01Dec

Las ventas aumentaron el 4,1%, frente al 3,.4% en 2024, con más gasto en ropa, artículos de lujo y servicios. Y se espera un incremento del 6,3% en las ventas durante el Cyber Monday.

Miguel Ángel Valero

Las ventas minoristas de septiembre en EEUU reflejan una desaceleración en la tasa general (+0,2% frente al +0,6% anterior). No obstante, esta moderación llega tras un verano inusualmente fuerte, lo que sugiere una normalización del consumo. Por otro lado, las primeras cifras del Black Friday muestran un incremento interanual del +4,1%, confirmando la resiliencia del consumidor estadounidense. En cuanto a la Reserva Federal, su Libro Beige aportó comentarios cualitativos sobre una evolución del gasto a dos velocidades: los hogares de menores ingresos ajustando sus presupuestos, mientras que los de mayores ingresos mantienen el ritmo de consumo.

Las ventas minoristas del Black Friday avanzan y apuntan a que continúa la resiliencia del consumidor estadounidense: a pesar del cierre del gobierno más largo de la historia en EEUU, la inflación y el menor dinamismo del empleo, una vez más, el gasto de los hogares no se frenó y sigue apoyando la visión de un ciclo económico que se extenderá. 

Las cifras adelantadas por Mastercard muestran que las ventas minoristas (nominales y excluidos automóviles), aumentaron un 4,1% interanual en EEUU durante el Black Friday. Un avance superior al +3,4% del año pasado y con un crecimiento del +1,7% de las ventas en tiendas físicas y +10,4% a través de canales on-line. Destacó el mayor gasto en ropa que subió un 5,7% (online un +6,1% y en tiendas físicas un +5,4%), ya que las bajas temperaturas y las ofertas de temporada animaron el gasto. 

La otra tendencia relevante es un mayor gasto en artículos de lujo y servicios: en este punto en particular, las ventas de joyerías se anotaron crecimientos del +2,75% en agregado (+4,2% en on-line) y el gasto en restaurantes crecieron un +4,5%, una muestra que salir a comer fuera y otras experiencias están ganando peso en un dentro del ritual festivo estadounidense.

Sobre el Cyber Monday, donde el grueso de las ofertas y compras se concentra en tiendas on-line, las expectativas son también alentadoras como muestran las estimaciones de Adobe Analytics que anticipa un aumento del 6,3% de las ventas para este día.

Ebury: el relevo en la Fed deteriora al dólar

El dólar perdió terreno la semana pasada frente a casi todas las principales divisas del mundo, tras filtrarse la noticia de que Kevin Hasset, un fiel seguidor de Trump y partidario de una política monetaria ultra dovish, podría ser elegido para sustituir a Jerome Powell como presidente de la Fed. Las expectativas de una bajada en la reunión de diciembre siguen en aumento, y el tipo terminal de la Fed se sitúa ahora ligeramente por debajo del 3 %. 

"Aunque creemos que el mercado se puede estar precipitando, el dólar retrocedió hacia la mitad del rango que ha mantenido frente a sus principales homólogos desde principios de verano", señala el Análisis del Mercado de Divisas de Ebury. El dólar neozelandés fue la divisa que mejor se comportó la semana pasada, después de que el Banco de la Reserva de Nueva Zelanda insinuara que su ciclo de flexibilización ha llegado a su fin. 

El calendario económico estadounidense sigue en un segundo plano para los mercados, ya que la mayoría de los datos publicados recientemente están bastante desfasados. Sin embargo,  la inflación PCE de septiembre, que se publicará este jueves 4 de diciembre, podría generar algo más de volatilidad esta semana. Más allá de esta publicación, la elección del próximo presidente de la Fed seguirá marcando los titulares. Parece que los próximos pasos de la Fed están teniendo un peso cada vez mayor en los mercados de divisas. La inflación preliminar de la zona euro, que se publicará el martes, también acaparará la atención de los inversores. 

