Miguel Ángel Valero
Radar Digital, el centro de investigación en este ecosistema de Mutualidad, celebra la segunda edición de su Radar de radares, con la presentación de dos informes. Uno, de María Galván, subdirectora general de Tecnología, Datos y Operaciones de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP). Y otro, de Pablo López-Aranguren, responsable Digital de Mutualidad.
María Galván vaticina que “2026 será un año de disrupción tecnológica que pivotará en torno a tres ejes: la IA generativa, el valor del dato y la gestión del talento”, pero avisa que la verdadera transformación no es sólo tecnológica, exige evolucionar la cultura de las organizaciones y sus capacidades internas: “Sin esa base, la IA no podrá escalar de forma sostenible”.
Por un lado, el 76% de las aseguradoras ha implantado GenAI al menos en una función de su negocio, y el 42% ya están invirtiendo en iniciativas que incluyen la IA Generativa. Por otro, el 77% de las compañías reconocen que sus plantillas no están preparadas, pero solo el 27% ha puesto en macha programas formales de capacitación en GenAI de sus empleados.
La hiperpersonalización avanza gracias a un mayor apetito por compartir datos —del 55% al 60% en un año—, y la analítica avanzada se ha consolidado como palanca estructural: el 83% de las aseguradoras usa IA para gestionar datos y el 79% de los consumidores espera ofertas ajustadas a su perfil. Además, el 70% de las entidades considera prioritario impulsar colaboraciones con otros sectores, pese a los retos de integración y regulación asociados.
Pablo López-Aranguren resalta que el 11,90% de los seguros en España se venden por canales digitales (9% en Vida, 19% en No Vida), una tasa superior a la de Italia (10,76%), Portugal (8,6%) y Francia (7,37%). El 77% de las compañías tienen implantados proyectos de IA, y el 38% cuenta con chatbots en su web, frente al 27% en 2024.
El 89% de las aseguradoras están o van a invertir en IA generativa y anticipan impactos directos en productividad —crecimientos del 10% al 20%— y en primas —entre el 1,5% y el 3,5%—.
El 30% de los clientes acepta los seguros por uso (UBI, por sus siglas en inglés), y el 66%, los integrados. Aunque el 65% de los clientes completaría el análisis de una contratación online, solo el 22% mantiene el canal digital en la gestión de un siniestro, lo que evidencia la preferencia por la atención presencial en momentos críticos.
Un debate, moderado por Pablo López-Aranguren contó con Agurne Bustinduy, directora de Transformación de Retail en Zurich España; Carmen del Campo, directora de Innovación en Mutua Madrileña; Antonio Martín, director de Estrategia e Inteligencia de Negocio en ICEA; y Armando Martínez, socio responsable de IA en PwC España.
Varios mensajes coincidentes: la modernización tecnológica del sector avanza, aunque condicionada por retos estructurales, y requerirá arquitecturas más abiertas y centradas en el dato. Hasta el 80% de la información continúa sin estructurar, lo que limita la puesta en marcha de modelos avanzados de IA y obstaculiza la operatividad. Los modelos internos de innovación tienden a priorizar proyectos con retorno claro. Más que la IA generativa, lo que le interesa de verdad al seguro es la predictiva. Para ello, se necesita disponibilidad y calidad del dato, y capacidad de atraer talento especializado. Y una advertencia: solo el 7% de los pilotos de IA llega a producción, debido a la falta de medición del retorno, las dificultades de integración y los retos de gestión del cambio.
La base del seguro es la equidad y la inclusión
Fernando Ariza, director general de Mutualidad y presidente del Instituto de Actuarios, resalta que “la transformación digital no es una opción, es una responsabilidad. No basta con incorporar nuevas herramientas: debemos hacerlo con una visión integral, con datos bien gobernados, con procesos eficientes y, sobre todo, con un compromiso ético. Y poner al cliente en el centro para contribuir a una sociedad más justa, inclusiva y colaborativa”.
Insiste en que la tecnología está para ayudar a la vida de las personas y a mejorar el sector con "seguros más inclusivos, que sean más disponibles y que lleguen a más gente, que sean más asequibles", que no se limiten a pagar prestaciones en caso de siniestro, sino a "acompañar, cuidar, proteger, prevenir los riesgos".
En ese sentido, avisa que "con la obsesión por la eficiencia de lo digital, estamos perdiendo eficiencia en lo presencial. Si bien tenemos que ser 100% digitales, también tenemos que conseguir mantener ser 100% presenciales para todas aquellas personas que lo necesiten o lo quieran o lo demanden, que son muchas. Tenemos una obligación de no perder la parte presencial".
"En la medida que incorporamos tecnología, inteligencia artificial o procesos robotizados, máquinas que tomarán decisiones por nosotros, debemos plantearnos para qué, cuál es el propósito, la razón de ser. Tenemos que tratar de que se mantengan nuestros principios, nuestra ética, nuestros valores, que no se rompa el equilibrio entre equidad e inclusión, que es la base del seguro. Debemos vigilar que el seguro no sea únicamente accesible para quien lo pueda pagar o tenga menos riesgo y quien no, quede excluido, no por suscripción pero sí por precio".