16Oct

El control de las tierras raras y la amenaza de los aranceles no son simples disputas comerciales: son síntomas del desmantelamiento de la globalización y del libre comercio.

Miguel Ángel Valero

Las recientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y China comienzan a suavizarse. Scott Bessent, secretario del Tesoro y figura clave en las negociaciones comerciales tras los aranceles del Día de la Liberación decretado por Donald Trump, ha insinuado la posibilidad de extender la tregua arancelaria con China por más de tres meses, a cambio de que éste revierta las restricciones sobre la exportación de tierras raras. 

El plan anunciado la semana pasada establece que cualquier empresa internacional necesitará autorización explícita de la Administración china para exportar productos que contengan tierras raras —EEUU importa el 80% de su consumo de estos materiales, siendo China su principal proveedor—.

Bessent también ha señalado que la respuesta a estas restricciones sería coordinada a nivel internacional, dado su impacto potencial en las cadenas de suministro globales. 

Por su parte, China presiona para que se flexibilicen las limitaciones sobre los semiconductores, con vistas a la próxima Cumbre de Cooperación Asia-Pacífico en Corea del Sur, donde podrían reunirse Trump y Xi Jinping por primera vez en más de seis años.

Las negociaciones generan volatilidad en los mercados. Trump insiste en que “estamos en una guerra comercial”. Sin embargo, a estas alturas, el patrón parece claro: confrontación, negociación y eventual acuerdo. Tras la cortina de humo de la semana pasada, las conversaciones podrían avanzar en la reunión prevista para finales de mes. Porque la actual tregua arancelaria con China expira el 11 de noviembre.

Mientras, continúa la presión vendedora sobre el dólar en medio del nuevo tira y afloja entre China y EEUU y del estancamiento en las negociaciones entre republicanos y demócratas que no deja atisbar un acuerdo en el corto plazo. Después de registrar un +0,3% el 15 de octubre el cruce euro-dólar ya está en 1,166. 

También continúa el ánimo comprador en el oro, aupado por las tensiones entre China y EEUU. Ya lleva seis jornadas de alzas (+1,6% el 15 de octubre, +0,5% al día siguiente) hasta colocarse en 4.226$/onza.

The Trader: desmantelamiento de la globalización

La amenaza de Donald Trump de imponer aranceles del 100% a las importaciones chinas no es una maniobra retórica, sino una respuesta directa a la decisión de Pekín de imponer controles severos a la exportación de tierras raras, exigiendo permisos especiales para su envío al extranjero. Estos materiales estratégicos son el corazón de la tecnología moderna, y China no solo controla más del 60% de la producción mundial, sino algo aún más relevante, casi el 95% del proceso de refinado. Posee el monopolio de 17 minerales esenciales para fabricar microchips, baterías, motores eléctricos, paneles solares, turbinas eólicas, misiles, satélites y teléfonos móviles, entre muchos otros productos tecnológicos.

La respuesta de Trump al movimiento de China no se ha hecho esperar, y tras calificar la decisión de Pekín como un acto de “guerra económica” y una amenaza directa a las cadenas globales de suministro tecnológico y militar, se baraja incrementar los aranceles en un 100% a todos los productos chinos, así como nuevas restricciones a la exportación de software estratégico estadounidense, especialmente aquel vinculado a la inteligencia artificial y la automatización industrial. 

Este encontronazo entre las dos potencias mundiales es recurrente desde hace años, pero esta vez China llega al pulso en una posición más sólida que en anteriores enfrentamientos comerciales. Sus exportaciones crecieron un 8,3% interanual en septiembre, su mayor aumento en seis meses, alcanzando 328.600 millones$, pese al desplome del 27% de los envíos a EEUU. El secreto de su resiliencia ha sido la diversificación geográfica: las ventas al resto del mundo se dispararon un 14,8%, impulsadas por la fuerte demanda de la Unión Europea, el Sudeste Asiático, América Latina y África. Este viraje le ha permitido a Pekín compensar con creces la pérdida de su mercado estadounidense y reducir la dependencia de un socio cada vez más hostil. 

A la vez, las importaciones crecieron un 7,4%, señal de que la economía china mantiene un flujo comercial saludable incluso en un contexto de tensiones. Y lo más relevante: su superávit comercial total subió hasta 90.500 millones$, mientras que el superávit con EEUU se mantuvo estable en torno a los 23.000 millones, a pesar de las restricciones y amenazas cruzadas. 

En definitiva, China no se ha debilitado con el pulso comercial: se ha adaptado. Su maquinaria exportadora sigue funcionando con normalidad y su diversificación de mercados le ha permitido sortear las sanciones sin perder impulso.

Pero el pulso no se libra solo en el terreno tecnológico. Pekín ha abierto un nuevo frente en la guerra comercial al sancionar a cinco filiales estadounidenses del gigante surcoreano Hanwha Ocean, en respuesta a la investigación impulsada por Washington sobre el dominio marítimo chino. Este movimiento, que afecta directamente al transporte global (responsable de más del 80% del comercio mundial), refleja hasta qué punto la disputa ha trascendido los microchips y las tierras raras para adentrarse en el control de las rutas marítimas y la infraestructura logística. 

China, que se ha convertido en el mayor constructor naval del planeta, percibe la reactivación de la industria estadounidense con apoyo surcoreano como un desafío estratégico. Y al responder con sanciones, envía un mensaje inequívoco: está dispuesta a defender su posición incluso en los sectores donde Occidente apenas comienza a reconstruir su competitividad.

Y es precisamente esa resistencia la que cambia el sentido de esta confrontación. Pekín llega a la mesa de negociación más fuerte de lo que muchos esperaban, y Trump, consciente de ello, ha optado por redoblar la presión. Pero este nuevo equilibrio de fuerzas podría alterar profundamente la trayectoria de la economía global, incluso si las medidas no llegan a aplicarse por completo. El mero anuncio ya ha modificado el comportamiento de empresas, inversores y gobiernos, que interpretan la situación como la confirmación de que EEUU y China han pasado de gestionar su rivalidad a prepararse para una lucha por la hegemonía mundial. Si las medidas se implementan, el impacto podría ser comparable al de la Ley Smoot-Hawley de 1930, que agravó la Gran Depresión al desencadenar represalias, hundir el comercio mundial y provocar una espiral deflacionaria.

"Hablo de deflación y no de inflación, y no es un error. Es cierto que, a corto plazo, los nuevos aranceles podrían generar presiones inflacionistas por el encarecimiento de las importaciones y la disrupción de las cadenas de suministro, pero a medio plazo el verdadero riesgo sería deflacionario, debido a un menor comercio, caída de la inversión, contracción de beneficios y endurecimiento del crédito. Y ese efecto podría amplificarse si China responde con la devaluación del yuan exportando deflación al resto del mundo", avisa el analista Pablo Gil en The Trader.

En el fondo, estamos asistiendo al desmantelamiento de la globalización que durante décadas mantuvo bajos los precios y conectó las economías. EEUU y China han pasado de la interdependencia a una hostilidad creciente, y el mundo no parece entender el riesgo de este potencial “cambio climático financiero”: un comercio que se enfría, una confianza que se erosiona y un crecimiento global que da muestras de agotamiento. El control de las tierras raras y la amenaza de los aranceles no son simples disputas comerciales: son síntomas del final de una era. Durante décadas, el libre comercio abarató los bienes, impulsó el crecimiento y fomentó la cooperación. Ahora, las dos mayores potencias del planeta se preparan para un nuevo orden basado en la desconfianza y el desacople, donde cada país busca blindar su economía, aunque sea a costa del equilibrio global.

"Pero conviene no confundir la tendencia de fondo con el teatro de corto plazo que interpretan sus protagonistas y al que reaccionan los mercados. Trump ha impuesto un nuevo estilo de negociación en la escena internacional: una política coercitiva, construida sobre amenazas constantes y breves pausas de aparente distensión. Ese juego de retórica agresiva y pragmatismo calculado nos lleva una y otra vez al borde del abismo, en una estrategia donde la tensión forma parte del guion. La fecha límite, el 1 de noviembre, es solo el clímax del primer acto. Y como en toda saga de éxito (y esta lo es), nadie debería descartar que la segunda temporada llegue cargada de aún más drama, incertidumbre y giros inesperados", concluye Pablo Gil.

EEUU se asoma a la recesión

En medio de las tensiones con China y del cierre de la Administración, el Libro Beige de la Reserva Federal revela que la actividad económica en EEUU se mantuvo prácticamente sin cambios en las últimas semanas, aunque comienzan a surgir signos de debilitamiento. La actividad económica cambió poco en términos generales desde el informe anterior, con tres distritos reportando un crecimiento leve o moderado, cinco sin cambios, y cuatro señalando una ligera desaceleración. En varios distritos, las empresas han reducido sus plantillas mediante despidos, citando una menor demanda, incertidumbre económica y mayor inversión en tecnologías de inteligencia artificial. Mientras tanto, sectores como la hostelería, la agricultura y la construcción enfrentan escasez de mano de obra, atribuida en parte a cambios en las políticas migratorias. 

Por otro lado, el consumo privado “descendió levemente”, especialmente en bienes minoristas, con los hogares de ingresos medios y bajos mostrando mayor sensibilidad a la inflación. Mejora la confianza de los empresarios de las manufacturas en Nueva York. Uno de los primeros indicadores adelantados regionales dio una sorpresa positiva, con el índice Empire repuntando más de lo esperado al elevarse hasta +10,7 desde el -8,7 anterior y muy por encima del -1,8 previsto. Un dato que apuntaría a una cierta reactivación del sector en los próximos meses.

Por su parte, el analista Pablo Gil llama la atención en The Trader sobre los nuevos indicadores que los economistas están vigilando para detectar si Estados Unidos se acerca a una recesión. Más allá de los datos tradicionales (como PIB, desempleo o inflación), hay pequeñas pistas en el consumo y la producción que comienzan a enviar señales de alerta. Entre los más llamativos están:

  • Menos cajas de cartón: la caída en la producción de embalajes sugiere una desaceleración en el comercio minorista y el movimiento de mercancías.
  • Más “Hamburger Helper”: el repunte en ventas de comidas baratas y procesadas indica que los consumidores están ajustando su gasto.
  • Menos camiones nuevos: las empresas de transporte reducen compras ante un menor volumen de carga.
  • Auge del mercado de segunda mano: las plataformas de reventa crecen con fuerza, reflejando un cambio en los hábitos de consumo.
  • Menos movilidad laboral: las renuncias voluntarias han caído; la gente prefiere aferrarse al empleo que tiene.
  • Menos permisos de construcción: la vivienda se enfría; los permisos han caído más de un 10 % interanual.

Aunque el país no está aún en recesión, el mensaje de fondo es claro: la economía está entrando en una fase de fatiga. El consumo se vuelve más defensivo y la inversión pierde ritmo."La recesión no se ve en los datos del pasado, sino en los comportamientos del presente, y algunas señales más allá de los grandes titulares macro anticipan cambios de ciclo". 

16Oct

El 66,3% de los afectados señala que la principal causa es la subida de la cuota, destacando pagos más elevados, mayores gastos y un incremento de los impuestos.

