Con el Black Friday, que tendrá lugar el 28 de noviembre, el día después de Acción de Gracias, se da el pistoletazo de salida de la campaña navideña. Ahora bien, una parte relevante del gasto no responde a una planificación real, sino a impulsos. Por eso, conviene llegar con una lista cerrada y un presupuesto claro: así lo que se compra es lo que de verdad hacía falta y el ahorro no se diluye en extras que no estaban previstos.
Según el Holiday Retail Report 2025 de Shopify, el consumidor español, que aprovecha estos días para adelantar parte de su lista de Navidad (regalos, electrónica, hogar), llega a esta campaña con la cartera más ajustada: el gasto medio previsto cae de 209€ en 2024 a 182€ en 2025.
Durante años el Black Friday se ceñía a 24 horas frenéticas; hoy, las ofertas se estiran varios días, a menudo una semana entera, de mano de grandes marketplaces como Amazon y eso cambia el juego. Aunque un 23% de consumidores ya lo aprovecha para adelantar regalos y necesidades del hogar, todavía hay un 77% restante que no lo hace: quienes igualmente tendrán que comprar en Navidad y todavía no han movido ficha.
“Estos consumidores comprarán igual, solo que más tarde, con más prisas y normalmente con peores condiciones. Llegar a diciembre sin lista ni presupuesto suele traducirse en decisiones a la carrera o falta de stock que obligan a elegir alternativas más caras y gastos de envío exprés que devoran cualquier rebaja”, explican desde el comparador financiero HelpMyCash.
El mensaje para ese 77% no es “gasta más en Black Friday”, sino “cambia el cuándo y el cómo”. “El plan es simple. Lista cerrada, más un presupuesto ceñido”, aconsejan desde el comparador. Primero, decidir qué se va a comprar (regalos imprescindibles o un electrodoméstico necesario, como renovar la lavadora o el frigorífico). Segundo, fijar un tope realista y pelear por pagar menos sin ampliar la lista.
“No se trata de meter más cosas con el mismo dinero: se trata de que el presupuesto de 300€ termine siendo de 200 para lo mismo, por ejemplo. Esos 100€ que se ahorran se van directo a la cuenta de ahorro o al fondo de emergencia”, añaden. Ese es el verdadero ‘descuento’ que se debe buscar.
Además, el Black Friday ya no es un único día: dura varios, incluso una semana, y eso juega a favor del consumidor que quiere planificar. “Nuestro consejo es reservar una tarde antes de que arranquen las grandes rebajas para buscar y anotar el precio actual de los artículos de la lista en dos o tres tiendas”, explican desde HelpMycash. Con ese precio base guardado, será fácil comprobar si es una rebaja real o un falso descuento.
“También hay que dar espacio a los gustos. Así que, en ese caso, se puede aplicar la regla de las 24 horas, que no es otra cosa que añadir al carrito, dejar reposar y comprar al día siguiente solo si sigue teniendo sentido”, añaden desde el comparador.
“En compras grandes, financiar solo si la compra es necesaria, útil y duradera —por ejemplo, una lavadora o un frigorífico— y siempre integrando la cuota en el presupuesto mensual antes de darle al botón”, recomiendan desde el comparador. Si la financiación tiene coste, conviene calcular el TAE y comprobar que el interés no devore la supuesta ganga. Y si es “a coste 0”, la prudencia es la misma: que no haya intereses no significa comprar de todo. “Cada cuota, aunque sea sin intereses, ocupa espacio en el presupuesto mensual”, sentencian.
Además, la seguridad no es negociable. En el pago online, conviene reducir superficie de riesgo: usar tarjetas virtuales o soluciones con CVV dinámico (por ejemplo, BBVA ofrece CVV que cambia y limita el uso), generar tarjetas virtuales puntuales (por ejemplo, Bankinter permite crearlas) o incluso tirar de prepago si se quiere blindar al máximo. Quien utilice ING puede apoyarse, además, en su seguro de fraude en compras online en casos como no recepción o llegada en mal estado.
También resulta esencial revisar el envío, plazos y condiciones de devolución para que un supuesto ahorro no termine en gasto oculto. Por ejemplo, aunque lo habitual es que no cobren gastos de envío, si llevan estos costes comprobar que ese importe no se “coma” lo ahorrado por la oferta.
Cuidado con los intentos de fraude
“Pero también durante el Black Friday los ciberdelincuentes aprovechan para colar enlaces trampa y que hagan compras con nuestra tarjeta”, explican desde HelpMyCash. A la hora de ir a pagar y para evitar estos intentos de phishing es conveniente recelar de urgencias artificiales (“última hora para no perder tu pedido”), premios inesperados o reembolsos que exigen “verificar datos”. También son frecuentes en estas fechas las webs “gemelas” con direcciones que se parecen a las oficiales, pero cambian una letra o añaden dominios extraños. “Si el usuario tiene dudas, la regla de oro es no pinchar en el enlace y acudir siempre por su cuenta a la web o app oficial”, reiteran los expertos.
Pero, ¿qué hacer si ya es tarde? “Si el usuario ha introducido datos en una página sospechosa, debe contactar con su banco para bloquear la tarjeta. Si dispone de tarjeta virtual, puede reemplazarla al instante y activarla con doble factor para seguir comprando con seguridad. En el caso de la tarjeta física, la activación del doble factor se hará cuando llegue el nuevo plástico. Además, es recomendable reportar el intento de suplantación a la tienda afectada y a las autoridades competentes para ayudar a frenar la campaña fraudulenta”, concluyen desde HelpMyCash.
Por lo tanto, el Black Friday de este año no exige gastar más: exige planificar mejor. Con una tarde de preparación, una lista cerrada, un presupuesto firme, una comprobación de precios reales y pagos seguros, la semana de descuentos se convierte en una oportunidad para adelantar la Navidad sin poner en riesgo la cuenta y, de paso, reforzar el colchón de ahorro de cara a 2026.