03Dec

En el primer trimestre de 2026 lanzará un fondo de capital riesgo, en alianza con una firma especializada, con un importe mínimo de entrada de 20.000€, con una clase C a partir de 150.000€. La recomendación es que no supere nunca el 10% de peso en la cartera total del cliente.

Miguel Ángel Valero

Ibercaja Gestión terminará 2025 con unas cifras que multiplican por dos los objetivos iniciales. Hasta noviembre supera los 28.700 millones€ gestionados (+11,3% sobre 2024), más de 262.000 partícipes (+4%), 2.200 millones€ en nuevas aportaciones a sus fondos de inversión, y los 1.000 millones en captaciones netas por sexto año consecutivo. 
Luis Miguel Carrasco, director del Área de Gestión de Activos y Seguros de Ibercaja; cree que “la consistencia del dinámico comportamiento en los últimos años y los logros conseguidos son fruto de la confianza de nuestros clientes y de la labor de asesoramiento realizada por los profesionales de la red de oficinas; de las soluciones anticipadas para captar las oportunidades de los diferentes entornos de mercado; y de las rentabilidades positivas de toda la gama de nuestros fondos de inversión, a pesar del complicado contexto de mercado”.

"Hemos tenido un contexto de gestión porque había materia prima, el ahorro", al que se le ha ofrecido un asesoramiento global para que el cliente rentabilice más y mejor su liquidez. "Ibercaja no necesita tener el dinero en el balance para dar créditos", lo que facilita el trasvase de depósitos a fondos y a la inversión a largo plazo: “Primero, apostamos por la Deuda Pública a corto plazo, para posteriormente ir virando hacia estrategias de un poco más de riesgo y retorno, como fondos de Crédito Privado a corto plazo y finalmente a largo, cuando los tipos tocaron techo”.

Desde 2022, Ibercaja ha incrementado su cifra de clientes en Fondos de Inversión en más de 46.500, a un ritmo de un 7% anualizado. Ha captado 7.400 millones€ en los últimos tres años y 2025 va a situarse entre los tres mejores de la historia de la gestora, en términos de captaciones, superando los 2.200 millones. El resultado es que de cada 100€ de aportaciones a Fondos de Inversión en España, 9,7 van a productos de Ibercaja Gestión, que ha ganado 50 puntos básicos (pb) de cuota de mercado en el último trienio, representando ya el 6,4%.

Rentabilidades positivas en la gama de fondos de inversión de Ibercaja

La directora general de Ibercaja Gestión, Lily Corredor, subraya que los partícipes de los Fondos de Inversión de la entidad van a disfrutar, por tercer año consecutivo, de rentabilidades positivas: “La gestión activa realizada nos ha permitido aprovechar este comportamiento positivo del mercado alcanzando una rentabilidad media ponderada en los once primeros meses del año superior al 3% en toda la gama, que asciende en términos anualizados al 5,85% si hacemos referencia a los últimos 3 años”.

Destaca el acierto de la apuesta estratégica por la renta fija como punta de lanza de la hoja de ruta comercial, ya que los fondos acumulan una rentabilidad media ponderada del 6,3% entre enero de 2024 y octubre de 2025, situándose casi un punto por encima de la media del sector y superando en más de 80 pb a su competidor más cercano.

“Está siendo un año frenético en lo que se refiere a adaptar nuestra propuesta al entorno de mercado, con la incorporación de 12 nuevas soluciones”, indica. "Si se quiere lograr una rentabilidad que bata claramente a la inflación, hay que invertir un poco en renta variable", explica Lily Corredor.

"El camino de la diversificación cuesta iniciarlo y es largo, y hay que contar con una gama de productos suficientemente amplia para que el inversor conservador suba paso a paso, con fondos de renta fija a medio plazo, luego a largo, la escalera hacia la renta variable", insiste.

Entre los nuevos productos, Ibercaja Renta Fija Horizonte 2028 “se sitúa en el top 10 de fondos más vendidos en España con unas aportaciones netas superiores los 1.000 millones”. Ibercaja Cartera Conservadora e Ibercaja Diversificación apuntan a los clientes que están pensando en invertir por primera vez en fondos, a los que tienen preferencia por activos de corto plazo, así como el inversor que todavía no ha dado el paso a diversificar en carteras mixtas tradicionales. Tras 7 meses desde su lanzamiento, estos dos fondos acumulan un patrimonio de más de 900 millones y han sido capaces de obtener en todos los meses rentabilidades positivas.

En 2026, Corredor estima que la propuesta de valor de la gestora se centrará en la diversificación y las carteras mixtas como “punta de lanza de su estrategia comercial”.

También irá aumentándose "poco a poco, porque necesita asentamiento, consolidación", la oferta de fondos sostenibles, que ahora supone el 20% del total.

Enfoque constructivo y basado en la microeconomía

Beatriz Catalán, directora de Inversiones de Ibercaja Gestión, dibuja un 2026, con un crecimiento discreto pero resistente en EEUU, apoyado en el "triunvirato" favorable de política monetaria, política fiscal y desregulación, la Fed bajará tipos hasta cerca del 3% si la inflación se modera; una Eurozona con un crecimiento del 1%, una inflación controlada y un BCE "cómodo" con los tipos de interés en el 2%, con Alemania como locomotora; y una estabilidad financiera en China, que tras los estímulos inyectados en su economía busca recuperar su senda de crecimiento.

“En un entorno global marcado por ciclos económicos divergentes y distintos caminos de política monetaria, los inversores en renta fija se enfrentan a un entorno más discreto que en años anteriores. En este contexto, la flexibilidad es la piedra angular en renta fija para tener éxito en estos tiempos inciertos”, apunta.

En cuanto a la renta variable, Catalán ha apuntado a “una visión constructiva”, con tres puntos que favorecerán la evolución de los activos de riesgo: el robusto crecimiento de beneficios empresariales, unas políticas monetarias relajadas y la disminución de las incertidumbres políticas.

Los factores geopolíticos y la macroeconomía perderán protagonismo frente a los fundamentales de la microeconomía, y la omnipresencia de la IA. "Las empresas que adopten de manera eficiente esa tecnología van marcar la diferencia", porque la IA empujará el PIB de EEUU en medio punto.

Solo el 10% de las empresas del S&P 500 han adoptado la IA en sus negocios, pero eso durará poco: “Todas las industrias estamos comenzando a utilizar la IA para reducir costes. Menos gastos y más productividad significan mayores beneficios, que a su vez son el principal motor del alza de las valoraciones en Bolsa. Eso nos va a dar una gran diferencia entre aquellas empresas que estén adoptando la IA de una forma eficiente o no. Algunas ya se están quedando para atrás”, avisa Beatriz Catalán.

“Las dudas que puedan surgir en mercado sobre las valoraciones del boom de la IA, sobre la propia monetización de todas las inversiones realizadas y las pausas que pueda efectuar la Reserva Federal en su senda de bajadas de tipos pueden ser los principales puntos de incertidumbre a lo largo del próximo año causantes de volatilidad”, advierte.

