes). No espera más bajadas en la Eurozona ni en Canadá. En Reino Unido, anticipa el fin de los recortes en la primera mitad de 2026. 

DWS: optimismo cauteloso

"Tras un año dominado por titulares geopolíticos y la incertidumbre económica, marcado por los aranceles estadounidenses, miramos hacia el 2026 con un optimismo cauteloso", señalan en DWS. "La perspectiva para 2026 parece atractiva, aunque el margen de error sigue siendo estrecho. Los titulares políticos y los riesgos geopolíticos podrían desencadenar una mayor volatilidad en cualquier momento. Por ello, una estrategia de inversión ampliamente diversificada, tanto por regiones como por clases de activos, puede ayudar a los inversores a aprovechar oportunidades mientras se mantienen preparados para posibles contratiempos", añaden.

Sus previsiones sugieren un potencial de crecimiento acelerado en EE UU y una economía europea robusta, lo que podría proporcionar una base sólida para lo que anticipamos será un clima de inversión más favorable en 2026. La economía estadounidense puede volver a un crecimiento más fuerte el próximo año, respaldada por inversiones en inteligencia artificial (IA) y un entorno de tipos de interés potencialmente favorable. Se espera que la Reserva Federal realice tres recortes adicionales de tipos, mientras que la inflación probablemente aumente hasta el 2,4%. 

En Europa, la recuperación fiscal de Alemania parece estar brindando un apoyo notable a la economía, mientras que la inflación debería mantenerse cerca del objetivo del 2% del Banco Central Europeo. Esto permite que los bancos centrales mantengan un enfoque cauteloso. 

Japón sigue manteniéndose estable a pesar del impacto de los aranceles, mientras que China está priorizando la tecnología y el aumento de los ingresos para impulsar el crecimiento interno.

Los expertos de DWS siguen viendo oportunidades potenciales para la renta variable en 2026, especialmente en EE.UU, donde las inversiones en IA y el crecimiento sólido y continuo de los beneficios podrían llevar al S&P 500 a aproximadamente 7.500 puntos a finales de año. “No vemos una burbuja de IA, sino un auge continuo de la IA que podría generar importantes ganancias de productividad en los próximos años”, enfatiza Benjardin Gärtner, director Global de Renta Variable en DWS. Aunque pueden surgir contratiempos en el camino, como ocurre con cualquier revolución tecnológica, la historia de crecimiento parece mantenerse intacta. ç

Los mercados europeos se benefician del estímulo fiscal, aunque a un ritmo algo más lento. Las previsiones de fin de año son de 600 puntos para el Stoxx Europe 600 y 26.100 puntos para el Dax. En Japón, la combinación de un nuevo liderazgo político y medidas fiscales debería crear un entorno constructivo.

En el segmento de la renta fija, en DWS esperan rendimientos relativamente estables en los bonos gubernamentales, con el 4,15% para los bonos del Tesoro estadounidense a diez años, durante todo el año. Los cambios en los rendimientos en Europa también probablemente serán moderados, con el Bund a diez años alcanzando potencialmente el 2,70% a finales de diciembre. Los bonos corporativos parecen seguir siendo atractivos, aunque con una creciente diferenciación de spreads en los segmentos de alto rendimiento. Los diferenciales de los bonos de Investment Grade se encuentran cerca de mínimos de varios años, respaldados por lo que consideramos fundamentos sólidos y factores técnicos.

En las inversiones alternativas, la demanda de oro sigue siendo fuerte, tanto como herramienta de diversificación como posible cobertura frente a riesgos geopolíticos y fiscales. Las “cuatro D” – déficits, depreciación, desglobalización y desdolarización – respaldan la previsión de un precio del oro de 4.500$ por onza.

UBS: diversificación de inversiones a toda la cadena de valor de la IA

Las acciones tecnológicas han recuperado parte del terreno perdido tras la corrección de los últimos días, pero persisten las dudas de los inversores sobre la sostenibilidad del impulso de la IA. Sin embargo, aunque las oscilaciones del mercado y la inquietud sobre el futuro de la IA puedan generar episodios de volatilidad, los inversores deberían centrarse en los fundamentales para evaluar la solidez del rally de la IA.

En UBS destacan tres claves:

  • una demanda real de productos y servicios vinculados a la IA
  • los márgenes de las grandes tecnológicas siguen siendo sólidos pese al aumento del Capex.
  • la monetización continúa mejorando.

Mark Haefele, Chief Investment Officer en UBS Global Wealth Management, afirma: “Teniendo en cuenta el equilibrio entre los riesgos a medio plazo y los sólidos fundamentales a corto plazo, mantenemos nuestra recomendación de diversificar las inversiones a lo largo de toda la cadena de valor de la IA, incluidos los habilitadores tecnológicos, la capa de inteligencia y las aplicaciones. Nuestra estrategia tenderá a centrarse cada vez más en la capa de aplicaciones, ya que esperamos que las empresas de este segmento sean las principales beneficiarias de la inversión continua en IA”.

"A medida que miramos hacia 2026, la pregunta es si las poderosas fuerzas de la IA, el estímulo fiscal y la flexibilización de la política monetaria pueden impulsar los mercados globales más allá de la gravedad de la deuda, la demografía y la desglobalización, hacia una nueva era de crecimiento. Navegar por estos cambios estructurales exige que los inversores adapten sus estrategias centrándose en sectores y temas donde el capital está fluyendo y la transformación está teniendo lugar", argumenta.

"Mantenemos una visión constructiva sobre la renta variable global, con la IA y la innovación como grandes motores. Recomendamos aumentar la exposición a las tendencias transformadoras: IA, energía y recursos y longevidad”, añaden Belinda Peeters y Christopher Swann. “Vemos la IA como una fuerza transformadora, capaz de generar valor más allá de los chips y los modelos fundacionales, convirtiéndose en un factor clave para el rendimiento”, remarca Ulrike Hoffmann-Burchardi.

En EEUU, la National Retail Federation espera que las ventas navideñas superen por primera vez el billón de dólares. El crecimiento estimado del 3,7–4,2% para 2025 está en línea con la media de la última década y con el 4,3% registrado el año pasado. "Creemos que es un objetivo alcanzable, dado que el consumidor estadounidense se encuentra en buena posición y los comercios están aplicando subidas de precios que elevan el gasto nominal", remarcan en UBS.

01Dec

La clave a corto plazo estribará en si la tendencia hacia un mundo más fragmentado se acelerará o si, para compensar el aumento de las restricciones en el comercio con EEUU, se avanzará en la búsqueda de nuevos acuerdos entre aliados comerciales naturales (UE, ASEAN, Canadá, Australia, etc.).

Miguel Ángel Valero

La economía mundial se adentra en 2026 con notables muestras de resiliencia tras la incertidumbre de 2025, pero también con grandes tendencias de fondo que plantean nuevos retos, advierte el último informe de CaixaBank Research. Fenómenos como la geoeconomía de un mundo más fragmentado, el auge de la inteligencia artificial o la necesidad de acelerar la transición verde marcarán el paso del nuevo año. Al mismo tiempo, la deuda pública ha aumentado de forma generalizada en la última década y alcanza niveles históricos en muchas economías, lo que enciende alertas sobre la sostenibilidad fiscal y crea un dilema para Europa: retornar a la disciplina presupuestaria sin renunciar a inversiones estratégicas clave 

José Ramón Díez añade: "Aunque parezca mentira, ya han pasado 12 vertiginosos meses desde la victoria de Trump en las elecciones presidenciales americanas". Destaca que "tanto la actividad internacional como la española han vuelto a mostrar en este ejercicio una elevada resiliencia para superar el ruido y la incertidumbre causados por la utilización del comercio o las finanzas como instrumentos al servicio de la política. Y ello ha sucedido en un contexto en el que, como en 2023 y 2024, las previsiones han ido mejorando a lo largo del año gracias a la reducción de la incertidumbre comercial, a la existencia de unas favorables condiciones financieras y a la capacidad y flexibilidad de los agentes económicos para adaptar sus decisiones de consumo e inversión a un entorno complejo".

De cara a 2026, la geopolítica seguirá ejerciendo un papel fundamental, teniendo en cuenta el reordenamiento del proceso de globalización en el que está inmersa la economía internacional desde la pandemia. Además de la evolución de los conflictos bélicos activos, la clave a corto plazo estribará en si la tendencia hacia un mundo más fragmentado se acelerará o, para compensar el aumento de las restricciones en el comercio con EEUU, se avanzará en la búsqueda de nuevos acuerdos entre aliados comerciales naturales (UE, ASEAN, Canadá, Australia, etc.). 

"Es algo que no debería ser incompatible con la continuidad del proceso generalizado de búsqueda de autonomía estratégica. En este sentido, para Europa, la clave en 2026 será cómo conciliar el deseo de reducir la dependencia externa (industrial, defensa…) con la sostenibilidad de la deuda pública", apunta.

Un reto de gran complejidad, marcado por las tensiones entre disciplina fiscal, inversiones necesarias (el BCE ha elevado las estimaciones del informe Draghi a 1,2 billones€ entre inversión pública y privada) y exigencias geopolíticas. Este dilema fiscal europeo solo se podrá solventar con una combinación de un mayor crecimiento potencial, una mayor eficiencia del gasto público y mayor flexibilidad en reglas fiscales. Países como Bélgica o Francia ya están en el disparadero por unas inercias fiscales de difícil reversión que se están reflejando en el realineamiento de las primas de riesgo en Europa.

No obstante, la clave de la estabilidad del escenario económico y financiero estriba en cómo termine de perfilarse la relación comercial entre China y EEUU, que afectará a los dos sectores claves para el desarrollo de la IA (tierras raras y microchips) en los que existe dependencia mutua. 

La IA aportará crecimiento y productividad, "pero no sabemos cuánto"

Un equilibrio óptimo permitiría mantener las inercias positivas de la inversión en IA sobre el crecimiento a corto plazo (especialmente visibles en EEUU) y aumentar la probabilidad de que este proceso de innovación termine manifestándose en productividad y crecimiento potencial a medio plazo, compensando los efectos negativos de la demografía y la fragmentación económica. De hecho, la IA es un ejemplo de incertidumbre positiva, pues "anticipamos mayor crecimiento y productividad gracias a ella, pero no sabemos con certeza cuánto". 

La clave, por tanto, es si se terminará rentabilizando todo el esfuerzo inversor, fundamental para diluir el riesgo financiero provocado por la confluencia de tensiones fiscales, incertidumbre y tensiones geopolíticas. Esto, unido a exigentes valoraciones en Bolsa, conforma un entorno en el que la estabilidad financiera puede ponerse a prueba en 2026, con segmentos del crédito privado bajo el radar de los inversores. Los bancos centrales tienen las herramientas necesarias para sofocar los fuegos que vayan apareciendo por el camino, aunque los grados de libertad también son más reducidos tras los esfuerzos de la última década.

En este contexto complejo, la economía española ha seguido mostrando un sólido dinamismo que permitirá cerrar el año con ritmos de crecimiento medios muy próximos al 3%. Lo más destacable de la evolución durante el ejercicio ha sido el viraje hacia la demanda interna como motor del crecimiento, pese a que las exportaciones han mantenido un comportamiento vigoroso (gracias a los servicios). De cara a 2026, las tendencias continuarán siendo positivas, gracias al esperable tirón de los fondos europeos, al impulso demográfico, a la existencia de unas condiciones financieras acomodaticias, a los elevados niveles de la tasa de ahorro de las familias y a una inversión residencial que responde al aumento de la demanda. Todo ello nos lleva a anticipar un crecimiento del 2,1% en 2026.

En definitiva, el próximo año la economía seguirá expuesta a la combinación entre nuevas tendencias de fondo (restricciones a los movimientos comerciales y migratorios, auge de la IA, etc.) y los desafíos a corto plazo (escaso espacio fiscal, valoraciones elevadas en mercados financieros, etc.). Un año en el que otra vez será determinante la capacidad de cuestionar en cada momento los supuestos detrás de las proyecciones económicas, así como la flexibilidad a la hora de tomar decisiones.

