21Nov

Las dudas sobre la rentabilidad de las inversiones en IA, el freno a la bajada de tipos de la Fed, el impacto del cierre más largo de la historia de EEUU se unen al futuro mejor comportamiento de otros mercados bursátiles.

Miguel Ángel Valero

La volatilidad irrumpe con fuerza en Wall Street tras siete meses de avances bursátiles ininterrumpidos. Los inversores tienen muchas dudas sobre la sostenibilidad de la inversión en tecnologías de la información y, sobre todo, en la inteligencia artificial (IA). 

Al goteo de comentarios de inversores institucionales se han sucedido ventas de paquetes de acciones, que han traído consigo caídas recientes desde máximos históricos en la gran tecnología (-25% en el caso más extremo de Meta). 

Los inversores se preguntan hasta qué punto la IA será tan rentable como descuenta el mercado advirtiendo que las apuestas actuales podrían tardar años en traducirse en ganancias tangibles.

Más allá de las correcciones en la cotización de Nvidia, y de otras tecnológicas, sus resultados son buenos. El ciclo de inversión actual es un proceso de construcción de un sector de infraestructuras, que escala rápidamente, con retornos crecientes y buena demanda duradera. "Nos encontraríamos así en la fase inicial de importantes inversiones, que con el tiempo tendrá su reflejo en resultados, y que el riesgo latente no recae tanto en el sector tecnológico en su conjunto, sino más bien en compañías específicas que han asumido compromisos de gasto agresivos sin una monetización clara en el corto plazo. El mensaje es que, en conjunto el cambio de paradigma asociado a la IA está para quedarse", señalan los analistas de Banca March.  

30% de probabilidad de bajada de tipos en diciembre

Por otro lado, el brusco giro en el sentimiento del mercado en torno a la próxima decisión en tipos de la Fed en diciembre, en donde se ha pasado de un casi seguro recorte al extremo contrario, otorgándose ahora una probabilidad del 30% a una bajada.

La cautela vuelve a hacerse presente entre los oficiales de la Reserva Federal de cara a la reunión del 10 de diciembre. Por un lado, el gobernador Michael Barr exigía prudencia para no comprometer la estabilidad de precios con una inflación que permanece muy alejada de los objetivos del banco central. Siguiendo esta misma línea, la presidenta de la Reserva Federal de Cleveland, Beth Hammack, subrayó que reducir los tipos de interés demasiado pronto podría prolongar la inflación y aumentar los riesgos financieros. Y que, aunque la demanda se está debilitando, una política más flexible podría fomentar los préstamos de mayor riesgo.

En el extremo contrario, el gobernador más afín a Trump, Stephen Miran, considera que la política monetaria continúa siendo demasiado restrictiva y aboga por mover los tipos hacia niveles más “neutros”. 

Con todo esto, la postura del comité sigue mostrando divisiones significativas. A esto se suma que los datos clave para evaluar la economía estarán incompletos. Por un lado, las cifras de empleo de octubre y noviembre se conocerán después de la reunión, por lo que la Fed solo dispondrá del informe de septiembre al momento de decidir. En paralelo, las lecturas de inflación de octubre y noviembre permanecen inciertas, con una alta probabilidad de que las de octubre nunca se difundan.

Pero lo importante para las Bolsas es el crecimiento de los beneficios y no que los tipos bajen. En este sentido, los beneficios siguen mostrándose resilientes y con márgenes en máximos, y para muestra los resultados de la cadena de hipermercados Walmart (+6,4%), premiada por el mercado tras presentar resultados por encima de lo esperado y anunciar su salto al Nasdaq. 

"Las políticas monetarias previsibles, ejecutadas de manera lenta y ordenada, suelen ser sinónimo de éxito", recuerdan en Banca March.