Miguel Ángel Valero

En España, el reciente sistema de cotización de ingresos reales, impulsado por la Administración con el objetivo de ajustar las cuotas a los ingresos declarados y hacer más equitativo el sistema de Seguridad Social, está generando un intenso debate sobre la sostenibilidad del modelo y su impacto en el crecimiento del tejido empresarial autónomo. 

De hecho, si bien un 60% de los autónomos no ha percibido cambios significativos en su negocio, un tercio de estos afirma haber experimentado un impacto negativo, tal y como se desprende de los datos de 2025 del II Informe de Pymes y Autónomos de España de Hiscox.

Este sistema, que se implementa de manera progresiva, establece que los autónomos con mayores ingresos contribuyan con cuotas más elevadas, mientras que quienes perciben menores ingresos paguen menos. 

El 8,7% de los autónomos asegura haberse beneficiado del sistema de cotización basado en ingresos reales. El 59,9% afirma que no les ha afectado. Pero el 30,2%, prácticamente uno de cada tres, señala sentirse perjudicados.

Ante este escenario, para los autónomos afectados, la medida ha supuesto una doble adversidad. Por un lado, la reducción de los beneficios netos limita su capacidad de ahorro, inversión y planificación financiera; y por otro, el incremento de la carga fiscal añade presión económica en un entorno ya competitivo.  Entre el tercio de autónomos perjudicado, el 66,3% señala que la principal causa es la subida de la cuota, destacando pagos más elevados, mayores gastos y un incremento de los impuestos.

Otro 16,5% afirma sufrir impacto económico, aunque sin concretarlo. De esta forma, el 82,8% de los autónomos afectados por el sistema de cotización basado en ingresos reales subraya que paga más cuota, tiene más, sufre más impuestos, y logra menos beneficios.

16Oct

El S&P sin los Siete Magníficos” cotiza a un Precio/Beneficio de 20, mientras que el crecimiento esperado de beneficios sólo es el 5%.

La gestora de activos francesa Ofi Invest, se mantiene neutral en renta variable europea y de EEUU, porque el nivel de valoraciones no se corresponde con el crecimiento esperado de los beneficios de las empresas hasta final de año. En cuanto a la renta fija, la gestora cree que la bajada de tipos de la Fed y una inflación estable podrian beneficiar a los bonos de EEUU. Sin embargo, reduce su exposición a los bonos tanto Investment Grade como High Yield, porque los diferenciales se han estrechado demasiado.  

Eric Turjeman, Co-CIO Mutual Funds de Ofi Invest AM, señala que el inicio de las bajadas de tipos de la Fed se explica por las  primeras señales de debilidad en el mercado laboral en EEUU. Los mercados están poniendo en precio que este recorte será el primero de un nuevo ciclo de bajadas de tipos, que soportará el crecimiento de la economía, y la capacidad de generación de beneficios de sus empresas.

Una encuesta de Bank of America afirma que el 58% de los inversores piensa que la renta variable global está sobrevalorada, especialmente las acciones que cotizan en la Bolsa de EEUUU, que lo hacen con una prima del 20% sobre su media histórica. El mercado de EEUU continúa poniéndose al día en su retorno anual frente a otros mercados globales.

Esto se produce por el impulso de las acciones tecnológicas, sobre todo aquellas con mucha conexión con la inteligencia Artificial. Las empresas norteamericanas son cada vez más rentables, y se ven favorecidas en su comparación con las europeas. Y continúan superando en crecimiento de beneficios a otros mercados desarrollados.

En la expectativa de Precio/Beneficio a 12 meses, las acciones de EEUU están caras, cotizando a más de 23, sobre todo porque su comportamiento es desigual entre sectores.   

El sector tecnológico continúa en la cresta de la ola, impulsado recientemente por proyectos como el plan de Nvidia para invertir 100.000 millones$ para que Open AI construya centros de datos equipados con sus chips precisamente de Nvidia.

Los proyectos son muy grandes, y prometen años de visibilidad sobre las inversiones de los grandes proveedores de servicios en la nube (hyperscalers), aunque sólo el tiempo dirá si son o no rentables.

Si se excluyen las acciones de los Siete Magníficos tecnológicos, el comportamiento de las empresas en EEUU es moderado, al igual que la economía, que, sin tener en cuenta la inteligencia artificial, estaría siendo cada vez menos robusta.

El S&P sin los Siete Magníficos cotiza a un Precio/Beneficio de 20, mientras que el crecimiento esperado de beneficios sólo es el 5%. Desde Ofi invest AM, ven escaso margen para revalorizaciones adicionales de la Bolsa en EEUU. El crecimiento de los beneficios empresariales debería acelerarse cara al final de año. 

Empeoramiento de la economía europea

Eric Turjeman comenta que los datos de la economía europea han empeorado desde principios de agosto, sobre todo en Alemania, El Sentimiento Manufacturero fue a peor en septiembre, dado el desfavorable acuerdo comercial que se firmó con EEUU

Se están anunciando planes de reestructuración de compañías, como el caso de Bosch, que ha confirmado 13.000 despidos. No obstante, los mercados siguen pendientes del estímulo fiscal alemán, esperando que apoye la demanda doméstica. 

Una señal positiva para el crecimiento económico en 2026 es la mejora de las condiciones financieras en la zona Euro. Cotizando a Precio/Beneficio de 14, la zona Euro ya no lo hace con descuento.. Según Ofi Invest AM, los crecimientos de beneficios volverán a decepcionar este año, pero mejorarán mucho en 2026.

Desde Ofi invest AM reiteran su postura neutral hacia la renta variable, tanto en Europa como EEUU, ya que la valoración de ambos mercados está ajustada, y hay pocas perspectivas de mejora de los beneficios empresariales hasta el final de año. Tras el fuerte repunte reciente en las bolsas, podrían volver tácticamente a una visión más positiva tras cualquier caída en los mercados. 

Ofi Invest AM es positiva con Japón, por la política fiscal expansionaria que podría ser implantada una vez tome posesión la nueva primer ministro, y por el sólido crecimiento nominal. La renta variable china, también mantiene un peso relevante en la asignación de activos, porque la aceleración en las nuevas tecnologías está propiciando el desarrollo de empresas de primer nivel que podrán estar en condiciones de competir con las grandes tecnológicas de EEUU.

  • Bonos: reducir la exposición tanto a investment Grade como a High Yield. Pese al complicado contexto geopolítico y económico, la volatilidad en los tipos volvió a caer en septiembre. Los rendimientos de los bonos soberanos continúan ajustados a los fundamentales. En la zona euro, los recomendados por Ofi Invest AM son aquellos bonos soberanos que ofrecen oportunidades de carry trade. Los tipos de interés podrían beneficiarse de nuevos recortes de la Fed y de una inflación estable. Esto hace a la gestora francesa estar levemente sobre ponderados en el activo. En los mercados de Crédito, la gestora reduce su exposición tanto a Investment Grade como High Yield, porque a pesar de que todavía existen oportunidades en Carry, los diferenciales son muy estrechos. Los inversores en este activo deben ser todavía más selectivos.
  • Acciones: Neutralidad en EEUU y Europa, visión favorable en China y Japón. La Fed ha iniciado un ciclo de bajada de tipos para apoyar el empleo y el crecimiento en EEUU. Una politica monetaria expansiva que ha soportado el quinto mes consecutivo de ganancias en el S&P 500, gracias a la IA y a los Siete Magnificos, aunque otras han tenido peores rendimientos. Aunque continúa la tendencia positiva, la renta variable está cara, con múltiplos de Precio/Beneficio cercanos a 23. En Europa, la economía no es especialmente dinámica para las empresas, pero las perspectivas para 2026 mejoran, y las valoraciones son más bajas que en Estados Unidos, Precio/Beneficio en 14.  Ofi Invest AM se mantiene neutral en renta variable europea y EEUU a la espera de una caída en los mercados que recomiende tomar posiciones tácticas. Los mercados preferidos son Japón, que podría beneficiarse del impulso fiscal, y China, donde habrá que estar pendientes de las decisiones del Comité Central del Partido Comunista chino del 20 al 23 de octubre.
  • Divisas: neutrales, esperando un posible giro en el mercado. La gestora francesa se mantiene neutral respecto al tipo de cambio euro-dólar. Aunque la tendencia general sugiere que el dólar debería mantenerse estable frente al euro en el medio plazo, factores adicionales a los fundamentales podrían provocar movimientos a corto plazo. Como las elevadas posiciones cortas sobre la divisa, que podrían provocar un giro en el mercado, al menos de forma táctica.
15Oct

Ningún otro país concentra una carga de aranceles y sanciones tan intensa por parte de EEUU como China. Sin embargo, el gigante asiático también parece ser el país mejor preparado para hacer frente a Trump.

Miguel Ángel Valero

La sanción, por parte de China, a cinco filiales estadounidenses de Hanwha Ocean, una empresa surcoreana, intensificó las tensiones comerciales marítimas. Como consecuencia, el presidente Trump amenazaba con nuevas acciones comerciales, incluida la restricción de exportaciones de aceite de cocina. Por su parte, Scott Bessent, el secretario del Tesoro, declaraba a los controles chinos de tierras raras como un signo de debilidad económica.

Aunque los inversores asiáticos dejan ahora a un lado los temores asociados a un recrudecimiento a la guerra comercial entre China y EEUU, persisten las compras en el oro ante la escalada de las tensiones entre los dos gigantes.

Natixis CIB: China responde a operaciones de EEUU en Taiwan

La intensificación de las fricciones comerciales entre EEUU y China, marcada por los controles ampliados de exportación sobre los elementos de tierras raras anunciados el 9 de octubre, y la posterior amenaza arancelaria del 100% del presidente Donald Trump el 10 de octubre, subraya la creciente desconfianza entre las dos economías más grandes del mundo, señala un informe elaborado por Alicia García Herrero, de Natixis Corporate & Investment Banking.

China, que controla el 85-90% de la capacidad mundial de procesamiento de tierras raras, introdujo las medidas a través de una serie de avisos del Ministerio de Comercio que afectan a las tierras raras, las tecnologías de procesamiento, las baterías y los materiales superduros, y la mayoría entrarán en vigor el 8 de noviembre.

En respuesta, Trump amenazó con un arancel adicional del 100% además de un gravamen anterior del 30% impuesto a todas las importaciones chinas a partir del 1 de noviembre, al tiempo que puso en duda la reunión planeada con Xi Jinping en la cumbre de la APEC el 31 de octubre. 

Los mercados reaccionaron bruscamente, borrando más de 1,5 billones$ en valor en solo dos días. Este pulso, que se produce en medio de medidas estadounidenses anteriores, señala un cambio hacia una bifurcación más profunda de las cadenas de suministro, con implicaciones más amplias para el comercio global.

Una distinción clave con respecto a las acciones anteriores radica en el alcance de los controles de octubre de China en comparación con los de abril de 2025. Las medidas de abril se centraron en siete tierras raras, principalmente exportaciones de materias primas, y provocaron una escasez temporal que se mitigó mediante varias conversaciones bilaterales en persona desde mayo hasta mediados de septiembre, lo que resultó en un impacto relativamente limitado en las empresas globales que dependen de las tierras raras para vehículos eléctricos, semiconductores y equipo militar de precisión. 