Desde 2019, España ha crecido el 10%, frente al 6,4% de la Eurozona

Oriol Aspachs subraya que se ensancha aún más la brecha abierta entre la economía española y la europea en la recuperación pospandemia. Desde 2019, la economía española acumula un crecimiento del 10,0%, frente al 6,4% que registra la Eurozona. La solidez del crecimiento se constata al observar la transversalidad que presenta a nivel sectorial. Según el indicador sectorial de CaixaBank Research, el 73% de los sectores presentan un ritmo de avance superior a su promedio histórico, una cifra que contrasta con el 41% de 2023 o el 36% de 2024. Además, el dinamismo está siendo impulsado por dos motores que tienen recorrido a medio plazo. Por un lado, la inversión, la aceleración del crecimiento de la que se realiza en activos fijos inmateriales, y que ya se sitúa un 40% por encima de los registros de 2019. Bajo este epígrafe se encuentra la inversión del tejido productivo en nuevos equipos de software informático o en bases de datos, y el gasto en proyectos de innovación tecnológica que generan patentes, elementos clave para consolidar la incipiente mejora de la productividad. 

La rebaja de los tipos de interés que ha llevado a cabo el BCE y la sana situación financiera del sector corporativo español, junto con la ejecución de los fondos europeos, deberían ayudar a que la inversión siga creciendo de forma vigorosa los próximos años.

El segundo motor que impulsa el crecimiento es el consumo de los hogares, con un avance acumulado del 6,4% desde 2019. En este caso, gran parte del aumento está estrechamente relacionado con el crecimiento de la población. A más personas, más consumo. Sin embargo, al consumo por persona le costó arrancar tras la pandemia, en términos reales, y no recuperó los niveles de 2019 hasta el último trimestre de 2024. En el tercer trimestre de 2025 se situaba un 1,7% por encima. 

La renta bruta disponible por habitante se encuentra un 5,3% por encima de los niveles previos a la pandemia. Pero su crecimiento se apoya en el aumento de las prestaciones sociales, que se encuentran un 9,3% por encima de los niveles previos a la pandemia, y en el de las rentas netas de la propiedad, que han aumentado un 13,5%. En cambio, la evolución de los salarios ha sido más débil, y en términos reales todavía se encuentran alrededor de un 5% por debajo, y su recuperación está siendo tímida. 

"Las diferencias en la evolución de las distintas fuentes de ingresos explican la sensación de que la recuperación no está llegando a todos los bolsillos. A medida que los salarios vayan recuperando el poder adquisitivo, y que la tasa de ahorro se normalice, el recorrido que tiene el consumo para seguir creciendo es amplio", subraya este experto. 

Además, el crecimiento de la población también es de esperar que siga ayudando a que el consumo a nivel agregado siga aumentando. Finalmente, destaca la confianza que está recibiendo la economía española. En un contexto de elevada incertidumbre a nivel internacional, por las tensiones geopolíticas, la escalada de los aranceles por parte de EEUU, o las dudas sobre la capacidad de varias economías desarrolladas de ajustar sus cuentas públicas, el dinamismo del consumo de los hogares y de la inversión es aún más remarcable y refleja la confianza de hogares y empresas en que el impacto de todos estos factores será limitado para la economía española. 

La prima de riesgo de la deuda española, aupada por las recientes mejoras de su rating, no solo no ha aumentado, sino quese encuentra en 51 puntos básicos (pb), el nivel más bajo desde antes de la crisis financiera, en 2009, y ensancha la diferencia respecto a la prima de riesgo que presentan la deuda francesa o italiana.

Sesgo bajista de los tipos en 2026

La tregua comercial entre EE. UU. y China, el alto el fuego en Gaza y la reconducción de las negociaciones presupuestarias en Francia ofrecieron apoyo al sentimiento de los inversores. En el balance de octubre, los principales índices bursátiles alcanzaron máximos históricos, el dólar se apreció, las rentabilidades de la deuda soberana descendieron y los diferenciales periféricos de la Eurozona se estrecharon, mientras que las materias primas exhibieron disparidad entre el alza de los metales y el descenso en los precios del crudo. Pese a este tono positivo de conjunto, las cotizaciones no estuvieron exentas de volatilidad y sufrieron movimientos de ida y vuelta, especialmente en las Bolsas, los tipos de interés soberanos y algunas materias primas. En este contexto, los bancos centrales cumplieron con lo esperado: la Fed recortó tipos, el BCE los mantuvo y las expectativas de política monetaria de los inversores se mantuvieron relativamente estables.

Los inversores siguen apostando por un nuevo recorte de tipos de la Fed en diciembre (aunque moderaron su probabilidad hasta cerca del 70%) y mantienen la expectativa de dos bajadas más en 2026. En cuanto al BCE, los mercados mantuvieron sus expectativas sin grandes cambios, cotizando una probabilidad cercana al 95% de que el tipo depo siga en el 2,00% en diciembre, pero con cierto sesgo bajista para 2026 (probabilidad implícita de un 45% para que el BCE termine recortando el depo hasta el 1,75% en el primer semestre del año que viene).

26Nov

Solo el 12% de las empresas españolas inicia acciones de recobro al vencimiento de la factura, uno de los porcentajes más bajos de la serie histórica, según Crédito y Caución e Iberinform. El sector de bienes de consumo ralentiza su crecimiento por la guerra comercial de Trump.

Miguel Ángel Valero

Las empresas españolas están mostrando una combinación de resiliencia y prudencia ante la incertidumbre del comercio global, según el GlobalTrade Pulse de HSBC. Mientras las empresas globales continúan adaptándose a una nueva realidad comercial marcada por cambios en los aranceles, modificaciones políticas y aumento de costes, las españolas reportan una menor exposición a los costes crecientes y se están centrando en fortalecer los lazos comerciales dentro de Europa y Asia.

Las empresas internacionales están implementando diversas estrategias para afrontar los cambios en el comercio y los retos derivados de los aranceles. En España, el 52% de las empresas afirma sentirse seguro sobre el impacto de la política comercial en sus operaciones, frente a la media global del 67%. A pesar de esta prudencia, el 84% sigue confiando en su capacidad para aumentar el comercio internacional en los próximos dos años, acercándose a la media global del 88%, una cifra que pone de relieve la fortaleza y adaptabilidad de la economía española orientada a la exportación. Además, el 60% de las empresas españolas, frente al 75% a nivel global, afirma que la incertidumbre comercial las ha llevado a adaptar sus estrategias y a buscar nuevas oportunidades.

A nivel mundial, el 66% de las empresas esperan que los costes aumenten en los próximos seis meses, impulsados por aranceles, derechos de aduana y gastos de transporte. Sin embargo, las empresas españolas señalan expectativas de costes más bajas (53%) y menos incrementos reales hasta ahora (48% frente al 62% a nivel global), lo que indica que están gestionando de manera más eficaz las presiones inflacionarias y operativas.

A pesar de las continuas presiones derivadas de la volatilidad de los aranceles, solo la mitad de las empresas españolas informa de un aumento en los requisitos de capital circulante desde 2024, frente al 63% a nivel global.

El Trade Pulse destaca que la diversificación sigue siendo la principal estrategia global para gestionar las interrupciones. El 84% de las empresas en todo el mundo están diversificando sus cadenas de suministro y el 76% está adoptando múltiples medidas para mitigar los riesgos comerciales y de costes, como repercutir costes, renegociar contratos o invertir en automatización e inteligencia artificial.

Las empresas españolas también están reorientando sus relaciones comerciales, fortaleciendo los vínculos con Europa y Asia mientras reducen su dependencia de Norteamérica (32% frente al 22% a nivel global). Los principales países en los que las empresas españolas están incrementando sus ventas incluyen EEUU, Alemania, Francia, India e Italia, lo que refleja una estrategia basada en la proximidad, la previsibilidad y las alianzas a largo plazo. 

El 16% de las empresas españolas con una facturación de 500 millones a 2.000 millones$ ha aumentado sus ventas en India, mientras que el 19% de las compañías del sector TMT (Tecnología, Medios, Telecomunicaciones) ha incrementado sus ventas en Alemania, por encima de la media española (15%).

A medida que se profundiza la comprensión del nuevo panorama comercial, las preocupaciones por los ingresos están disminuyendo, con solo el 22% de las empresas globales temiendo pérdidas de éstos severas superiores al 25% en los próximos dos años (frente al 37% de hace seis meses). Solo el 16% de las empresas españolas espera pérdidas severas. La mayoría espera que los ingresos aumenten en los próximos seis meses (42% en España frente al 54% a nivel global) y en los próximos dos años (48% en España frente al 59% a nivel global).

“El historial de España en el comercio internacional y su capacidad para adaptarse a las nuevas dinámicas del mercado continúa siendo un ejemplo positivo en toda Europa. Las empresas locales están comprometidas no solo con superar los desafíos a corto plazo, sino también con aprovechar nuevas oportunidades de crecimiento. Contar con un socio con experiencia internacional es clave para apoyar esta ambición. Esto se refleja en que HSBC España haya sido recientemente clasificado como el primero en la Encuesta Anual de Comercio de Euromoney y en el reconocimiento de HSBC como Mejor Banco Global de Comercio a nivel mundial durante ocho años consecutivos”, afirma Emilio Sanchis Giménez, Head of Global Trade Solutions(GTS) Sales para Europa Continental.

Crédito y Caución: las empresas retrasan las acciones de recobro

Pero no todo es tan optimista. Según el Estudio de la Gestión del Riesgo de Crédito en España que impulsan Crédito y Caución e Iberinform, solo el 12% de las empresas españolas inicia acciones de recobro al vencimiento de la factura. Se trata de uno de los porcentajes más bajos de la serie histórica, un indicativo de que las empresas están reaccionando a las tensiones de liquidez de sus clientes retrasando el inicio de las acciones de recobro para no deteriorar la relación comercial.

El retraso en las acciones de recobro implica un deterioro en la efectividad de la recuperación. A pesar de ello, el estudio refleja una gran flexibilidad de los plazos de recobro, como medida para salvaguardar las relaciones comerciales. El 37% de las empresas permite a sus clientes retrasos en pagos de más de 90 días antes de considerar un crédito moroso.

Cuando se inician las acciones de recobro, la inmensa mayoría de las empresas renuncia al cobro de intereses de demora. El 63% de las empresas no los aplica nunca y solo el 4% es sistemático a la hora de ejercer su derecho. Son niveles peores a los registrados hace un año, lo que indica el esfuerzo que están realizando las compañías por mantener la relación con sus clientes, a pesar del retraso en el pago. 

Hasta 2022, los tipos de interés de demora para operaciones comerciales estuvieron fijados en el 8%. El endurecimiento de la política monetaria por parte del Banco Central Europeo provocó que se incrementasen hasta el máximo del 12,5% en 2024. En la actualidad, este tipo está fijado en el 10,15%. La variación de este indicador oficial no tiene, sin embargo, traslación a la economía real: según el Estudio elaborado por Crédito y Caución e Iberinform, el 98% de las empresas que aplican intereses de demora reclaman por debajo de los que le corresponden legalmente.

Bienes de consumo ralentiza su crecimiento

El sector de bienes de consumo duraderos cuenta con una alta exposición a los riesgos geopolíticos y económicos, como la caída de los mercados bursátiles y la volatilidad de los precios de las materias primas. Estos factores están ralentizando su crecimiento. Un informe de Crédito y Caución espera que el crecimiento de las ventas mundiales sea de apenas el 1,8 % en 2025 y del 1,3 % en 2026. Hay que recordar que el sector experimentó un repunte del 5,8% en 2024, por lo que la desaceleración estimada para este año es significativa.

En el caso de Europa, la estimación de crecimiento se sitúa en el 3,8% en 2025 y en apenas el 0,1% en 2026. Los mercados que presentan mayores niveles de riesgo de crédito son Austria, Suecia y Francia. En el último caso, el aumento del desempleo que se está registrando en el país francés está incrementando la reticencia de los hogares a un consumo elevado debido a la falta de confianza en el futuro. Las existencias son bastante altas debido a los bajos niveles de demanda.

Los aranceles comerciales y el proteccionismo son las principales amenazas para este sector. Las posibles interrupciones de la cadena de suministro y la mayor volatilidad de los precios de las materias primas, la energía y el transporte podrían incrementar los precios minoristas de los equipos domésticos y, en general, afectar a la decisión de comprar de los consumidores.

Si los costes operativos aumentan sustancialmente, algunos minoristas podrían verse obligados a modificar sus políticas de abastecimiento y buscar nuevos socios para eludir las subidas arancelarias. Muchos tratarán de repercutir los costes a los clientes aumentando los precios para proteger unos márgenes ya de por sí reducidos.

Los operadores más pequeños de los mercados avanzados se enfrentan a mayores riesgos de insolvencia.  Al mismo tiempo, los minoristas online están aumentando su cuota de mercado, lo que ejerce presión sobre los operadores tradicionales.