  • EUR Últimamente, el euro parece moverse en función de las expectativas sobre los tipos de interés a ambos lados del Atlántico. Será importante estar atentos al informe preliminar sobre la inflación esta semana, ya que los datos de los distintos países de la zona euro apuntan a una posible sorpresa al alza en el indicador subyacente. Si así fuera, los mercados podrían empezar a descontar una subida de tipos por parte del BCE en lugar de una bajada, como ya ha ocurrido en Suecia con el Riksbank. Este podría ser el catalizador necesario para que el euro se aprecie gradualmente, como esperamos que lo haga en 2026. El resto de la semana contaremos con varios discursos de miembros del Banco Central Europeo, incluida la presidente Lagarde. También estaremos atentos a las ventas minoristas, que se publicarán el jueves, y la revisión del PIB del tercer trimestre, que se conocerá el viernes.  
  • USD Los datos, por lo general desfasados, que llegan desde EEUU tras el cierre del Gobierno no han cambiado significativamente el panorama de la economía estadounidense, por ahora. El crecimiento se mantiene estable, la creación de empleo es moderada, pero aún no hay signos de una reducción significativa de la mano de obra. Si bien el mercado está descontando un recorte de la Fed en la reunión de diciembre, y más bajadas el año que viene, creemos que estas expectativas podrían acabar frustrándose. Sea cual sea el partidario de Trump que sea escogido como presidente de la Fed, la rotación habitual que se produce en el seno de la institución introducirá voces más hawkish a partir de enero, y creemos que cada reunión del FOMC del año que viene acogerá un intenso debate sobre la conveniencia de llevar a cabo nuevas bajadas. La inflación se mantiene obstinadamente elevada en el 3 % y no da señales de remitir, sino todo lo contrario, por lo que es probable que el apetito por un ritmo agresivo de recortes sea mínimo. 
  • GBP El anuncio del Presupuesto de otoño no acabó generando demasiada volatilidad en los mercados, tal vez porque gran parte de su contenido se había ido filtrando cuidadosamente durante las dos últimas semanas. Los inversores también se sintieron reconfortados por el margen fiscal que introdujo el Gobierno (22.000 millones de libras frente a los 9.900 millones anteriores), lo que debería reducir la probabilidad de nuevas subidas de impuestos en el futuro. Sin embargo, tenemos tres grandes preocupaciones: a) el carácter diferido de las subidas de impuestos, y en particular de la congelación de los umbrales del impuesto sobre la renta, b) el presupuesto tendrá un impacto nulo en el crecimiento, y c) la información poco veraz ofrecida por el Partido Laborista con respecto a la magnitud del agujero que existe las cuentas públicas del país. Por ahora, la amenaza para el mercado de bonos del Estado parece haberse disipado, y la eliminación de la incertidumbre presupuestaria podría dar lugar a un modesto repunte de la libra esterlina hasta finales de año. Dicho esto, la presión sobre la ministra Reeves hace poco probable que todo vaya sobre ruedas a partir de ahora, y las acusaciones de engaño por parte del Gobierno y de manipulación del mercado no cesarán en el corto plazo. No hay mucho que destacar en la agenda económica o política de esta semana, por lo que la atención pasará ya a la decisión del Banco de Inglaterra sobre los tipos de interés del 18 de diciembre, con otra bajada ya casi totalmente descontada por los mercados de swaps.

UBS

El dólar estadounidense registró su mayor caída semanal en cuatro meses, a medida que aumentaba la confianza en un recorte de tipos por parte de la Reserva Federal en diciembre. Aunque la mayor parte del ajuste a la baja del dólar ya se ha producido, aún vemos margen para algo más de debilidad en los próximos meses:

  • La reciente falta de datos macro en EEUU probablemente no frenará la relajación de la Fed.
  • Un cambio en la dirección de la Fed podría reforzar el sesgo hacia más recortes.
  • La diversificación estructural fuera del dólar no se revertirá de forma rápida. 