Por el contrario, el reciente endurecimiento de los controles de exportación agrega cinco tierras raras pesadas esenciales para los imanes de vehículos eléctricos y las municiones guiadas de precisión, al tiempo que extiende las restricciones a las tecnologías de refinación, los equipos y los productos que contienen tan solo un 0,1% de tierras raras procesadas en China. Ahora se requieren licencias de exportación, con denegaciones automáticas para aplicaciones militares o de doble uso. Además, los controles también incluyen elementos extraterritoriales, como las normas que prohíben a los ciudadanos chinos participar en actividades de tierras raras en el extranjero sin la aprobación del Gobierno, similares a las restricciones de los de EEUU sobre tecnologías sensibles.

Esto refleja la norma estadounidense sobre productos extranjeros directos y podría dar lugar a una "Lista de Entidades" china para supervisar a los usuarios finales globales, extendiendo su aplicación más allá de las fronteras de China. Estas disposiciones se dirigen a cadenas de suministro más amplias, afectando a industrias que dependen de materiales de tierras raras para imanes, láseres y procesos de grabado. 

El impacto se extenderá a otras industrias, especialmente en EEUU. Hasta un 30% de las iniciativas del Pentágono estadounidense, incluida la aviónica del F-35, podrían sufrir retrasos debido a la escasez de materiales procedentes de tierras raras. 

El gigante de la aviación y contratista de defensa Boeing también podría experimentar retrasos en la producción debido al acceso limitado a imanes especializados. En el sector de los semiconductores, empresas como Nvidia, Intel y Apple podrían experimentar un aumento de costes de alrededor del 25%. El sector de vehículos eléctricos, incluyendo a Tesla, Ford y GM, se enfrenta a posibles recortes de producción del 15% al 30% debido a la escasez. 

Además de EEUU, empresas europeas como Airbus y fabricantes de automóviles como Volkswagen, Hyundai y Toyota, junto con el fabricante de chips taiwanés TSMC, también podrían verse significativamente afectados.

El provocador momento elegido por China, justo antes de la cumbre de la APEC, parece estar relacionado con las recientes acciones de EEUU y posibles acontecimientos relacionados con Taiwán. El 29 de septiembre, el Departamento de Comercio de EEUU implementó la "Regla de Afiliados", extendiendo las restricciones de la Lista de Entidades a las que son propiedad en un 50% o más de cotizadas en Bolsa, lo que limita las tácticas de evasión chinas. Ese mismo día, el Senado aprobó la Ley Biosecure, como enmienda a la Ley de Autorización de Defensa Nacional, prohibiendo el abastecimiento de biotecnología estadounidense a empresas chinas designadas. También impulsó la Ley Fight China, que bloquearía las inversiones en el extranjero en los sectores de semiconductores, inteligencia artificial y cuántica chinos. Estas medidas reflejan un impulso bipartidista por la seguridad económica en EEUU.

Taiwán podría representar otro factor de preocupación para China, lo que explica la drástica escalada. El 30 de septiembre, el secretario de Comercio de EEUU, Howard Lutnick, propuso una división 50-50 en la producción de chips para impulsar la producción nacional estadounidense y reforzar la seguridad de Taiwán. Sin embargo, Taiwán rechazó el plan, alegando riesgos para el "escudo de silicio" de la isla y señalando que TSMC pretende ubicar solo el 20% de su producción avanzada en Arizona para 2030. Aun así, es probable que a China le preocupe la posibilidad de que Taiwán transfiera su tecnología y capacidades avanzadas de chips a EEUU. 

Además, las disposiciones extraterritoriales de los nuevos controles de exportación de China podrían afectar las ventas de chips de TSMC a empresas estadounidenses al exigir la licencia de Pekín para materiales esenciales. Una posible inclusión de TSMC en una lista de entidades chinas complicaría aún más la cadena de suministro de inteligencia artificial (IA) de EEUU. 

Si bien los funcionarios chinos han comenzado a señalar su deseo de reanudar las negociaciones y reducir las tensiones, la respuesta inicial de China a la amenaza arancelaria adicional del 100% de Trump incluyó una investigación antimonopolio sobre las prácticas de chips de IA de Nvidia, inspecciones portuarias intensificadas en semiconductores de Nvidia y Qualcomm en Shanghái y Shenzhen, y nuevas tarifas en los buques vinculados a EEUU. 

De cara al futuro, incluso si se alcanza una tregua nuevamente para salvar la reunión en persona entre Trump y Xi este mes en Seúl, la creciente desconfianza y las consecuencias potencialmente significativas de la actual guerra de control de las exportaciones probablemente aceleren la bifurcación de las cadenas de suministro. 

A medida que EE. UU. sufre escasez de tierras raras, o la amenaza de ella, probablemente aumentará la inversión en fuentes alternativas de estosmateriales y capacidades de refinación. China, por su parte, seguirá reduciendo su dependencia de la tecnología y del mercado estadounidense, acelerando su impulso hacia una mayor autosuficiencia. 

Las empresas globales, particularmente en semiconductores, vehículos eléctricos y defensa, enfrentarán costos más altos a medida que se adaptan a los sistemas paralelos.

DWS: desde la vuelta de Trump el índice chino sube un 40%

Ningún otro país concentra una carga de aranceles y sanciones tan intensa por parte de Estados Unidos como China. Sin embargo, el gigante asiático también parece ser el país mejor preparado para un segundo mandato de Trump. Los mercados bursátiles chinos podrían estar beneficiándose de ello.

A veces, los mercados bursátiles pueden resultar irónicos. Las acciones chinas comenzaron a repuntar aproximadamente en el momento en que Donald Trump regresó a la presidencia en enero de 2025. No obstante, este repunte podría explicarse por varios factores:

  • La situación no es nueva, ya que China era ya un punto clave de la política exterior estadounidense bajo la presidencia de Biden. 
  • Aunque China sigue siendo uno de los principales objetivos de la política arancelaria de EEUU, su impacto se diluyó en abril, cuando Washington impuso aranceles punitivos a múltiples países en todo el mundo. Al mismo tiempo, el continuo aplazamiento en la aplicación de varios de esos aranceles hace que la tasa media efectiva sobre China se sitúe actualmente en “solo” alrededor del 40%. Esto puede reducir la presión para que las empresas occidentales trasladen sus cadenas de suministro fuera de China. 
  • China reaccionó con rapidez al regreso de Trump, adoptando medidas de política económica orientadas a la estabilidad. 
  • La proporción de exportaciones chinas destinadas a EE. UU. se ha reducido a la mitad en los últimos ocho años, situándose en torno al 10%. Finalmente, la economía china es hoy mucho menos dependiente del comercio internacional de lo que se suele suponer: en 2024, las exportaciones representaron menos del 20% del PIB, frente al 36% en el caso de la Unión Europea.

Los factores que impulsan el mercado bursátil chino son, por tanto, principalmente interno más que externos. Y, antes del repunte registrado este año, no eran precisamente favorables. Desde 2021, el mercado chino ha quedado rezagado respecto a EEUU y Europa. Los problemas son bien conocidos y, en parte, siguen sin resolverse: un mercado inmobiliario sobresaturado, una población envejecida, un elevado endeudamiento de las autoridades locales, la concentración del poder en el partido, una débil confianza del consumidor y altas tasas de ahorro, una calidad irregular de los datos y un exceso de capacidad en numerosos sectores.

La estrategia gubernamental “anti-involución” tiene como objetivo abordar algunos de estos problemas. Se han adoptado medidas en sectores como la energía solar, los vehículos eléctricos y las baterías, entre otros, con el fin de evitar la creación de capacidad adicional y las perjudiciales guerras de precios. 

Para los expertos de DWS, el giro en el debate sobre la relación entre las empresas estatales y el sector privado es igual de importante. Tras la tímida reactivación posterior al difícil periodo del Covid, el Gobierno se vio obligado a reconocer que las empresas privadas son las principales generadoras de innovación y de nuevos empleos. Al mismo tiempo, el sector privado también se beneficia de las decisiones de política económica adoptadas en Pekín. Algunas de las acciones con mejor desempeño pertenecen precisamente a los sectores “estratégicos” definidos oficialmente (IA, vehículos eléctricos, semiconductores, energías renovables y biotecnología).

Tras este reajuste de política económica, el índice MSCI China ha ganado casi un 40% en lo que va de año. Las valoraciones han vuelto a situarse en la media de los últimos quince años. Los expertos de DWS consideran que China vuelve a ser un mercado interesante, y por múltiples razones: 

  • La abundancia de compañías con posiciones de liderazgo en sectores orientados al futuro, 
  • valoraciones moderadas en comparación con los estándares internacionales, 
  • la baja correlación entre las acciones chinas y las estadounidenses. Para los inversores preocupados por la elevada concentración en el mercado estadounidense, pueden encontrar aquí un contrapeso,
  • también actúa como contrapeso frente a la debilidad del dólar,
  • se espera un crecimiento de beneficios cercano al 15% en 2026, 
  • las rentabilidades por dividendo superan por primera vez en este siglo los rendimientos de los bonos nacionales a 10 años. El sector inmobiliario y los bonos siguen pareciendo alternativas menos atractivas que las acciones para los inversores nacionales, 
  • la agresiva política exterior de Trump ha otorgado un nuevo impulso a los esfuerzos diplomáticos de Pekín en Asia.

Sebastian Kahlfeld, responsable de renta variable de mercados Emergentes en DWS, afirma que “el deterioro de la confianza en otras regiones está elevando la posición de China, donde aumenta la probabilidad de una recuperación gradual. Incluso si no se produjera una recuperación generalizada, las oportunidades en los sectores tecnológicos podrían seguir ofreciendo un potencial alcista sólido, pese a la reciente revisión de valoraciones”.

"Por supuesto, los inversores en acciones de empresas de China necesitan nervios de acero. Tanto los líderes estadounidenses como los chinos tienen capacidad de generar titulares en cuestión de segundos que pueden provocar el desplome de sectores enteros de la noche a la mañana", concluye el análisis de DWS.

15Oct

Los expertos de Activotrade creen que el tercer trimestre puede consolidar la recuperación del sector bancario gracias a una combinación de comisiones fuertes, actividad de fusiones y resiliencia en crédito.

Miguel Ángel Valero

Entre el pulso con China, la resistencia de la Fed a bajar los tipos, y la prolongación del cierre de la Administración (va camino de ser el mayor de la historia de EEUU), Donald Trump no gana para disgustos. 

La confianza de las pymes retrocedía ligeramente en septiembre. El índice realizado por el NFIB cayó hasta el 98,8 desde el 100,8 correspondiente a agosto, siendo la primera caída tras la aprobación de la One Big Beautiful Bill Act, la reforma fiscal impulsada por Trump, en julio. Detrás de este movimiento subyace el incremento en el componente de incertidumbre hasta los 100 puntos, la cuarta lectura más alta en casi 50 años. 

El único dato positivo es que os planes de contratación aumentaron un punto, con un 16% de pequeños empresarios que planean crear nuevos puestos de trabajo en los próximos tres meses –el nivel más alto desde enero–.

Precisamente, el presidente de la Fed, Jerome Powell, insiste en que los riesgos del enfriamiento del mercado laboral y la persistencia de la inflación se encuentran cada vez más igualados. Las presiones sobre el empleo han aumentado, mientras que las expectativas de inflación a largo plazo continúan alineadas con el objetivo del 2%. 