En este contexto, si quieren ser competitivos, deberán ofrecer servicios adicionales, ampliar su negocio online y mejorar sus capacidades digitales. Sin embargo, esto requiere una elevada inversión en un escenario de márgenes de beneficio ajustados, especialmente para los minoristas más pequeños.

19Nov

Las caídas en Bolsa de las tecnológicas pueden ser una oportunidad de comprar con visión de largo plazo. Mientras, el dólar se deprecia un 7% pero acapara el 90% de las transacciones. Y sigue el temor al impacto de una pérdida de independencia de la Fed.

Miguel Ángel Valero

La volatilidad en los mercados bursátiles globales continúa en aumento, impulsada por las dudas en torno a la intensa inversión en centros de datos por parte de las principales compañías tecnológicas, así como sobre el potencial alto en el camino de bajada de tipos de la Reserva Federal. En cuanto a las fuertes inversiones, el incremento en los diferenciales de crédito en la emisión de bonos corporativos de las grandes tecnológicas ofrece un punto de preocupación, pues hasta ahora las inversiones se habían financiado sin necesidad de grandes emisiones. 

Amazon colocó una emisión de 15.000 millones$, con primas de crédito superiores a las que cotizan otros bonos de la compañía, lo que —al igual que en la emisión de Meta del 31 de octubre— sugiere un aumento en la percepción de riesgo crediticio. No obstante, podría repetirse el comportamiento observado en los bonos del gigante de las redes sociales, que salieron con una prima sobre los bonos soberanos de 100 puntos básicos (pb), pero que en las dos semanas siguientes se redujo hasta los 70 pb, convergiendo con la curva cotizada. 

Este movimiento indica que los bancos de inversión que participan en la colocación fijan precios de salida atractivos, permitiendo que los inversores que compran en el mercado primario obtengan una rentabilidad adicional y no reflejan un deterioro en el riesgo de crédito. Las preocupaciones sobre el apalancamiento derivado de las inversiones de los cuatro principales “hyperscalers” —Alphabet, Meta, Amazon y Microsoft— siguen teniendo un tono alarmista y poco fundamento. Las previsiones indican que no se espera que el elevado nivel de inversión consuma la totalidad de la caja operativa, por lo que no se anticipan aumentos desproporcionados en los niveles de endeudamiento. Por ejemplo, Amazon ha generado en promedio unos 37.500 millones$ trimestrales en caja operativa en los últimos cuatro periodos, más del doble del importe de su reciente emisión.

Nvidia gana el 94% más en el tercer trimestre

En este contexto, los resultados de la compañía más valiosa del mundo, Nvidia, toman un cariz macroeconómico en el actual contexto de despliegue de la inteligencia artificial. Sus cuatro principales clientes –Microsoft, Meta, Alphabet y Amazon– representan alrededor de un 40% de las ventas de la compañía, alentadas por las fuertes inversiones en centros de datos. 

El dato clave es que por cada euro que vende Nvidia se queda con más de la mitad –3,5 veces más que el agregado del S&P500–. Nvidia genera más ventas que Ford este trimestre –multiplicando por 10 veces sus ingresos trimestrales en tres años– y se espera que sus beneficios anuales este año superen la barrera de los 100.000 millones$, dejándolos por encima de todos los beneficios agregados del sector energético americano, por ejemplo. 

Sus cuatro principales clientes planean invertir 450.000 millones$ el próximo año, principalmente en nueva capacidad computacional, lo que continuará impulsando las ventas. La ratio precio sobre beneficios es de 29 veces, por debajo del promedio de los últimos 5 años (38 veces). Estos resultados llegan, además, tras la salida del capital de inversores de gran relevancia como Peter Thiel o SoftBank, quienes anunciaron recientemente la liquidación de sus posiciones en la compañía. A esto se suma la revelación de una posición corta por parte del legendario inversor Michael Burry.

Nvidia reportó ingresos de 57.0006millones$ en el tercer trimestre fiscal de 2025 (entre agosto y octubre), lo que representa un aumento interanual del 62,5%. El beneficio es de 31.910 millones, el 65,2% más. En los nueve primeros meses son 147.811 millones$ en ingresos (+62%) y 77.107 millones en beneficios (+51,8%).

Para el cuarto trimestre fiscal de 2026, se proyectan ingresos cercanos a 61.980 millones con un margen bruto ajustado del 74.6%. Además, se espera que el beneficio por acción ajustado sea de aproximadamente 1,26$, con gastos operativos ajustados alrededor de 4.220 millones de dólares y una inversión en I+D de 4.660 millones.

El segmento de centros de datos sigue siendo el núcleo del negocio de Nvidia, generando casi el 90% de los ingresos y impulsando un fuerte crecimiento, especialmente con la nueva arquitectura Blackwell, que mejora significativamente el rendimiento y eficiencia energética. Los resultados reflejan una sólida demanda en IA y tecnología de semiconductores, con expectativas de continuar un fuerte crecimiento en ingresos y beneficios operativos.

“La demanda de computación sigue acelerándose y multiplicándose tanto en entrenamiento como en inferencia, creciendo exponencialmente en ambos casos. Hemos entrado en el círculo virtuoso de la IA. El ecosistema de IA está escalando rápidamente, con más creadores de modelos básicos, más startups de IA, en más sectores y en más países. La IA está presente en todas partes, haciendo de todo, simultáneamente”, señala el consejero delegado, Jensen Huang

"Aunque las valoraciones agregadas son exigentes —con un PER medio de 22 veces—, van acompañadas de unos fundamentales excepcionalmente sólidos. Se espera que el S&P 500 alcance el próximo año los márgenes más elevados de su historia. Asimismo, a pesar del buen desempeño del índice este año (+16%), los múltiplos apenas han variado respecto al año anterior, y no se observan excesos en la mayoría de los indicadores financieros", señalan los analistas de Banca March.

Mientras tanto, Alphabet se aleja de la corrección y bate su máximo histórico en Bolsa por el respaldo de Warren Buffett y su nueva IA. La matriz de Google se beneficia de la entrada de Berkshire Hathaway y del estreno de la nueva versión de Gemini, con la que responde a Meta, Anthropic y OpenAI.

El debate sobre la bajada de tipos sigue en la Fed

Por otro lado, el debate dentro de la Reserva Federal continúa. Las actas de la última reunión de la Fed muestran una profunda división interna y anticipan una tregua en la bajadas de tipos, porque persisten los riesgos de inflación por los aranceles.

Tras varios comentarios prudentes sobre la posible bajada de tipos en diciembre, ha surgido una voz disidente con peso dentro del organismo: el gobernador Waller. Según su criterio, respaldado por la debilidad observada en los datos privados de empleo, en diciembre debería continuar la senda de reducción de tipos oficiales. La primera oleada de datos oficiales no será suficiente para obtener una visión clara del mercado laboral, y no será hasta las primeras semanas de diciembre cuando se disponga de cifras más actualizadas, aunque éstas seguirán afectadas por la falta de recolección derivada del cierre del Gobierno. Por tanto, el debate continuará, ya que es posible que estos datos no estén disponibles para la reunión del 10 de diciembre. 

"A pesar de ello, mantenemos nuestra previsión de tres bajadas de tipos hasta 2026, lo que situaría los tipos oficiales en torno a la neutralidad el próximo año. Ante las actuales incertidumbres del mercado, mantenemos una postura cautelosamente optimista, como hemos señalado en los últimos días. Consideramos que los temores actuales son transitorios y no creemos que vayan a interrumpir el ciclo económico. Desde esta perspectiva, vemos las caídas bursátiles como una oportunidad de compra con una visión a medio plazo", insisten en Banca March.

Mejoran los datos económicos en EEUU

Además, mejoran las cifras económicas en EEUU: repunta la construcción y aumenta la confianza en las manufacturas. Los datos fueron alentadores con un crecimiento mensual del +0,2% de la actividad en el sector de la construcción en agosto, donde además se revisaron al alza los meses previos. Éste es uno de los primeros indicadores macroeconómicos aplazados que se han publicado y mirando el desglose esta mejora de la actividad de la construcción se explicó por la actividad de mejoras de las viviendas que avanzó un 2,3% mensual, mientras que la construcción de viviendas unifamiliares cayó un 0,4% y las viviendas multifamiliares apenas creció un 0,2%. 

Por otro lado, dentro de la construcción no-residencial los centros de datos han frenado su incremento al avanzar un +0,1% mensual lo que no ensombrece el notable avance del +25,7% frente al mismo mes del año pasado. 

También superó las expectativas fue el Empire de confianza de las manufacturas en Nueva York, que escaló en noviembre hasta 18,7 desde el 10,7 anterior, situándose ampliamente por encima de lo previsto (5,8). Esta mejora de la confianza elevó este indicador a su nivel más alto en el último año y apuntaría a una reactivación de la actividad de cara a los próximos meses. 

Los pedidos a fábrica crecieron en agosto el 1,4%. Y los de bienes duraderos, el 2,9%. El índice de confianza de los constructores superó expectativas en noviembre al repuntar un punto hasta 38, su mayor nivel desde abril. 

Y las cifras semanales de la consultora ADP apuntan a la cautela y muestran que en promedio la economía perdió 2.500 empleos en las últimas cuatro semanas a cierre del 1 de noviembre, un indicador que mostraría una pérdida de dinamismo del empleo en las últimas semanas. Las cifras oficiales muestran que los despidos siguen contenidos y con ello las peticiones de subsidios de desempleo relativos a la semana del 18 de octubre totalizaron 232.000, un dato que sigue siendo bajo en términos históricos. Pero el dato de solicitudes continuas, un indicador del número de personas que reciben beneficios, se situaron en 1,96 millones, ligeramente por encima de los 1,95 de la semana previa

DWS: el dólar ha perdido el 7% de su valor en 2025

Desde principios de año, el dólar ha perdido alrededor del 7% de su valor, lo que ha suscitado especulaciones sobre una posible “desdolarización” de la economía global. Sin embargo, estas preocupaciones parecen exageradas. A pesar de su reciente debilidad, el dólar sigue siendo la columna vertebral del sistema financiero mundial. Según la Fed, interviene en casi el 90% de todas las transacciones de divisas, y el Fondo Monetario Internacional confirma que la cuota del dólar en las reservas internacionales se mantiene estable en torno al 57%. No obstante, los recientes movimientos del mercado parecen reflejar un ajuste a un entorno cambiante para el dólar.

La marcada debilidad del dólar en la primavera del 2025 fue, más que el reflejo de una fuga estructural de capitales, una consecuencia de factores técnicos. Según el Banco de Pagos Internacionales (BPI), el elemento determinante fue la cobertura de divisas por parte de inversores no estadounidenses. Éstos redujeron sus riesgos cambiarios mediante swaps y contratos a plazo sin vender activos estadounidenses a gran escala. En ocasiones, el dólar, los bonos del Tesoro estadounidense y las acciones norteamericanas cayeron al mismo tiempo. Este comportamiento pone de relieve el carácter cíclico de la debilidad observada, que no se basaba en una pérdida fundamental de confianza ni en una salida estructural del dólar.

Al mismo tiempo, parece que los players del mercado no están cuestionando al dólar de forma generalizada, sino que están reaccionando de manera diferenciada. Las expectativas de recortes en los tipos de interés en EEUU han provocado ajustes tácticos, incluyendo una mayor preferencia por activos percibidos como más independientes de la política monetaria, como el oro y los criptoactivos. Esta dinámica podría reflejar más de una fase de incertidumbre a corto plazo que un cambio de paradigma estructural. "La credibilidad de la Fed se mantiene intacta y continúa siendo un factor clave en las perspectivas del dólar", subraya un análisis de DWS.

A largo plazo, la liquidez que ofrece el dólar y la estabilidad institucional de EEUU podrían seguir respaldando su papel como moneda de reserva internacional. Mientras no existía una alternativa que ofrezca al mismo grado de funcionalidad, liquidez y seguridad jurídica, es probable quela primacía del dólar se mantenga intacta. El debate sobre las stablecoins apenas modifica este escenario; más bien refleja la creciente demanda de liquidez digital, antes que un sustituto estructural del dólar.

El denominado “comercio de devaluación”, la búsqueda de activos escasos y políticamente independientes para cubrirse frente a los riesgos de inflación, credibilidad política económica y riesgos fiscales y de deuda en EEUU, se ha convertido en una estrategia habitual. El oro parece cumplir eficazmente esta función, mientras que los criptoactivos continúan siendo una incorporación de elevada volatilidad al conjunto de las carteras.

