El queso aportado por la rama asturiana de Cojebro ha sido el gran triunfador del ágape de la cuarta jornada del Camino Solidario.
La verdadera cuestión transcendental no es si hacer el Camino es caro o barato, sino si se puede plantear exclusivamente en esos términos de coste una experiencia que te cambia la vida.
La iniciativa de Cojebro permite descubrir cómo la fuerza del equipo impulsa a dar un paso más aunque las fuerzas flaquean y el ánimo desfallece. El ejemplo del que va delante anima al que se retrasa a seguir caminando hasta alcanzar la meta.
La 8ª edición recorrerá el Camino de Invierno partiendo de Monforte de Lemos, la ruta elegida por los peregrinos medievales que trataban de evitar las bajas temperaturas y las montañas nevadas de O Cebreiro del Camino Francés.
"Es una experiencia vital que va más allá del esfuerzo físico. Es una oportunidad para reflexionar, conectar con los demás y avanzar juntos hacia un objetivo común. ¡Juntos hacemos Camino!”.
Estos corredores de seguros demuestran la solidaridad y el compromiso andando. Han dedicado tiempo y esfuerzo, y en algún caso seguro que también gastos, para que los voraces peregrinos lleguen cada día al punto de destino satisfechos.
Sorprende que haya peregrinos que prefieran Los Abetos al Parador. Es cierto que éste es más incómodo, pero sus paredes rezuman historia, y permiten disfrutar de la Catedral iluminada por la noche o bañada por la bruma a primeras horas del día.