Este escenario requiere un enfoque activo y selectivo, en el que no estar invertido es el riesgo mayor. “Cautela no significa no estar invertido sino estar bien invertidos”, recalca.

"Hay que buscar aquellos sectores y empresas con crecimientos de beneficios robustos y revisiones al alza de manera consistente", subraya. Entre ellos, la tecnología, "que puede dar cierto vértigo, pero todo va a depender de que esos beneficios sigan revisándose al alza", software y semiconductores, en EEUU, también se verán beneficiados sectores como el financiero, industrial y 'utilities'. Otra apuesta es el sector farmacéutico por las expectativas de cambios regulatorios, el creciente uso de la IA y porque tienen las valoraciones deprimidas. En Europa, farmacéuticas, electrificación, banca.

En renta fija, deuda de calidad frente a la de alto rendimiento, así como los bonos públicos y corporativos de Estados Unidos, porque el cruce euro-dólar se asentará en los 1,5-1,2. Pero lo más importante son carteras bien balanceadas entre renta fija y variable.

Fondo de capital riesgo, en el primer trimestre de 2026

A falta de la aprobación de la CNMV, Ibercaja Gestión quiere lanzar en el primer trimestre su primer fondo de Capital Riesgo. “Creemos que es un buen momento para lanzarlo y completar nuestra propuesta de valor a los clientes de Banca Privada, en un entorno de mercado donde tenemos que sofisticar las soluciones para que nuestros clientes sigan disfrutando de las excelentes rentabilidades que hemos tenido en los últimos años”, explica Luis Miguel Carrasco.

Será un fondo de fondos, en alianza con una firma especializada, con un importe mínimo de entrada de 20.000€, con una clase C a partir de 150.000€. La recomendación es que el capital riesgo no supere nunca el 10% de peso en la cartera total del cliente. El Real Estate no será una de las principales verticales del fondo, ya que el partícipe español suele tener ya posiciones inmobiliarias, por lo que se centrará en private equity. "Creemos que vamos a conseguir una cifra aceptable en un corto periodo de tiempo", ya que cuentan con años de experiencia en activos alternativos a través de sus fondos de pensiones.

03Nov

Ana Aguilar, economista jefe de Deloitte, asegura que los aranceles de Trump contribuyen al "cambio de paradigma", con un nuevo orden global basado en el proteccionismo industrial y comercial.

Miguel Ángel Valero

Ibercaja Gestión hace un balance de siete meses de los aranceles de Trump, con las siguientes conclusiones:

  • El impacto en el crecimiento ha sido moderado: las tasas efectivas de los aranceles, tras los acuerdos, han resultado inferiores a lo previamente establecido. Por otro lado, la actividad ha mostrado una resiliencia inesperada y los precios no se han visto tan afectados.
  • Se comienza a observar el efecto de los aranceles en los precios: tanto la inflación subyacente como la general no han registrado fuertes repuntes. Pese a esto, el análisis por componentes empieza a reflejar que los bienes más expuestos a los aranceles, los que cuentan con una mayor intensidad importadora, sí que están sufriendo incrementos en los precios.
  • El dólar se deprecia y el tipo de cambio no equilibra la balanza comercial:  con el dólar depreciándose, los márgenes deberían deteriorarse doblemente si las empresas exportadoras no son capaces de incrementar los precios. Por ahora, los precios de las importaciones no han caído, es decir, las empresas exportadoras no están absorbiendo el efecto de los aranceles -más allá del perjuicio que genera la devaluación del dólar-.
  • Los flujos comerciales ya sufren distorsiones: más allá de los precios y el crecimiento, los aranceles afectan al comercio mundial. Los datos del segundo trimestre muestran una desaceleración, sobre todo provocado por la caída de las importaciones en EE. UU.
  • La incertidumbre se traslada a las empresas e inversores: los acuerdos arancelarios que ha ido alcanzando EE. UU. con el resto del mundo contribuyen a ello, aunque difícilmente nos llevarán a los niveles previos, ya que muchos de ellos cuentan con compromisos muy exigentes y áreas grises que abren la puerta a futuras tensiones y renegociaciones comerciales.
  • El nuevo orden mundial tendrá, inevitablemente, un impacto en el crecimiento: esta situación tiene, sin duda, un efecto negativo en el crecimiento a largo plazo. Sin embargo, existen otras variables -como el desarrollo de la IA- que están impactando positivamente en el crecimiento y que se espera que lo sigan haciendo en los próximos años. Pese a esto, probablemente, el incremento del PIB que veamos estará por debajo de la tasa de crecimiento que podría alcanzarse con una economía más integrada.

La Administración Trump, ya en campaña, se puso un objetivo claro: depender menos de las importaciones y del exterior, y volver a potenciar la industria nacional, sobre todo en segmentos geoestratégicos. La principal arma para tratar de alcanzar estos objetivos han sido los aranceles. El deseo proteccionista de Trump fue una realidad el 2 de abril, donde el arancel promedio sobre las importaciones en EEUU pasó del 2,3% al 22,3%. Desde entonces, ha habido pausas, extensiones de las pausas, negociaciones y acuerdos. En el momento actual, nos encontramos con un arancel promedio aproximado del 15,9%, algo menor al del Día de la Liberación, pero muy por encima del 2,3% con el que empezamos el año.

Todavía existe cierta incertidumbre acerca de un potencial acuerdo con China y en torno a la resolución del Tribunal Supremo sobre la validez del mecanismo utilizado por la Administración Trump para saltarse el Congreso y aprobar aranceles. Presumiblemente, antes de finales de año estos dos frentes deberían esclarecerse y podrían ser dos puntos que traigan volatilidad a los mercados.

Desde el inicio del año los inversores han ido reaccionando a los cambios en la política arancelaria. Pese a que Europa fue la ganadora en los primeros meses, a partir de mayo la tendencia se revirtió y los índices de EEUU y China han experimentado un mejor comportamiento. El oro, por su parte, ha seguido su tendencia ascendente y ha llegado a superar los 4.300$/onza.

Impacto moderado en el crecimiento

El Fondo Monetario Internacional (FMI) asegura que el impacto de los aranceles en el crecimiento ha sido moderado Las previsiones del FMI de abril se han visto ahora revisadas al alza. En un primer momento el impacto de los aranceles se estimó que reduciría medio punto el crecimiento en el PIB mundial en 2025, situándolo en el 2,8%. Hasta la fecha el impacto de los aranceles no ha afectado demasiado ni al crecimiento ni a los precios y, por este motivo, se produce una revisión al alza del 0,4%.

El impacto de los aranceles ha sido menor de lo esperado por varios motivos. En primer lugar, las tasas efectivas de los aranceles, tras los acuerdos, han resultado ser menores de lo previamente establecido. Por otro lado, la actividad ha mostrado una resiliencia inesperada y los precios no se han visto tan afectados. Los consumidores y las empresas se anticiparon a los aranceles y consumieron y acumularon inventario antes. Esto se tradujo en un impulso en la actividad en EEUU en el primer trimestre del 2025 -pese al decrecimiento del 0,6% por las importaciones-, que derivó en un crecimiento del PIB en el segundo trimestre del 3,8% (trimestral anualizado).