Mark Haefele, Chief Investment Officer en UBS Global Wealth Management, afirma: “aunque el dólar ya se ha debilitado de forma significativa, prevemos nuevas caídas en los próximos meses. Mantenemos una visión 'Atractiva' sobre el euro, el dólar australiano y la corona noruega, y preferimos posiciones largas en determinadas divisas de mercados emergentes con mayor rendimiento frente a las de bajo rendimiento”.

Y añade: “además, la debilidad del dólar, la caída de los tipos reales, la incertidumbre geopolítica y las crecientes preocupaciones fiscales seguirán respaldando la demanda de oro, al que damos una calificación de 'Atractivo', con un objetivo a mediados de 2026 de 4.500$/onza. La depreciación del dólar también impulsa los beneficios de las empresas estadounidenses, ya que los ingresos generados en el exterior se traducen en mayores resultados. Esperamos que el beneficio por acción del S&P 500 crezca un 11% este año y un 10% en 2026, lo que podría situar el índice en 7.700 puntos a finales de 2026”.

13Oct

Las ventas al exterior de China alcanzaron su mayor crecimiento en los últimos seis meses al avanzar un 8,3% interanual en septiembre, a pesar de que las exportaciones hacia EEUU retrocedieron un 27% (el sexto mes consecutivo con retrocesos a tasas de doble dígito).

Miguel Ángel Valero 

Continúa el cierre del Gobierno en EEUU, tras al menos cinco votaciones infructuosas para reabrirlo, pero con la voluntad de alcanzar un acuerdo. Pese a ello, Donald Trump incrementaba la incertidumbre en el frente comercial. La Casa Blanca ha amenazado con aranceles generalizados adicionales del 100% a las importaciones chinas, subida sustancial frente al 55% actual vigente, en respuesta al endurecimiento de controles de exportación chinos sobre tierras raras y el anuncio de investigación antimonopolio sobre Qualcomm. Los aranceles a China se colocarían en niveles similares a lo que se impuso en el Día de la Liberación.  

China, por su parte, ha advertido de represalias, defendiendo la legitimidad de sus controles y activando además licencias y nuevas restricciones que abarcarán materiales y equipos a partir del 1 de diciembre. 

El mercado se encuentra pendiente de la ventana política previa a APEC, en donde está en el aire la reunión prevista entre Trump y Xi Jinping. 

En China, en un momento en el cual se elevan las tensiones comerciales con Estados Unidos, se han publicado cifras relativas al comercio exterior y que muestran una notable fortaleza de las exportaciones. Las ventas al exterior de China alcanzaron su mayor crecimiento en los últimos seis meses al avanzar un 8,3% interanual en septiembre, a pesar de que las exportaciones hacia EEUU retrocedieron un 27% (el sexto mes consecutivo con retrocesos a tasas de doble dígito). 

Estos datos refrendan la capacidad que está mostrando China de redirigir sus ventas exteriores hacia otras economías, que avanzaron un 14,8% (exportaciones totales excluyendo ventas a EEUU) y destacó especialmente el crecimiento de las exportaciones a Vietnam, que fueron del 25% o las realizadas a la Unión Europea que escalaron un 14%. 

Las tensiones comerciales han vuelto a impactar negativamente en los mercados bursátiles globales. El índice mundial retrocedió un 2,1% durante la semana, siendo la sesión del viernes la más desfavorable desde abril y la tercera peor en lo que va del año. Esta caída tuvo un marcado carácter cíclico, con los sectores de consumo discrecional (-3,5% semanal) y energía (-3%) liderando los descensos. No obstante, el sector tecnológico no se vio especialmente afectado, cayendo en línea con el agregado global (-2,1%). En contraste, los sectores que lograron esquivar las pérdidas fueron las utilities (+1%) y el consumo básico (+0,1%).  Los mercados más golpeados fueron los estadounidenses (-2,4% semanal) y los chinos (-3,3%), afectados por las crecientes fricciones comerciales.

En renta fija, la duración actuó como refugio frente a la corrección de los activos de riesgo, favoreciendo la apreciación de los bonos con vencimientos más largos. La rentabilidad del bono soberano a 10 años cerró la semana por debajo del 4,1% en EEUU.