“No estamos asistiendo a un colapso del sistema del dólar, sino más bien a una prima de valoración dentro del sistema fiduciario existente. El dólar muestra una vulnerabilidad cíclica, pero consideramos que permanece anclado estructuralmente”, señala Xueming Song, estratega de divisas de DWS. En la actualidad, factores de corto y medio plazo, como los costes de cobertura y los riesgos políticos, parecen estar influyendo en la dirección de la divisa sin llegar a erosionar sus fundamentos estructurales.

La apuesta por el deterioro del dólar parece una reacción a los riesgos asociados a los tipos de interés, al déficit fiscal y a la credibilidad de EEUU. Sin embargo, el réquiem por el dólar resulta prematuro. Mientras las instituciones estadounidenses se mantengan sólidas, es probable que el dólar continúe siendo la unidad de liquidación más líquida y el principal activo de referencia para los flujos financieros globales.

Ofi Invest: cuánto costaría la pérdida de independencia de la Fed

Ombretta Signori, Head of Macro Research, y Yannick López, jefe de Renta Fija y Soluciones de Tesorería en Ofi Invest Asset Management, han elaborado un informe sobre el impacto que tendría en la economía de EEUU la pérdida de independencia de la Fed.

El control de la Fed por Trump impulsaría la inflación hasta el 4% (el doble del objetivo), y generaría un crecimiento más débil: apenas +1,2% en 2028. Además, la prima de riesgo se elevaría, provocando subidas de los rendimientos de los bonos a largo plazo, y un repunte brusco de la curva de tipos en los tramos más largos. Un anticipo de ello ya ha sucedido entre abril y mayo y en verano, tras las amenazas de Trump de despedir a Jerome Powell, y el despido (luego anulado por un juez federal) de la gobernadora Lisa Cook.

La economía de EEUU se mantuvo sólida en el tercer trimestre, y probablemente rendirá por debajo de su potencial en los próximos meses, porque el consumo de los hogares se ha visto afectado por los aranceles,  Es probable un aterrizaje suave de la economía, ya que la demanda interna debería recibir un impulso en 2026 por la reforma fiscal firmada por Trump en julio (que incluye recortes de impuestos, gastos en defensa, y reducción de gasto social), el relajamiento de la política monetaria, la próxima desregulación, y una mayor claridad sobre los aranceles. 

El impacto de los aranceles en la inflación es probable que continúe en los próximos meses, porque las tarifas efectivas seguirán aumentando, y se acercarán al nivel teórico del 18%, aunque dicho impacto parece que será temporal. En este contexto, la Fed está más preocupada por los riesgos de un mayor desempleo que por los riesgos de inflación. Dado que la política monetaria sigue siendo moderadamente restrictiva, es probable que la Fed continúe bajando sus tipos, dos veces más este año, y hasta el 3,25% a finales de 2026, según Ofi Invest AM.

Los bonos del Tesoro se habían visto afectados tanto por los temores sobre el crecimiento a corto plazo, como por el posible impacto inflacionario del proteccionismo y los riesgos para la credibilidad de la Fed.  En cualquier caso, desde Ofi Invest AM mantienen una visión táctica, para aprovechar repuntes coyunturales en la curva de tipos, ya que cualquier subida puede ser una oportunidad para ampliar la duración en la cartera.

Controlar la Fed para Trump es vital para actuar sobre los tipos clave, porque tendría la opción de bajarlos para estimular la economía, reduciendo el coste del servicio de la deuda, algo prioritario. Además, Trump tiene otras motivaciones: sobre todo, tener un mayor control sobre el balance, cuyo volumen es de 6,6 billones$, el 22% del PIB, y un tercio se compone de MBS (Mortgage-Backed Securities), titulos respaldados por hipotecas. 

Una menor independencia de la Fed también permitiría a Trump influir indirectamente en su análisis, e intentar suavizar la regulación financiera de la Ley Dodd-Frank que está en vigor desde la crisis financiera. La Ley Dodd-Frank otorgó a la Fed mayores poderes de supervision sobre los bancos. Trump tendría mayor control sobre esta regulación; de hecho, su reforma ya está en el Congreso. 

Controlar la Fed puede suponer llevar a la práctica las ideas del acuerdo de Mar-a-Lago, que fueron recogidas en un artículo de Stephen Miran publicado en 2024. El actual presidente del Consejo de Asesores Económicos, nombrado por Trump, sugirió que la sobrevaloración del dólar podría mitigarse mediante una política monetaria más acomodaticia, la necesidad de una mayor coordinación entre la Fed y el Tesoro en materia de políticas cambiarias.

Si hubiera un episodio de volatilidad provocada por las políticas arancelarias o de tipos de cambio, la Fed podría aportar la liquidez necesaria a través de swaps, y/o utilizar sus orientaciones que siempre son seguidas para la gestión de las expectativas por parte de los mercados.

La independencia de la Fed es una estrategia eficaz para garantizar la estabilidad de precios sin perjudicar el crecimiento, dada la clara y negativa correlación entre su independencia y la inflación. Esta ventaja inspiró la definición del estatus del BCE y la reforma del Banco de Inglaterra en 1997. Mario Draghi afirmó que la credibilidad de un banco central proviene de su independencia, y el FMI reiteró que la independencia del banco central es fundamental. 

Un índice que mide el grado de independencia de los 192 bancos centrales en el mundo muestra que Japón, India y Australia no tienen instituciones legalmente “independientes”, la Fed tiene un grado de independencia medio, y el BCE es uno de los bancos centrales más independientes. 

En el caso de la Fed, su independencia procede de no depender de las tres agencias del gobierno ni del presupuesto del Congreso. Sus líderes tienen mandatos de 14 años renovables, por lo que están al margen de los ciclos electorales.

El principal riesgo es que una pérdida de independencia de la Fed socave su credibilidad en la lucha contra la inflación, lo que ha sido uno de sus principales logros desde los 1990. El Peterson Institute for International Economics muestra que, aunque el crecimiento de EEUU podría superar temporalmente las previsiones a corto plazo, en un escenario extremo de pérdida de independencia para 2028, el PIB estadounidense se ralentizaría hasta un 1,2%, por debajo del escenario de referencia y se mantendría también lejos de su potencial a largo plazo. La inflación, se estabilizaría en torno al 4 %, el doble del objetivo actual de la Fed. T. Drechsel, en su informe “Presiones políticas sobre la Fed”, muestra que un aumento de la presión política equivalente a la mitad de la ejercida por Nixon durante seis meses, provocaría una subida de precios superior al 8%.

Según Ombretta Signori y Yannicl López la pérdida de independencia de la Fed generaría presión política para mantener los tipos de interés oficiales demasiado bajos. Ello aumentaría las expectativas de inflación, y socavaría la credibilidad de la política monetaria, Y además, alimentaría la demanda y provocaría tensiones inflacionistas, con subidas de salarios y precios.  Otra consecuencia sería la mayor incertidumbre sobre la trayectoria futura de los tipos y la inflación, y el aumento de las primas de riesgo que exigen los inversores. Todo esto ralentizaría la inversión privada y el crédito y, a la  postre, reduciría el crecimiento potencial. En consecuencia, se produciría una combinación de mayor inflación y menor crecimiento a largo plazo. Más allá de ello, la credibilidad de las instituciones estadounidenses quedaría en entredicho, lo que tendría repercusiones en los mercados mundiales y el sistema financiero internacional

En 2025 ya se ha vivido un anticipo de lo que supondría esta situación. Entre abril y mayo, y en verano, los mercados percibieron el peligro de la pérdida de independencia de la Fed tras los ataques de Trump a Jerome Powell, al que acusaba de no tener capacidad de respuesta por no cambiar los tipos, mientras el BCE continuaba relajando su política monetaria.

Sin un gran impacto inicial en el mercado, el escenario ganó tracción cuando Trump declaró públicamente que podría despedir al presidente de la Fed, al principio del verano. Con una economía fuerte, y una política monetaria expansiva “proactiva” que incrementaría la inflación. La prima del riesgo que corre un inversor al tener un título a largo plazo subió, así como los rendimientos de los bonos a largo plazo. El bono referencia a 30 años volvió a superar el 5% y la pendiente entre 5 y 30 años alcanzó un nuevo máximo anual de 100 pb.

El anuncio a finales de agosto del despido de Lisa Cook, anulado por un juez federal, volvió a impulsar la subida del bono a a 30 años hasta el 5 % y provocó un abrupto aumento de la pendiente de la curva hasta 125 puntos básicos.

El aumento de las presiones para recortar los tipos provocó una amplia desconfianza hacia los activos estadounidenses, con caídas en los precios de las acciones, mayores rendimientos de los bonos del Estado, un aumento de la pendiente de la curva estadounidense, y un debilitamiento del dólar.

El escenario de pérdida de independencia de la Fed sigue siendo un "riesgo extremo” para los mercados, y su reacción ha sido coherente con los datos macroeconómicos. La fuerte caída de los rendimientos de los bonos USA en septiembre, y el aplanamiento de la curva, se produjeron como reacción al  debilitamiento del mercado laboral.

Las expectativas de los mercados sobre el tipo terminal en este ciclo (es decir, alrededor del 3 %) son agresivas en comparación con las proyecciones medias del FOMC, pero no incompatibles con un empeoramiento del mercado laboral y la tendencia de la inflación a medio plazo. El debilitamiento del dólar es coherente con la reducción del diferencial entre los tipos reales estadounidenses y europeos observado este año.

Mientras tanto, las expectativas a largo plazo de la volatilidad de la inflación siguen siendo bajas, y se encuentran ancladas a nivel global en un rango del 2,3%-2,4% desde el Día de la Liberación a principios de abril. Los acontecimientos empujaron brevemente estas expectativas hasta el 2,45 %. En caso de que el escenario de pérdida de independencia de la Fed se consolidase, estas expectativas pueden subir más.

El presidente de EEUU nombra a los gobernadores de la Fed por un período de 14 años, sujeto a la confirmación del Senado, y también nombra al presidente de la Fed por un período de cuatro años (renovable), elegido entre los gobernadores. La Junta está compuesta por siete gobernadores, y es donde Trump tiene mayor influencia. Sólo puede destituir a un miembro de la Junta, y "por una razón válida", Por tanto, sólo puede nombrar gobernador cuando expira el mandato de otro. En 2026, sólo expira el mandato de Stephan Miran, a finales de enero. El mandato de Powell como presidente termina en mayo de 2026, pero como gobernador no lo hace hasta enero de 2028. Puede no renunciar a su cargo de gobernador y permanecer en la Junta, en cuyo caso Trump sólo podría nombrar un gobernador de su cuerda cuando termine el mandato de Miran. De los gobernadores actuales, Christopher Waller parece tener más posibilidades que Michelle Bowman, y  fuera de la Junta, los candidatos favoritos son Kevin Walsh (antiguo gobernador de la Fed) y Kevin Hassett (actual presidente del Consejo Económico Nacional). 

Respecto a Lisa Cook, es posible que siga en la Junta hasta enero, pero podría marcharse en 2026, dando la oportunidad a Trump de nombrar un gobernador de su agrado. Si esto sucede y Powell dimite, Trump podría nombrar hasta tres gobernadores en 2026, alcanzando una posición de influencia en el FOMC, que está compuesto por los siete miembros de la Junta, el presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, y cuatro de los otros 11 presidentes regionales de la Fed, que actúan como miembros con derecho a voto según un sistema de rotación anual, lo que da un total de 12 miembros con derecho a voto.

Los 12 presidentes regionales de la Fed deberán ser reelegidos o sustituidos antes de finales de febrero de 2026. La Junta de la Fed tiene la última palabra al respecto, tras la decisión de la Fed regional. Rara vez se ha dado el caso de que un presidente regional de la Fed no haya sido reelegido, y la Junta nunca ha rechazado la reelección de un presidente.  Sin embargo, si Trump logra un cambio radical en la Junta, teóricamente podría aumentar su control sobre la Fed, con el riesgo de comprometer su independencia.

Entre el statu quo actual con independencia institucional y  continuidad, y la pérdida de independencia de la Fed, que estaría alineada con el gobierno, existen muchos escenarios intermedios. Escenarios que supondrían menor independencia, compromisos políticos e interferencias, lo que podría ofrecer puntos de aterrizaje más realistas. La Fed funciona por consenso. El presidente sólo tiene un voto en el FOMC, pero ejerce una gran influencia, porque su labor es también buscar el consenso en el comité. En todo caso, como indican Ombretta Signori y Yannick López, existen contrapesos que pueden obligar a Trump a reducir la presión sobre la Fed. El principal son los mercados, que podrían evolucionar al contrario de lo que quiere Trump, la bajada de los tipos de interés.

