Miguel Ángel Valero
Berkshire Hathaway, la legendaria firma de Warren Buffett, alcanzó un nuevo hito en el tercer trimestre de 2025: su reserva de efectivo ascendió a 381.700 millones de dólares, la cifra más alta de su historia. Al mismo tiempo, el conglomerado registró un aumento del 34% en sus beneficios operativos, impulsado principalmente por el excelente desempeño de su negocio asegurador.
El área de seguros fue la gran protagonista del trimestre. Esta actividad, más la del reaseguro, logró beneficios de suscripción antes de impuestos, algo poco habitual. La mejora se debió en gran parte a un periodo con escasa actividad catastrófica, que permitió que las ganancias por suscripción se triplicaran respecto al año anterior. Sin embargo, no todo fueron buenas noticias: la aseguradora de automóviles Geico vio reducirse su beneficio un 13% por un aumento de reclamaciones y un notable incremento de los costes de adquisición de pólizas, especialmente en publicidad.
Pese a las sólidas cifras, Buffett se mantuvo cauto. Durante el trimestre, Berkshire vendió más de 6.000 millones$ en acciones y no realizó ninguna adquisición grande, a pesar de haber mostrado interés meses atrás con compras relevantes como una participación de 1.600 millones en UnitedHealth Group y el acuerdo de 9.700 millones para adquirir OxyChem.
Esta prudencia parece reflejar la percepción de Buffett de que “hay pocas oportunidades atractivas” en el mercado actual. La rentabilidad de las inversiones financieras se redujo un 13%, hasta 3.200 millones, debido a la caída de los tipos de interés a corto plazo.
Otro aspecto destacado fue la ausencia de recompras de acciones. Por quinto trimestre consecutivo, Berkshire Hathaway decidió no adquirir sus propios títulos, pese a que las acciones han caído cerca de un 12% desde que Buffett anunció su retirada para finales de año. La decisión envió una señal interpretada por algunos inversores como falta de confianza en la valoración actual del grupo.
Con Buffett preparando el traspaso del liderazgo a Greg Abel, la compañía entra en una nueva era. Sus resultados, que abarcan desde seguros hasta ferrocarriles, energía e industria, siguen siendo un termómetro del estado de la economía estadounidense: fuerte capacidad de generación de beneficios, prudencia en la inversión y acumulación masiva de liquidez.
Esa montaña de efectivo, sin embargo, también lanza un mensaje claro: Buffett prefiere esperar. En un entorno de incertidumbre económica y mercados en máximos, el “Oráculo de Omaha” parece mantener su receta clásica: paciencia, liquidez y disciplina, a la espera de que aparezcan verdaderas oportunidades de valor.