El aumento de la volatilidad en los mercados bursátiles también ha repercutido en los diferenciales de crédito, especialmente en el segmento de alto rendimiento (high yield), con incrementos semanales de 30 puntos básicos (pb) tanto en el crédito de menor calidad estadounidense como en el europeo, que han vuelto a superar los 300 pb.

Las tensiones se han trasladado también al mercado de divisas. Tras alcanzar niveles de 1,15 EUR/USD durante la semana, la reactivación de los conflictos comerciales devolvió al par a cotas de 1,16 EUR/USD, cerrando la semana sin cambios significativos.

En el mercado de materias primas, un mismo evento generó dos reacciones distintas. Por un lado, el petróleo se vio presionado por el aumento de la oferta de la OPEP, y su desplome se intensificó el viernes tras las amenazas dirigidas a China, dejando al precio del barril Brent por debajo del 64 $/barril. Por otro lado, el oro mantuvo su tendencia alcista, superando los 4.000 $/onza. A pesar de la volatilidad, la incertidumbre comercial impulsó nuevamente al oro que cerró la semana con un avance del +3,4%.

Lombard Odier: EEUU y China alcanzarán un compromiso

El último CIO Office Flash Viewpoint, elaborado por Nannette Hechler-Fayd’herbe, Head of Investment Strategy, Sustainability and Research, CIO EMEA de Lombard Odier, subraya que las tensiones comerciales entre EEUU y China se han intensificado debido a una serie de posibles nuevas restricciones sobre las tierras raras, la imposición de aranceles adicionales y los controles a las exportaciones de software.

Esta escalada en las relaciones comerciales no debe subestimarse, aunque podría interpretarse como un preludio a negociaciones antes de una serie de fechas límite.

"Nuestra expectativa es que Estados Unidos y China alcancen un compromiso, dado su nivel de interdependencia económica; sin embargo, los riesgos de una mayor escalada persisten, por lo que seguimos de cerca cada desarrollo. En los portafolios, nuestras posiciones con sobre ponderación en renta fija y oro, y la infra ponderación en acciones estadounidenses, parecen bien posicionadas para resistir un período de elevada incertidumbre", resalta. 

La secuenciación deliberada de plazos clave apunta a un deseo mutuo de mantener las conversaciones y, potencialmente, alcanzar un acuerdo:

  • 20-23 de octubre: El XV Plan Quinquenal se formalizará durante el IV Pleno del XX Comité Central del Partido Comunista Chino.
  • 29-30 de octubre: Posible visita del presidente Trump a Corea del Sur, tras un viaje programado a Japón.
  • 31 de octubre - 1 de noviembre: Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Corea del Sur, con probable asistencia del presidente Xi Jinping.
  • 1 de noviembre: Entrarán en vigor los aranceles adicionales del 100% de EEUU sobre China
  • 8 de noviembre: Entrarán en vigor los nuevos controles de exportación de China sobre tierras raras, materiales para baterías y materiales superduros.
  • 1 de diciembre: Entrarán en vigor los controles extraterritoriales de exportación de China sobre tierras raras.

Ebury: freno a la subida del dólar

El dólar tuvo una de sus mejores semanas en meses, mientras que la incertidumbre política francesa lastró al euro. Sin embargo, la reanudación de la guerra comercial entre EEUU y China supuso un revés para los activos de riesgo a última hora del viernes. Las acciones cayeron bruscamente, los bonos del Estado repuntaron y el dólar se vendió de forma moderada, para luego estabilizarse y recuperarse a primera hora del lunes en los mercados asiáticos. 

"No identificamos patrones claros en los mercados de divisas, ya que la mayoría de ellas cayeron frente al dólar de forma simultánea", precisa el Análisis Semanal del Mercado de Divisas de Ebury. Sin embargo, la divisa con peor rendimiento fue el real brasileño, que cayó casi un 4 % debido al nerviosismo en torno a la situación fiscal del país. 