En China, el efecto fue opuesto. Mientras en el primer trimestre el crecimiento anualizado era del 6,1%, con una gran contribución de las exportaciones, en el segundo caía al 4,2%, con las exportaciones lastrando.

En cuanto a los niveles de precios, tanto la inflación subyacente como la general no han registrado fuertes repuntes. Pese a esto, el análisis por componentes empieza a reflejar que los bienes más expuestos a los aranceles, los que cuentan con una mayor intensidad importadora, sí que están sufriendo incrementos en los precios. Según Bank of America, en términos generales, el IPC subyacente de EEUU sin aranceles podría ser entre 30 y 50 puntos básicos (pb) más bajo.

Para explicar el ligero traspaso de los aranceles a precios finales -contrario al fuerte repunte transitorio que se esperaba-la clave reside en que el adelanto de las importaciones vino motivado por la percepción de potenciales incrementos en los precios. Como el timing de la incertidumbre es “conocido” (por ejemplo, la fecha en la que expira una pausa comercial o en la que se celebra una negociación) las empresas pueden planear: adelantan el acopio de inventarios y van incrementando precios lentamente, provocando aumentos graduales de la inflación. 

Haciendo una lectura de los últimos datos de inflación en EEUU, la teoría casa con la realidad: los precios de los bienes esenciales “core goods” acumulan ya cuatro incrementos consecutivos del 0,2%mensual, reflejando inequívocamente el efecto de los aranceles.

Además, se ha producido un retraso en la entrada en vigor de los aranceles, que queda reflejado en la diferencia entre lo anunciado (arancel efectivo) y lo recaudado (arancel activo).

En el desarrollo de la evolución del incremento de los precios el dólar tiene un papel importante. La teoría económica dice que establecer aranceles impacta sobre la moneda local -el dólar- apreciándola. Con esta apreciación, el mayor coste delos bienes por los aranceles se reduce, ya que con los mismos dólares que antes se accede a más bienes. Esto suele traducirse en un menor efecto de los aranceles en la balanza comercial, ya que el efecto reductor de los aranceles se compensa parcialmente con la apreciación de la divisa. En 2018, cuando Trump decidió imponer aranceles sobre China, el dólar se comportó así, pero no lo ha hecho esta vez, donde incluso hemos visto como se ha depreciado.

Las empresas que exportan a EEUU y venden en dólares -lo cual es habitual-, en un escenario donde el dólar se aprecia compensan parte de la pérdida de margen por compresión de precios de los aranceles con el tipo de cambio. En el contexto actual, con el dólar depreciándose, los márgenes deberían deteriorarse doblemente si las empresas exportadoras no son capaces de incrementar los precios. Por ahora, los precios de las importaciones no han caído, las empresas exportadoras no están absorbiendo el efecto de los aranceles-más allá del perjuicio que genera la devaluación del dólar-.Esto implica que los consumidores, y en especial las empresas estadounidenses, son los que están soportando el efecto.

Más allá de los precios y el crecimiento, los aranceles afectan al comercio mundial. Los datos del segundo trimestre muestran una desaceleración, sobre todo provocado por la caída de las importaciones en EEUU. Los aranceles llevan a que las rutas comerciales se alteren. En este caso, parte de la caída en las exportaciones de China a EEUU se ha compensado con ventas a la Eurozona.

Lejos de la normalidad en incertidumbre comercial

Otra de las cuestiones clave es si los niveles de incertidumbre comercial se normalizarán en algún momento cercano. Los acuerdos arancelarios que ha ido alcanzando EEUU con el resto del mundo contribuyen a ello, aunque difícilmente nos llevarán a los niveles previos, ya que muchos de ellos cuentan con compromisos muy exigentes y áreas grises que abren la puerta a futuras tensiones y renegociaciones comerciales. 

En la actualidad, todavía estamos lejos de alcanzar una situación de equilibrio, a pesar de conocerse ya la gran mayoría de los acuerdos. En este escenario, es probable que la incertidumbre económica siga lastrando el crecimiento mundial. Ahora bien, ¿a través de qué canales se materializan los efectos negativos de la incertidumbre en la actividad económica? Esencialmente existen dos. En primer lugar, bajo el clásico método de opciones reales, las empresas reaccionan paralizando o atrasando sus proyectos ante aumentos de incertidumbre. Esto es así por el simple motivo de que esperar es más barato -o menos costoso- que realizar una mala inversión. En este sentido, los hogares registran un patrón de comportamiento similar; postponen las compras de bienes duraderos y reducen su gasto a lo esencial. En segundo lugar, cuando se perciben estos riesgos, la tasa de ahorro de los hogares aumenta, reduciendo el crecimiento del gasto.

La incertidumbre, además de afectar a las empresas y al crecimiento económico, tiene un impacto directo en los inversores. Existe evidencia empírica de que hay una relación directa entre los incrementos en el índice de incertidumbre comercial (TPU) y un mayor retorno requerido por parte de los inversores para invertir en activos de riesgo Cuando la incertidumbre comercial aumenta, las empresas más expuestas a ello, por estar más globalizadas o por tener una relación comercial directa entre los países o regiones afectados, son las más penalizadas. Los inversores exigen una prima de riesgo por invertir en este tipo de activos que, a posteriori, cuando se produce una reducción de la incertidumbre, da lugar a mejores rendimientos de media.

Lo que queda claro es que la economía va encaminada hacia un escenario de mayor fragmentación y asilamiento entre países. Los aranceles, que hasta ahora han sido esquivados con cambios en las rutas, reorganización de la producción y ruptura de alianzas comerciales, provocan que la asignación de los recursos productivos sea subóptima. Esta situación tiene, sin duda, un impacto negativo en el crecimiento a largo plazo. 

Esto no significa que el crecimiento vaya a ser negativo, o que vayamos a ver una recesión por el efecto de los aranceles. Existen otras variables -como el desarrollo de la IA- que están impactando positivamente en el crecimiento y que se espera que lo sigan haciendo en los próximos años. Pese a esto, probablemente, el incremento del PIB que veamos estará por debajo de la tasa de crecimiento que podría alcanzarse con una economía más integrada.

Los efectos de los aranceles en los precios de los bienes en EEUU son cada vez más visibles. Durante los próximos meses es probable que el traslado gradual se acelere y que se produzca una inflación transitoria en EEUU.

Queda ver cómo terminan de adaptarse las empresas y los inversores. Las empresas deberán ser capaces de elegir con precisión quirúrgica qué inversiones realizan. Por su parte, los inversores, que cada vez reaccionan con menos aversión al riesgo al ruido generado por las noticias arancelarias -o quizás ya se hayan cansado de tantos titulares y falsas alarmas-, deben ser capaces de entender los verdaderos efectos en el largo plazo. 

