Serafín es un hombre mayor, propietario de un terreno forestal en una zona rural. El nuevo plan urbanístico local avanza de forma inexorable y tiene a todos los habitantes convencidos o sometidos. El alcalde, la policía local, e incluso la hija de Serafín intentan convencerlo para que venda sus tierras. Pero Serafín es la única persona que rechaza la deforestación ante unas fuerzas especuladoras que harán todo lo que haga falta para acabar con la última resistencia.
El cortometraje Donde se quejan los pinos, dirigido por Ed Antoja (“Empatía”), ha sido preseleccionado para optar a la nominación al Mejor Cortometraje de Ficción en la 40ª edición de los Premios Goya, un reconocimiento que llega en un contexto especialmente sensible: el de un año marcado por los incendios forestales que arrasaron la península ibérica y reabrieron el debate sobre la quema intencionada de terrenos en España.
El cortometraje reafirma la voluntad del director de fusionar sensibilidad social y narrativa accesible al gran público. Con más de 100 selecciones internacionales y más de 30 premios, el filme cuenta con un elenco encabezado por Ramón Barea, Premio Nacional de Teatro (“Cinco lobitos”, “Fe de erratas”; Francesc Orella (“Merlí”, “El guardián invisible”) y Almudena Amor (“El buen patrón” y “La mujer dormida”). Juntos construyen una historia emocionalmente intensa, que combina la tensión del thriller rural con una profunda reflexión sobre las cicatrices que deja el fuego, tanto en el territorio como en las personas. Un relato que expone el lado silenciado de los incendios provocados, D
'Donde se quejan los pinos' aborda una realidad tan incómoda como urgente: la quema premeditada de bosques, una práctica vinculada a conflictos familiares, intereses económicos y procesos especulativos que, lejos de ser excepcionales, figuran entre las principales causas de los incendios forestales en España. El último verano dejó algunos de los episodios más devastadores de la década —especialmente en Castilla León, Extremadura y Galicia—, donde la investigación oficial determinó que una parte significativa de los fuegos fueron provocados. El cortometraje conecta con esta realidad desde la ficción, mostrando cómo un incendio puede arrasar no solo un paisaje, sino también la vida de quienes quedan atrapados en medio de culpas, silencios y heridas irreparables.
Con una puesta en escena muy cuidada y un tono de drama rural contemporáneo, 'Donde que quejan los pinos' se convierte en una herramienta de divulgación sobre un problema que afecta al patrimonio natural, a la biodiversidad y al día a día de miles de familias.