En este contexto, persiste una disyuntiva: los datos del mercado laboral muestran bajos niveles de creación de empleo y contratación, mientras que el consumo se mantiene dinámico y la economía avanza por una trayectoria más firme de lo previsto. 

Por otro lado, Powell anunció que la reducción del balance de la Fed podría concluir en los próximos meses. La decisión de detener el proceso de Quantitative Tightening (QT) supondría un giro hacia una política monetaria menos restrictiva.

Activotrade

Mientras tanto, Wall Street pulveriza récords. Empezamos nueva temporada de resultados trimestrales, como suele ser habitual en primer lugar con los bancos de Wall Street. El ingreso neto por intereses (NII) será especialmente observado, dado que se anticipan recortes en tasas y el coste de depósitos podría aumentar mientras que las provisiones por morosidad podrían subir si empeoran las condiciones macroeconómicas, estando también bajo escrutinio los anuncios de recompras de acciones, aumentos de dividendos o cambios en guía futura de crecimiento.

Sobre los resultados de bancos, uno de los más sorprendentes para los expertos de Activotrade SV fueron los de Wells Fargo (rendimiento en 2025: +12,3%; dividendo anual a precios de mercado: 2,2%). Es el banco más "comercial" de todos y se esperaba un crecimiento moderado del beneficio por acción (alrededor de 9%) gracias a una leve mejora en comisiones y control de costes. Ha mantenido el margen de intereses entre el 2,6% y 2,7% por un montante superior a 11.000 millones$ en cada trimestre. Ahora que el límite de activos impuesto por la FED durante los últimos años ha sido eliminado, se espera que la entidad comience a expandir operaciones comerciales con más libertad. Las acciones del banco son las que menos han subido este año si lo comparamos con las del resto. 

La cifra de negocio de Wells Fargo alcanzó los 21.436 millones$ (18.553 millones€) lo que supone un incremento del 5,3% y rozó los 11.950 millones$ en margen de intereses, máximos de los últimos años. También ha decidido mejorar en un 12,5% el dividendo a repartir en el trimestre concluido, elevándolo a 0,45$ (0,39€) por acción.

Los expertos de Activotrade creen que el tercer trimestre puede consolidar la recuperación del sector bancario gracias a una combinación de comisiones fuertes, actividad de fusiones y resiliencia en crédito. Además, las guías futuras que cada banco publique serán clave para calibrar expectativas de 2026:

  • JPMorgan Chase (Rendimiento en 2025: +28%. Dividendo anual a precios de mercado: 1,9%). Se espera un crecimiento de más del 10% en BPA (Beneficio por Acción), impulsado por comisiones de banca de inversión, ingresos de mercados y flujos de crédito saludables. El margen de intereses podría alcanzar hasta 92.000 millones$ para todo 2025. Para este trimestre se espera un BPA de 4,85$ con ingresos de  aproximadamente 45.500 millones. A pesar de que el banco está caracterizado sobre todo por mercados e inversión, se ha situado como uno de los primeros con más cuota de mercado en depósitos de consumidores norteamericanos bajo la entidad Chase
  • Citigroup (Rendimiento en 2025: +36,5% Dividendo anual a precios de mercado, 2,5%). Se anticipa un repunte en ingresos por comisiones, trading y menor presión en provisiones, apoyado por la recuperación de los mercados de capitales. Algunos analistas han elevado su estimación de BPA a 1,91$ para el trimestre. Es un banco también enfocado en banca comercial con cerca del 25% de sus ingresos provenientes de US Personal Banking.
  • Goldman Sachs (Rendimiento en 2025: +37,4%. Dividendo anual a precios de mercado: 2,03%). Se beneficia directamente del repunte de actividad en fusiones, mercados de capitales y comisiones de asesoramiento. Algunos estiman un crecimiento en BPA cercano al 31%. Probablemente desde un punto de vista técnico sea el banco más `sobrecomprado´ y de hecho el que más ha subido también entre los comentados. 
15Oct

La reforma elevaba progresivamente la edad de jubilación de 62 a 64 años hasta 2030 –tres meses por año–, y establecía que, a partir de 2027, se requerirían 43 años cotizados para acceder al 100% de la pensión.

Miguel Ángel Valero

El sorprendentemente reincorporado primer ministro de Francia Sébastien Lecornu da un paso al frente en las negociaciones para evitar sucumbir ante las dos mociones de censura que enfrenta el recién constituido Gobierno y lograr la aprobación de los presupuestos para 2026. En este caso, los socialistas se abstendrán en las votaciones previstas para el jueves. A cambio, han conseguido el compromiso de que la reforma de las pensiones, aprobada en 2023, sea suspendida hasta 2028, posponiendo el debate para después de las elecciones presidenciales de 2027.

Si la reforma se pausa bajo las condiciones actuales, se estima que el déficit aumentará tres décimas durante el periodo 2026–2027. En caso de revertirse por completo, las consecuencias serían más graves. La reforma elevaba progresivamente la edad de jubilación de 62 a 64 años hasta 2030 –tres meses por año–, y establecía que, a partir de 2027, se requerirían 43 años cotizados para acceder al 100% de la pensión.

Aunque las votaciones del jueves parecen estar encaminadas a un resultado favorable, aún queda por negociar el presupuesto del próximo año. En este punto, el ala conservadora del partido Republicano, contraria a cualquier incremento fiscal, deberá enfrentarse a algunas propuestas del Partido Socialista que contemplan aumentos en los impuestos sobre la riqueza. Además, miembros del partido socialista se sienten incómodos colaborando con el Gobierno de Macron

Hasta ahora, Lecornu ha hecho uso de la “carta blanca” otorgada por Macron para priorizar la estabilidad política, incluso a costa del objetivo de déficit del 4,7%, que probablemente se elevará hasta el 5%. Los mercados han premiado esta actitud y el diferencial de rentabilidad entre el bono francés a 10 años frente al alemán cae de nuevo por debajo de la referencia italiana. 

Pero Francia sigue inmerso en el Procedimiento de Déficit Excesivo desde el año pasado, y la falta de disciplina fiscal puede afectar al rating de crédito. Moody's tiene previsto revisar la calificación de Francia el 24 de octubre.

14Oct

¿Será capaz EEUU de mantener su liderazgo en un mundo donde China combina su poder económico, su influencia geopolítica y su empuje tecnológico para disputarle la hegemonía? La carrera está abierta, y todo indica que la IA será el terreno donde se juegue el futuro del orden global.

Miguel Ángel Valero

Tras su éxito en Gaza, Donald Trump vuelve a sus frentes abiertos: el doméstico, con el cierre de la Administración sumando días e impactos; y los aranceles, ya que China intensifica sus medidas contra el comercio marítimo con EEUU.

China ha dado un nuevo paso en la escalada de tensiones comerciales con EEUU al activar tarifas portuarias para buques estadounidenses que atraquen en sus puertos. Las embarcaciones de propiedad estadounidense, construidas en EEUU o que enarbolen su bandera, deberán pagar una tarifa inicial de 400 yuanes (56$) por tonelada corta (907 kg), que aumentará progresivamente hasta alcanzar 1.120 yuanes (157$) en 2028. 

Esta medida es similar a la anunciada por Washington, que, tras una investigación iniciada en 2024, comienza el 14 de octubre a aplicar un gravamen de 50$ por tonelada corta a los barcos chinos. Además, 

Además, China ha prohibido que empresas nacionales realicen transacciones con cinco filiales estadounidenses del grupo surcoreano Hanwha Ocean, uno de los mayores constructores navales de Asia. Pekín acusa a estas subsidiarias de haber colaborado con el gobierno estadounidense en la investigación que ha dado lugar a las nuevas tarifas portuarias a embarcaciones chinas.

Mientras, las Bolsas globales recuperaban posiciones, sobre todo en EEUU tras la importante corrección vista el viernes 10 de octubre. Y es que el tono belicoso de Trump quedaba suavizado tras la amenaza el viernes de aranceles adicionales del 100% a China, con mensajes ahora de que “todo va a ir bien” y mientras sigue en pie la reunión Trump-Xi Jinping prevista en Corea del Sur con motivo de la cumbre APEC –Cooperación Económica Asia-Pacífico–.

También influye el acuerdo de OpenAI con Broadcom (+9,9%) para la producción conjunta de centros de datos y chips, que se suma a los recientemente firmados por el creador de Chat GPT con Nvidia y AMD.

Y el anuncio de JP Morgan, el mayor banco global por activos gestionados, para movilizar 1,5 billones$ en la próxima década en sectores críticos para la seguridad nacional de EE.UU. como son defensa o energía. El banco presidido por Jaime Dimon destinará además 10.000 millones de su propio capital para tomar posiciones en empresas punteras estratégicas. En definitiva, nuevo apoyo privado a los objetivos del plan de infraestructuras de Trump. 

Pero el martes se inicia con ventas en Europa y futuros del S&P 500 retrocediendo un 0,7%. Son nuevas muestras de la cautela ante el prolongado cierre del gobierno y el consiguiente retraso en la publicación de datos económicos.

Caídas generalizadas en Asia por tercera sesión consecutiva, lideradas por China y Japón, por los temores a un recrudecimiento a la guerra comercial con EEUU, en el primer caso, y tras conocerse que los partidos de la oposición buscan formar una coalición con la que controlar el Parlamento e impedir a la conservadora Sanae Takaichi ser la primera mujer en acceder a la presidencia del Gobierno en ese país.

Ibercaja Gestión: qué pasa si la Fe baja tipos

En su comparecencia en Jackson Hole, Powell dejó claro que la Fed tendría que ser menos restrictiva por un tiempo y, consecuentemente, se dispuso a realizar la primera bajada de tipos en septiembre. Pese a que todavía existen dudas sobre si el ritmo seguirá en los próximos meses, resulta clave entender cómo se han comportado los mercados en contextos similares. En lo que llevamos de siglo, hemos tenido tres periodos donde la Fed ha iniciado una bajada de tipos y todos ellos han ido de la mano de una recesión.

Actualmente los tipos en EEUU se encuentran en el 4,25% (límite superior de la banda) y las previsiones para diciembre de 2025 descuentan dos bajadas de 25 pb más. El tipo de interés terminal se sitúa cerca del 3,0% para finales de 2026, lo que supondría cerca de 6 bajadas. El mercado, por tanto, ya descuenta una considerable reducción en los próximos 12 meses, debido al tensionamiento en el empleo de EEUU; a la moderación, aunque no caída, en la inflación, y al buen desempeño de la economía, pese a la incertidumbre arancelaria.

"Por lo tanto, la pregunta que cabe hacerse es si esta vez volvemos a estar ante las puertas de una recesión o si, por el contrario, las bajadas de la Fed darán el impulso extra a una economía que empieza a deteriorarse, sin causar una escalada inflacionaria", apunta un análisis de Ibercaja Gestión.

Para ello, espreciso analizar qué factores suelen llevar a las economías a entrar en recesión. Pese a que confluyen múltiples factores, podemos resumir la lista en tres: 

  • (1) shocks de oferta o demanda de materias primas (Petróleo, 1979), 
  • (2) niveles de endeudamiento privado excesivamente elevados (Crisis Financiera, 2007), 
  • o (3) caídas drásticas en la inversión, principalmente la privada (Crack de1929).