19Nov

Una tasa del 15% para las empresas europeas que exportan a EEUU puede suponer un coste adicional de 18.000 millones€.

Miguel Ángel Valero

La industria farmacéutica se ha convertido en uno de los principales objetivos arancelarios de EEUU. El 26 de septiembre, el Gobierno norteamericano anunció aranceles del 100% a todos los medicamentos de marca o patentados importados a EEUU. Aunque aún no se conoce la fecha exacta en la que entrará en vigor, las empresas están rediseñando sus estrategias operativas, comerciales e inversión. 

Según un informe difundido por Crédito y Caución, se trata de una gran amenaza para las empresas europeas, que se enfrentan a desventajas competitivas por su entorno regulatorio y de financiación menos ágil. A pesar de contar con instalaciones de fabricación bien establecidas, cadenas de suministro seguras y altos estándares de producción, la Unión Europea corre el peligro de quedarse atrás en la carrera por la innovación, principalmente, por la lentitud en el desarrollo de ensayos clínicos.

Además, el impacto de los aranceles en sus finanzas podría ser muy elevado. Así, una tasa del 15% supondría un coste adicional estimado de 18.000 millones€.

Tanto la magnitud de los aranceles como la incertidumbre en torno a su aplicación está desestabilizando el sector, a nivel global. Muchas compañías han decidido congelar las inversiones, así como las actividades de I+D. Además, planean la deslocalización de sus fábricas para mitigar riesgos y costes. En este contexto, EEUU y Asia emergen como destinos preferentes. 

El sector de dispositivos médicos de China, altamente dependiente del mercado estadounidense, es el más afectado por los aranceles estadounidenses, provocando un aumento del riesgo crediticio. Más de 300 empresas han comenzado a trasladar su producción a terceros países, como Vietnam, para mitigar el impacto de las tarifas arancelarias.

El mercado norteamericano supone más de la mitad de la industria farmacéutica global. La imposición de aranceles más severos afectaría no solo a los márgenes de beneficio, sino también a la disponibilidad de medicamentos y a la eficiencia operativa. Además, la exigencia de aplicar precios de “nación más favorecida” añade presión a las empresas que se ven obligadas a ajustar sus precios en EEUU, frente a al que aplican en otros países desarrollados.

No obstante, el mercado estadounidense también sufrirá el efecto negativo de los aranceles ya que los productores farmacéuticos tendrán que hacer frente a mayores costes operativos, afectando a todos los ámbitos del sector. Las organizaciones de investigación, proveedores de equipos y las organizaciones de desarrollo y fabricación por contrato, también se podrían ven afectadas.

Las consecuencias derivadas de la imposición de aranceles del 100% a la industria farmacéutica supone, en definitiva, un mayor riesgo crediticio para el sector.

17Nov

Los analistas de Coface anticipan un excedente creciente de oferta en 2026 y esperan que los precios sigan bajando al menos hasta finales de 2025, con una posible estabilización en 2026 en niveles no vistos en los últimos diez años.

Miguel Ángel Valero

El levantamiento de las restricciones a la exportación impuestas por India ha provocado un desplome del precio del arroz, que ha caído un 35% en el último año, situándose en su nivel más bajo desde 2017 (360$ por tonelada).Según el último análisis de Coface, después de tres años de extrema volatilidad, el mercado mundial del arroz afronta ahora un exceso de oferta, con una producción que en 2024alcanzó los 541 millones de toneladas. Este desequilibrio está presionando los precios a la baja y generando tensiones tanto para los productores como para los importadores.

Desde 2022, India, el principal exportador mundial, había restringido sus exportaciones para contener el aumento de los precios internacionales (incremento del 19% en 2022 y 2023), provocado, en particular, por la guerra provocada por la invasión rusa de Ucrania y las condiciones climáticas adversas en Asia. 

La reapertura de las exportaciones en 2024, junto con cosechas récord en Asia, han provocado esta importante caída. Dadas las previsiones de aumento de la producción para 2026 y el posible regreso del fenómeno de La Niña en el cuarto trimestre de 2025, los analistas de la compañía de gestión integral del riesgo comercial anticipan un excedente creciente de oferta en 2026.Así, se espera que los precios sigan bajando al menos hasta finales de 2025, con una posible estabilización en 2026 en niveles no vistos en los últimos diez años.

Asia domina el mercado; África es altamente dependiente

El arroz es el alimento básico más consumido en el mundo, por delante del trigo y el maíz. A pesar de su importancia para la seguridad alimentaria, su comercio internacional sigue siendo limitado, con Asia como principal protagonista, al concentrar cerca del 90 % de la producción y el consumo mundial. Por su parte, África subsahariana depende en gran medida de las importaciones asiáticas.

En 2024, cinco países asiáticos representaron el 75% de las exportaciones, incluyendo un 40% correspondiente a India, una concentración que aumenta la vulnerabilidad de estos países frente a las decisiones políticas de las economías asiáticas.

El arroz sigue siendo una mercancía politizada en muchas economías asiáticas. La continua caída de los precios amenaza la rentabilidad de los productores en países cuya producción es inferior a la de India. Filipinas, uno de los mayores importadores mundiales de arroz, ha suspendido las importaciones durante 60 días desde el 1 de septiembre para apoyar a sus productores. Indonesia, por su parte, ha adoptado una estrategia de soberanía alimentaria, priorizando la producción nacional para reducir su dependencia de las importaciones.

Las economías emergentes mantienen políticas proteccionistas. Este es el caso de Japón, que, bajo la presión de los lobbies agrícolas, mantiene estrictos cupos de importación para proteger su sector arrocero. Sin embargo, este enfoque corre el riesgo de desestabilizar la dinámica del mercado interno. De hecho, el sector arrocero japonés enfrenta una crisis de suministro debido a la mala cosecha de 2023, provocada por el calor extremo que redujo los rendimientos. El almacenamiento y un gran terremoto en el sur de Japón en agosto de 2024 han agravado la escasez de oferta. Las políticas proteccionistas mantienen los precios internos muy elevados, especialmente cuando la producción nacional disminuye. Actualmente, una bolsa de 5 kg de arroz cuesta alrededor de 4.000 yenes (26$) en Tokio, frente a los 8$ que cuesta una bolsa equivalente de arroz tailandés en Bangkok.

TACO de Trump con los aranceles

En el ámbito comercial, se dieron varias muestras más de que en la estrategia de Trump “no todo vale” y que, ante la presión, se ve obligado a revertir su postura. Lo que los demócratas califican de TACO: Trump Always Chickens Out (Trump Siempre se Acobarda)

Por un lado, EEUU ha eximido de aranceles a más de 200 alimentos y productos agrícolas. La extensa lista incluye productos como la carne de res, el café, diversas frutas (plátanos, aguacates, cítricos, tomates), especias y frutos secos. La medida responde a la preocupación por el repunte de la inflación en los alimentos y su impacto en el coste de vida de los consumidores. Según el último dato de septiembre, los precios de los alimentos aumentaron un 3,1%, ligeramente por encima del IPC general (+3%). Sin embargo, alimentos como los filetes de ternera (+17%) o plátanos (+7) presentaron incrementos significativos. 

Además, se confirmó el acuerdo preliminar entre Suiza —y Liechtenstein— que reduce el arancel recíproco del 39% al 15%. Además, el pacto establece un límite máximo del 15% para los fármacos —principal exportación suiza hacia EEUU— y los semiconductores, en caso de que la Administración Trump imponga gravámenes globales específicos sobre estos productos. A cambio, Suiza se compromete a rebajar los aranceles sobre determinados productos agrícolas procedentes de EEUU y a invertir 200.000 millones$ en el país norteamericano antes de finales de 2028. 

También se ha anunciado la firma de acuerdos marco en las próximas con Argentina, Guatemala, El Salvador y Ecuador como medida adicional para reducir las barreras sobre alimentos importados desde estos países. 

14Nov

La UE aplicará tasas aduaneras a los envíos de paquetes valorados en menos de 150€, lo que perjudica a Temu, Shein y AliExpress.

Miguel Ángel Valero

Nextil Group (Nueva Expresión Textil, S.A.) destaca que el anuncio conjunto emitido por la Casa Blanca y el Gobierno de Guatemala sobre el Framework for United States–Guatemala Agreement on Reciprocal Trade, que sitúa de forma explícita al sector textil entre las áreas estratégicas del nuevo marco bilateral entre los dos países.

El acuerdo contempla la reducción de barreras no arancelarias, la agilización de certificaciones, avances regulatorios y mejoras en ámbitos laborales y medioambientales. Este conjunto de medidas fortalecerá significativamente la posición de Guatemala como destino industrial para marcas estadounidenses que buscan capacidades cercanas, fiables y sostenibles, bajo el marco del tratado CAFTA-DR.

Nextil, actualmente, opera en Guatemala con una plataforma vertical -tejido y prenda- orientada al mercado de EEUU. Tras la finalización de una segunda fase de inversión en maquinaria y la ampliación de capacidades productivas, el Grupo se encuentra en un momento óptimo para capitalizar este nuevo entorno comercial.

El acuerdo afectará a todos los productos fabricados por Nextil Guatemala, incrementando su competitividad y facilitando la captación de nuevos clientes, el crecimiento de volúmenes y la llegada de programas industriales de mayor escala.

“Este nuevo marco bilateral refuerza la posición de Guatemala como uno de los destinos industriales más competitivos para el mercado norteamericano. Para Nextil, supone una oportunidad directa para acelerar la captación de nuevos clientes y programas, aumentar volúmenes y seguir consolidando nuestro modelo vertical orientado a Estados Unidos. Hemos invertido de forma anticipada en ampliar capacidad productiva y hoy esa estrategia se confirma como un acierto", señala César Revenga, CEO de Nextil Group.

Nextil reafirma su compromiso con el desarrollo del tejido industrial guatemalteco mediante la generación de empleo local, la formación continua, la igualdad de oportunidades, la innovación sostenible y sus procesos de tintado responsable basados en la tecnología Greendyes®.

Con este nuevo marco comercial, Nextil consolida a Guatemala como uno de sus hubs estratégicos  avanza en la ejecución de su Plan Estratégico 2024–2026, reforzando su papel en la transición global hacia modelos de producción más cercanos, trazables y sostenibles.

Fundada en 1954 en Barcelona, Nextil es un grupo empresarial consolidado en la industria de la moda en la creación de tejido de punto elástico y confección de prendas, además de ser un referente para las marcas a nivel mundial, incluidas las grandes marcas de lujo. Cuenta con casi 600 clientes en todo el mundo y ofrece un servicio ad hoc que integra verticalmente todo el proceso productivo para la confección de los tejidos y prendas, desde el diseño hasta la fabricación del producto. Sus principales unidades de negocio son: tejido premium, prenda lujo, tinte natural y sostenible. Nextil está especializado en mercados de lujo, ropa deportiva y deportes técnicos, ropa de baño, lencería, y prendas para el sector sanitario.

Menos aranceles también para Argentina, El Salvador, Brasil, y Ecuador

Trump reducirá los aranceles a los plátanos, el café y otros alimentos para tratar de retomar la iniciativa en la crisis del coste de la vida, firmando acuerdos comerciales con Argentina, El Salvador, Guatemala y Ecuador. Según la Casa Blanca, la reducción de aranceles se aplicará a productos agrícolas, textiles y otros bienes básicos que EEUU importa de estos países, mientras que las contrapartidas latinoamericanas se centran en dar un acceso preferencial a exportaciones estadounidenses de sectores como maquinaria, química, tecnología o automoción.

El pacto con Argentina es, según Washington, el más relevante. El Gobierno de Javier Milei otorgará acceso preferencial a los mercados para una amplia gama de productos estadounidenses, incluidos medicamentos, químicos, maquinaria, tecnología de la información, dispositivos médicos, vehículos de motor y productos agrícolas, como la soja, y sobre todo el litio, vital para las tecnológicas. A cambio, logra rebajas en los aranceles de productos agrícolas y básicos, y facilidades para que entre la carne argentina en EEUU.

Los acuerdos con Guatemala, El Salvador y Ecuador se concentran en la reducción de aranceles para bienes estratégicos como plátano y granos de café, sectores esenciales para sus economías y que no se producen de forma significativa en EEUU. a cambio de una mayor apertura a los productos estadounidenses.