La resaca del cierre de Gobierno más prolongado de la historia

Además, una vez reabierto el Gobierno federal estadounidense tras el cierre más prolongado de la historia (el segundo se produjo en el primer mandato de Donald Trump), están las dificultades del mercado para poder leer el pulso de la economía, ante la falta de numerosos datos de octubre, que finalmente no se publicarán, y la sensación de 'contaminación' de las próximas series de actividad, que hacen que la situación de incertidumbre asociada a la macro se prolongue en el tiempo.

La incertidumbre asociada a los datos de coyuntura es un hecho, pero el cierre gubernamental ya ha concluido y, si no hay nuevos cierres a finales de enero, su impacto debería ser acotado, aunque pendiente de ser tasado. La expectativa queda por tanto asociada, en las próximas semanas, a datos de actividad 'contaminados' y más bien negativos, pero con visos de recuperación a comienzos de 2026. 

En el caso del empleo, tras conocer los datos de septiembre, las sensaciones fueron francamente positivas con una generación de casi 120.000 empleos en el mes, por encima de la media, disipando al menos hasta esa fecha la creación de empleo.

Es cierto que las cifras de empleo de septiembre no permiten despejar dudas sobre la situación actual: son datos atrasados y previos al cierre del Gobierno, que además han mostrado tendencias contrapuestas, dado que el empleo se aceleró, pero la tasa de paro también repunta en el mes. 

La creación de puestos de trabajo sorprendió positivamente al elevarse hasta 119.000, el mejor dato desde abril. Sin embargo, se revisaron a la baja las cifras de los meses previos y con ello agosto fue el segundo mes de destrucción de empleo del año con -4.000 personas (junio fue el otro mes del año con pérdidas de empleo, -13.000).

Educación y cuidados de la salud encabezan las contrataciones al elevarse en 59.000 personas, pero lo más destacado fue que dos sectores tan cíclicos como ocio y hostelería y la construcción aportaron al empleo, +47.000 y +19.000, respectivamente. 

En términos de salarios, se incrementaron en el mes un 0,2% mensual, lo que deja el ritmo de crecimiento interanual en el +3,8% con una la duración media de la semana laboral que se mantuvo en 34,2 horas. Unos niveles sostenidos de crecimiento de los ingresos.

En la encuesta de empleo de los hogares, sorprendió negativamente el aumento de la tasa de paro, que en septiembre se elevó hasta el 4,4%, su mayor nivel desde octubre de 2021. Sin embargo, este aumento se explicó principalmente por un aumento de la tasa de participación en la economía y no tanto por el incremento del desempleo. 

La población en edad de trabajar en la economía se elevó en 225.000 personas. Con esto, dada la positiva subida de la tasa de participación hasta 62,4% (una décima más que en el mes previo), la fuerza laboral se vio incrementada en 470.000 personas. Este mayor número de personas en el mercado laboral llevó a que el número total de desempleados subieran en 219.000 nuevas personas, pero subieron más las nuevas personas empleadas al elevarse en 251.000 en el mes.

Las estadísticas oficiales también actualizaron datos aplazados sobre las peticiones de subsidio de desempleo que, mirando las relativas a la última semana (15 de noviembre), mostró una reducción de las nuevas peticiones de subsidio por desempleo semanales hasta 220.000 (vs. 228.000 previas), situándose así en niveles históricamente bajos y mostrando que los despidos siguen contenidos.

Las ventas de viviendas de segunda mano subieron un +1,2% mensual hasta 4,1 millones de unidades anualizadas, dando señales de aceleración en octubre. 

La advertencia de Goldman Sachs

Goldman Sachs ha lanzado una advertencia que rompe con la complacencia del mercado. Según su estratega jefe, Peter Oppenheimer, el S&P 500 solo ofrecerá un retorno medio anual del 6,5% durante la próxima década. Una cifra modesta para quien se acostumbró a ver subidas de doble dígito en la era de los tipos bajos y la liquidez infinita.

El mensaje de fondo es claro: EEUU ha disfrutado de un ciclo de rentabilidades extraordinarias, impulsado por la revolución tecnológica, el abaratamiento del dinero y la expansión de los múltiplos bursátiles. Pero ese viento de cola se ha agotado. Las valoraciones están en niveles históricamente altos, los márgenes empresariales tocan techo y las condiciones financieras ya no son tan favorables.

