La ciberseguridad europea se enfrentará a una nueva crisis en los próximos meses. A la falta de independencia tecnológica y a la tensa situación geopolítica se suma ahora el fin de Windows 10. Un sistema que tiene una cuota de mercado de más del 50% en toda Europa y que dejará de funcionar correctamente. “Se abre la mayor oportunidad para ciberdelincuentes en años”, explican los expertos de Pandora FMS.
En un primer momento, Windows 10 iba a dejar de actualizarse este mismo mes de octubre. Sin embargo, la presión europea y de asociaciones de consumidores basándose en la Ley de Mercados Digitales ha hecho que el plazo se amplíe hasta octubre de 2026.
Windows 10 seguirá teniendo actualizaciones gratuitas durante un año, pero el problema sigue presente: hace falta una transición ordenada y correcta.Este cambio de ciclo no implica solo una renovación de sistemas de los consumidores comunes, también de las administraciones públicas que tan extendidas tienen Windows 10. Con esta modificación, todo ordenador comprado antes de 2017 quedará obsoleto para Windows 10.
“Cuando un ministerio o un hospital se quede sin soporte, ya no hablamos de licencias, sino que es una cuestión de seguridad nacional”, explica Sancho Lerena, CEO de la tecnológica española Pandora FMS.
“El 14 de octubre quedaría marcado en los calendarios de los hackers porque millones de PC se quedarán sin parches y estarán a tiro de sus ataques”, alerta.
Sobre todo teniendo en cuenta el escenario en el que está Europa. Por una parte, continúa la falta de soberanía, con una evidente dependencia de tecnología norteamericana. Y, por si fuera poco, la situación geopolítica ha hecho que los ciberataques procedentes de China aumenten un 150% con claro objetivo a países OTAN. A ello hay que sumarle los ciberataques rusos, que en España ya se han cobrado víctimas como ayuntamientos y empresas.
Pese a la prórroga gratuita de un año que ha impuesto Windows, aún falta por conocer si el funcionamiento seguirá siendo el mismo. Las conclusiones de este cambio son claras.
“La mitad de Europa sigue anclada ahí. Hablamos de millones de máquinas obsoletas listas para ser atacadas”, alerta Sancho Lerena.
El fin de Windows 10 supondrá una amenaza masiva por la cantidad de dispositivos que se convierten en vectores de ataque el mismo día que se corte el soporte. También hay que tener el foco en la Administración Pública, donde desde ministerios hasta hospitales y ayuntamientos siguen operando con este sistema y cuya transición deberá ser más rápida que la del resto por su relevancia.
“No podemos olvidar las pymes su vulnerabilidad, sobre todo en un tema como la digitalización. La mayoría carece de planes de migración y de recursos internos”, indica Lerena. “Hay un coste oculto que es mantener Windows 10 tras su muerte, porque implica mayores riesgos, parches manuales y muchas caídas”.
Según el experto, hay una oportunidad sectorial para realizar una migración masiva que exige servicios gestionados (MSP/MSSP) y plataformas de monitorización. “Europa no puede dejar pasar la oportunidad. Este cambio radical nos vuelve a demostrar que necesitamos marcar nuestra propia estrategia IT y eso implica usar nuestros propios sistemas, no los extranjeros”.