Miguel Ángel Valero
El centenario del nacimiento de Francisco García Pavón, el artista más ilustre de Tomelloso (en dura competencia con el pintor Antonio López Torres, sin olvidar a Francisco Carretero), se celebró en 2019, pero sigue muy activa la Ruta Literaria sobre el creador de Plinio. Se realiza los sábados (resto de días, previa inscripción en sabersabor.es, 617.250.821, info@saberesabor.es).
Es también una magnífica oportunidad para recorrer Tomelloso y conocer las obras de otros artistas de la localidad manchega.
La Ruta pretende acerca al visitante la vida y obra del singular escritor, precursor de la novela policiaca española y excelente cuentista, a través del recorrido de los lugares que habitó y frecuentó en su ciudad natal y que García Pavón recrea como escenarios de sus novelas, relatos y cuentos.
Porque en García Pavón vida y literatura se fusionan perfectamente en una simbiosis tan ficticia como real, ya que los espacios físicos que describe en sus textos podemos visitarlos y conocerlos in situ. Ahí siguen 106 años después de su nacimiento en Tomelloso el 24 de septiembre de 1919.
La Ruta Literaria de Francisco García Pavón comienza con una cita de Las hermanas coloradas: "En los pueblos convivimos más. Los pueblos son libros, las ciudades sin periódicos". Y se inicia en el actual Hotel Paloma, donde estaba la churrería de La Rocío, lugar de visita diaria del jefe de la Guardia Municipal de Tomelloso, Manuel González, más conocido como Plinio.
La segunda etapa es el Ayuntamiento, lugar de trabajo de Plinio. El impresionante palacio municipal, construido en 1904, ilumina la Plaza de España, el lugar más importante de Tomelloso. Por dentro, no tiene desperdicio, con la Sala de Plenos y la Sala del pintor Francisco Carretero, otro sobresaliente artista de Tomelloso, donde se pueden contemplar ocho paisajes y El Varal.
Muy cerca del Ayuntamiento está la sede de la Policía Local. En los bajos de ese edificio Francisco García Pavón fundó y dirigió la Biblioteca Municipal de Tomelloso.

El escritor cita en su libro autobiográfico Ya no es ayer la Posada de los Portales. otro de los grandes edificios de Tomelloso y donde actualmente se sitúa la Oficina de Turismo y también funciona como Centro Cultural. Se construyó gracias al arzobispo de Sevilla, el cardenal Solís, que en dos ocasiones pasó por Tomelloso sin encontrar un lugar donde poder descansar del viaje (tuvo que hospedarse en casas de pudientes feligresas.
Fue construida en 1778 como remodelación de la casa de los Rodrigo, uno de los mayores propietarios de la época en Tomelloso. Funcionó como albergue-posada de viajeros y caballerías hasta los años 60 del siglo XX. Posteriormente fue adquirida, rehabilitada y restaurada por el Ayuntamiento, respetando su estructura original. En 1982 fue declarado Monumento Histórico Artístico de Interés Provincial.
Su fachada presenta galerías de balaustres torneados, al estilo de las corralas o de los corrales de comedias, levantados sobre un soportal formado por cuatro columnas toscanas y dos pilares. La galería superior se levanta mediante vigas sobre zapatas. En los dos pisos tiene balconadas corridas de madera.
En su interior se mantiene el antiguo hogar con su castiza cúpula; las originarias vigas de madera en el techo, tan características de la arquitectura manchega; la cocina primitiva, con su gran campana-chimenea y otros utensilios de la época.
La Ruta avanza y en su quinta etapa se visita la casa natal de Francisco García Pavón, en el número 15 de la calle Independencia, y que aparece mencionada en cuentos y novelas del autor.
La Biblioteca Municipal Francisco García Pavón lleva este nombre desde 1990, un año después de su fallecimiento. Data de la década de los 60.
Seguimos caminando hasta el taller de ebanistería El Infierno, propiedad del abuelo y del padre del escritor. Es el número 10 de la calle del Pintor Francisco Carretero (antigua calle Martos), pero se la conocía popularmente como calle del Infierno por el gran ruido de sus máquinas. Todavía se conservan las puertas realizadas en el taller.
Unos pasos más está la casa de Paulina y Gumersindo, escenario del cuento que lleva ese nombre y que figura en Cuentos Republicanos.
La Glorieta de María Cristina juega un gran papel en la infancia y adolescencia de García Pavón, y de todos los niños de Tomelloso por aquella época. Aparece en 'Ya no es ayer'. Ahora acoge también el Museo de Antonio López Torres.

Este pintor de Tomelloso (1902-1987) comienza la carrera de Bellas Artes en 1925, primero en Ciudad Real, luego en Madrid, donde realiza su primera exposición en 1935. Profesor de Dibujo, se instala definitivamente en Tomelloso, donde muere el 15 de noviembre de 1987, un año después de la inauguración del Museo. Supo plasmar, como pocos, la luz, el espacio aéreo y la temperatura en sus cuadros. "No me gustaba dibujar copiando, me gustaba dibujar interpretando", afirmaba.
El Museo surge tras el deseo expreso del pintor de donar su obra al pueblo de Tomelloso. Se encarga el proyecto a los arquitectos Fernando Higueras y José Benito Román, que crean una ingeniosa cúpula que ilumina sin que el sol afecte a las pinturas. Se empezó a construir en 1981 y se inauguró el 19 de abril de 1986, con un discurso de Francisco Nieva, gran amigo y admirador del pintor. Alberga 65 óleos y 41 dibujos de Antonio López Torres, más una sala para exposiciones temporales y un auditorio con 250 localidades.
Hay que cruzar el pueblo para llegar a la estatua de Francisco Martínez Ramírez, El Obrero, otro ilustre tomellosero. Gran amigo del abuelo de Francisco García Pavón y al que éste admiró mucho. Todavía se recuerda el artículo que le dedicó tras su muerte en septiembre de 1949.
La Ruta finaliza en dos casinos. Por un lado, el Casino de Tomelloso, antiguo Círculo Liberal, con su artesonado de madera y cristal del Salón de los Espejos, que fue realizado por el abuelo del escritor, que hace una espléndida descripción en 'Ya no es ayer'.
Por otro, el Casino de San Fernando, lugar de encuentro para Pilinio y Don Lotario, protagonistas de las novelas policiacas, y escenario de numerosos cuentos, como Muerte y blancura de Baudelio Perona.