04Nov

El nuevo Plan Quinquenal tiene como objetivo ampliar la clase media, que crezca, consuma más, y ahorre menos.

Miguel Ángel Valero

Anthony Willis, Senior Economist de Columbia Threadneedle Investments, pone el foco en dos acontecimientos clave ocurridos en China en las últimas semanas que, con gran probabilidad, influirán de manera decisiva en sus perspectivas futuras. El primero es la publicación del nuevo Plan Quinquenal, que en gran medida continúa con el planteamiento existente. El segundo es la reunión entre los presidentes Trump y Xi Jinping, en la que se estableció un marco para las negociaciones comerciales para los próximos 12 meses.

El plan quinquenal busca mantener el crecimiento económico anual dentro de un “rango razonable”, que este experto estima en torno al 4-5 %. Uno de sus principales objetivos es aumentar de forma significativa el consumo de los hogares en proporción al PIB. Esto refleja la continuación de un cambio estructural: un giro progresivo desde la industria manufacturera - que ha impulsado el crecimiento chino durante las últimas dos décadas- hacia una economía más orientada al consumo interno.

También hace hincapié en garantizar que el crecimiento de los ingresos de los hogares siga el ritmo del crecimiento del PIB, lo que sugiere de nuevo un objetivo de alrededor del 4-5%. Además, tiene como objetivo ampliar aún más la población que recibe ingresos medios, un tema clave en los mercados emergentes. A medida que esta clase media crezca, se espera que consuma más y, en el caso de China, que ahorre un poco menos.

Otro aspecto clave es el impulso de China hacia la autosuficiencia tecnológica, especialmente relevante en la actual era de las 'guerras de chips'. Esta ambición viene acompañada de esfuerzos por reforzar la base manufacturera del país y del reconocimiento de que, aunque China avanza hacia un modelo más orientado al consumo, la industria manufacturera continúa desempeñando un papel esencial en su economía.

China sigue avanzando en su programa contra la “involución”, una política vigente desde hace tiempo. Esta iniciativa busca frenar la competencia excesiva y el exceso de capacidad en sectores clave como los vehículos eléctricos y la energía solar. El objetivo es promover la consolidación del sector y limitar las guerras de precios, a fin de estabilizar los beneficios empresariales, prevenir presiones deflacionarias y fomentar el crecimiento sostenible. Es probable que China mantenga esta estrategia en el tiempo, impulsando a empresas líderes nacionales en industrias estratégicas.

Tierras raras como herramienta estratégica y de influencia

China parece haber jugado bien sus cartas en la reciente escalada de tensiones comerciales con Estados Unidos. Las tierras raras se han convertido en una herramienta estratégica para que China ejerza influencia, y han sido un factor clave para que EEUU volviera a la mesa de negociaciones. China domina tanto los recursos como la producción de elementos de tierras raras, y parece haber aprovechado esa posición con eficacia. 

China insinuó la posibilidad de restringir las exportaciones de tierras raras, lo que provocó que EEUU respondiera amenazando con la imposición de aranceles del 100% que desencadenó una escalada de tensiones en las últimas semanas. Curiosamente, los mercados se han mantenido imperturbables en gran medida, con la creencia generalizada de que las conversaciones concluirían de forma positiva.

China se ha comprometido ahora a comprar soja estadounidense, lo que debería aliviar la presión sobre los agricultores estadounidenses. También ha acordado limitar las exportaciones de materiales utilizados en la producción de fentanilo, una droga altamente adictiva que actualmente está causando importantes problemas sociales en EEUU.

Por otro lado, Estados Unidos ha retirado su amenaza de imponer aranceles del 100% a los productos chinos y ha suavizado algunas de las restricciones y los costes que se iban a aplicar al transporte marítimo chino.

La exitosa reunión entre los presidentes Trump y Xi la semana pasada ha puesto de manifiesto que probablemente podremos dejar atrás las preocupaciones sobre los aranceles del 100%, al menos durante los próximos 12 meses. Hay programadas dos reuniones más entre estos líderes para 2026, lo que debería ayudar a mantener un tono constructivo durante este período.

Pero ¿podemos dar por terminada esta historia? Quizá no. Se trata de las dos mayores superpotencias económicas del mundo, y es improbable que siempre actúen en perfecta armonía. Esto podría ser simplemente una pausa, más que una conclusión. 

