09 Dec
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Parece que fu ayer, pero no. Han pasado diez años desde la entrada en vigor de Solvencia II en España. "Una década de madurez, profesionalización y compromiso con la gestión del riesgo, liderada por la profesión actuarial", como subraya el presidente del Instituto de Actuarios de España, Fernando Ariza, en el número casi monográfico que Actuarios dedica al aniversario. Y que "supuso un antes y un después en la profesión. Nada volvió a ser igual. Afortunadamente para todos. Hemos sido testigos de una historia de aprendizaje, adaptación y responsabilidad, en la que el sector asegurador se ha convertido en un ejemplo de resiliencia, buen gobierno y transparencia. Y hemos sido ejemplo de garantía del cumplimiento de los compromisos asegurados, incluso en contextos inciertos y extremos como los que hemos pasado en estos años", subraya. 

"A nivel competencial, los Actuarios hemos adquirido una mayor relevancia en el sector y en la industria aseguradora, y hemos asumido dos nuevas reservas de actividad: la Función Actuarial y el Informe Especial de Revisión de la Situación Financiera y de Solvencia", añade. 

Con la adaptación de Solvencia II, la normativa española definía por primera vez qué es un Actuario: persona con un título superior universitario de carácter avanzado y especializado en ciencias actuariales y financieras. También se ha visto reforzado el sistema de gobierno, con las cuatro funciones fundamentales, de las cuales el Actuario asume una como reserva legal de actividad, la Función Actuarial, y es el profesional más cualificado para asumir la Función de Gestión de Riesgos. Y ello sin perjuicio de su cualificación para las otras dos, especialmente Auditoría Interna. 

Gracias al nuevo enfoque basado en el riesgo, las entidades realizan una gestión más eficiente y prudente de los riesgos, pues éstos influyen en los requisitos de capital. Solvencia ha supuesto también mayor transparencia, con un nuevo marco que exige una mayor divulgación de la información de las entidades, sea por los reportes regulares al supervisor, sea por el Informe sobre la Situación Financiera y de Solvencia, en cuya revisión el Actuario tiene una reserva de actividad compartida con el Auditor. Más transparencia, que permite la comparabilidad entre las entidades. Y no solo eso, las aseguradoras europeas son ahora más fuertes, más comparables y más atractivas frente a otros sectores financieros. 

Gracias a Solvencia II, el Gobierno Corporativo de la industria del seguro se ha acercado a los más altos estándares internacionales de rendición de cuentas, de ética profesional y de profesionalización. 

Los consumidores y usuarios son también objeto de protección de este nuevo marco regulatorio, que está permitiendo disfrutar de una estabilidad del sector, que no ha dado los grandes sustos que otrora dio el sector financiero en la figura de las entidades financieras. Y nunca debemos olvidar que el seguro pivota sobre un elemento clave: la protección de nuestros asegurados. 

"En España lo hemos hecho muy bien. Hay que reconocer y elogiar el papel realizado por las entidades del sector, por reguladores y supervisores, y por los profesionales del sector, de los que destaco, como no puede ser de otra manera, a los Actuarios. Gracias a todos ellos, hemos podido afrontar la transición del modelo con solidez y con altas ratios de solvencia, y consolidar la imagen de un sector bien gestionado, prudente y solvente dentro de nuestro contexto europeo", insiste Fernando Ariza.

"Gracias a Solvencia II, el Gobierno Corporativo de la industria del seguro se ha acercado a los más altos estándares internacionales de rendición de cuentas, de ética profesional y de profesionalización Es necesario el conocimiento actuarial en los órganos de gobierno de las entidades, sí, pero este solo será real y óptimo cuando los actuarios sean perfiles frecuentes en los Consejos de Administración y en la dirección de las entidades. También lo es que se reconozca reglamentariamente la necesidad del desarrollo profesional continuo en la dirección de las entidades, incluyendo las funciones clave. La confianza en el futuro se construye con el liderazgo actuarial en el sector, y aún queda mucho recorrido, pero fácil de caminarlo. En estos diez años hemos aprendido que el mayor activo del seguro es la confianza, la protección y la prevención, que los números son importantes, pero también las personas, y hemos demostrado que el mayor valor del actuario es construir una sólida industria del seguro, convirtiendo la incertidumbre en estabilidad y la técnica en valor social. La ciencia actuarial seguirá siendo la brújula que marque el camino hacia un seguro más justo, confiable e inclusivo. Ese es el legado de nuestro sector y de la profesión: el valor social de un progreso colectivo", concluye el presidente del Instituto.

La publicación contiene análisis, desde diferentes enfoques, de Solvencia II: Carlos Montalvo (PwC y ex EIOPA), Eva María Lidón, Javier Castillo (DGSFP), Luis María Sáez de Jáuregui, José Gabriel Puche (actuarios), Sonia Lecina (Área XXI), Tomás Soley (Superintendente de Seguros de Costa Rica), J. Iñaki de la Peña (Universidad del País Vasco), Íñigo Liberal, Silvia Moreno (Santander Insurance), Ignacio Blasco, Alfredo Yagüe, Moisés Hernández, Aitor Milner (Afi), Antonio San Román (NFQ), Féliz Sáez de Jauregui (Triple A Risk Finance España), José Manuel García Sánchez (Legálitas), Eva Valentí, María Nuche (Consorcio de Compensación de Seguros), Pedro del Pozo (Unespa), Prosper Lamothe, Manuel Monjas (Universidad Autónoma de Madrid), Manuel Álvarez (Ocopen).

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