Tregua con China

El apretón de manos entre Donald Trump y Xi Jinping, que dio inicio a una nueva tregua comercial. Siguiendo el patrón del Trump 1.0, tras un periodo de hostilidades se alcanza el entendimiento. Ambas partes han cedido, conscientes de que se necesitan mutuamente para continuar su competición estratégica. EEUU se muestra más flexible en la exportación de semiconductores de alta gama al gigante asiático y ha anunciado una reducción de 10 p.p. en los aranceles. 

Por su parte, China aplaza durante un año las restricciones sobre las tierras raras y se compromete a retomar las compras de soja estadounidense. 

De este modo, Trump resuelve un problema autoinducido, generando una sensación de victoria en una batalla geopolítica que trascenderá su mandato.

Mientras, varios acuerdos, ya cerrados sobre el papel, empezaron a detallarse, como con Japón, Corea del Sur, Vietnam, Malasia o Tailandia. Trump aprovechó la reunión de Cooperación Asia-Pacífico para hacer una ronda de confirmación de acuerdos y recabar alguna exigencia más. 

Deloitte: cambio de paradigma

En el 32 Encuentro del Sector Asegurador, organizado por Deloitte, Mapfre y ABC, Ana Aguilar, economista jefe de Deloitte, reconoce que "los economistas hablamos cada vez más de geopolítica" y asegura que hay un "cambio de paradigma": los aranceles de Trump, el abandono del rigor fiscal por Alemania, el programa de defensa de la UE, que a la vez deja de comprar gas ruso, la reducción "silenciosa" del balance del BCE ("¿quién compra los bonos?"), o el empoderamiento del Sur global.

El nuevo orden global se caracteriza por el proteccionismo comercial e industrial, el bilateralismo, la rivalidad entre EEUU y China, el control sobre las inversiones extranjeras, la seguridad y la defensa. Entre 2012 y 2024, EEUU ha invertido 600.000 millones$ en IA, el doble que China, y seis veces más que la UE. El gasto militar, que en 2009 era de 1,8 billones$, en 2024 ya había ascendido a 2,6 billones. China domina las tierras raras, con un 60%, frente al 16% de EEUU.

Pese a todo, "a corto plazo la economía resiste mejor de lo esperado, con los tipos de interés normalizados o normalizándose", señala esta experta. Avisa que el impacto de los aranceles será más permanente y afectará al coste de los siniestros.

"Si queremos crecer a largo plazo, hay que impulsar la productividad", subraya. Al mismo tiempo, crece el peso sénior en la población. Y el endeudamiento público global sigue en alza. "Las expectativas de inflación, endeudamiento e incertidumbre influyen sobre los mercados de deuda", advierte.

Ana Aguilar ve oportunidades en el Mercado Único Europeo, especialmente si la UE hace valer su estabilidad. Destaca la salud financiera de las empresas y las familias en España, que tiene unos costes de financiación estables. Además, el foco en la defensa supone un impulso a la innovación. 

29Oct

Los analistas creen que el Banco Central Europeo retomará el proceso de bajadas de tipos a partir del segundo semestre de 2026.

Miguel Ángel Valero

A diferencia de la Reserva Federal, que deberá bajar los tipos prácticamente a ciegas por el apagón estadístico provocado por el cierre de la Administración, como publicó Dinero Seguro, el Banco Central Europeo (BCE) afronta la reunión de su Consejo de Gobierno el jueves 30 de octubre con los deberes hechos. Sin novedad en el frente.

Ibercaja: atentos a los datos de crecimiento

Cristina Gavín, jefa de Renta Fija en Ibercaja Gestión, no espera sorpresas, el BCE mantendrá el tipo de intervención inalterado por cuarta reunión consecutiva, situándose la facilidad de depósito en el 2%. Sin actualización de cuadro macro, y sin cambios esperados en el 'discurso' se anticipa que la reunión no tendrá efectos significativos sobre los mercados.La política monetaria actual llevada a cabo por parte del Banco Central Europeo y su transmisión a la economía real parece satisfacer a los diferentes miembros del consejo. Se mantiene en cualquier caso el mensaje de que es necesario seguir monitorizando la coyuntura económica y tomar decisiones reunión a reunión en función de los datos que se vayan conociendo.

De esta manera, "aunque a día de hoy parece poco probable que asistimos a una nueva bajada en el tipo de intervención, no solo en lo que queda de este año, sino incluso de cara a la primera mitad de 2026, será necesario estar atentos a los datos de crecimiento que vayamos conociendo en la zona euro, ya que una inflación que se mantiene cerca del objetivo del 2%, y unos datos de crecimiento con riesgo claramente a la baja, podrían justificar que la autoridad monetaria retomara su senda de bajadas de cara a la segunda mitad de 2026".

Banca March: el BCE seguirá en modo pausa

"No esperamos novedades y consideramos que va a seguir en modo “pausa”. Con un crecimiento débil y una inflación ya acercándose al objetivo del 2%, la autoridad monetaria europea mantendrá en su reunión del jueves los tipos oficiales inalterados en el 2%", señalan en Banca March.

Ebury: divergencia económica entre Alemania y Francia

Tiempo de pausa y tranquilidad para el BCE. El ciclo de recortes de tipos del BCE parece haber llegado a su fin, al menos de momento, dada la solidez de la actividad empresarial y el aumento de la inflación. "Por fin hemos recibido buenas noticias en el ámbito político europeo este mes. El Gobierno francés no se ha colapsado en los últimos cinco minutos y contando, lo que supone una racha impresionante teniendo en cuenta los precedentes existentes", subrayan en Ebury. 

La zona euro también está mostrando signos de mayor dinamismo económico. El PMI de octubre sorprendió al alza, habiendo subido el índice compuesto a su nivel más alto de los últimos diecisiete meses (52,2). Esto es una muestra de gran resiliencia ante los riesgos bajistas que plantean los aranceles estadounidenses. Sin embargo, el crecimiento de la actividad empresarial no está siendo uniforme en toda la Eurozona dado que estamos observando una creciente divergencia entre el rendimiento económico de las dos principales economías del bloque: Alemania y Francia. La primera ha experimentado un fuerte repunte de la actividad empresarial y, por fin, parece estar cosechando los frutos del enorme estímulo fiscal del Gobierno. Francia, sin embargo, sigue a la zaga y se encuentra sumida en la incertidumbre política. 

Por su parte, la actividad de los servicios es sólida en la Eurozona, mientras que el sector manufacturero, que representa una parte menor de la economía, apenas se mantiene a flote. El componente de precios del informe PMI no ha mostrado cambios drásticos en el panorama inflacionario europeo. Los últimos datos oficiales del IPC armonizado tampoco reflejan grandes cambios. El aumento inesperado de la inflación subyacente, que subió al 2,4 % en septiembre, respalda la postura de mantener los tipos intactos, aunque la relajación de las presiones salariales y la reciente apreciación del euro podrían ejercer una presión a la baja sobre la inflación en los próximos meses.  