En su análisis, sin embargo, resalta que otras regiones empiezan a ofrecer mejores perspectivas. Goldman estima que los mercados emergentes podrían rendir un 10,9% anual, Asia (sin Japón) un 10,3%, Japón un 8,2% y Europa un 7,1%. El liderazgo bursátil podría desplazarse hacia fuera de EEUU por primera vez en mucho tiempo, concretamente desde el año 2010. 

Es lo que denominan “una normalización” tras un ciclo excepcionalmente largo. Durante más de una década, bastaba con comprar el S&P 500 y esperar. Hoy, en cambio, el riesgo de concentración es evidente: siete grandes tecnológicas explican casi todo el rendimiento del índice, y su capacidad de seguir tirando del mercado dependerá de que mantengan beneficios y crecimientos difíciles de sostener a largo plazo.

Goldman no habla de desastre, sino de realismo. Un 6,5% anual es razonable en un entorno de mayor madurez económica, pero obliga a repensar estrategias. Ya no vale con depender de un solo país ni de un puñado de compañías. La diversificación será la principal fuente de rentabilidad y no solo de protección.

"Durante años, el mundo ha girado en torno al mercado americano. Quizá la próxima década nos recuerde que la rentabilidad también se encuentra fuera del radar de Wall Street. Y que mirar más lejos, una vez más, puede ser la clave para no quedarse atrás", apunta el analista Pablo Gil en The Trader.

Columbia Threadneedle: el impacto de la desregulación financiera

El análisis de Columbia Threadneedle Investments El resurgimiento de la desregulación financiera: implicaciones para los mercados y los inversores”, destaca que se están relajando los requisitos de capital y reconfigurando el comportamiento de las entidades, especialmente en EEUU, pero con efectos que alcanzan también a otros mercados.

El análisis aborda cómo la relajación del marco regulatorio afecta al sector financiero desde múltiples ángulos: examina su impacto en la consolidación bancaria y en el comportamiento de las entidades en un contexto de mayores márgenes de maniobra; analiza las implicaciones para la estabilidad y el funcionamiento del mercado de deuda pública estadounidense; evalúa cómo estos cambios interactúan con el rápido crecimiento del crédito privado y los posibles desplazamientos entre banca tradicional y financiadores no bancarios; y compara la postura más cauta que mantienen Reino Unido y Europa frente al giro más decidido de EEUU.

También expone las repercusiones para distintas clases de activos - renta variable y crédito bancario, deuda soberana y estrategias de crédito privado - en un escenario en el que la desregulación abre nuevas oportunidades, pero al mismo tiempo recupera riesgos que han marcado ciclos anteriores.

20Nov

El Banco Central Europeo se mantiene a la espera, el Banco de Japón está decidido a subir los tipos de interés en algún momento, en el Reino Unido, un recorte en diciembre parece cada vez más probable, mientras que en EEUU el panorama es menos claro.

Miguel Ángel Valero

Christian Scherrmann, Economista jefe de DWS para EEUU, subraya que la tan esperada publicación del informe del mercado laboral de septiembre mostró una recuperación aceptable en la contratación. El empleo total no agrícola aumentó en 119.000 puestos en septiembre. Se registraron aumentos de empleo en salud (+43.000), servicios de comida y bares (+37.000) y asistencia social (+14.000). Mientras tanto, se registraron pérdidas de empleo en transporte y almacenamiento (-25.000) y en el gobierno federal (-3.000). La tasa de desempleo aumentó un 0,1%, hasta 4,4%, debido a un incremento en la participación laboral (subió 0,1% hasta 62,4%), distribuido de manera uniforme entre empleo y desempleo. Los ingresos medios por hora aumentaron un 0,2%, lo que indica que no hay presión sobre los precios por la reducción de la migración.