La atención debería seguir centrada en el recrudecimiento de la guerra comercial entre EEUU y China, así como en la posibilidad de que se alcance un acuerdo para reabrir la administración federal estadounidense.

  • EUR El revuelo político en Francia fue, sin duda, uno de los factores que impulsaron al dólar la semana pasada, ya que el euro se ha convertido en la principal alternativa al billete verde como reserva de valor y medio de cambio. Aunque hasta ahora se han evitado los peores escenarios (nuevas elecciones y/o la dimisión de Macron), la capacidad del Gobierno para aprobar un presupuesto es muy dudosa y podría continuar ejerciendo presión sobre la moneda común, ya que las preocupaciones fiscales están cobrando cada vez más importancia en los mercados. No hay muchas publicaciones económicas en la agenda esta semana, por lo que la atención seguirá centrada en la situación política francesa. 
  • USD La falta de datos económicos debido al cierre de la administración está dificultando enormemente la labor de evaluar el estado de la economía estadounidense. Además, sigue sin vislumbrarse un final del cierre, pero, a pesar de ello, los mercados no parecen muy preocupados y se muestran mucho más inquietos por el recrudecimiento del conflicto comercial con China. Tras la imposición de controles adicionales a las exportaciones de tierras raras por parte de China, EE. UU. ha amenazado con imponer al gigante asiático un arancel adicional del 100 % que entraría en vigor el 1 de noviembre. Al establecer esta fecha, Trump deja cierto margen de tiempo para negociar. Al conocerse esta noticia el dólar se depreció, lo que parece confirmar que los inversores consideran que las guerras comerciales son perjudiciales para el dólar.
  • GBP En el Reino Unido, los mercados siguen analizando la situación fiscal del país, aunque el presupuesto de 2026 no se hará público antes del 26 de noviembre. La huida hacia activos refugio el viernes benefició al mercado de bonos soberanos británicos, y los de muchos otros países. Los datos económicos se están comportando razonablemente bien hasta ahora. El informe del mercado laboral de esta semana nos proporcionará una referencia clave para determinar el estado de la economía británica, pero creemos que la libra esterlina seguirá cotizando muy en línea con el euro en el futuro cercano. 
10Oct

"Cada concesión a Trump acerca un poco más a Estados Unidos a perder, sin darse cuenta, aquello que siempre lo definió como nación", advierte el analista Pablo Gil en The Trader.

Miguel Ángel Valero

Las negociaciones para el fin del 'shutdown' y la reapertura de la Administración de EEUU no muestran avances significativos. A medida que se prolongue esta situación, el impacto económico podría intensificarse. Las conversaciones deberían empezar a dar frutos la próxima semana. De no ser así, Trump se ve abocado a gestionar el cierre gubernamental total más prolongado de la historia de EEUU.

Pero esto es mucho más complejo que el cierre de una Administración. Para el analista Pablo Gil, EEUU "vive un proceso tan sutil como inquietante: una transformación del sistema político desde dentro, impulsada por lo que muchos analistas denominan autoritarismo democrático. No es una dictadura clásica ni un golpe de Estado visible, sino algo más insidioso. Consiste en utilizar los propios mecanismos de la democracia (las leyes, los tribunales, las instituciones públicas) para concentrar el poder y neutralizar la disidencia". 

Las elecciones siguen existiendo, los medios continúan publicando y los partidos mantienen su apariencia de pluralismo, pero el equilibrio de poderes se desvanece. Poco a poco, las normas dejan de proteger al ciudadano y pasan a blindar al gobernante. "La erosión es tan gradual que gran parte de la población apenas la percibe. Y cuando finalmente lo hace, ya es demasiado tarde", avisa en The Trader.