China sigue manteniendo una perspectiva a largo plazo. Ha logrado avances significativos en la diversificación de su economía, reduciendo su fuerte dependencia de las exportaciones a EEUU, lo que la dota de mayor resiliencia ante futuros cambios en la dinámica del comercio mundial. Las exportaciones chinas a EEUU han disminuido un 27% interanual, pero las totales han aumentado un 8%. Actualmente, las exportaciones a EEUU representan solo el 12% del comercio total de China, frente al 20% en 2018, cuando el presidente Trump inició la primera ronda de guerras comerciales.

Actualmente, el arancel efectivo estadounidense es significativamente mayor sobre los productos chinos: alrededor del 47%, en comparación con el 20% existente a principios de año. A pesar de esto, China parece estar adaptándose bien. En los últimos años, se ha diversificado eficazmente, aprovechando al máximo la Iniciativa Belt & Road para abrir nuevos mercados y expandir su influencia global. A medida que China continúe evolucionando hacia una economía más orientada al consumo, esta transición debería impulsar el crecimiento a largo plazo. 

"Nuestras perspectivas sobre los mercados emergentes siguen siendo constructivas y mantenemos una visión positiva sobre China. Somos conscientes de que los mercados han experimentado un fuerte repunte en los últimos 12 meses, pero aún vemos margen para un mayor impulso positivo", concluye el experto de Columbia.

27Oct

El cierre de la Administración entra en su quinta semana y se ha publicado, de manera excepcional, el IPC de septiembre, necesario para actualizar el poder adquisitivo de pensiones y ayudas de la Seguridad Social en 2026. Además, Trump ya tiene cinco candidatos a la presidencia de la Fed.

Miguel Ángel Valero

Donald Trump ha llegado a Asia con una actitud mucho más conciliadora que sus habitualmente agresivos exabruptos sobre los aranceles. Aterriza con nuevos avances en las negociaciones comerciales, lo que rebaja la incertidumbre y confirma una vez el patrón que sigue el presidente de EEUU: tras reavivarse las fricciones comerciales con nuevas amenazas de subidas agresivas de aranceles, se pasa a la fase de negociación que dejará paso a la llegada de acuerdos parciales que eviten los peores escenarios.

Las reuniones entre miembros de la Casa Blanca y de China, previas al primer viaje asiático de Trump (en Japón se ha reunido con el emperador, Naruhito, y lo hará con la primera mujer que accede a la presidencia del Gobierno, Sanae Takaichi, y en Corea del Sur, con su presidente, Lee Jae-myung, para celebrar el jueves 30 un encuentro con Xi Jinping) se han saldado con un “acuerdo marco”, según el secretario del Tesoro, Scott Bessent, que evitaría la temida imposición de esa agresiva amenaza de una nueva subida de 100 puntos de los aranceles estadounidenses a China. 

Este principio de acuerdo deberá ahora ser ratificado cuando se reúnan directamente Trump y Xi Jinping. La problemática de fondo no es nueva y girará en torno a la suavización de las restricciones a las exportaciones de tierras raras (desde China) y semiconductores (desde EEUU). También tendrán protagonismo las compras de soja y la exigencia de Trump a un mayor control del fentanilo desde China. Donde hay un principio de acuerdo es en TikTok.

La reunión se celebra apenas unos días antes de la prevista subida del 100% de los aranceles americanos (1 de noviembre) y de la finalización de la tregua comercial de 90 días firmada en agosto (la moratoria actualmente vigente finalizaría el 10 de noviembre y conllevaría una subida recíproca de los aranceles).

Trump está en Malasia para comenzar su ronda de visitas previas a la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés) y su agenda está dejando vientos de relajación de las tensiones comerciales. Los acuerdos no se han quedado solo con China, ya que las negociaciones comerciales avanzan con varias economías del sudeste asiático (Vietnam, Malasia, Tailandia y Camboya), y también se escenificó un 'deshielo en las relaciones con Brasil, donde tras elevarse los aranceles al 50% en agosto, se abrió la puerta a acuerdos que rebajen estas tasas. Estas cinco economías (las del sudeste asiático más Brasil) suman el 9,4% de las importaciones estadounidenses.

Trump solo endurece los aranceles a Canadá, un 10% adicional, tras una campaña publicitaria del Gobierno de Ontario que critica su plan de aranceles. El anunciobusca generar conciencia entre los votantes republicanos sobre los perjuicios económicos de las políticas arancelarias, utilizando para ello fragmentos de un discurso de 1987 del entonces presidente de EEUU, Ronald Reagan –también republicano–. Actualmente, Canadá es el tercer mayor socio comercial de EE.UU en importaciones, y se enfrenta un arancel del 35% sobre productos no contemplados bajo el tratado de libre comercio USMCA, además de gravámenes específicos del 25% a los automóviles y del 50% al acero, aluminio y cobre. 