Los datos de octubre se publicarán junto con el informe de noviembre el 16 de diciembre, por lo que los miembros del FOMC no recibirán una actualización antes de su próxima reunión de política monetaria (prevista para el 10 de diciembre). 

Aunque el repunte en la tasa de desempleo en septiembre justificó el recorte de tipos en octubre, como medida de precaución, los niveles aceptables de contratación y la falta de datos oportunos dificultan que la Fed normalice rápidamente la política monetaria. En general, el informe respalda la opinión de DWS de que  la Fed mantendrá el status quo en diciembre. 

"No obstante, seguimos siendo optimistas sobre el hecho de que la Fed reducirá las tasas de interés hacia un nivel neutral para 2026, ya que los efectos de los aranceles sobre la inflación deberían desvanecerse, aunque es probable que la debilidad del mercado laboral persista", apunta el Economista Jefe de DWS para EEUU.

Las presiones de Trump agravan la división interna en la Fed

Lo que parece evidente es que el desacuerdo interno dentro de la Reserva Federal enfría las expectativas de un recorte de tipos en diciembre. Las actas de la última reunión de octubre muestran que, aunque algunos miembros se muestran abiertos a bajar tipos si la inflación continúa moderándose, otros defendían mantener una postura más prudente ante la persistencia de tensiones inflacionarias. La falta de consenso complica así la hoja de ruta de la Fed, especialmente en un contexto donde los datos clave como las cifras de empleo seguirán distorsionados tras el histórico cierre del gobierno. 

A este escenario de división se unen las ya conocidas presiones externas, procedentes de la Administración Trump, que sigue criticando abiertamente a Powell por no actuar con mayor contundencia. Y es que mientras algunos miembros, situados en la órbita de la actual administración, consideran que la inflación muestra avances suficientes para permitir un giro hacia una política más laxa, otros creen que los riesgos inflacionarios siguen siendo elevados y que la Fed debe evitar tomar decisiones precipitadas. 

La Fed sigue enfrentada a un dilema entre apoyar la estabilidad económica y no comprometer su credibilidad, lo que ha hecho que ahora sea menos probable un recorte de tipos a falta de datos de coyuntura más contundentes. 

Robeco: la Fed volverá a expandir su balance en línea con el alza del PIB

La reducción del balance de la Fed ha estado causando algunos problemas en EEUU. Las condiciones del mercado monetario se han endurecido, lo que ha llevado a la Fed a decidir poner fin a su programa de endurecimiento cuantitativo (QT) a partir del 1 de diciembre. "Esperamos que, a partir de principios de 2026, la Fed comience compras de gestión de reservas (RMP, por sus siglas en inglés) y vuelva a expandir su balance en línea con el crecimiento del PIB nominal. Esto debería aliviar parte de la presión sobre los tipos de interés a corto plazo, que prevemos sigan cayendo en los próximos meses y trimestres, incluso si hay una pausa en las subidas de tipos en diciembre", opinan en Robeco.

Mientras tanto, la reducción del balance del BCE ha ido funcionando sin problemas. En un discurso reciente, la integrante del Consejo de Gobierno, Isabel Schnabel, expuso sus planes para futuros ajustes del balance. Ella considera la reducción de tenencias de bonos como un proceso de normalización cuantitativa (QN, por sus siglas en inglés), no de endurecimiento cuantitativo (QT). Schnabel no tiene intención de detener este proceso, y es probable que su visión refleje la de una coalición más amplia dentro del Consejo.

En contraste, el Banco Popular de China prefiere impulsar su balance. En octubre, el PBoC anunció la reanudación de las compras de bonos del gobierno chino (CGB) para limitar los rendimientos y estimular la economía.