Dado que el BCE no actualizará sus previsiones macroeconómicas este mes y que los mercados consideran que no hay ninguna posibilidad de que se produzca otra bajada, los inversores centrarán toda su atención en las comunicaciones del banco. El Consejo de Gobierno reiteró en su reunión de septiembre que los tipos se encuentran "en un buen lugar", un mensaje que han repetido la presidenta Lagarde y otros altos cargos en los últimos días, y que probablemente reiterarán este jueves. "Creemos que el tono de Lagarde en la rueda de prensa será neutral, aunque es posible que se muestre más hawkish dada la mayor resiliencia económica que hemos observado recientemente. Es probable que siga mostrando confianza en la consecución del objetivo inflacionario del 2%. También podría señalar que la relajación de las presiones salariales contribuirá a que la inflación se mantenga en torno al objetivo en el horizonte de previsión. Esto respaldaría la postura de no recortar los tipos en el futuro cercano", añaden en Ebury.

"A diferencia de la Fed, creemos que es muy improbable que el BCE vuelva a bajar los tipos este año, ya que los últimos datos económicos han elevado aún más el listón para recortarlos. Los mercados están sopesando la posibilidad de un recorte en 2026, y ahora mismo los swaps asignan una probabilidad de en torno el 50 % de que se produzca una nueva rebaja a mediados del año que viene. En cualquier caso, hay pocas posibilidades reales de que se produzca un ajuste de tipos en los próximos meses, y cualquier debate al respecto parece prematuro de momento", concluyen.

Mediolanum: esperar y observar

Niall Scanlon, gestor de Carteras de Renta Fija en MIFL (Mediolanum International Funds): "Esperamos que el BCE mantenga los tipos de interés sin cambios en su reunión de octubre, en línea con las perspectivas del mercado, y que reafirme su postura actual de 'esperar y observar'. El BCE quiere mantener los tipos en los niveles actuales durante un tiempo, y dado que en esta reunión no se publicarán las nuevas previsiones económicas, no hay un catalizador que justifique un cambio significativo en el mensaje del Consejo de Gobierno del BCE".

En su última reunión de septiembre, la presidenta Christine Lagarde dejó claro que el umbral para aplicar medidas de estímulo adicionales sigue siendo alto y que el BCE se siente cómodo pasando por alto las leves desviaciones a la baja de la inflación proyectada para 2026 y 2027. Desde entonces, las declaraciones de los miembros del Consejo de Gobierno del BCE han reforzado esta visión, ya que la mayoría parece considerar que el tipo de interés actual es, en líneas generales, neutral, y que no hay necesidad urgente de realizar más ajustes por el momento. Los datos recientes han sido mixtos, pero no lo suficientemente concluyentes como para justificar un cambio en el discurso del BCE.

Sin nuevas previsiones económicas, esta reunión debería funcionar más bien como un “chequeo” para mantener el mensaje del mes pasado. "Estaremos atentos a cualquier indicio de que el BCE pueda dejar la puerta abierta a posibles recortes de tipos, así como a su valoración de los riesgos al alza o a la baja, que el mes pasado describieron como 'equilibrados', señala.

"No esperamos que esta reunión tenga un impacto relevante en el mercado, ya que el consenso apunta claramente a una pausa en los tipos. Sin embargo, de cara a las próximas semanas, creemos que los datos podrían debilitarse, a medida que el efecto de los aranceles lastra el crecimiento en los próximos trimestres. Esto, junto con las previsiones de inflación por debajo del objetivo para 2026 y 2027, podría llevar al BCE a adoptar una postura más moderada a finales de este año o comienzos del próximo, especialmente si la relajación fiscal en Alemania no se traduce rápidamente en un impulso suficiente para compensar estas preocupaciones. La reunión de diciembre debería ser más 'dinámica', ya que se presentarán las nuevas previsiones económicas actualizadas", apunta el experto de Mediolanum.

Pictet: tipo de interés terminal en el 2%

Nadia Gharbi, economista para Europa en Pictet WM: "Esperamos que el BCE mantenga su tasa de depósito bancaria sin cambios en el 2%, con enfoque dependiente de los datos, reunión a reunión. Es probable que su presidenta Lagarde reitere que el BCE está en buena situación, aunque mantiene las opciones. El tono de comunicación puede seguir neutral, sin cambios de orientación. Prevemos que sea constructivo respecto a crecimiento, de limitada preocupación respecto a las menores previsiones inflación -2,1 % en 2025; 1,7 % en 2026 y 1,9 % en 2027-. Los datos recientes han estado en línea, lo que respalda el retraso de nuevos recortes de tipos de interés. La reunión de diciembre tendrá más importancia, pues habrá previsiones para 2028. En todo caso, no vemos nuevos recortes de tipos. Una flexibilización adicional requiere un catalizador claro, como pronunciada menor inflación o fuerte deterioro de la actividad económica. De manera que nuestro escenario sigue siendo que el tipo de interés terminal del BCE sea el 2% en este ciclo".

DWS: el ciclo de recortes aún no ha terminado

Para Ulrike Kastens, Economista Senior de DWS, "no sería ninguna sorpresa que el BCE mantuviera el tipo de depósito en el 2%. Varios comentarios siguen sugiriendo que el BCE está bien posicionado. Por lo tanto, no se esperan cambios en la comunicación. La dependencia de los datos sigue siendo clave, sin ningún compromiso previo con respecto a ninguna otra vía de política monetaria. Hasta ahora, todo bien".

"Sin embargo, nos preocupa que este posicionamiento no sea sostenible en los próximos meses. Si bien la economía mostró resiliencia en el primer semestre de 2025, es probable que se produzca un estancamiento en el segundo, sobre todo porque se ha retrasado la recuperación del sector manufacturero.Los acontecimientos políticos en Francia también siguen planteando un riesgo para la economía. Además, la caída de los precios del petróleo podría provocar un incumplimiento más significativo del objetivo de inflación. Seguramente sean temas que se discutirán el jueves. Sin embargo, el posicionamiento futuro del BCE también depende de las nuevas proyecciones de crecimiento e inflación, que se publicarán en diciembre de 2025. Por primera vez, también se proporcionarán proyecciones para 2028. Teniendo en cuenta los temas mencionados anteriormente, todavía vemos la posibilidad de que el ciclo de recortes de tipos de interés del BCE aún no haya terminado".

Columbia Threadneedle: el BCE tiene margen para volver a bajar tipos

Luke Copley, gestor de carteras de renta fija de Columbia Threadneedle Investments: “Esperamos que el tipo de depósito se mantenga en el 2%, en línea con los precios actuales del mercado. Es probable que el BCE se mantenga fiel a su mensaje de adoptar un enfoque basado en datos y adopte decisiones reunión a reunión, sin comprometerse con ninguna trayectoria futura de tipos. Es posible que Francia sea un tema de conversación para el Consejo de Gobierno, pero, en última instancia, los movimientos del diferencial soberano no han sido lo suficientemente extremos como para justificar la necesidad de su herramienta anti-fragmentación: el instrumento de protección de la transmisión (TPI). La reunión de esta semana será una especie de “reunión provisional”, mientras que la reunión sobre política monetaria del 18 de diciembre será más sustancial, ya que se actualizarán las proyecciones macroeconómicas sobre el mercado laboral, abarcando - por primera vez - hasta 2028”.

