Abolir los AT1 o CoCos puede obligar a los bancos a los bancos a captar nuevo capital (con un coste de dos dígitos) para reemplazar más de 200.000 millones€ en estos bonos, que ahora cuestan el 5,5%.
Miguel Ángel Valero
Francesco Castelli, gestor de Euro Bond Fund, fondo de renta fija integrado en Banor SICAV, cree que las recomendaciones del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) que buscan simplificar el marco europeo de regulación, supervisión y presentación de información en el sector bancario, son beneficiosas para los tenedores de bonos AT1, pero perjudiciales para los accionistas.
Los bonos AT1, también conocidos como bonos contingentes convertibles o CoCos, son instrumentos financieros híbridos que tienen características tanto de deuda como de capital. Son convertibles, porque pueden convertirse de bonos en capital (o amortizarse por completo), y contingentes, porque esa conversión solamente se produce si se cumplen determinadas condiciones (que la solvencia del banco emisor caiga por debajo de un nivel de activación predeterminado.
Son emitidos por instituciones financieras y se utilizan para aumentar el capital disponible en caso de necesidad. Si bien estos bonos pueden proporcionar a los inversores un rendimiento atractivo, también tienen un alto grado de riesgo asociado.
El 11 de diciembre, como contó Dinero Seguro, el Consejo de Gobierno del BCE repaldó las recomendaciones del Grupo de Trabajo de Alto Nivel sobre simplificación, que se concretan en las siguientes medidas:
- Reducir el número de elementos de los marcos de ponderaciones por riesgo y de la ratio de apalancamiento.
- Introducir un régimen prudencial considerablemente más sencillo para las entidades de menor tamaño, basado en el régimen de la UE existente.
- Introducir un mecanismo europeo de gobernanza que incorpore una visión holística del nivel global de capital.
- Completar la unión de ahorros e inversiones, incluida la Unión bancaria, para fomentar la integración transfronteriza y permitir mercados de capitales más eficientes.
Francesco Castelli, indica que el paquete de “simplificación” del BCE llega con capas y matices y sin noticias positivas para los accionistas, mientras que los tenedores de bonos AT1 podrían verse beneficiados por el “grandfathering” (mantenimiento de las condiciones previas).
La existencia de dos alternativas competidores para el capital subordinado subraya la falta de consenso:
- Alternativa A — Los bonos AT1 se vuelven mucho más expuestos a la absorción de pérdidas. Los tenedores de bonos del Banco Popular podrían decir que la generación actual de AT1 ya ha sido muy eficaz absorbiendo pérdidas (eliminando completamente sus bonos), pero los reguladores quieren evitar cualquier escenario al estilo Credit Suisse.
- Alternativa B — La abolición completa de estos instrumentos (o confinarlos a un papel puramente auxiliar, apoyando los requisitos MREL). Ésta es la solución preferida por el Bundesbank.
Como mencionó el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, “no es nuestra intención tener regulaciones retroactivas en absoluto. No vamos a modificar las características de los instrumentos que fueron emitidos antes”. En ambos escenarios, el “grandfathering” podría resultar un potente impulsor para los bonos AT1 existentes
Un paquete tan amplio podría requerir una nueva directiva de la UE y luego la transposición nacional: años, no meses. “Modificar estas características concretas, eso no nos corresponde a nosotros, corresponde al legislador”, precisan en el BCE.
Abolir los AT1 probablemente obligaría a los bancos a captar nuevo capital (coste de capital de dos dígitos) para reemplazar más de 200.000 millones€ de capital AT1 que actualmente cuesta el 5,5% a las tasas actuales. Una decisión poco útil si el objetivo de la política es más crédito para la economía real.
Los diferenciales de AT1 están comprimidos frente a la historia de una década de los valores de Basilea III si los CoCos se mantienen (“grandfathered”), podría valer la pena revisar la norma, donde los diferenciales subordinados previos a la crisis financiera global eran mucho más bajos. Si los bancos se mantienen fuertes, ese punto de referencia no parece descabellado.
"Un mensaje complejo que revela consenso limitado. La lectura táctica va de moderadamente a muy alcista para los actuales tenedores de bonos—especialmente si se confirma el “grandfathering”—mientras que los accionistas siguen sin ver un alivio claro", señala este experto.
"Una Unión de mercados de capitales empieza con un consenso político común, y aún no lo tenemos", concluye Francesco Castelli.