Prácticamente la mitad de las empresas británicas espera que el comportamiento en pagos B2B de sus clientes se deteriore en los próximos doce meses, en un contexto de graves problemas de liquidez.
A largo plazo, las perspectivas de las finanzas presupuestarias británicas siguen siendo claramente desalentadora, y el nuevo gobierno tendrá que subir los impuestos.