“De cara al próximo año, es probable que la puerta esté más abierta a otra bajada que a una subida. Las previsiones consensuadas de inflación apuntan a que el IPC de la zona euro se situará por debajo del objetivo en el primer semestre de 2026 debido a los efectos de base, impulsados principalmente por la energía. Si esto se produce junto con un entorno interno o externo más débil, o un euro más fuerte, en el segundo semestre de 2026 los precios podrían bajar aún más, momento en el que el BCE tendría margen para volver a recortar los tipos de interés oficiales”.

14Oct

¿Será capaz EEUU de mantener su liderazgo en un mundo donde China combina su poder económico, su influencia geopolítica y su empuje tecnológico para disputarle la hegemonía? La carrera está abierta, y todo indica que la IA será el terreno donde se juegue el futuro del orden global.

Miguel Ángel Valero

Tras su éxito en Gaza, Donald Trump vuelve a sus frentes abiertos: el doméstico, con el cierre de la Administración sumando días e impactos; y los aranceles, ya que China intensifica sus medidas contra el comercio marítimo con EEUU.

China ha dado un nuevo paso en la escalada de tensiones comerciales con EEUU al activar tarifas portuarias para buques estadounidenses que atraquen en sus puertos. Las embarcaciones de propiedad estadounidense, construidas en EEUU o que enarbolen su bandera, deberán pagar una tarifa inicial de 400 yuanes (56$) por tonelada corta (907 kg), que aumentará progresivamente hasta alcanzar 1.120 yuanes (157$) en 2028. 

Esta medida es similar a la anunciada por Washington, que, tras una investigación iniciada en 2024, comienza el 14 de octubre a aplicar un gravamen de 50$ por tonelada corta a los barcos chinos. Además, 

Además, China ha prohibido que empresas nacionales realicen transacciones con cinco filiales estadounidenses del grupo surcoreano Hanwha Ocean, uno de los mayores constructores navales de Asia. Pekín acusa a estas subsidiarias de haber colaborado con el gobierno estadounidense en la investigación que ha dado lugar a las nuevas tarifas portuarias a embarcaciones chinas.

Mientras, las Bolsas globales recuperaban posiciones, sobre todo en EEUU tras la importante corrección vista el viernes 10 de octubre. Y es que el tono belicoso de Trump quedaba suavizado tras la amenaza el viernes de aranceles adicionales del 100% a China, con mensajes ahora de que “todo va a ir bien” y mientras sigue en pie la reunión Trump-Xi Jinping prevista en Corea del Sur con motivo de la cumbre APEC –Cooperación Económica Asia-Pacífico–.

También influye el acuerdo de OpenAI con Broadcom (+9,9%) para la producción conjunta de centros de datos y chips, que se suma a los recientemente firmados por el creador de Chat GPT con Nvidia y AMD.

Y el anuncio de JP Morgan, el mayor banco global por activos gestionados, para movilizar 1,5 billones$ en la próxima década en sectores críticos para la seguridad nacional de EE.UU. como son defensa o energía. El banco presidido por Jaime Dimon destinará además 10.000 millones de su propio capital para tomar posiciones en empresas punteras estratégicas. En definitiva, nuevo apoyo privado a los objetivos del plan de infraestructuras de Trump. 

Pero el martes se inicia con ventas en Europa y futuros del S&P 500 retrocediendo un 0,7%. Son nuevas muestras de la cautela ante el prolongado cierre del gobierno y el consiguiente retraso en la publicación de datos económicos.

Caídas generalizadas en Asia por tercera sesión consecutiva, lideradas por China y Japón, por los temores a un recrudecimiento a la guerra comercial con EEUU, en el primer caso, y tras conocerse que los partidos de la oposición buscan formar una coalición con la que controlar el Parlamento e impedir a la conservadora Sanae Takaichi ser la primera mujer en acceder a la presidencia del Gobierno en ese país.

Ibercaja Gestión: qué pasa si la Fe baja tipos

En su comparecencia en Jackson Hole, Powell dejó claro que la Fed tendría que ser menos restrictiva por un tiempo y, consecuentemente, se dispuso a realizar la primera bajada de tipos en septiembre. Pese a que todavía existen dudas sobre si el ritmo seguirá en los próximos meses, resulta clave entender cómo se han comportado los mercados en contextos similares. En lo que llevamos de siglo, hemos tenido tres periodos donde la Fed ha iniciado una bajada de tipos y todos ellos han ido de la mano de una recesión.

Actualmente los tipos en EEUU se encuentran en el 4,25% (límite superior de la banda) y las previsiones para diciembre de 2025 descuentan dos bajadas de 25 pb más. El tipo de interés terminal se sitúa cerca del 3,0% para finales de 2026, lo que supondría cerca de 6 bajadas. El mercado, por tanto, ya descuenta una considerable reducción en los próximos 12 meses, debido al tensionamiento en el empleo de EEUU; a la moderación, aunque no caída, en la inflación, y al buen desempeño de la economía, pese a la incertidumbre arancelaria.

"Por lo tanto, la pregunta que cabe hacerse es si esta vez volvemos a estar ante las puertas de una recesión o si, por el contrario, las bajadas de la Fed darán el impulso extra a una economía que empieza a deteriorarse, sin causar una escalada inflacionaria", apunta un análisis de Ibercaja Gestión.

Para ello, espreciso analizar qué factores suelen llevar a las economías a entrar en recesión. Pese a que confluyen múltiples factores, podemos resumir la lista en tres: 

  • (1) shocks de oferta o demanda de materias primas (Petróleo, 1979), 
  • (2) niveles de endeudamiento privado excesivamente elevados (Crisis Financiera, 2007), 
  • o (3) caídas drásticas en la inversión, principalmente la privada (Crack de1929).

El primer punto es el más impredecible de todos, pero la situación actual de EEUU, que es exportadora neta de energía, la hace menos dependiente de posibles shocks de oferta. Si bien es cierto que la demanda de energía se espera que incremente a un ritmo elevado por la gran inversión en centros de datos, a corto plazo, en este ciclo de bajadas, teniendo en cuenta, además, la gran oferta con la que está decidiendo inundar el mercado la OPEP, parece poco probable que nos dirijamos a un escenario de recesión o inflación por este motivo.

Poniendo el foco en el segundo punto, el riesgo de estar actualmente en una situación tensa es mayor. Si observamos los niveles de endeudamiento sobre el PIB de empresas industriales y comerciales, vemos que están en niveles cercanos a máximos. Pese a que la tendencia actual es a la baja y alguien podría argumentar que en un escenario de crecimiento del PIB y donde el conjunto de capitalizaciones bursátiles sobre el PIB también está en máximos, la situación es menos preocupante, creemos que puede ser un factor de riesgo a medio plazo.


