Hay un “comprador estratégico” que ya no adquiere tanto por impulso, sino tras realizar un estudio pormenorizado, y prioriza el precio sobre otras cuestiones como los plazos de entrega.
La Asociación Española de Consumidores recomienda comprar solo lo necesario, controlar el gasto que se realiza, no dejarse llevar por impulsos y evitar ir de compras como forma de ocio.