El primer punto es el más impredecible de todos, pero la situación actual de EEUU, que es exportadora neta de energía, la hace menos dependiente de posibles shocks de oferta. Si bien es cierto que la demanda de energía se espera que incremente a un ritmo elevado por la gran inversión en centros de datos, a corto plazo, en este ciclo de bajadas, teniendo en cuenta, además, la gran oferta con la que está decidiendo inundar el mercado la OPEP, parece poco probable que nos dirijamos a un escenario de recesión o inflación por este motivo.

Poniendo el foco en el segundo punto, el riesgo de estar actualmente en una situación tensa es mayor. Si observamos los niveles de endeudamiento sobre el PIB de empresas industriales y comerciales, vemos que están en niveles cercanos a máximos. Pese a que la tendencia actual es a la baja y alguien podría argumentar que en un escenario de crecimiento del PIB y donde el conjunto de capitalizaciones bursátiles sobre el PIB también está en máximos, la situación es menos preocupante, creemos que puede ser un factor de riesgo a medio plazo.


Por último, existe el riesgo de que el consumo, pero sobre todo la inversión, se frenen en el corto plazo. Por ahora ni los datos de PMI, ni la aportación de la inversión privada en el PIB, ni los niveles de inversión parecen mostrar señal de debilitamiento en EEUU El desarrollo de la IA hace que los planes de CAPEX de las empresas del S&P500, sobre todo las grandes tecnológicas, se eleven a niveles nunca vistos.

Las previsiones macroeconómicas de las distintas casas de análisis y de la propia Fed no indican que vaya a haber recesión, ni en 2026 ni en 2027, pero sugieren que existe un riesgo de cola considerable, que podría llevar a la economía estadounidense al estancamiento.

En un 56% de las veces en las que la Fed ha iniciado una senda de bajada de tipos, ésta ha ido seguida de una recesión. Esto, en parte, es así por el compromiso de la Reserva Federal de no sólo mantener la estabilidad de precios, sino también influir en la economía para alcanzar el pleno empleo y el crecimiento, lo que implica realizar recortes cuando hay estancamiento o descenso.

Cuando se inicia una bajada de tipos, el comportamiento de la renta variable, en concreto del S&P 500, pasados 12 meses es de media positivo. Pese a esto, existen periodos de grandes caídas, que suelen coincidir con escenarios donde el recorte de tipos va seguido de una recesión prolongada.

Por sectores, el análisis histórico arroja resultados mixtos. Por un lado, los rendimientos anuales medios que obtiene el sector tecnológico se desmarcan con fuerza del resto, siendo el único con rentabilidades positivas de doble dígito en escenarios con y sin recesión. Al sector tecnológico le siguen consumo discrecional e industriales, que muestran cierta resistencia bajo ambos escenarios.

En paralelo, los sectores más castigados son sanidad, consumo estable y energía, arrojando en promedio rentabilidades de hasta -10%. Gran parte del rendimiento anual medio que obtiene el S&P 500 tras el inicio de ciclos de recortes de tipos de la Fed se debe exclusivamente al sector tecnológico, que compensa el resultado negativo de la mayoría de los sectores debido a la creciente representación de las compañías tecnológicas dentro del índice.

Por regiones y países, Europa y Reino Unido son los más perjudicados bajo ambos escenarios, mientras que los mercados emergentes son en promedio los que cosechan los mejores resultados. Por otro lado, está el caso de Japón, siendo el país donde, de media, la dispersión de un escenario a otro es más elevada.

"Si bien es cierto que el futuro no tiene por qué ser una réplica de lo que ha acontecido en el pasado, lo cierto es que a veces rima. En el momento actual, el mercado cree que nos acercamos a un escenario de bajadas de tipos sin recesión y, si observamos los resultados del pasado, la situación no parece alarmante. En estos momentos, creemos que la clave es mantenerse invertido y con una visión de largo plazo", concluyen en Ibercaja Gestión.

Portocolom: no se frena el apetito inversor

Mario Catalá, director de inversiones en Portocolom AV, cree que la economía estadounidense continúa mostrando una dinámica mixta que, lejos de frenar el apetito inversor, está permitiendo que los mercados mantengan su tendencia alcista. Los PMI de septiembre reflejan esta dualidad: el manufacturero cede ligeramente hasta 52 desde el 53 de agosto, en línea con las previsiones, mientras que el de servicios corrige hasta 54,2, aunque por encima de lo esperado. La actividad económica, por tanto, no muestra signos de contracción. El PIB definitivo del segundo trimestre de 2025 ha sorprendido al alza con un crecimiento del 3,8%frente al 3% estimado inicialmente. La previsión de la Reserva Federal de Atlanta para el tercer trimestre se sitúa cerca del +4%, consolidando la senda de crecimiento tras el -0,5% registrado en el primer trimestre.

En cuanto a la confianza del consumidor, se observa un leve descenso en los dos principales indicadores: The Conference Board en septiembre se situó en 94,2 frente al 97,4 de agosto, y el indicador de la Universidad de Michigan cedió hasta 55,1 desde el 58,2 anterior.

El 1 de octubre se produjo el cierre del gobierno federal, tras la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos para aprobar la financiación del gobierno en el nuevo curso fiscal. El primer cálculo de la Oficina Presupuestaria del Congreso estima que cerca de 750.000 empleados se verán afectados temporalmente. Por otro lado miles de empleados considerados esenciales, como militares, agentes de seguridad y personal aeroportuario, siguen trabajando sin recibir salario, y aunque históricamente el Congreso ha aprobado el pago retroactivo de salarios una vez finalizado el cierre, en esta ocasión hay incertidumbre sobre si se mantendrá esa práctica, pues la administración Trump ha dado instrucciones a las agencias federales para preparar planes de despidos masivos. 

Según estimaciones de Standard & Poor’s, el cierre podría reducir el PIB de EEUU entre 0,1% y 0,2% por semana en caso de prolongarse. Adicionalmente, el cierre está paralizado la publicación de indicadores clave como el desempleo o la inflación, lo que complicará (aún más) la toma de decisiones por parte de la Reserva Federal. 

Los datos oficiales de empleo correspondientes a septiembre no se han publicado todavía, pero las referencias privadas han sido contradictorias: por un lado las vacantes de empleo o JOLTS, crecieron más de lo previsto hasta 7,2 millones de empleos ofertados, pero la encuesta ADP indicó el despido de 32.000 trabajadores en septiembre y revisó el dato de agosto de +54.000 a -3.000. Con todo, el número de personas desempleadas en EEUU supera en más de 150.000 al número de vacantes de empleo, siendo éste el diferencial más amplio desde 2017, si excluimos el periodo de pandemia.

La inflación en EEUU sigue suponiendo un reto para la Fed. El IPC de agosto subió dos décimas hasta el 2,9%, mientras que el subyacente se mantuvo en el 3,1% por tercer mes consecutivo. Aunque aún no conocemos el dato de septiembre, la estimación de la Fed de Cleveland sitúa el IPC en el 3%. El PCE también mostró presión inflacionaria con un dato del 2,7% en agosto frente al 2,6% de julio, mientras que el subyacente se mantuvo en 2,9%. En su reunión de septiembre, la Fed bajó en 25 puntos básicos (pb) el tipo de interés de referencia, situándolo en el rango 4%-4,25%. El mercado descuenta nuevas bajadas en las reuniones de octubre y diciembre, condicionadas a la evolución del empleo.

Sobre China: leve deterioro, pero crecimiento por encima del 5%. No se han producido cambios significativos en las principales magnitudes macroeconómicas chinas, aunque se aprecia un leve deterioro generalizado. El PIB del segundo trimestre se situó en 5,2% desde el 5,4% del primero, superando la corrección esperada. La tasa de desempleo de agosto subió al 5,3% desde el 5,2% de julio, y la producción industrial cedió hasta un 5,2% desde el 5,7% en julio.

Los PMI de septiembre se mantuvieron estables en la zona de 50: el manufacturero en 49,8 (ligeramente mejor de lo previsto) y el de servicios en 50 (ligeramente por debajo), con un IPC de agosto que volvía a territorio negativo con una lectura del -0,4%, frente al -0,2% esperado y el 0% de julio, reflejando que la recuperación de la demanda interna sigue pendiente.

De hecho, los datos de gasto interno durante la “semana dorada china”, periodo vacacional que precisamente trata de estimular el consumo interno fomentando el turismo a nivel nacional, no han sido buenos. A pesar de un incremento en el número de viajes y en el gasto turístico, el gasto per cápita se ha reducido ya un 2,6% en comparación a los niveles pre pandemia.

En comercio exterior, las exportaciones de agosto crecieron un 4,5% (5% estimado) y las importaciones un 1,3% (4,1% estimado), lo que ha permitido la expansión de la balanza comercial china, a pesar de los menores envíos a EEUU.

The Trader: la batalla decisiva se hace en IA

Desde su entrada en la OMC en 2001, China ha protagonizado una de las transformaciones económicas más rápidas y profundas de la historia moderna. En apenas dos décadas, pasó de ser el gran proveedor global de manufactura barata a convertirse en la segunda potencia mundial, el mayor exportador del planeta y un líder tecnológico en sectores clave. Su PIB per cápita se ha multiplicado por diez y el país acumula las mayores reservas de divisas del mundo, consolidándose como un actor imposible de ignorar en cualquier ecuación económica o geopolítica.

Sin embargo, bajo esa superficie de poder se esconden fuertes desequilibrios. Ciudades como Shanghái o Shenzhen muestran el rostro moderno y rico de China, mientras que vastas áreas rurales aún conviven con ingresos muy bajos y servicios básicos limitados. Esa dualidad explica por qué Pekín insiste en mantener su estatus de “país en desarrollo” dentro de la OMC, un argumento que se apoya en sus desigualdades internas, aunque contradiga su posición como superpotencia. Aun así, la novedad es que el primer ministro Li Qiang anunció en la ONU que, pese a conservar esa etiqueta, China ya no exigirá un “trato especial” en las futuras negociaciones comerciales, buscando proyectarse como un actor responsable y defensor del multilateralismo frente al proteccionismo creciente de Washington. 

Por otro lado, China sigue rellenando el vacío que deja EEUU en organismos internacionales mientras lidera el sur global y refuerza su papel en los BRICS. Esta estrategia le otorga influencia diplomática y económica, al tiempo que refuerza su identidad de potencia con un pie en el mundo desarrollado y otro en el emergente.

Pero la batalla decisiva no está en las etiquetas de la OMC ni en los foros diplomáticos, sino en el terreno tecnológico. La inteligencia artificial es el nuevo eje de la hegemonía global, y China avanza con fuerza para no depender de los chips estadounidenses. Jensen Huang, CEO de Nvidia, ha advertido que China está apenas “nanosegundos detrás” de EE. UU. en esta carrera. El gigante asiático obliga a que al menos la mitad de los chips en sus centros de datos sean de producción doméstica y apoya a empresas como Huawei en el desarrollo de alternativas a las plataformas dominadas por Estados Unidos. Esa apuesta por la independencia tecnológica, unida a su vasto mercado interno y a la rapidez de ejecución de sus planes industriales, convierte a China en un rival formidable.