Por último, existe el riesgo de que el consumo, pero sobre todo la inversión, se frenen en el corto plazo. Por ahora ni los datos de PMI, ni la aportación de la inversión privada en el PIB, ni los niveles de inversión parecen mostrar señal de debilitamiento en EEUU El desarrollo de la IA hace que los planes de CAPEX de las empresas del S&P500, sobre todo las grandes tecnológicas, se eleven a niveles nunca vistos.

Las previsiones macroeconómicas de las distintas casas de análisis y de la propia Fed no indican que vaya a haber recesión, ni en 2026 ni en 2027, pero sugieren que existe un riesgo de cola considerable, que podría llevar a la economía estadounidense al estancamiento.

En un 56% de las veces en las que la Fed ha iniciado una senda de bajada de tipos, ésta ha ido seguida de una recesión. Esto, en parte, es así por el compromiso de la Reserva Federal de no sólo mantener la estabilidad de precios, sino también influir en la economía para alcanzar el pleno empleo y el crecimiento, lo que implica realizar recortes cuando hay estancamiento o descenso.

Cuando se inicia una bajada de tipos, el comportamiento de la renta variable, en concreto del S&P 500, pasados 12 meses es de media positivo. Pese a esto, existen periodos de grandes caídas, que suelen coincidir con escenarios donde el recorte de tipos va seguido de una recesión prolongada.

Por sectores, el análisis histórico arroja resultados mixtos. Por un lado, los rendimientos anuales medios que obtiene el sector tecnológico se desmarcan con fuerza del resto, siendo el único con rentabilidades positivas de doble dígito en escenarios con y sin recesión. Al sector tecnológico le siguen consumo discrecional e industriales, que muestran cierta resistencia bajo ambos escenarios.

En paralelo, los sectores más castigados son sanidad, consumo estable y energía, arrojando en promedio rentabilidades de hasta -10%. Gran parte del rendimiento anual medio que obtiene el S&P 500 tras el inicio de ciclos de recortes de tipos de la Fed se debe exclusivamente al sector tecnológico, que compensa el resultado negativo de la mayoría de los sectores debido a la creciente representación de las compañías tecnológicas dentro del índice.

Por regiones y países, Europa y Reino Unido son los más perjudicados bajo ambos escenarios, mientras que los mercados emergentes son en promedio los que cosechan los mejores resultados. Por otro lado, está el caso de Japón, siendo el país donde, de media, la dispersión de un escenario a otro es más elevada.

"Si bien es cierto que el futuro no tiene por qué ser una réplica de lo que ha acontecido en el pasado, lo cierto es que a veces rima. En el momento actual, el mercado cree que nos acercamos a un escenario de bajadas de tipos sin recesión y, si observamos los resultados del pasado, la situación no parece alarmante. En estos momentos, creemos que la clave es mantenerse invertido y con una visión de largo plazo", concluyen en Ibercaja Gestión.

Portocolom: no se frena el apetito inversor

Mario Catalá, director de inversiones en Portocolom AV, cree que la economía estadounidense continúa mostrando una dinámica mixta que, lejos de frenar el apetito inversor, está permitiendo que los mercados mantengan su tendencia alcista. Los PMI de septiembre reflejan esta dualidad: el manufacturero cede ligeramente hasta 52 desde el 53 de agosto, en línea con las previsiones, mientras que el de servicios corrige hasta 54,2, aunque por encima de lo esperado. La actividad económica, por tanto, no muestra signos de contracción. El PIB definitivo del segundo trimestre de 2025 ha sorprendido al alza con un crecimiento del 3,8%frente al 3% estimado inicialmente. La previsión de la Reserva Federal de Atlanta para el tercer trimestre se sitúa cerca del +4%, consolidando la senda de crecimiento tras el -0,5% registrado en el primer trimestre.

En cuanto a la confianza del consumidor, se observa un leve descenso en los dos principales indicadores: The Conference Board en septiembre se situó en 94,2 frente al 97,4 de agosto, y el indicador de la Universidad de Michigan cedió hasta 55,1 desde el 58,2 anterior.

El 1 de octubre se produjo el cierre del gobierno federal, tras la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos para aprobar la financiación del gobierno en el nuevo curso fiscal. El primer cálculo de la Oficina Presupuestaria del Congreso estima que cerca de 750.000 empleados se verán afectados temporalmente. Por otro lado miles de empleados considerados esenciales, como militares, agentes de seguridad y personal aeroportuario, siguen trabajando sin recibir salario, y aunque históricamente el Congreso ha aprobado el pago retroactivo de salarios una vez finalizado el cierre, en esta ocasión hay incertidumbre sobre si se mantendrá esa práctica, pues la administración Trump ha dado instrucciones a las agencias federales para preparar planes de despidos masivos. 

Según estimaciones de Standard & Poor’s, el cierre podría reducir el PIB de EEUU entre 0,1% y 0,2% por semana en caso de prolongarse. Adicionalmente, el cierre está paralizado la publicación de indicadores clave como el desempleo o la inflación, lo que complicará (aún más) la toma de decisiones por parte de la Reserva Federal. 

Los datos oficiales de empleo correspondientes a septiembre no se han publicado todavía, pero las referencias privadas han sido contradictorias: por un lado las vacantes de empleo o JOLTS, crecieron más de lo previsto hasta 7,2 millones de empleos ofertados, pero la encuesta ADP indicó el despido de 32.000 trabajadores en septiembre y revisó el dato de agosto de +54.000 a -3.000. Con todo, el número de personas desempleadas en EEUU supera en más de 150.000 al número de vacantes de empleo, siendo éste el diferencial más amplio desde 2017, si excluimos el periodo de pandemia.

La inflación en EEUU sigue suponiendo un reto para la Fed. El IPC de agosto subió dos décimas hasta el 2,9%, mientras que el subyacente se mantuvo en el 3,1% por tercer mes consecutivo. Aunque aún no conocemos el dato de septiembre, la estimación de la Fed de Cleveland sitúa el IPC en el 3%. El PCE también mostró presión inflacionaria con un dato del 2,7% en agosto frente al 2,6% de julio, mientras que el subyacente se mantuvo en 2,9%. En su reunión de septiembre, la Fed bajó en 25 puntos básicos (pb) el tipo de interés de referencia, situándolo en el rango 4%-4,25%. El mercado descuenta nuevas bajadas en las reuniones de octubre y diciembre, condicionadas a la evolución del empleo.

Sobre China: leve deterioro, pero crecimiento por encima del 5%. No se han producido cambios significativos en las principales magnitudes macroeconómicas chinas, aunque se aprecia un leve deterioro generalizado. El PIB del segundo trimestre se situó en 5,2% desde el 5,4% del primero, superando la corrección esperada. La tasa de desempleo de agosto subió al 5,3% desde el 5,2% de julio, y la producción industrial cedió hasta un 5,2% desde el 5,7% en julio.

Los PMI de septiembre se mantuvieron estables en la zona de 50: el manufacturero en 49,8 (ligeramente mejor de lo previsto) y el de servicios en 50 (ligeramente por debajo), con un IPC de agosto que volvía a territorio negativo con una lectura del -0,4%, frente al -0,2% esperado y el 0% de julio, reflejando que la recuperación de la demanda interna sigue pendiente.