Más del 70% de las exportaciones guatemaltecas hacia EEUU quedarán sin arancel, y la mayoría del resto con un 10%, según el presidente, Bernardo Arévalo. El Salvador logra reducciones arancelarias en plátano, café y otros productos. En Ecuador, rebajas en productos agrícolas. 

Ecuador logra que se supriman los aranceles del 15% a 105 bienes: café, cacao, piñas, mangos, pitahaya, otras frutas tropicales, jugos de frutas, especias, banano, palmito, plátano, naranja, tomate y otros.

En el caso de  Brasil, la supresión del arancel a las compras de carne de res buscan, como en otras medidas similares, tratar de reducir la inflación de los alimentos, que en septiembre se disparó un 3% anual hasta septiembre, la tasa más alta desde enero, además de no encarecer las compras de productos que no se pueden elaborar en EEUU.

Suiza logra bajar del 39% al 15%

En la misma línea, EEUU y Suiza han llegado a un acuerdo para reducir los aranceles del 39% al 15%. A cambio, Suiza se ha comprometido a invertir 200.000 millones$ en EEUU durante el mandato del presidente Donald Trump, incluyendo 70.000 millones el próximo año, en sectores como el farmacéutico y la fundición de oro. También se ha comprometido a comprar más aviones comerciales de Boeing.

Las plataformas chinas, perjudicadas por la nueva tasa para envíos en la UE

Por otra parte, los ministros de Finanzas de la Unión Europea (Ecofin) acuerdan que los paquetes 'low cost' paguen en las aduanas a partir de 2026. Actualmente, los envíos valorados en menos de 150€ estaban exentos de gravámenes. La medida afecta especialmente a plataformas como Temu, Shein y AliExpress, con un 91% de este tipo de paquetes procedentes de China. 

La propuesta inicial de la Comisión Europea fijaba la entrada en vigor del fin de la exención una vez que estuviera operativo el centro de datos aduaneros de la UE, en 2028. Pero se ha optado por adelantarla a 2026. 

Con esta reforma, la UE busca garantizar estas plataformas pagarán arancel desde el primer euro de beneficio que obtengan de sus ventas en el mercado comunitario y también el IVA y responder así a la saturación de los mercados por los grandes volúmenes de artículos de bajo coste que entran principalmente de China y otros países asiáticos.

Según datos de la Comisión, sólo el pasado año se realizaron cerca de 4.600 millones envíos de mercancía de bajo coste, lo que supone la entrada de 12 millones de paquetes diarios libres de arancel por no superar su valor los 150€, “el doble de 2023 y el triple de 2022”.

13Nov

Esta promesa, realizada en el primer aniversario de se segundo mandato como presidente de EEUU, costaría hasta 500.000 millones$, una cifra muy superior a los 195.000 millones recaudados por aranceles en lo que va de 2025.

Miguel Ángel Valero

"Es hora de devolver al pueblo el dinero que antes se quedaba en manos de otros países”. Donald Trump hace, a través de su red social Truth (verdad, en inglés), una propuesta tan llamativa como polémica: entregar un “dividendo arancelario” de 2.000$ a cada ciudadano de EEUU. La medida, anunciada precisamente cuando se celebra el primer aniversario de la vuelta de Trump a la Casa Blanca, se financiaría con los ingresos obtenidos por los aranceles que Estados Unidos cobra a las importaciones. 

"La idea tiene un gancho político evidente. En un contexto de inflación persistente y desigualdad creciente, prometer dinero directo a los ciudadanos resulta electoralmente irresistible. Pero desde el punto de vista económico, la propuesta abre más preguntas que respuestas", advierte el analista Pablo Gil en The Trader. Según estimaciones independientes, pagar 2.000$ a la “mayoría” de los estadounidenses costaría hasta 500.000 millones$, una cifra muy superior a los 195.000 millones recaudados por aranceles en lo que va de 2025. El plan es fiscalmente inviable, salvo que se recurra a más deuda o se incrementen los aranceles hasta niveles que terminarían golpeando directamente al consumidor.

La mayor parte de los aranceles no los pagan los países exportadores, sino las empresas y consumidores del país que los impone. Cada producto importado encarece el coste de vida interno, de modo que el supuesto “dividendo” terminaría siendo una devolución parcial del sobrecoste que las familias ya pagan en supermercados, coches o electrodomésticos. Un círculo cerrado con apariencia de regalo.

"Si en este momento una parte de la preocupación reside en la falta de control de precios, no deja de ser una paradoja que se pretenda luchar contra la inflación dándole dinero a la gente para gastar, manteniendo un déficit del 6 % y con la Fed bajando los tipos. Porque un estímulo directo al consumo financiado con déficit y respaldado por una política monetaria laxa es la receta clásica para reavivar las presiones inflacionarias que precisamente se pretende combatir, algo que podría acabar convirtiéndose en un cóctel explosivo", argumenta este experto.

Más allá del debate económico, el movimiento tiene una lectura política más profunda. Trump intenta transformar los aranceles (tradicionalmente percibidos como un impuesto encubierto) en un instrumento de redistribución nacionalista: cobrar a los extranjeros para pagar a los americanos. En el fondo, es una reedición del viejo lema de “Make America Great Again”, pero traducido a una promesa de ingresos inmediatos. Si logra materializarlo, podría reforzar su imagen de presidente “del pueblo”, aunque a costa de agravar los desequilibrios fiscales y comerciales del país. 

En última instancia, esta medida ilustra cómo la política económica estadounidense se ha convertido en una herramienta de campaña permanente. Las decisiones sobre comercio, deuda y política monetaria ya no responden solo a criterios técnicos, sino al cálculo de quién gana y quién pierde votos. "Y si algo enseña la historia es que los dividendos electorales suelen tener un coste elevado cuando se pagan con dinero público", subraya Pablo Gil.

"El anuncio de Trump no es solo una promesa populista; es un síntoma de una tendencia global: la de gobiernos que, incapaces de contener los precios o mejorar los salarios reales, optan por compensar el malestar social con transferencias directas. Un alivio temporal que puede terminar alimentando justo aquello que pretende aliviar" concluye. 

Europa negocia un nuevo acuerdo

En medio de las promesas de Trump, la Unión Europea prepara un nuevo plan comercial para presentar a EEUU. El objetivo es reducir los aranceles para más productos, incluidos vinos y licores, y establecer un sistema de cuotas a las exportaciones de metales europeos que permita exportar una cantidad determinada sin aranceles, aplicando gravámenes solo a partir de ese límite. Además, el plan contempla la creación de un grupo de trabajo sobre seguridad económica para abordar temas como el control de inversiones, los controles de exportación, y el suministro de materias primas críticas. El 24 de noviembre el secretario de Comercio Howard Lutnick se unirá a la reunión de los ministros de comercio de la UE. 

Balance del primer año de la segunda etapa de Trump en la Casa Blanca

Precisamente, el último House View de Banca March hace un análisis del primer aniversario de la vuelta a la Casa Blanca de Donald Trump: "Frente a vientos y mareas, la economía mundial ha resistido y seguirá a flote apoyada en un consumo resiliente y en una inversión creciente". "La aceleración de los proyectos de inversión, que está principalmente focalizada en los sectores estratégicos de Inteligencia Artificial y Defensa, es una tendencia que seguirá impulsando la actividad global en los próximos trimestres", subraya. E

Sin duda alguna estos últimos 12 meses han sido muy intensos y este segundo mandato como presidente de Estados Unidos ha estado marcado por el intervencionismo económico. De todas formas, más allá del elevado ruido y de las constantes idas y venidas arancelarias, los datos económicos muestran que, por el momento, las distorsiones introducidas por las mayores barreras comerciales y las políticas proteccionistas de Trump no han derivado en fuertes desequilibrios ni mucho menos en un freno brusco de la actividad. 

La mejor prueba de ello es que, entrando ya en la parte final del año, el comercio mundial lejos de mostrar una caída incluso se ha acelerado. El volumen de transacciones de mercancías a nivel global crece de media un 4,7%, un ritmo superior al registrado en promedio durante el año pasado (+2,7%). Factor que está permitiendo además una cierta reactivación de la industria, que avanza a su mayor ritmo desde 2022. Aunque previsiblemente se verá una desaceleración del comercio en los próximos meses a medida que comience a normalizarse el efecto anticipación –las importaciones se aceleraron antes subida de los aranceles–, la mejora que se percibe en estos dos indicadores económicos tan relacionados con el ciclo –comercio e industria–, permite afirmar que la economía global mantiene su dinamismo.

La gira de Trump por Asia ha generado un auténtico florecimiento de nuevos acuerdos, que ratifican "nuestra tesis de que hay que mirar más allá del humo", insiste Joan Bonet, director de Estrategia de Mercados y Asesoramiento de Banca March. "Ésta es sin duda, la prueba de la importancia de no dejarnos arrastrar por las constantes declaraciones y amenazas del presidente norteamericano en torno a la guerra comercial”. 

Una vez más, el esquema del envite entre China y EEUU ha seguido el  patrón de amenazar, negociar y llegar finalmente a un acuerdo parcial que evite los peores escenarios. Ambas naciones, condenadas a entenderse, acuerdan dejar de “agredirse” en el futuro próximo. Así, en materia de aranceles, el resultado es el siguiente: 

  • 1) suspensión del gravamen amenazado del 100% adicional; 
  • 2) se posponen por un año los aranceles recíprocos hasta el 10 de noviembre de 2026 –lo que evita que asciendan al 147%– 
  • 3) y se rebajan 10 puntos las tasas vinculadas al fentanilo. 

De este modo, el arancel ponderado promedio aplicado sobre China desciende del 57% al 47%, alcanzando niveles similares a los vigentes antes del Liberation Day. 

A cambio, China ha reanudado las importaciones de soja estadounidenses (interrumpidas desde mayo) y se ha comprometido a aplazar durante un año las restricciones sobre las exportaciones de tierras raras hacia EEUU. 

Por tanto, este acuerdo se trata de una “patada hacia adelante” más que de un entendimiento definitivo, dado el aplazamiento de la moratoria hasta el año que viene, el suministro garantizado de tierras raras por un año y la futura visita entre Trump y Xi Jinping en 2026. 

En el tour en los que diversos países asiáticos han sido partícipes –Malasia, Tailandia, Vietnam, Indonesia y Camboya–, se han insinuado posibles exenciones arancelarias futuras, aunque aún sin especificar bienes concretos. Estos países comparten una característica común: sus exportaciones están altamente concentradas en tecnología. De hecho, en el conjunto formado por Tailandia, Vietnam y Malasia, los ordenadores y productos electrónicos representan el 47% del total exportado a EEUU. De manera que, aunque no se ha anunciado ninguna rebaja de aranceles, si se aplican exenciones sobre aquellos bienes que más exportan, entonces el impacto del gravamen anunciado sería mínimo, suponiendo otro juego de ilusionismo.

En paralelo, se desbloqueó el acuerdo comercial entre EEUU y Corea del Sur, estancado desde el verano. Como parte del pacto, los aranceles sobre las importaciones de automóviles surcoreanos se redujeron del 25% al 15%, igualando las condiciones de sus competidores japoneses. A su vez, Corea del Sur se comprometió a invertir 350.000 millones$ en territorio estadounidense. 

En los últimos días, se han anunciado avances significativos en las negociaciones con Suiza e India. En el primer caso, las conversaciones encabezadas por los principales empresarios suizos podrían traducirse en una reducción de los gravámenes del 39% al 15%, si bien Trump aún no ha confirmado una tasa definitiva. En cuanto a India, el presidente estadounidense declaró que están “muy próximos a alcanzar un acuerdo beneficioso para todos”, aunque no se ha definir ninguna tasa alternativa al 50%. 

Con todo, los acuerdos comerciales cubren un 67,5% de las importaciones totales de EEUU. En esta cifra se incluyen también dos de sus principales socios: China y México, aunque no cuentan con acuerdos definitivos, han establecido moratorias que permiten mantener la estabilidad. Una aproximación a la casilla de salida que, en el fondo, no representa unas condiciones más favorables que las heredadas.

Por otro lado, la recaudación de septiembre en las aduanas fue de unos 29.600 millones$, un aumento de apenas un 0,6% con respecto al mes anterior. En lo que va de año, el total asciende a 174.000 millones, un 4% del total de ingresos gubernamentales. En definitiva, cifras que muestran la importancia de discernir entre lo que Trump afirma y lo que realmente acaba impactando en la economía real: los aranceles recaudados en las aduanas apenas representan el 11% de las importaciones, frente a la tarifa promedio teórica del 22% anunciada por la Administración norteamericana. 