"La pregunta es clara: ¿será capaz EEUU de mantener su liderazgo en un mundo donde China combina su poder económico, su influencia geopolítica y su empuje tecnológico para disputarle la hegemonía? La carrera está abierta, y todo indica que la IA será el terreno donde se juegue el futuro del orden global", subraya el analista Pablo Gil en The Trader.

Lazard: menor confianza en el dato de inflación de septiembre

Desde el 1 de octubre, las operaciones del Gobierno estadounidense que se consideran no esenciales han cesado. Mientras se espera una solución al estancamiento en Washington, la lista de publicaciones económicas retrasadas sigue creciendo. Una pregunta clave para muchos inversores es cuánto tardarán en publicarse los datos después de que el Gobierno reabra. Aunque este cierre podría desarrollarse de forma diferente, se pueden hacer una idea de cómo podría desarrollarse el proceso echando la vista a 2013, cuando se produjo el último “cierre total”, que duró 16 días, según Ronald Temple, estratega jefe de mercados de Lazard

“Los retrasos en las distintas estadísticas variaron, pero las agencias estatales se esforzaron por recuperar el calendario lo antes posible, manteniendo al mismo tiempo la integridad de los datos”, asegura. 

El informe sobre la situación del empleo en septiembre podría publicarse a los pocos días de la reapertura del Gobierno. El de la inflación del IPC de septiembre podría ser un caso diferente, ya que dependerá de la capacidad de volver a poner a los recopiladores de datos sobre el terreno en octubre. Para Temple esto podría llevar a una “menor confianza” en el informe sobre la inflación que se publicará a mediados de noviembre.

Las actas de la reunión de la Fed del 16 y 17 de septiembre fueron una de las escasas referencias estadounidenses de la semana pasada y pusieron de relieve la divergencia de opiniones sobre la economía, pero también un cambio de tono hacia una mayor preocupación por el debilitamiento del mercado laboral. El debate sobre la inflación incluyó opiniones más moderadas, según las cuales la inflación inducida por los aranceles ha sido menos grave de lo esperado y las ganancias de productividad podrían estar compensando las presiones sobre los precios derivadas de los aranceles. 

“Un par de participantes indicaron que, en ausencia de aranceles, la inflación se acercaría al objetivo. Sin embargo, otros participantes destacaron que el avance de la inflación hacia el objetivo del 2% del Comité se había estancado, incluso excluyendo los efectos de las subidas arancelarias de este año”, destaca Temple.

En cuanto al mandato de empleo, al estratega de Lazard le llamaron la atención tres citas. Una que hace referencia a que las condiciones del mercado laboral se habían debilitado durante más tiempo del que se había informado anteriormente. Otra en la que los participantes indicaron que sus perspectivas para el mercado laboral eran inciertas y consideraban que los riesgos a la baja para el empleo habían aumentado durante el período entre reuniones, mencionado indicadores como las bajas tasas de contratación y despido, la concentración del aumento del empleo en un pequeño número de sectores, y el aumento de las tasas de desempleo en los afroamericanos y los jóvenes. Y una tercera que se refiere a que casi todos los participantes apoyaron la reducción del rango objetivo para la tasa de los fondos federales en un cuarto de punto porcentual en la reunión indicando que sus opiniones sobre la medida política adecuada para esta reunión reflejaban un cambio en el equilibrio de los riesgos.

Para Temple vale la pena también subrayar que la mayoría de los participantes consideró que probablemente sería adecuado flexibilizar aún más la política monetaria durante el resto del año, y que  algunos participantes señalaron que, según varios indicadores, las condiciones financieras sugerían que la política monetaria podría no ser especialmente restrictiva, lo que, en su opinión, justificaba un enfoque cauteloso a la hora de considerar futuros cambios en la política. En este escenario, los futuros de los fondos federales están descontando 100 pb de recortes de tipos por parte de la Fed hasta finales del próximo julio, pero Temple cree que el mercado es demasiado dovish y sugeriría que sólo es probable que se produzcan dos recortes de 25 pb. 

14Oct

“El plazo para tomar decisiones estratégicas definitorias es de meses, no de años, lo que exige una acción inmediata. La inacción o la indecisión podrían llevar a repetir fracasos pasados, comprometiendo la estabilidad económica y el modo de vida de Europa a largo plazo", avisa el historiador Serhii Plokhii.

"La resistencia de Ucrania le está dando a Europa un tiempo crucial para reorganizar su defensa y prepararse para su propio futuro. La pregunta fundamental no es solo cómo apoyar a Ucrania, sino si Europa puede garantizar su propia supervivencia en los próximos 5 a 15 años”, advierte Serhii Plokhii, profesor de Historia Ucraniana en la cátedra Mykhailo Hrushevsky de la Universidad de Harvard, en una conferencia en la Fundación Ramón Areces.

Autor, entre otros libros, de ‘The Russo-Ukrainian War: The Return of History’ (2023), ha analizado ‘La guerra entre Rusia y Ucrania a través de los ojos de un historiador’ en una conferencia organizada por la Fundación Ramón Areces junto al Davis Center for Russian and Eurasian Studies de la Universidad de Harvard.

Plokhii ha recordado cómo “a pesar de tener un PIB 10 veces mayor que el de Rusia, Europa ha demostrado debilidad y falta de respuesta a provocaciones, cuestionando su capacidad para transformar su fortaleza económica en poder de seguridad”. “El daño en la relación con Moscú es tan profundo que podría necesitarse una generación para restaurar la confianza, marcando el fin de la era de dependencia energética y una reorientación geopolítica de Rusia hacia Oriente”, avisa. 

Este historiador ha alertado también a Europa de que el tiempo se acaba: “El plazo para tomar decisiones estratégicas definitorias es de meses, no de años, lo que exige una acción inmediata. La inacción o la indecisión podrían llevar a repetir fracasos pasados, comprometiendo la estabilidad económica y el modo de vida de Europa a largo plazo. Las decisiones tomadas en el próximo año determinarán si las futuras generaciones de historiadores juzgarán a la Europa actual como un éxito o un fracaso”. 

Y también ha recordado lo que otros muchos expertos en geopolítica vienen haciendo en los últimos meses: “Europa se enfrenta a la necesidad urgente de desarrollar su autonomía en seguridad, ya que no puede seguir dependiendo del apoyo de Estados Unidos en futuras crisis”. 

La reorientación de Moscú hacia China crea un nuevo y desconocido escenario estratégico. Sobre esta nueva alianza, ha comentado Plokhii que “invierte la dinámica de poder de los años 50, con China como socio dominante y Rusia como el socio menor y más agresivo”. Y ha recordado también cómo “la alianza sino-soviética original de los años 50 no fue duradera, lo que genera una incertidumbre significativa sobre la estabilidad y longevidad de la asociación actual”. “Esta nueva configuración geopolítica, descrita como 'territorio desconocido', está acelerando el surgimiento de un mundo bipolar con China como un centro de poder cada vez más fuerte”, argumenta.

En el análisis de la guerra en Ucrania, para este historiador de la Universidad de Harvard, no estamos ante un conflicto local, “sino ante la fase final y violenta del colapso del imperio ruso, forzando un realineamiento estratégico global”. Sobre su origen, explica que “la guerra de Ucrania no se debe a la expansión de la OTAN, sino a la ambición imperial de Rusia por impedir la integración de Ucrania en la UE y anular su identidad nacional”. “La base ideológica del conflicto es la negación de la existencia de Ucrania como nación, una visión imperial del siglo XIX que considera a los ucranianos como parte del 'pueblo ruso'”. 

Sobre el devenir de la contienda, el también autor de ‘The Last Empire: The Final Days of the Soviet Union’ (2014) ha asegurado que “la guerra es un fracaso estratégico para Rusia, que está perdiendo mercados europeos y se enfrenta a una China más poderosa en su giro hacia Oriente, acelerando un nuevo orden bipolar. La agresión se basa en una ideología que busca la 'rusificación' y la eliminación de Ucrania como estado-nación, considerando cualquier expresión de identidad ucraniana como 'antirrusa' y, por tanto, 'nazi'”.

Sin embargo, “la invasión rusa irónicamente ha fortalecido la identidad ucraniana, ha generado un profundo rechazo hacia Rusia que perdurará por generaciones y ha forzado a Europa a reevaluar su propia defensa”. Para este experto, “el elevado número de bajas rusas y los fracasos estratégicos socavan la narrativa de Putin sobre la 'unidad de los pueblos', incluso dentro de la propia Rusia”. 

14Oct

Francia tiene un elevado déficit presupuestario y una importante deuda nacional, y actualmente no hay voluntad de aplicar las importantes reformas necesarias para abordar esta situación.

Sigue el culebrón en Francia, que se ve obligada a pagar hasta el 3,6% de interés para que los inversores compren su deuda a 10 años. Algo que beneficia a Alemania, que ve cómo el bund se sitúa en el 2,6%, su menor nivel desde julio. 

Apenas dos días después de formar su segundo Gobierno (una semana después de dimitir, tras 27 días en el cargo), el primer ministro Sebástien Lecornu se enfrenta en la Asamblea Nacional a una nueva prueba de fuego: presentará el anteproyecto de los Presupuestos para 2026 y se abre así un nuevo periodo de debate y búsqueda de apoyos para conseguir aprobar sus cuentas.

Lecornu acepta suspender la reforma de las pensiones hasta 2028 para evitar la caída de su Gobierno en Francia. El primer ministro se pliega en su discurso de política general a la petición de los socialistas para que no se sumen a la moción de censura que se votará el jueves 16 de octubre.

Déjà vu en Francia... ¿cuánto tiempo durará este Gobierno?, se pregunta Anthony Willis, Senior Economist de Columbia Threadneedle Investments. En estos momentos, en Francia no hay ningún interés por convocar nuevas elecciones, razón por la que Macron ha optado por esta vía de reponer a Lecornu. Todos los partidos, excepto Agrupación Nacional, rechazan esta opción, ya que este partido, liderado por la representante política de extrema derecha Marine Le Pen, conseguiría probablemente un avance significativo.

El problema es que, tras las elecciones de 2024, el Parlamento francés no cuenta con mayoría, sino que está compuesto por tres grandes bloques que no se ponen de acuerdo sobre la hoja de ruta a seguir. Esto dificulta enormemente la actividad legislativa y la estabilidad del Ejecutivo. 

Tras su reelección, Lecornu ha presentado un nuevo gabinete con algunas caras nuevas que tendrán que enfrentarse a los mismos problemas de siempre: Francia tiene un elevado déficit presupuestario y una importante deuda nacional, y actualmente no hay voluntad de aplicar las importantes reformas necesarias para abordar esta situación.

Actualmente existe una elevada presión para revertir las reformas de pensiones anteriores, que ya fueron difíciles de aprobar en su momento, y Lecornu tiene la difícil tarea de mantener un Gobierno cohesionado. 

La Administración debe presentar esta semana al Parlamento un presupuesto para que entre en vigor en 2026, pero subyace la duda real de si Francia avanzará a trompicones hacia las elecciones presidenciales de 2027 y soportará el estancamiento político mientras tanto. No hay elecciones parlamentarias previstas hasta 2029, pero, una vez más, el Gobierno da muestras de inestabilidad y parece muy difícil que se logre un cambio político significativo.

