20 Oct
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Alma Freire, veintiocho años, profesora de Literatura en un instituto de Madrid y autora de una primera novela de éxito, recibe la invitación de una excéntrica señora para pasar el mes de septiembre de ese mismo año en una cabaña de su propiedad, residencia de escritores, a cambio de cuidar del jardín y de presentar un proyecto para escribir un libro.

Rodeada de bosques y jardines, compartirá el retiro con otro autor, Duncan Parker, un famoso escritor neoyorquino habitual de la cabaña que al principio se muestra hostil con ella. Su primer encuentro no promete nada bueno: a su llegada, él no se presenta a buscarla en coche, con el pretexto de un malentendido —de hecho, a Alma le toca aceptar el pasaje de unos desconocidos— y se muestra claramente reacio a entablar una relación mínimamente cordial. 

"¿Qué hago aquí?, pensaba, como con un sentimiento de fraude, como si estuviera engañando al mundo por el hecho de estar allí, en ese lugar, escribiendo lo que yo decía que algún día sería una novela.

Alma, que tiene dificultades para ponerse a escribir, decide organizar su rutina empezando por nadar cada mañana en la piscina de la cabaña y ocupándose de las plantas de la señora con la ayuda de un cuaderno que le ha hecho llegar por mediación de su ayudante. En el transcurso de los días, Alma tratará de instaurar una relación lo más cordial posible con el otro escritor.

A lo largo del mes, la rutina de ambos se verá alterada por algunos acontecimientos enigmáticos y aparentemente insignificantes que establecerán lazos entre ellos. Por su parte, Alma asistirá de pronto a un misterioso hechizo: literatura y naturaleza empiezan a unirse y a formar parte de un mismo relato; a medida que progresa en el cuidado de las plantas, se va desgranando el arte de cultivar historias. Cuidar de los jardines será una suerte de gestación, una forma de proteger algo pequeño y delicado dentro de un entorno precioso que está, a su vez, rodeado de la inmensidad más salvaje y descontrolada, y esta a su vez de todo el mundo, de todo el universo.

Es el argumento de Un instante en la oscuridad, de Gemma Urraka, publicado por Destino. "Esta novela nació del deseo de capturar la fuerza con la que algunas personas irrumpen en nuestras vidas. A veces, quienes más nos transforman no son los que tenemos cerca, sino aquellos que pasan fugazmente: un encuentro, una conversación bastan para provocar un terremoto. Son personas que atraviesan nuestra existencia como meteoritos", explica la autora.

"También quería capturar el silencio compartido, ese espacio que casi ha desaparecido en nuestro tiempo acelerado. No tanto la soledad, sino la calma de estar junto a otro cuerpo sin necesidad de decir nada. Hay algo del confinamiento que se refleja en estas páginas, algo de ese encierro y ese silencio. Recuerdo un día de plena pandemia en el que detuve mi escritura para bajar al supermercado y, al volver a casa, vi que los almendros de mi calle habían florecido. La primavera seguía ocurriendo, ajena a nosotros, y yo sentí que me la estaba perdiendo. De ahí surgió el jardín como símbolo del paraíso: un lugar donde la vida sigue, incluso cuando nosotros creemos estar quietos", añade.

La novela ganó el Premio La Bestia Equilátera de Novela en Argentina en 2023. Antes, Gemma Urraka había publicado Las vidas secretas (Niña Loba, 2020). En 2024 su poemario Objetos de cielo profundo quedó finalista del IV Premio Internacional de Poesía Ciudad de Estepona.

¡Esto da para una serie!, de Diego Merayo (@telocuentosinspoilers)

Desde aventuras adolescentes sobre bicis llenas de barro hasta culebrones sentimentales dignos de telenovela, pasando por momentos laborales tan surrealistas como los de The Office o reuniones de vecinos más tensas que un capítulo de Aquí no hay quien viva. La vida —la tuya y la de todos— está hecha de escenas que parecen sacadas de una ficción. Porque a veces lo cotidiano se convierte en comedia, en drama, en thriller o en romance... y todo cabe en el mismo capítulo.

En este viaje por más de 900 ficciones televisivas, Diego Merayo (@telocuentosinspoilers) invita en ¡Esto da para una serie! (geoPlaneta) a mirar atrás y rec­onocernos en las series que hemos visto, sentido y comentado. Porque las series no solo hablan de lo que ocurre en la pantalla, sino de lo que pasa en nuestras casas, en nuestros trabajos y en nuestras emociones.

Dicen que la realidad siempre supera la ficción y es cierto, pero por mucho que la ficción lo intente, nunca va a superar las experiencias que vamos guardando en la mochila a lo largo de nuestra vida. Porque las series hablan de nosotros, de nuestros comportamientos y deseos. Las series hablan de nuestra vida. Unas veces es comedia, otras drama, romance o acción. Y no nos engañemos, en algunas ocasiones se parece a las se­ries de terror.

Desde The Crown hasta El cuerpo en llamas pasan­do por Chernobyl, Fariña, Dirty John, El caso Asunta y un largo etcétera, una gran cantidad de series han buscado la inspiración en la vida real.

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