Quizás los problemas del balance en su forma más pura se esté sintiendo en Japón. El balance del Banco de Japón lleva más de un año reduciéndose y está programado para disminuir a un ritmo cada vez más rápido durante los próximos dos años. La combinación de subidas de tipos y una menor influencia del Banco de Japón (BoJ) en los bonos del gobierno japonés (JGB) ha impulsado los rendimientos al alza. "Vigilaremos esto de cerca, ya que el nuevo gobierno de Takaichi ha expresado su preferencia por políticas monetarias y fiscales más laxas", avisan en Robeco.

ColumbiaThreadneedle: los mercados necesitan más que la economía una bajada

Anthony Willis, Senior Economist de Columbia Threadneedle Investments, considera que los últimos datos económicos del Reino Unido han reforzado las expectativas de que el Banco de Inglaterra (BoE) baje los tipos de interés, mientras que en EEUU han ido en sentido contrario. Hace cuatro semanas se asignaba una probabilidad del 95% a un recorte de 25 puntos básicos (pb) por parte de la Fed en diciembre, cifra que ahora se sitúa en el 45%, y el lenguaje de sus miembros refleja una notable incertidumbre sobre lo que sucederá con los tipos el próximo mes.

En el Reino Unido, la inflación se ha estabilizado con rapidez y parece que se situará en el máximo del 3,8%, ya que se espera que los datos muestren una bajada al 3,4%. Aunque sigue lejos del objetivo del banco central, lo relevante es la tendencia, y el BoE confía en que la inflación continúe descendiendo. Otros indicadores del Reino Unido también han aumentado las expectativas de una bajada de tipos: las cifras de desempleo han alcanzado el máximo en cuatro años y el crecimiento de los salarios se ha ralentizado. Las cifras del PIB del tercer trimestre, situado en el 0,1 %, muestran una economía estancada. 

En la última reunión, el Comité de Política Monetaria se dividió 5 a 4 y el gobernador Andrew Bailey abogó por mantener los tipos, pero su lenguaje reciente - y el de otros miembros - apunta a que están dispuestos a bajarlos. S

Las previsiones del BoE siguen siendo moderadas, con un crecimiento del 1,2% el próximo año y del 1,6% y 1,8% en 2027 y 2028, cifras inferiores al objetivo gubernamental del 2,5%. Se espera que los próximos Presupuestos aborden parte de estas cuestiones y que, lejos de ser inflacionistas, den al BoE cierto margen de maniobra.

Al otro lado del Atlántico, la situación es diferente. El presidente de la Reserva Federal, Jay Powell, dejó muy claro tras la última reunión que una bajada de tipos en diciembre no era una conclusión inevitable y, de hecho, la Reserva Federal parece estar dividida en estos momentos entre los partidarios de una política monetaria flexible ('palomas') y los partidarios de una política monetaria restrictiva ('halcones'). Por ahora, parece que los halcones están ganando, en el sentido de que la mayoría de los comentarios recientes han sugerido que “no hay datos suficientes para justificar una bajada”, que es necesario “actuar con cautela” y “mantener una postura algo restrictiva”, y los propios comentarios de Jay Powell han cambiado el estado de ánimo del mercado respecto a lo que puede ocurrir el mes que viene. 

También conviene tener en cuenta el punto ciego de los datos económicos. Debido al cierre del Gobierno estadounidense, es posible que nunca lleguemos a tener un informe de inflación de octubre y que el informe de empleo de octubre también sufra cierta falta de calidad en los datos, por lo que es muy posible que la Reserva Federal opte por esperar y dejar que los datos se estabilicen.

En estos momentos, los mercados parecen necesitar una bajada de tipos más que la economía estadounidense. La Fed necesitará pruebas adicionales de debilitamiento laboral para justificar nuevos recortes. Hasta ahora, ha reducido tipos con cierta agresividad pese a que la economía no está en recesión, pero conviene recordar que, a medida que nos acerquemos a 2026, la junta de la Fed tendrá una composición más moderada. Por ello, la ausencia de una bajada en diciembre - aunque pueda decepcionar al mercado - no implica que no pueda haber más en 2026.