¿Qué significa esto para los mercados? Las acciones de las compañías francesas experimentaron dificultades a principios de la semana pasada, especialmente los bancos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, al igual que ocurre en Reino Unido,gran parte de los ingresos de las grandes empresas francesas proceden de otros países. En gran medida, los problemas internos son irrelevantes para éstas, pero "seguimos observando una prima de riesgo en los bonos del Estado francés con respecto a los bonos del Estado alemán que probablemente se mantendrá".

Obviamente, dado que Francia es una de las principales economías de Europa, entra dentro de la categoría de “demasiado grande para quebrar”, por lo que, aunque es probable que los rendimientos de los bonos del Estado francés sean más altos durante un largo periodo de tiempo, es una situación a la que los inversores tendrán que acostumbrarse. Si se produjeran acontecimientos más graves, en última instancia se podría recurrir a una intervención, pero en estos momentos estamos muy lejos de esa situación.

El Ejecutivo francés va a intentar aprobar un presupuesto en los próximos días, "y ya veremos cómo evoluciona la situación. No estamos diciendo que Lecornu siga en el poder a finales de año, pero esperamos que esto aporte un poco más de estabilidad a corto plazo", concluye Anthony Willis.

14Oct

Advierte sobre valoraciones excesivamente elevadas – como aquellas de empresas que cotizan a más de cien veces sus ventas -, niveles que ni siquiera se alcanzaron durante la burbuja de las puntocom a finales de los años 90.

Los mercados están actualmente dominados por percepciones selectivas: las oportunidades derivadas de posibles nuevos recortes de tipos y el impulso de la inteligencia artificial (IA) continúan alimentando las Bolsas, con un protagonismo particular del mercado estadounidense. La larga lista de riesgos —conflictos comerciales, tensiones geopolíticas, inflación persistente, incertidumbres políticas y sociales, un mercado laboral estadounidense debilitado y datos poco alentadores del sector inmobiliario— aún no ha afectado ni al repunte del S&P 500 ni a los valores tecnológicos del Nasdaq.

“La constante subida del precio del oro refleja claramente una necesidad de cobertura por parte de los inversores en el contexto actual”, afirma Vincenzo Vedda, director de Inversiones de DWS. 

Es evidente que las acciones estadounidenses están caras. Sin embargo, las expectativas de un crecimiento de beneficios de dos dígitos, impulsado por la tecnología, podrían seguir justificando estas elevadas valoraciones.

Los bonos corporativos —los activos de riesgo dentro del universo de renta fija— han demostrado una notable resistencia. Se benefician de una fuerte demanda, principalmente por parte de inversores minoristas, fondos de pensiones británicos y aseguradoras francesas, que mantienen posiciones significativas en este segmento. En consecuencia, los diferenciales de rentabilidad entre el crédito europeo IG (investment grade o grado de inversión) y la deuda soberana se han reducido hasta los 77 puntos básicos (pb). “Este nivel no se veía desde 2018”, añade Vedda. 

Teniendo en cuenta estas valoraciones, parece prudente actuar con cierta cautela: “Una posible corrección bursátil podría tener efectos negativos sobre la tolerancia al riesgo de los inversores”. Los diferenciales de rendimiento podrían ampliarse y los precios caer en consecuencia. Imaginación y realidad: la brecha entre ambas en los mercados de capitales desempeñará un papel decisivo en los resultados futuros. No pueden descartarse retrocesos.

Factores que impulsan el mercado de capitales

  • Economía: se prevé un crecimiento económico moderado en Estados Unidos y la zona del euro
    • Indicadores adelantados débiles –sector inmobiliario y la confianza del consumidor -, pero datos económicos duros sólidos. Estas son las claves que describen la situación actual en Estados Unidos. En conjunto, las perspectivas de crecimiento para el país se mantienen contenidas (2026: 1,3%).
    • La inestable situación política de Francia es un lastre, no sólo para el propio país, sino para el conjunto de la Unión Europea. Nuestra previsión de crecimiento de la eurozona para 2026 es de un moderado 1,1%.
  • Inflación: presión significativamente mayor en Estados Unidos
    • El aumento – o incluso un posible repunte adicional – de la inflación sigue siendo un tema importante en Estados Unidos, aunque los aranceles aún no se han trasladado completamente a los precios. En 2026, la inflación podría situarse en torno al 3,0%.
    • En la zona euro, prevemos una tasa de inflación del 2%, sensiblemente inferior a la de Estados Unidos. Los principales impulsores son los incrementos de precios en el sector servicios. No obstante, el menor crecimiento salarial frena la inflación.
  • Bancos centrales: se esperan nuevas bajadas de tipos en EEUU.
    • Tras recortar tipos de interés hasta el rango del 4% - 4,25% a mediados de septiembre, la Reserva Federal ha dejado entrever nuevos recortes antes de que finalice el año. El principal motivo es el claro debilitamiento del mercado laboral.
    • En la zona euro, prevemos un único recorte adicional de tipos. Con una inflación del 2,2%, próxima al objetivo del BCE, y unas previsiones económicas revisadas ligeramente al alza, el margen de actuación monetaria será limitado.
  • Riesgos: intensificación de los conflictos comerciales, incremento de los riesgos geopolíticos
    • La intensificación de los conflictos comerciales o unas tasas de inflación superiores a las expectativas podrían limitar el margen de la Reserva Federal para seguir recortando los tipos de interés y lastrar la evolución de los mercados.
    • En Europa, un aumento adicional de la inestabilidad geopolítica y de los riesgos fiscales – con Francia como clave – podría deteriorar el sentimiento a largo plazo y el clima de inversión.

Renta Variable: “Los inversores no deberían dejarse llevar por la codicia”
“Durante varios años, hemos observado que prácticamente todas las compañías que han tenido mala suerte de ser catalogadas como perdedoras de la inteligencia artificial (IA) están siendo sistemáticamente penalizadas por el mercado bursátil. Precisamente, esas supuestas perdedoras de la IA podrían ofrecer actualmente las mayores oportunidades en Bolsa”, sostiene el gestor de carteras Andre Köttner. Incluso cuando estas compañías presentaron excelentes resultados en los últimos ejercicios, las Bolsas simplemente las ignoraron, pese a que continuaron mostrando crecimientos de ventas de dos dígitos y márgenes de beneficio muy elevados. Existen ejemplos destacados entre empresas de software o servicios informáticos.

Köttner centra también su atención en compañías vinculadas a la IA o que, en teoría, podrían beneficiarse de ella. No obstante, advierte sobre valoraciones excesivamente elevadas – como aquellas de empresas que cotizan a más de cien veces sus ventas -, niveles que ni siquiera se alcanzaron durante la burbuja de las puntocom a finales de los años 90. Y en muchos casos no está claro si las fuertes inversiones realizadas acabarán dando frutos. El mercado de capitales es muy receptivo a las narrativas atractivas que, por desgracias, no siempre se corresponden con la realidad.

Otro aspecto relacionado: en el caso de las compañías con valoraciones extremadamente altas y posiciones cuasi-monopolísticas, cabe preguntarse si serán capaces de mantener dichas posiciones y generar beneficios extraordinarios a largo plazo.
¿Cómo gestionar entonces el riesgo de correcciones?

 Las estrategias de Köttner están prácticamente al 100% invertidas en renta variable. No puede mantener una elevada liquidez ni incorporar otras clases de activos. Para mitigar riesgos, aplica una estrategia de barra equilibrada (barbell strategy): en un extremo, compañías del sector tecnológico y de la IA; en el otro, valores de sectores como el sanitario o el de bienes de consumo básico – modelos de negocio “aburridos” pero "previsibles”. En estos sectores, existen compañías con perspectivas de crecimiento moderadas pero estables, y con buenos márgenes, que se espera sigan generando beneficios incluso en épocas de crisis.

“Incluso en estos tiempos no dejamos de comprar pasta de dientes, de beber café o de recibir tratamientos médicos cuando estamos enfermos” explica Köttner.

Con respecto a las expectativas de rentabilidad para los próximos años, Köttner se muestra prudente: los retornos podrían ser algo inferiores a los de ejercicios anteriores. En definitiva, la evolución de los beneficios empresariales será el factor determinante. Köttner concluye con una advertencia: “Los inversores no deberían dejarse llevar por la codicia”.

“Nivel de entrada atractivo en sectores seleccionados”

Los mercados inmobiliarios europeos han experimentado una importante corrección de precios, que han caído alrededor de una cuarta parte. Tanto los índices inmobiliarios basados en valoraciones como los índices basados en transacciones han vuelto a registrar una evolución positiva. ¿Es éste un buen punto de entrada o la corrección aún no ha terminado? 

“Se trata de un nivel bastante atractivo en determinados sectores. Los sólidos datos fundamentales deberían seguir respaldando la recuperación de los mercados inmobiliarios. En general, observamos un aumento de la demanda”, afirma Anke Weinreich, gestora de carteras y experta en inversión inmobiliaria.

Debido a la limitada liquidez del mercado, Weinreich detecta actualmente descuentos significativos en las grandes transacciones, especialmente en el segmento de oficinas. “Esto abre interesantes oportunidades de compra a precios que deberían situarse por debajo del valor razonable de mercado a largo plazo, dependiendo del sector y del país”, explica.

Weinreich identifica las mayores oportunidades en el segmento residencial, donde la demanda supera claramente a una oferta todavía muy limitada. El sector logístico, previamente muy favorecido, sigue siendo atractivo, ya que se beneficia de la creciente inversión en infraestructuras y defensa en toda Europa, lo que debería traducirse en un crecimiento a largo plazo. Sin embargo, debido a las crecientes incertidumbres en el comercio global y el aumento reciente de la financiación de nuevos proyectos, este sector debe analizarse de forma diferenciada.

En cuanto al segmento de edificios de oficinas, los activos de alta calidad siguen ofreciendo perspectivas prometedoras, ya que en muchos mercados aún existe escasez de espacios prime en buenas ubicaciones.

¿Cuáles son las perspectivas de los fondos inmobiliarios abiertos frente a los bonos soberanos? “Intentamos lograr una rentabilidad positiva con baja volatilidad”, añade Weinreich. Esta estrategia ha funcionado bien en los últimos diez años, como demuestran los datos publicados por la Bundesverband Investment und Asset Management (BVI), la Asociación Alemana de Fondos de Inversión y Gestión de Activos. Durante este periodo, los fondos inmobiliarios abiertos registraron un rendimiento medio anual del 2,1%, con una volatilidad del 1,1%, mientras que los fondos de bonos a largo plazo en euros obtuvieron una rentabilidad media anual del -0,2%, con una volatilidad del 6,6%.

13Oct

Las ventas al exterior de China alcanzaron su mayor crecimiento en los últimos seis meses al avanzar un 8,3% interanual en septiembre, a pesar de que las exportaciones hacia EEUU retrocedieron un 27% (el sexto mes consecutivo con retrocesos a tasas de doble dígito).

