Miles de personas de todas las razas, religiones y motivaciones hacen el Camino cada año e ignoran el interesado debate sobre si están o no los restos del apóstol Santiago en la Catedral compostelana.
Sara Desirée Ruiz en "Lo que dejan las madres", asegura que “la carga se hace más ligera si se comparte con quienes conocen su peso”.
"Es una experiencia vital que va más allá del esfuerzo físico. Es una oportunidad para reflexionar, conectar con los demás y avanzar juntos hacia un objetivo común. ¡Juntos hacemos Camino!”.
Estos corredores de seguros demuestran la solidaridad y el compromiso andando. Han dedicado tiempo y esfuerzo, y en algún caso seguro que también gastos, para que los voraces peregrinos lleguen cada día al punto de destino satisfechos.
Sorprende que haya peregrinos que prefieran Los Abetos al Parador. Es cierto que éste es más incómodo, pero sus paredes rezuman historia, y permiten disfrutar de la Catedral iluminada por la noche o bañada por la bruma a primeras horas del día.