Las trayectorias de política monetaria están desalineadas. El BCE se mantiene a la espera, el Banco de Japón está decidido a subir los tipos de interés en algún momento, por lo que las distintas direcciones de los tipos generarán oportunidades en algunos mercados. En el Reino Unido, un recorte en diciembre parece cada vez más probable, mientras que en EEUU el panorama es menos claro.

12Nov

Aunque todo apunta a que se mantendrán los fallos de los tribunales inferiores en contra de los aranceles, ello no marcaría el final del asunto, ya que existen múltiples vías para que EEUU imponga medidas arancelarias.

Miguel Ángel Valero

La reapertura de la Administración en EEUU se acerca, con la votación el 11 de noviembre en la Cámara de Representantes, que debe refrendar el paso dado el lunes 10 por el Senado, y la firma final por parte del presidente Donald Trump

Las esperanzas de que la reanudación de las operaciones gubernamentales permita la publicación de datos económicos retrasados y respalde el crecimiento a corto plazo, reforzaba el sentimiento general del mercado e impulsaba las cotizaciones de los sectores más sesgados a la economía. Ha sido, no obstante, un evento en el que los mercados no han prestado gran atención, pese a ser el cierre más largo de la historia de EEUU (el segundo, por cierto, se registró en el primer mandato de Trump). En el pasado, estos episodios de paralización significaron una reducción del PIB de entre una y dos décimas semanales, efecto negativo que en gran medida suele ser temporal dado que una vez se retoma el normal funcionamiento del Gobierno se suele recuperar la actividad.  

Columbia Threadneedle: "Mirando a través de la niebla"

Anthony Willis, Senior Economist de Columbia Threadneedle Investments,. cita al presidente de la Reserva Federal, Jay Powell, que señaló recientemente:“¿Qué haces cuando conduces a través de la niebla? Disminuyes la velocidad.” Esta frase refleja la falta de certeza que la Fed ha enfrentado respecto a los datos económicos de EEUU. Sin embargo, ahora parece que la niebla comienza a disiparse ligeramente, debido a que el país parece estar cerca del fin del cierre de su gobierno federal. Ello implica dos consecuencias principales: en primer lugar, que el impacto económico no habría sido demasiado grave; y en segundo lugar, que volverán publicarse los datos económicos. 

Con un poco de suerte, hacia finales de esta semana el Gobierno reabierto debería reanudar la difusión de datos económicos. De ese modo, es posible que el jueves 14 de noviembre haya datos relevantes sobre la inflación, junto con los informes que habían quedado atrasados sobre la evolución del empleo en septiembre y octubre. 

Los mercados financieros verán con alivio esta reapertura. Desde la perspectiva del daño económico, es preciso considerar dos hechos clave: primero, los significativos retrasos en los vuelos de la semana pasada debido a la inactividad de los controladores aéreos; y segundo, el riesgo de suspensión de los cupones de alimentos que benefician a 42 millones de estadounidenses. La urgencia por resolver estos dos problemas parece haber llevado a los políticos de vuelta a la mesa de negociación, y la reapertura contribuirá a mantener la estabilidad económica.

No obstante, aún persiste mucha “niebla” en otros frentes. Continúa la incertidumbre sobre la legalidad de los aranceles, que llegó la semana pasada a la Corte Suprema. Las intervenciones de los jueces reflejaron un notable escepticismo respecto a la legitimidad de los aranceles impuestos por el presidente Trump mediante una legislación prevista para situaciones de “emergencia nacional”. Aunque todo apunta a que se mantendrán los fallos de los tribunales inferiores en contra de los aranceles, ello no marcaría el final del asunto, ya que existen múltiples vías para que EEUU imponga medidas arancelarias.