Miguel Ángel Valero 

Continúa el cierre del Gobierno en EEUU, tras al menos cinco votaciones infructuosas para reabrirlo, pero con la voluntad de alcanzar un acuerdo. Pese a ello, Donald Trump incrementaba la incertidumbre en el frente comercial. La Casa Blanca ha amenazado con aranceles generalizados adicionales del 100% a las importaciones chinas, subida sustancial frente al 55% actual vigente, en respuesta al endurecimiento de controles de exportación chinos sobre tierras raras y el anuncio de investigación antimonopolio sobre Qualcomm. Los aranceles a China se colocarían en niveles similares a lo que se impuso en el Día de la Liberación.  

China, por su parte, ha advertido de represalias, defendiendo la legitimidad de sus controles y activando además licencias y nuevas restricciones que abarcarán materiales y equipos a partir del 1 de diciembre. 

El mercado se encuentra pendiente de la ventana política previa a APEC, en donde está en el aire la reunión prevista entre Trump y Xi Jinping. 

En China, en un momento en el cual se elevan las tensiones comerciales con Estados Unidos, se han publicado cifras relativas al comercio exterior y que muestran una notable fortaleza de las exportaciones. Las ventas al exterior de China alcanzaron su mayor crecimiento en los últimos seis meses al avanzar un 8,3% interanual en septiembre, a pesar de que las exportaciones hacia EEUU retrocedieron un 27% (el sexto mes consecutivo con retrocesos a tasas de doble dígito). 

Estos datos refrendan la capacidad que está mostrando China de redirigir sus ventas exteriores hacia otras economías, que avanzaron un 14,8% (exportaciones totales excluyendo ventas a EEUU) y destacó especialmente el crecimiento de las exportaciones a Vietnam, que fueron del 25% o las realizadas a la Unión Europea que escalaron un 14%. 

Las tensiones comerciales han vuelto a impactar negativamente en los mercados bursátiles globales. El índice mundial retrocedió un 2,1% durante la semana, siendo la sesión del viernes la más desfavorable desde abril y la tercera peor en lo que va del año. Esta caída tuvo un marcado carácter cíclico, con los sectores de consumo discrecional (-3,5% semanal) y energía (-3%) liderando los descensos. No obstante, el sector tecnológico no se vio especialmente afectado, cayendo en línea con el agregado global (-2,1%). En contraste, los sectores que lograron esquivar las pérdidas fueron las utilities (+1%) y el consumo básico (+0,1%).  Los mercados más golpeados fueron los estadounidenses (-2,4% semanal) y los chinos (-3,3%), afectados por las crecientes fricciones comerciales.

En renta fija, la duración actuó como refugio frente a la corrección de los activos de riesgo, favoreciendo la apreciación de los bonos con vencimientos más largos. La rentabilidad del bono soberano a 10 años cerró la semana por debajo del 4,1% en EEUU.

El aumento de la volatilidad en los mercados bursátiles también ha repercutido en los diferenciales de crédito, especialmente en el segmento de alto rendimiento (high yield), con incrementos semanales de 30 puntos básicos (pb) tanto en el crédito de menor calidad estadounidense como en el europeo, que han vuelto a superar los 300 pb.

Las tensiones se han trasladado también al mercado de divisas. Tras alcanzar niveles de 1,15 EUR/USD durante la semana, la reactivación de los conflictos comerciales devolvió al par a cotas de 1,16 EUR/USD, cerrando la semana sin cambios significativos.

En el mercado de materias primas, un mismo evento generó dos reacciones distintas. Por un lado, el petróleo se vio presionado por el aumento de la oferta de la OPEP, y su desplome se intensificó el viernes tras las amenazas dirigidas a China, dejando al precio del barril Brent por debajo del 64 $/barril. Por otro lado, el oro mantuvo su tendencia alcista, superando los 4.000 $/onza. A pesar de la volatilidad, la incertidumbre comercial impulsó nuevamente al oro que cerró la semana con un avance del +3,4%.

Lombard Odier: EEUU y China alcanzarán un compromiso

El último CIO Office Flash Viewpoint, elaborado por Nannette Hechler-Fayd’herbe, Head of Investment Strategy, Sustainability and Research, CIO EMEA de Lombard Odier, subraya que las tensiones comerciales entre EEUU y China se han intensificado debido a una serie de posibles nuevas restricciones sobre las tierras raras, la imposición de aranceles adicionales y los controles a las exportaciones de software.

Esta escalada en las relaciones comerciales no debe subestimarse, aunque podría interpretarse como un preludio a negociaciones antes de una serie de fechas límite.

"Nuestra expectativa es que Estados Unidos y China alcancen un compromiso, dado su nivel de interdependencia económica; sin embargo, los riesgos de una mayor escalada persisten, por lo que seguimos de cerca cada desarrollo. En los portafolios, nuestras posiciones con sobre ponderación en renta fija y oro, y la infra ponderación en acciones estadounidenses, parecen bien posicionadas para resistir un período de elevada incertidumbre", resalta. 

La secuenciación deliberada de plazos clave apunta a un deseo mutuo de mantener las conversaciones y, potencialmente, alcanzar un acuerdo:

  • 20-23 de octubre: El XV Plan Quinquenal se formalizará durante el IV Pleno del XX Comité Central del Partido Comunista Chino.
  • 29-30 de octubre: Posible visita del presidente Trump a Corea del Sur, tras un viaje programado a Japón.
  • 31 de octubre - 1 de noviembre: Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Corea del Sur, con probable asistencia del presidente Xi Jinping.
  • 1 de noviembre: Entrarán en vigor los aranceles adicionales del 100% de EEUU sobre China
  • 8 de noviembre: Entrarán en vigor los nuevos controles de exportación de China sobre tierras raras, materiales para baterías y materiales superduros.
  • 1 de diciembre: Entrarán en vigor los controles extraterritoriales de exportación de China sobre tierras raras.

Ebury: freno a la subida del dólar

El dólar tuvo una de sus mejores semanas en meses, mientras que la incertidumbre política francesa lastró al euro. Sin embargo, la reanudación de la guerra comercial entre EEUU y China supuso un revés para los activos de riesgo a última hora del viernes. Las acciones cayeron bruscamente, los bonos del Estado repuntaron y el dólar se vendió de forma moderada, para luego estabilizarse y recuperarse a primera hora del lunes en los mercados asiáticos. 

"No identificamos patrones claros en los mercados de divisas, ya que la mayoría de ellas cayeron frente al dólar de forma simultánea", precisa el Análisis Semanal del Mercado de Divisas de Ebury. Sin embargo, la divisa con peor rendimiento fue el real brasileño, que cayó casi un 4 % debido al nerviosismo en torno a la situación fiscal del país. 

La atención debería seguir centrada en el recrudecimiento de la guerra comercial entre EEUU y China, así como en la posibilidad de que se alcance un acuerdo para reabrir la administración federal estadounidense.

  • EUR El revuelo político en Francia fue, sin duda, uno de los factores que impulsaron al dólar la semana pasada, ya que el euro se ha convertido en la principal alternativa al billete verde como reserva de valor y medio de cambio. Aunque hasta ahora se han evitado los peores escenarios (nuevas elecciones y/o la dimisión de Macron), la capacidad del Gobierno para aprobar un presupuesto es muy dudosa y podría continuar ejerciendo presión sobre la moneda común, ya que las preocupaciones fiscales están cobrando cada vez más importancia en los mercados. No hay muchas publicaciones económicas en la agenda esta semana, por lo que la atención seguirá centrada en la situación política francesa. 
  • USD La falta de datos económicos debido al cierre de la administración está dificultando enormemente la labor de evaluar el estado de la economía estadounidense. Además, sigue sin vislumbrarse un final del cierre, pero, a pesar de ello, los mercados no parecen muy preocupados y se muestran mucho más inquietos por el recrudecimiento del conflicto comercial con China. Tras la imposición de controles adicionales a las exportaciones de tierras raras por parte de China, EE. UU. ha amenazado con imponer al gigante asiático un arancel adicional del 100 % que entraría en vigor el 1 de noviembre. Al establecer esta fecha, Trump deja cierto margen de tiempo para negociar. Al conocerse esta noticia el dólar se depreció, lo que parece confirmar que los inversores consideran que las guerras comerciales son perjudiciales para el dólar.
  • GBP En el Reino Unido, los mercados siguen analizando la situación fiscal del país, aunque el presupuesto de 2026 no se hará público antes del 26 de noviembre. La huida hacia activos refugio el viernes benefició al mercado de bonos soberanos británicos, y los de muchos otros países. Los datos económicos se están comportando razonablemente bien hasta ahora. El informe del mercado laboral de esta semana nos proporcionará una referencia clave para determinar el estado de la economía británica, pero creemos que la libra esterlina seguirá cotizando muy en línea con el euro en el futuro cercano. 
13Oct

Aunque se observan riesgos de sobreinversión en IA, no detecta burbuja en el sector tecnológico, ya que las revisiones de crecimiento de beneficios siguen siendo sólidas. A largo plazo, la monetización exitosa de estas inversiones será clave para mantener rendimientos positivos en el mercado estadounidense.

El 'House View' de octubre de Union Bancaire Privée (UBP), elaborado por Michaël Lok, Group CIO and Co-CEO, avisa que "la renta variable está altamente valorada, aunque seguimos siendo constructivos también cautelosos, mientras mantenemos una visión positiva sobre el oro, al que hemos elevado nuestra calificación de convicción a 5/5”.

"Nuestra estrategia de renta variable se centra en el sector tecnológico, manteniendo posiciones tanto en EEUU como en China. El oro continúa ofreciendo una cobertura confiable frente a riesgos políticos y a la depreciación del dólar. Las empresas de servicios públicos estadounidenses ofrecen una vía defensiva para aprovechar el tema de la inteligencia artificial. Los retornos de la renta fija muestran que el investment grade, el high yield y los AT1 superan el rendimiento (carry) ofrecido a comienzos del año.", explica.

En septiembre, los activos considerados refugio frente a la depreciación del dólar destacaron por sus ganancias, con el oro subiendo un 11,5 % y la renta variable global un 3,6 %, superando a otras clases de activos. El rally del oro fue impulsado por la postura flexible de la Reserva Federal en Jackson Hole y los debates sobre su independencia. 

"Mantenemos una posición significativa en oro, con un precio objetivo de 4.600$ por onza para finales de 2026. Las acciones globales tuvieron su mejor desempeño en quince años en septiembre, respaldadas por el impulso del sector de inteligencia artificial (IA) y el cambio de tono de la Fed. Aunque se observan riesgos de sobreinversión en IA, no detectamos burbuja en el sector tecnológico, ya que las revisiones de crecimiento de beneficios siguen siendo sólidas. A largo plazo, la monetización exitosa de estas inversiones será clave para mantener rendimientos positivos en el mercado estadounidense", añade.

Para inversores que buscan exposición a la IA con un enfoque más defensivo, las empresas de servicios públicos estadounidenses (calificadas 4/5) representan una oportunidad atractiva. "No estamos siguiendo sectores cíclicos tras su reciente repunte, y hemos añadido protecciones marginales a las carteras para resguardar parte del rendimiento acumulado desde abril de 2025. Tras una reducción de exposición a hedge funds en agosto, no se realizaron ajustes adicionales en septiembre, ya que la posición actual se alinea con nuestro escenario macroeconómico y de riesgos”, concluye.