En menos de un año, Donald Trump ha convertido esa estrategia en un manual de poder. Ha despedido a decenas de miles de funcionarios, desmantelado agencias públicas, presionado a empresas y medios de comunicación, y usado el aparato del Estado como herramienta personal. Ha mezclado sin pudor sus negocios privados con las funciones de gobierno, influyendo en políticas que benefician sus inversiones o las de sus socios. Ha utilizado su influencia sobre los criptoactivos, sobre sectores energéticos y sobre medios afines para reforzar su poder político. Es un presidente que actúa como empresario en la Casa Blanca, sin que nadie (ni los reguladores, ni el Congreso, ni los tribunales) le pida cuentas. 

Lo más inquietante no es solo su agenda autoritaria, sino la ausencia de oposición real. El Partido Demócrata, dividido y temeroso, sigue sin saber cómo plantar cara. Ahora tiene, sin embargo, una oportunidad inédita: los republicanos necesitan sus votos para poner fin al shutdown del Gobierno. Por primera vez en un año, los demócratas podrían bloquear el país, pero temen hacerlo. Saben que Trump aprovecharía la ocasión para presentarlos como los culpables del caos. Y, sin embargo, ceder de nuevo sería un error histórico: permitiría al presidente seguir gobernando como si nada ocurriera, consolidando su poder y debilitando aún más los contrapesos institucionales.

El sistema institucional estadounidense (basado durante dos siglos en los llamados “checks and balances”) se enfrenta a su prueba más dura. Los contrapesos solo funcionan cuando los actores respetan las reglas del juego. Cuando el poder decide ignorarlas o reinterpretarlas, las instituciones se vuelven impotentes. Lo que está ocurriendo en EEUU no es una anomalía: ya lo vimos antes en Hungría con Orban, en Turquía con Erdogan, o en Venezuela con Maduro, donde los líderes populistas desmantelaron los frenos democráticos paso a paso, mientras la población seguía creyendo que vivía en un régimen libre. La represión se disfraza de legalidad, la censura se justifica como “protección nacional” y la intimidación a los medios o la justicia se presenta como “reforma institucional”.

Los demócratas tienen ante sí una oportunidad única para demostrar que aún pueden frenar la deriva autoritaria. Pueden doblegar a Trump, al menos una vez, forzándole a aceptar concesiones a cambio de dar por concluido el “shutdown”. Pero deben entender que no se trata de mantener el cierre del Gobierno durante unos pocos días, como ha ocurrido tantas veces antes, sino durante el tiempo que haga falta. Solo así los mercados financieros comenzarán a reaccionar con nervios y desconfianza, y llegado el momento, incluso las agencias de rating se verán obligadas a reflejarlo con una rebaja de la nota soberana, encareciendo el coste de financiación de la inmensa deuda que tiene EEUU. Y si hay algo que Trump y su entorno empresarial no toleran, es una pérdida de confianza generalizada en los mercados. 

No sería la primera vez que el presidente da marcha atrás cuando la Bolsa le muestra los dientes: ya en abril de este año, durante su segundo mandato, suspendió a las pocas horas la entrada en vigor de sus propios aranceles tras la reacción de desplome superior al 20% en el S&P 500. 

Si los demócratas mantienen el pulso del “shutdown”, el país enfrentará días de tensión y los mercados reaccionarán con nerviosismo. Pero si vuelven a ceder, la verdadera sacudida no será económica, sino institucional: "cada concesión a Trump acerca un poco más a Estados Unidos a perder, sin darse cuenta, aquello que siempre lo definió como nación", advierte este experto.

Ebury: el dólar sufrirá por el bloqueo en EEUU

Ebury, la fintech global especializada en pagos internacionales e intercambio de divisas, subraya la sorprendente fortaleza que está mostrando el dólar desde el inicio del cierre del Gobierno federal, lo que considera un desafío a la lógica habitual y a los movimientos registrados durante el último cierre en 2018.

No obstante, los analistas de Ebury consideran que “será difícil que el billete verde mantenga su actual trayectoria, dado que no se vislumbra una solución al bloqueo en el Congreso”.

Los mercados de apuestas apuntan ahora a que el cierre podría prolongarse casi un mes, lo que lo situaría en niveles similares al récord alcanzado durante el primer mandato de Trump.