Más presión sobre Rusia por Ucrania

El presidente estadounidense también se vio envuelto en otro desencuentro diplomático, tras cancelar la reunión prevista con Vladimir Putin, por la negativa de éste a un alto el fuego. La reunión prevista en Budapest fue suspendida y, según informó la Casa Blanca, no existen planes inmediatos para que ambos mandatarios se encuentren próximamente. 

Además, EEUU y la Unión Europea han reforzado la coordinación para aumentar la presión sobre las exportaciones de petróleo y gas de Rusia. Por un lado, EEUU anunció nuevas sanciones contra las dos principales compañías petroleras rusas (Rosneft y Lukoil), a la vez que Trump presiona a India para que disminuya las importaciones de petróleo ruso. En lo que respecta a la UE, aprobó su 19º paquete de sanciones, que establece como objetivo eliminar por completo la importación de gas natural licuado ruso para enero de 2027. Paralelamente, los países miembros de la UE acordaron eliminar progresivamente todas las importaciones de gas ruso antes de 2028. 

Apagón estadístico por el cierre de la Administración

Tras semanas sin conocer publicaciones del instituto de estadística de EEUU por motivo del cierre de Gobierno, como excepción se publicó con 9 días de retraso el dato de inflación, necesario para actualizar el poder adquisitivo de pensiones y ayudas de la Seguridad Social en 2026. El informe de inflación resultó mejor de lo esperado –tanto la tasa general como la subyacente se situaron en un 3% frente al 3,1% previsto en ambos casos–. 

En cuanto a la inflación general, se produjeron dos fuerzas contrapuestas: la energía contribuyó positivamente, no por una aceleración de los precios en los últimos meses, sino por una base comparativa muy baja del año anterior. Por el contrario, los servicios mostraron el menor avance desde 2021, de la mano de la desaceleración de los alquileres imputados –la principal partida contribuyente de los últimos cuatro años–, que por primera vez en este periodo aportaron menos de 1 p.p. En los bienes, los efectos de los aranceles fueron dispares: algunos grupos, –como la ropa y accesorios–, revirtieron sus avances, mientras que otros, –como mobiliario y bienes recreativos–, mostraron ciertos repuntes. Así, los precios que excluyen los componentes más volátiles se redujeron gracias al retroceso en los servicios, el componente más persistente, mientras que los bienes aún no reflejan plenamente el impacto de los aranceles, que podría hacerse más evidente en la última parte del año de forma temporal. 

No obstante, el seguimiento de estos datos dependerá del desarrollo de las negociaciones sobre el cierre del gobierno. La próxima publicación está programada para el 13 de noviembre, pero según ha declarado la Casa Blanca, no se espera que se difunda el IPC de octubre, lo que generaría un vacío en la serie histórica.

También se publicaron los datos de confianza empresarial, que sorprendieron positivamente al batir las expectativas. En EEUU, el índice compuesto repuntó al 54,8 desde el 53,9 anterior, impulsado por una mejora tanto de los servicios como, en menor medida, de las manufacturas. 

Pero la quinta semana de cierre del gobierno en Estados Unidos seguirá afectando a  la publicación de las principales estadísticas económicas del país. Por ello, datos tan importantes como el PIB del tercer trimestre (que deben publicarse el jueves 30 de octubre), probablemente seguirán sin conocerse. 

Se consuma el asalto a la Fed

Además, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, ha desvelado, dos días antes de la reunión de tipos de la Reserva Federal, la identidad de los cinco candidatos a suceder a Jerome Powell, cuando finalice su mandato en mayo de 2026: los actuales miembros de la junta de la Fed, Christopher Waller y Michelle Bowman; el exgobernador del banco central, Kevin Warsh; el director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, Kevin Hassett; y el ejecutivo de BlackRock, Rick Rieder.

Bessent, siguiendo las directrices de Trump, es el encargado de dirigir el proceso de selección para ser la mayor autoridad monetaria de EEUU, que se tendrá que enfrentar a las presiones del Gobierno federal para rebajar los tipos de interés y, al mismo tiempo, a una inflación todavía no controlada del todo y a una depreciación del dólar.

Trump espera tomar la decisión definitiva sobre el nuevo presidente de la Fed antes de que termine este año.