Unas tasas que multiplican por cuatro las referencias efectivas de principios de año, pero que son la mitad de lo anunciado y que reflejan, entre otras cosas, la capacidad de adaptación de las empresas para evitar parte de los efectos negativos de la subida de impuestos aduaneros. 

En el caso de un veredicto del Tribunal Supremo en contra de los aranceles, Trump dispondría de mecanismos alternativos para mantenerlos en vigor. El proceso judicial para determinar la legalidad de los aranceles establecidos bajo el IEEPA continúa su curso y se espera que el Tribunal Supremo emita su decisión antes de fin de año. Estos gravámenes sujetos a resolución son los denominados “aranceles recíprocos”, aplicados específicamente a países, de manera que los establecidos sobre los productos no se verían afectados. Hasta ahora, dos tribunales han declarado inválido este mecanismo, pero la decisión definitiva está en manos del Tribunal Supremo –compuesto por seis jueces de orientación conservadora y tres de tendencia liberal–. Aunque en principio Trump contaría con una mayoría favorable, las preguntas formuladas durante la audiencia revelaron el escepticismo de al menos dos de los jueces conservadores, abriendo la puerta a una posible suspensión de estas tarifas. 

En cualquier caso, una sentencia en contra no implicaría el fin de los aranceles, ya que la Administración de Trump cuenta con otras vías legales para seguir aplicándolos. Sin embargo, sí ralentizaría su implementación, además de obligar al gobierno la devolución de los ingresos recaudados bajo este mecanismo a los contribuyentes.

12Nov

Aunque todo apunta a que se mantendrán los fallos de los tribunales inferiores en contra de los aranceles, ello no marcaría el final del asunto, ya que existen múltiples vías para que EEUU imponga medidas arancelarias.

Miguel Ángel Valero

La reapertura de la Administración en EEUU se acerca, con la votación el 11 de noviembre en la Cámara de Representantes, que debe refrendar el paso dado el lunes 10 por el Senado, y la firma final por parte del presidente Donald Trump

Las esperanzas de que la reanudación de las operaciones gubernamentales permita la publicación de datos económicos retrasados y respalde el crecimiento a corto plazo, reforzaba el sentimiento general del mercado e impulsaba las cotizaciones de los sectores más sesgados a la economía. Ha sido, no obstante, un evento en el que los mercados no han prestado gran atención, pese a ser el cierre más largo de la historia de EEUU (el segundo, por cierto, se registró en el primer mandato de Trump). En el pasado, estos episodios de paralización significaron una reducción del PIB de entre una y dos décimas semanales, efecto negativo que en gran medida suele ser temporal dado que una vez se retoma el normal funcionamiento del Gobierno se suele recuperar la actividad.  

Columbia Threadneedle: "Mirando a través de la niebla"

Anthony Willis, Senior Economist de Columbia Threadneedle Investments,. cita al presidente de la Reserva Federal, Jay Powell, que señaló recientemente:“¿Qué haces cuando conduces a través de la niebla? Disminuyes la velocidad.” Esta frase refleja la falta de certeza que la Fed ha enfrentado respecto a los datos económicos de EEUU. Sin embargo, ahora parece que la niebla comienza a disiparse ligeramente, debido a que el país parece estar cerca del fin del cierre de su gobierno federal. Ello implica dos consecuencias principales: en primer lugar, que el impacto económico no habría sido demasiado grave; y en segundo lugar, que volverán publicarse los datos económicos. 

Con un poco de suerte, hacia finales de esta semana el Gobierno reabierto debería reanudar la difusión de datos económicos. De ese modo, es posible que el jueves 14 de noviembre haya datos relevantes sobre la inflación, junto con los informes que habían quedado atrasados sobre la evolución del empleo en septiembre y octubre. 

Los mercados financieros verán con alivio esta reapertura. Desde la perspectiva del daño económico, es preciso considerar dos hechos clave: primero, los significativos retrasos en los vuelos de la semana pasada debido a la inactividad de los controladores aéreos; y segundo, el riesgo de suspensión de los cupones de alimentos que benefician a 42 millones de estadounidenses. La urgencia por resolver estos dos problemas parece haber llevado a los políticos de vuelta a la mesa de negociación, y la reapertura contribuirá a mantener la estabilidad económica.

No obstante, aún persiste mucha “niebla” en otros frentes. Continúa la incertidumbre sobre la legalidad de los aranceles, que llegó la semana pasada a la Corte Suprema. Las intervenciones de los jueces reflejaron un notable escepticismo respecto a la legitimidad de los aranceles impuestos por el presidente Trump mediante una legislación prevista para situaciones de “emergencia nacional”. Aunque todo apunta a que se mantendrán los fallos de los tribunales inferiores en contra de los aranceles, ello no marcaría el final del asunto, ya que existen múltiples vías para que EEUU imponga medidas arancelarias.

En cuanto a los tipos de interés, Powell indicó que una bajada de tipos en diciembre “no era una conclusión inevitable”, aunque el consenso del mercado apunta a un recorte de 25 puntos básicos (pb) el próximo mes. El mercado laboral muestra señales de enfriamiento y el impacto de los aranceles sobre la inflación ha sido menor de lo esperado. La propia Fed experimentará pronto cambios, ya que se espera que el sucesor de Powell sea anunciado antes de finde año. A largo plazo, la política monetaria parece orientarse hacia una postura más favorable, dado que la Fed ha señalado el fin del endurecimiento cuantitativo. Es probable que su balance comience a expandirse desde principios del próximo año, proporcionando liquidez y reduciendo posibles tensiones en los mercados de dinero.

"En conjunto, es probable que durante el próximo mes obtengamos mayor claridad sobre varios de los factores que han estado afectando a los mercados a corto plazo. El panorama general se mantiene relativamente positivo, impulsado por una sólida temporada de resultados corporativos, no solo en EEUU, sino también en Europa y en los mercados emergentes. Aunque las Bolsas han mostrado cierta debilidad en los últimos días, con la niebla comenzando a despejarse, existe margen para avanzar con mayor certeza en el futuro cercano", concluye este experto.

La confianza de las pymes se debilita

No obstante, en EEUU la confianza de las pymes retrocedía ligeramente en octubre. El indicador realizado por el NFIB cedió hasta el 92,2 desde el 98,8 previo, siendo lo más destacado la caída del componente de incertidumbre que cayó 12 puntos hasta niveles de 88, la lectura más baja registrada en el año. Un 32% de las pymes señalaron la existencia de vacantes que no podían cubrir, valores similares a los observados en diciembre de 2020 en plena pandemia. Y un 27% de los empresarios citaron la calidad de la mano de obra como su problema más importante.

11Nov

Si se aplica de forma excesiva o unilateral, puede frenar la competencia y ralentizar la innovación, avisa un análisis de DWS.

Miguel Ángel Valero

Los gobiernos están otorgando una prioridad creciente a la resiliencia por encima de la eficiencia, lo que provoca consecuencias de amplio alcance para los mercados y las propias compañías, avisa un análisis de DWS.

Se está produciendo un cambio estructural en la política industrial a nivel nacional, que se inició en EEUU y actualmente está en marcha en numerosas economías: la producción doméstica ha pasado a ser una prioridad estratégica. Las medidas asociadas incluyen subsidios, exigencias de producción local y la constitución de reservas estratégicas.

EEUU es el pionero: la administración de Donald Trump introdujo una batería de aranceles, las denominadas cláusulas “Buy American” y programas de subvenciones multimillonarias para semiconductores y baterías. Aunque el “ego nacional” puede interpretarse como el principal vector de este giro, también responde a un intento de respaldar a los colectivos que se han visto perjudicados por la globalización. La seguridad nacional, la estabilidad en las cadenas de suministro y el control sobre tecnologías críticas constituyen factores adicionales. En un escenario global marcado por incertidumbres geopolíticas, la dependencia excesiva del exterior se considera ahora un problema. 

Algunos analistas interpretan esta evolución como una lamentable desvinculación del proceso de globalización, con posibles consecuencias como un aumento de precios y una reducción de la competencia. No obstante, esta lectura podría resultar cortoplacista. En última instancia, la cuestión de fondo es si los países desean priorizar la estabilidad interna o, por el contrario, maximizar la eficiencia mediante una política industrial plenamente globalizada.

Durante mucho tiempo, el principio rector ha sido que todos se benefician cuando cada país se especializa en producir aquello en lo que es más eficiente. Este enfoque, conocido como modelo ricardiano, fundamenta la principal venta del comercio internacional. Sin embargo, ese modelo opera únicamente bajo determinadas condiciones, entre ellas que haya cadenas de suministro estables y ausencia de disrupciones geopolíticas, que ya no parecen estar presentes en el entorno actual.  

La pandemia, los conflictos geopolíticos y los episodios intermitentes de escasez en suministros de energía, semiconductores y productos farmacéuticos han puesto de manifiesto la vulnerabilidad de las cadenas de suministro globales. En consecuencia, numerosos gobiernos han vuelto a intensificar su intervención en los mercados internacionales, mediante la concesión de subsidios específicos y el desarrollo de capacidades productivas locales. Esta tendencia está ganando tracción, también en Europa y Asia.

Mediante el desarrollo de sus propias estructuras, los países buscan protegerse frente a posibles perturbaciones del comercio internacional. Esta estrategia conlleva costes iniciales, por ejemplo, los derivados de mayores costes de producción o de duplicar capacidades. No obstante, en situaciones de emergencia estas infraestructuras pueden ofrecer un resguardo frente a daños significativos, cuya probabilidad suele infravalorarse hasta que se materializa. Johannes Müller, Global Head of Research en DWS Group, lo resume así: “Los mercados han subestimado durante mucho tiempo hasta qué punto los riesgos geopolíticos y los cuellos de botella estratégicos pueden alterar el paisaje económico. Estamos asistiendo a una reevaluación de la importancia de la estabilidad como factor de localización”.

Por supuesto, la nueva política industrial conlleva sus propios riesgos. Si se aplica de forma excesiva o unilateral, puede frenar la competencia y ralentizar la innovación. La clave reside, por lo tanto, en alcanzar un equilibrio adecuado: medidas focalizadas, de duración limitada y, en el mejor de los casos, coordinadas internacionalmente.

La cuestión central no es si debemos aceptar o no la globalización. Más bien, se trata de determinar cuánta resiliencia necesitamos y cuánta eficiencia estamos dispuestos a sacrificar para lograrla. Una desglobalización moderada puede aportar ventajas, como una mayor producción regional, rutas de suministro más cortas y estándares medioambientales más elevados. Puede contribuir a reforzar la aceptación de los mercados abiertos al mitigar los temores asociados a la dependencia externa.

Sin duda existe margen de maniobra entre el ideal de mercados libres globales y los retos reales que estos plantean. Aquellos que utilicen esta flexibilidad de manera inteligente podrían situarse en una posición más sólida en el futuro.

Aranceles: avances con Suiza y con India

Por otra parte, Suiza impulsa las negociaciones comerciales con EEUU para reducir los aranceles del 39% al 15%. El país helvético soporta los gravámenes desde agosto y, ante la paralización de las conversaciones, los principales empresarios suizos tomaron la iniciativa. Ejecutivos de firmas como Rolex, Richemont (propietaria de Cartier) y la naviera MSC, entre otros, se reunieron la semana pasada con Trump en la Casa Blanca. Suiza, que ya ha eliminado todos los aranceles industriales, tiene en EEUU su principal mercado de exportación para productos como relojes, chocolate y maquinaria. El presidente estadounidense declaró este lunes que aún no ha decidido la tasa definitiva, aunque confirmó que Washington está “trabajando en un acuerdo para reducir un poco los aranceles”.También avanzan las conversaciones con India, después de que Trump declarase que están “muy próximos a alcanzar un acuerdo beneficioso para todos”, aunque no se ha especificado ninguna tasa alternativa al 50% que soportan las exportaciones indias. 

04Nov

El nuevo Plan Quinquenal tiene como objetivo ampliar la clase media, que crezca, consuma más, y ahorre menos.

Miguel Ángel Valero

Anthony Willis, Senior Economist de Columbia Threadneedle Investments, pone el foco en dos acontecimientos clave ocurridos en China en las últimas semanas que, con gran probabilidad, influirán de manera decisiva en sus perspectivas futuras. El primero es la publicación del nuevo Plan Quinquenal, que en gran medida continúa con el planteamiento existente. El segundo es la reunión entre los presidentes Trump y Xi Jinping, en la que se estableció un marco para las negociaciones comerciales para los próximos 12 meses.