De hecho, los datos de gasto interno durante la “semana dorada china”, periodo vacacional que precisamente trata de estimular el consumo interno fomentando el turismo a nivel nacional, no han sido buenos. A pesar de un incremento en el número de viajes y en el gasto turístico, el gasto per cápita se ha reducido ya un 2,6% en comparación a los niveles pre pandemia.

En comercio exterior, las exportaciones de agosto crecieron un 4,5% (5% estimado) y las importaciones un 1,3% (4,1% estimado), lo que ha permitido la expansión de la balanza comercial china, a pesar de los menores envíos a EEUU.

The Trader: la batalla decisiva se hace en IA

Desde su entrada en la OMC en 2001, China ha protagonizado una de las transformaciones económicas más rápidas y profundas de la historia moderna. En apenas dos décadas, pasó de ser el gran proveedor global de manufactura barata a convertirse en la segunda potencia mundial, el mayor exportador del planeta y un líder tecnológico en sectores clave. Su PIB per cápita se ha multiplicado por diez y el país acumula las mayores reservas de divisas del mundo, consolidándose como un actor imposible de ignorar en cualquier ecuación económica o geopolítica.

Sin embargo, bajo esa superficie de poder se esconden fuertes desequilibrios. Ciudades como Shanghái o Shenzhen muestran el rostro moderno y rico de China, mientras que vastas áreas rurales aún conviven con ingresos muy bajos y servicios básicos limitados. Esa dualidad explica por qué Pekín insiste en mantener su estatus de “país en desarrollo” dentro de la OMC, un argumento que se apoya en sus desigualdades internas, aunque contradiga su posición como superpotencia. Aun así, la novedad es que el primer ministro Li Qiang anunció en la ONU que, pese a conservar esa etiqueta, China ya no exigirá un “trato especial” en las futuras negociaciones comerciales, buscando proyectarse como un actor responsable y defensor del multilateralismo frente al proteccionismo creciente de Washington. 

Por otro lado, China sigue rellenando el vacío que deja EEUU en organismos internacionales mientras lidera el sur global y refuerza su papel en los BRICS. Esta estrategia le otorga influencia diplomática y económica, al tiempo que refuerza su identidad de potencia con un pie en el mundo desarrollado y otro en el emergente.

Pero la batalla decisiva no está en las etiquetas de la OMC ni en los foros diplomáticos, sino en el terreno tecnológico. La inteligencia artificial es el nuevo eje de la hegemonía global, y China avanza con fuerza para no depender de los chips estadounidenses. Jensen Huang, CEO de Nvidia, ha advertido que China está apenas “nanosegundos detrás” de EE. UU. en esta carrera. El gigante asiático obliga a que al menos la mitad de los chips en sus centros de datos sean de producción doméstica y apoya a empresas como Huawei en el desarrollo de alternativas a las plataformas dominadas por Estados Unidos. Esa apuesta por la independencia tecnológica, unida a su vasto mercado interno y a la rapidez de ejecución de sus planes industriales, convierte a China en un rival formidable.

"La pregunta es clara: ¿será capaz EEUU de mantener su liderazgo en un mundo donde China combina su poder económico, su influencia geopolítica y su empuje tecnológico para disputarle la hegemonía? La carrera está abierta, y todo indica que la IA será el terreno donde se juegue el futuro del orden global", subraya el analista Pablo Gil en The Trader.

Lazard: menor confianza en el dato de inflación de septiembre

Desde el 1 de octubre, las operaciones del Gobierno estadounidense que se consideran no esenciales han cesado. Mientras se espera una solución al estancamiento en Washington, la lista de publicaciones económicas retrasadas sigue creciendo. Una pregunta clave para muchos inversores es cuánto tardarán en publicarse los datos después de que el Gobierno reabra. Aunque este cierre podría desarrollarse de forma diferente, se pueden hacer una idea de cómo podría desarrollarse el proceso echando la vista a 2013, cuando se produjo el último “cierre total”, que duró 16 días, según Ronald Temple, estratega jefe de mercados de Lazard

“Los retrasos en las distintas estadísticas variaron, pero las agencias estatales se esforzaron por recuperar el calendario lo antes posible, manteniendo al mismo tiempo la integridad de los datos”, asegura. 

El informe sobre la situación del empleo en septiembre podría publicarse a los pocos días de la reapertura del Gobierno. El de la inflación del IPC de septiembre podría ser un caso diferente, ya que dependerá de la capacidad de volver a poner a los recopiladores de datos sobre el terreno en octubre. Para Temple esto podría llevar a una “menor confianza” en el informe sobre la inflación que se publicará a mediados de noviembre.

Las actas de la reunión de la Fed del 16 y 17 de septiembre fueron una de las escasas referencias estadounidenses de la semana pasada y pusieron de relieve la divergencia de opiniones sobre la economía, pero también un cambio de tono hacia una mayor preocupación por el debilitamiento del mercado laboral. El debate sobre la inflación incluyó opiniones más moderadas, según las cuales la inflación inducida por los aranceles ha sido menos grave de lo esperado y las ganancias de productividad podrían estar compensando las presiones sobre los precios derivadas de los aranceles. 

“Un par de participantes indicaron que, en ausencia de aranceles, la inflación se acercaría al objetivo. Sin embargo, otros participantes destacaron que el avance de la inflación hacia el objetivo del 2% del Comité se había estancado, incluso excluyendo los efectos de las subidas arancelarias de este año”, destaca Temple.

En cuanto al mandato de empleo, al estratega de Lazard le llamaron la atención tres citas. Una que hace referencia a que las condiciones del mercado laboral se habían debilitado durante más tiempo del que se había informado anteriormente. Otra en la que los participantes indicaron que sus perspectivas para el mercado laboral eran inciertas y consideraban que los riesgos a la baja para el empleo habían aumentado durante el período entre reuniones, mencionado indicadores como las bajas tasas de contratación y despido, la concentración del aumento del empleo en un pequeño número de sectores, y el aumento de las tasas de desempleo en los afroamericanos y los jóvenes. Y una tercera que se refiere a que casi todos los participantes apoyaron la reducción del rango objetivo para la tasa de los fondos federales en un cuarto de punto porcentual en la reunión indicando que sus opiniones sobre la medida política adecuada para esta reunión reflejaban un cambio en el equilibrio de los riesgos.

Para Temple vale la pena también subrayar que la mayoría de los participantes consideró que probablemente sería adecuado flexibilizar aún más la política monetaria durante el resto del año, y que  algunos participantes señalaron que, según varios indicadores, las condiciones financieras sugerían que la política monetaria podría no ser especialmente restrictiva, lo que, en su opinión, justificaba un enfoque cauteloso a la hora de considerar futuros cambios en la política. En este escenario, los futuros de los fondos federales están descontando 100 pb de recortes de tipos por parte de la Fed hasta finales del próximo julio, pero Temple cree que el mercado es demasiado dovish y sugeriría que sólo es probable que se produzcan dos recortes de 25 pb.