Ebury: la sorpresa bajista de la inflación faciita la bajada de tipos en EEUU

El dólar se mantuvo bastante firme la semana pasada, a pesar de que el único dato estadounidense publicado en las últimas semanas (el IPC de septiembre) prácticamente garantizó nuevas bajadas de tipos en las dos próximas reuniones por parte de la Fed. Se espera de manera generalizada que la Reserva Federal vuelva a recortar los tipos el miércoles 29 de octubre, a pesar del cierre del Gobierno. 

"Creemos que no hay ningún dato económico que pudiese haber impedido la bajada de octubre si hubiese sido publicado. Creemos que Powell insinuará la posibilidad de que lleve a cabo otra reducción de tipos en diciembre, en línea con el gráfico de puntos del FOMC. Sin embargo, existe una considerable incertidumbre sobre la trayectoria de tipos más allá de diciembre. La inflación estadounidense sigue muy por encima del objetivo y seguimos sin tener una visión clara del estado de la economía dado el cierre del Gobierno federal", señala el Análisis Semanal del Mercado de Divisas de Ebury

La reunión del BCE se celebra un día después que la de la Fed, el jueves, pero se espera que los tipos se mantengan inalterados en el futuro inmediato. En su lugar, todas las miradas estarán puestas en la reunión entre Trump y Xi Jinping ese mismo día. Los mercados esperan recibir buenas noticias en este sentido, después del anuncio de un principio de acuerdo realizado el fin de semana. Todavía no está claro si se firmará un acuerdo o se extenderá la tregua, pero los inversores se están contentando con que se esté evitando un escenario arancelario más grave. 

  • EUR: El repunte inesperado de los PMI de actividad empresarial de la zona euro respalda nuestra opinión de que el ciclo de recortes del BCE ha llegado a su fin. Creemos que la reunión de esta semana no tendrá mayor importancia, ya que la presidenta Lagarde no parece que tenga mucho apetito por relajar más la política monetaria. Además, la mejora de los PMI ha sido especialmente notable en el sector servicios alemán, lo que podría ser un primer indicio de que el estímulo fiscal germano está empezando a surtir efecto. Por otro lado, la actividad en Francia sigue contrayéndose, en parte por la gran incertidumbre política generada recientemente. Tanto los PMI como la postura hawkish del BCE deberían respaldar modestamente al euro hasta finales de año. Las noticias sobre un acuerdo comercial entre EE.UU. y China también deberían ser ligeramente positivas para la moneda única, dada la exposición relativamente alta del bloque a la economía china.
  • USD: A pesar del actual cierre del Gobierno federal, que muy probablemente superará el de 2018/19 como el más largo de la historia, la semana pasada recibimos, por fin, algunos datos económicos estadounidenses de primer orden. La inflación de septiembre, que fue publicada con retraso, quedó ligeramente por debajo de las expectativas. El indicador general repuntó al 3%, un nivel que sigue muy por encima del objetivo, como lo ha estado durante los últimos cuatro años. De hecho, la propia Fed espera que se mantenga por encima del 2% hasta al menos 2028. Nada de esto parece que vaya a impedir una nueva bajada de tipos por la Fed el miércoles, ni en la reunión de diciembre. Sin embargo, las perspectivas monetarias para el año que viene son menos claras, dada la ausencia casi total de datos económicos desde el cierre del Gobierno. Seguimos pensando que la trayectoria de menor resistencia para el dólar es a la baja a medio plazo, y una Fed más acomodaticia en 2026 reforzaría este posicionamiento.
  • GBP: La inflación británica de septiembre trajo buenas noticias para el Banco de Inglaterra. El indicador general quedó por debajo de las expectativas y se mantuvo constante con respecto al mes anterior, en el 3,8 %. Por otro lado, la inflación subyacente remitió ligeramente al 3,5 %. Esto ha reavivado la posibilidad de que el Comité de Política Monetaria recorte los tipos en diciembre, y los mercados de swaps lo están descontando con una probabilidad de en torno el 66%. Sin embargo, no estamos convencidos de que este recorte se vaya a producir. La inflación británica sigue más cerca del 4 % que del 3 %, es decir, casi el doble del nivel objetivo del 2 %. Tampoco tenemos evidencias de que el crecimiento de los precios haya tocado techo. Si no se produce un deterioro notable de la actividad económica de aquí a diciembre, creemos que el MPC probablemente pecará de cautela y mantendrá los tipos sin cambios, lo que debería ser ligeramente positivo para la libra. La verdadera incógnita es, por supuesto, el presupuesto de otoño, ya que una política fiscal que imponga una carga impositiva elevada y que perjudique el crecimiento, podría provocar una respuesta más dovish del Banco de Inglaterra.