El plan quinquenal busca mantener el crecimiento económico anual dentro de un “rango razonable”, que este experto estima en torno al 4-5 %. Uno de sus principales objetivos es aumentar de forma significativa el consumo de los hogares en proporción al PIB. Esto refleja la continuación de un cambio estructural: un giro progresivo desde la industria manufacturera - que ha impulsado el crecimiento chino durante las últimas dos décadas- hacia una economía más orientada al consumo interno.

También hace hincapié en garantizar que el crecimiento de los ingresos de los hogares siga el ritmo del crecimiento del PIB, lo que sugiere de nuevo un objetivo de alrededor del 4-5%. Además, tiene como objetivo ampliar aún más la población que recibe ingresos medios, un tema clave en los mercados emergentes. A medida que esta clase media crezca, se espera que consuma más y, en el caso de China, que ahorre un poco menos.

Otro aspecto clave es el impulso de China hacia la autosuficiencia tecnológica, especialmente relevante en la actual era de las 'guerras de chips'. Esta ambición viene acompañada de esfuerzos por reforzar la base manufacturera del país y del reconocimiento de que, aunque China avanza hacia un modelo más orientado al consumo, la industria manufacturera continúa desempeñando un papel esencial en su economía.

China sigue avanzando en su programa contra la “involución”, una política vigente desde hace tiempo. Esta iniciativa busca frenar la competencia excesiva y el exceso de capacidad en sectores clave como los vehículos eléctricos y la energía solar. El objetivo es promover la consolidación del sector y limitar las guerras de precios, a fin de estabilizar los beneficios empresariales, prevenir presiones deflacionarias y fomentar el crecimiento sostenible. Es probable que China mantenga esta estrategia en el tiempo, impulsando a empresas líderes nacionales en industrias estratégicas.

Tierras raras como herramienta estratégica y de influencia

China parece haber jugado bien sus cartas en la reciente escalada de tensiones comerciales con Estados Unidos. Las tierras raras se han convertido en una herramienta estratégica para que China ejerza influencia, y han sido un factor clave para que EEUU volviera a la mesa de negociaciones. China domina tanto los recursos como la producción de elementos de tierras raras, y parece haber aprovechado esa posición con eficacia. 

China insinuó la posibilidad de restringir las exportaciones de tierras raras, lo que provocó que EEUU respondiera amenazando con la imposición de aranceles del 100% que desencadenó una escalada de tensiones en las últimas semanas. Curiosamente, los mercados se han mantenido imperturbables en gran medida, con la creencia generalizada de que las conversaciones concluirían de forma positiva.

China se ha comprometido ahora a comprar soja estadounidense, lo que debería aliviar la presión sobre los agricultores estadounidenses. También ha acordado limitar las exportaciones de materiales utilizados en la producción de fentanilo, una droga altamente adictiva que actualmente está causando importantes problemas sociales en EEUU.

Por otro lado, Estados Unidos ha retirado su amenaza de imponer aranceles del 100% a los productos chinos y ha suavizado algunas de las restricciones y los costes que se iban a aplicar al transporte marítimo chino.

La exitosa reunión entre los presidentes Trump y Xi la semana pasada ha puesto de manifiesto que probablemente podremos dejar atrás las preocupaciones sobre los aranceles del 100%, al menos durante los próximos 12 meses. Hay programadas dos reuniones más entre estos líderes para 2026, lo que debería ayudar a mantener un tono constructivo durante este período.

Pero ¿podemos dar por terminada esta historia? Quizá no. Se trata de las dos mayores superpotencias económicas del mundo, y es improbable que siempre actúen en perfecta armonía. Esto podría ser simplemente una pausa, más que una conclusión. 

China sigue manteniendo una perspectiva a largo plazo. Ha logrado avances significativos en la diversificación de su economía, reduciendo su fuerte dependencia de las exportaciones a EEUU, lo que la dota de mayor resiliencia ante futuros cambios en la dinámica del comercio mundial. Las exportaciones chinas a EEUU han disminuido un 27% interanual, pero las totales han aumentado un 8%. Actualmente, las exportaciones a EEUU representan solo el 12% del comercio total de China, frente al 20% en 2018, cuando el presidente Trump inició la primera ronda de guerras comerciales.

Actualmente, el arancel efectivo estadounidense es significativamente mayor sobre los productos chinos: alrededor del 47%, en comparación con el 20% existente a principios de año. A pesar de esto, China parece estar adaptándose bien. En los últimos años, se ha diversificado eficazmente, aprovechando al máximo la Iniciativa Belt & Road para abrir nuevos mercados y expandir su influencia global. A medida que China continúe evolucionando hacia una economía más orientada al consumo, esta transición debería impulsar el crecimiento a largo plazo. 

"Nuestras perspectivas sobre los mercados emergentes siguen siendo constructivas y mantenemos una visión positiva sobre China. Somos conscientes de que los mercados han experimentado un fuerte repunte en los últimos 12 meses, pero aún vemos margen para un mayor impulso positivo", concluye el experto de Columbia.

04Nov

El Gobierno justifica el uso unilateral –sin pasar por el Congreso– de los aranceles dado que el déficit comercial representa una emergencia nacional. Su ilegalización pondría en riesgo la seguridad económica de EEUUU y generar complicaciones para el Tesoro en caso de tener que reembolsar las tasas recaudadas.

Miguel Ángel Valero

Christy Tan y Lawrence Hatheway, estrategas de inversión del Franklin Templeton Institute, analizan en el informe Beyond the Summit: Mapping Asia’s Emerging Trade Alliances las implicaciones económicas de la cumbre entre los presidentes Donald Trump y Xi Jinping en Busan (Corea del Sur), así como los nuevos acuerdos comerciales entre EEUU, Corea del Sur y Japón. Los acuerdos incluyen importantes compromisos de inversión y compras de bienes estadounidenses.

La cumbre Trump–Xi concluyó sin un anuncio formal, pero con señales de progreso tangible. Entre los acuerdos alcanzados destacan la compra de soja y productos agrícolas estadounidenses por parte de China, la reducción de los aranceles sobre las exportaciones chinas de fentanilo del 20% al 10%, y un pacto prorrogable de un año, que garantiza la exportación de tierras raras chinas sin restricciones. 

Posteriormente, Donald Trump ha declarado que los chips de inteligencia artificial más avanzados de Nvidia (modelo Blackwell) deben comercializarse únicamente a empresas estadounidenses. No solo se refiere a una restricción para China, sino que deja entrever que esta limitación podría extenderse a otros países. Estas declaraciones contrastan con la postura más flexible que había adoptado en las anteriores semanas, en la que se mostraba dispuesto a negociar esta cuestión con el país asiático. 

Sin embargo, se ha confirmado que durante la reunión de la semana pasada entre Trump y el presidente chino Xi Jinping, el tema de la exportación de chips avanzados no fue tratado, debido a la firme oposición de los principales asesores de la Administración estadounidense. 

La decisión supone un revés importante para Nvidia, ya que China representa un mercado estratégico: alberga aproximadamente a la mitad de los investigadores en IA del mundo. En sus últimas declaraciones, Trump reafirmó que no permitirá la venta de los chips Blackwell más avanzados a empresas chinas, aunque dejó abierta la posibilidad de que puedan acceder a una versión menos potente. 

Corea del Sur ha comprometido inversiones por 350.000 millones$ en sectores estadounidenses (200.000 millones procedentes de entidades públicas a lo largo de la próxima década y 150.000 millones del sector privado, especialmente en construcción naval), además de nuevas compras de equipamiento aeroespacial. 

Japón invertirá 550.000 millones$ en sectores estratégicos de EEUU, aumentará sus importaciones de bienes aeroespaciales y militares, y adquirirá productos agrícolas por valor de 8.000 millones. A cambio, EEUU acordó reducir los aranceles al 15%, incluidos los del sector del automóvil. 

La reducción de tensiones comerciales supone un impulso adicional para los mercados globales, respaldados por beneficios corporativos sólidos y una economía mundial resistente. Aunque la Reserva Federal ha señalado que no están garantizados nuevos recortes de tipos, el sentimiento inversor sigue apoyado por los fundamentos económicos y ahora una mayor estabilidad en el comercio transpacífico. 

Como principal riesgo, el Instituto de Franklin Templeton advierte que la política comercial de EEUU sigue siendo volátil y sujeta a posibles reversiones, especialmente a la espera de la decisión del Tribunal Supremo sobre la constitucionalidad de los aranceles por país, que podría modificar la política comercial en 2026.

Advertencias sobre una corrección en Bolsa

Los avances de las Bolsas se toman un respiro. Las advertencias de Ted Pick, CEO de Morgan Stanley, y David Solomon, de Goldman Sachs, han moderado el entusiasmo del rally bursátil, al señalar que una corrección en los próximos meses sería algo “normal”. No obstante, ambos coinciden en que la reducción del riesgo geopolítico ha sido un factor clave en el impulso de los mercados en las últimas semanas, y que una corrección no debería interpretarse como una señal para abandonar el mercado, sino como un proceso natural dentro del actual ciclo alcista que ya dura más de tres años –aun por debajo de los 5 años y medio del ciclo promedio desde 1949–. 

Con pocas referencias económicas en el corto plazo debido al cierre del Gobierno y una temporada de resultados ya bastante avanzada, la política monetaria vuelve a ocupar un lugar central en el debate. En este contexto, Lisa Cook ha reavivado las dudas sobre una posible bajada de tipos en la próxima reunión de diciembre, aunque sigue percibiendo más riesgos en el mercado laboral que en la inflación.

Pero todos están pendientes del Tribunal Supremo, que el miércoles 5 de noviembre escuchará los argumentos del demandante, un empresario de juguetes educacionales, quien cuestiona la legalidad del esquema arancelario basado en la IEEPA (Ley de Poderes Económicos en Emergencias Internacionales, promulgada en 1977). El Gobierno justifica el uso unilateral –sin pasar por el Congreso– de los aranceles dado que el déficit comercial representa una emergencia nacional. Scott Bessent, secretario del Tesoro, ha advertido que declarar ilegales dichos aranceles comprometería la capacidad diplomática del presidente y pondría en riesgo la seguridad económica del país. Además, podría generar complicaciones para el Tesoro en caso de tener que reembolsar las tasas recaudadas.

Con unos beneficios empresariales que siguen sorprendiendo al alza, el fin de la reducción de balance de la Fed que apunta a una política monetaria menos restrictiva a partir del 1 de diciembre —más allá del debate sobre los tipos en diciembre— y una guerra comercial menos intensa, "consideramos que los vientos favorables para el ciclo económico y los mercados bursátiles continúan presentes. Por ello, permanecer invertidos, incluso ante posibles episodios de volatilidad, volverá a ser relevante en los próximos meses", señalan en Banca March.

Mientras tanto, jueces federales ordenan al Gobierno de EEUU reanudar parcialmente las ayudas alimentarias del programa SNAP suspendidas por el cierre del Gobierno Dos jueces federales han dictaminado que la suspensión de las ayudas alimentarias del programa SNAP, vigente desde el 1 de noviembre, es ilegal. Esta interrupción marca la primera vez en seis décadas que se detiene la financiación del mayor programa contra el hambre del país, que proporciona subsidios a más de 42 millones de beneficiarios (12% de la población) para la compra de productos básicos. 

Los jueces han exigido al Gobierno que utilice el fondo de contingencia, del cual hay disponibles 5.000 millones$, frente a los 8.000-9.000 millones necesarios para cubrir un mes completo de los beneficios alimenticios. En documentos judiciales presentados el lunes 3 de noviembre, la Administración Trump confirmó que ha decidido no recurrir a otros 4.000 millones$ de fuentes alternativas para cubrir la totalidad de los beneficios correspondientes a noviembre.

Por otra parte, la confianza empresarial de la industria cede terreno en octubre, pero el saldo es mixto dado que mejoran las perspectivas de nuevos pedidos y también del empleo por parte de los empresarios. En octubre el ISM manufacturero decepciona al caer hasta 48,7 desde el 49,1 previo, interrumpiendo así la tendencia de mejora de los meses previos y manteniéndose por octavo mes consecutivo en terreno de contracción. Sin embargo, más alentador fue la composición, dado que mejoraron las perspectivas de empleo (46 vs. 45,3 anterior) y también repuntó el subíndice de nuevos pedidos (49,4 vs. 48,9 previo). Además, también se frenaron las presiones inflacionistas con el subíndice de precios pagados moderándose hasta 58 desde el 61,9 previo.