En cuanto a los tipos de interés, Powell indicó que una bajada de tipos en diciembre “no era una conclusión inevitable”, aunque el consenso del mercado apunta a un recorte de 25 puntos básicos (pb) el próximo mes. El mercado laboral muestra señales de enfriamiento y el impacto de los aranceles sobre la inflación ha sido menor de lo esperado. La propia Fed experimentará pronto cambios, ya que se espera que el sucesor de Powell sea anunciado antes de finde año. A largo plazo, la política monetaria parece orientarse hacia una postura más favorable, dado que la Fed ha señalado el fin del endurecimiento cuantitativo. Es probable que su balance comience a expandirse desde principios del próximo año, proporcionando liquidez y reduciendo posibles tensiones en los mercados de dinero.

"En conjunto, es probable que durante el próximo mes obtengamos mayor claridad sobre varios de los factores que han estado afectando a los mercados a corto plazo. El panorama general se mantiene relativamente positivo, impulsado por una sólida temporada de resultados corporativos, no solo en EEUU, sino también en Europa y en los mercados emergentes. Aunque las Bolsas han mostrado cierta debilidad en los últimos días, con la niebla comenzando a despejarse, existe margen para avanzar con mayor certeza en el futuro cercano", concluye este experto.

La confianza de las pymes se debilita

No obstante, en EEUU la confianza de las pymes retrocedía ligeramente en octubre. El indicador realizado por el NFIB cedió hasta el 92,2 desde el 98,8 previo, siendo lo más destacado la caída del componente de incertidumbre que cayó 12 puntos hasta niveles de 88, la lectura más baja registrada en el año. Un 32% de las pymes señalaron la existencia de vacantes que no podían cubrir, valores similares a los observados en diciembre de 2020 en plena pandemia. Y un 27% de los empresarios citaron la calidad de la mano de obra como su problema más importante.

04Nov

El nuevo Plan Quinquenal tiene como objetivo ampliar la clase media, que crezca, consuma más, y ahorre menos.

Miguel Ángel Valero

Anthony Willis, Senior Economist de Columbia Threadneedle Investments, pone el foco en dos acontecimientos clave ocurridos en China en las últimas semanas que, con gran probabilidad, influirán de manera decisiva en sus perspectivas futuras. El primero es la publicación del nuevo Plan Quinquenal, que en gran medida continúa con el planteamiento existente. El segundo es la reunión entre los presidentes Trump y Xi Jinping, en la que se estableció un marco para las negociaciones comerciales para los próximos 12 meses.

El plan quinquenal busca mantener el crecimiento económico anual dentro de un “rango razonable”, que este experto estima en torno al 4-5 %. Uno de sus principales objetivos es aumentar de forma significativa el consumo de los hogares en proporción al PIB. Esto refleja la continuación de un cambio estructural: un giro progresivo desde la industria manufacturera - que ha impulsado el crecimiento chino durante las últimas dos décadas- hacia una economía más orientada al consumo interno.

También hace hincapié en garantizar que el crecimiento de los ingresos de los hogares siga el ritmo del crecimiento del PIB, lo que sugiere de nuevo un objetivo de alrededor del 4-5%. Además, tiene como objetivo ampliar aún más la población que recibe ingresos medios, un tema clave en los mercados emergentes. A medida que esta clase media crezca, se espera que consuma más y, en el caso de China, que ahorre un poco menos.

Otro aspecto clave es el impulso de China hacia la autosuficiencia tecnológica, especialmente relevante en la actual era de las 'guerras de chips'. Esta ambición viene acompañada de esfuerzos por reforzar la base manufacturera del país y del reconocimiento de que, aunque China avanza hacia un modelo más orientado al consumo, la industria manufacturera continúa desempeñando un papel esencial en su economía.

China sigue avanzando en su programa contra la “involución”, una política vigente desde hace tiempo. Esta iniciativa busca frenar la competencia excesiva y el exceso de capacidad en sectores clave como los vehículos eléctricos y la energía solar. El objetivo es promover la consolidación del sector y limitar las guerras de precios, a fin de estabilizar los beneficios empresariales, prevenir presiones deflacionarias y fomentar el crecimiento sostenible. Es probable que China mantenga esta estrategia en el tiempo, impulsando a empresas líderes nacionales en industrias estratégicas.

Tierras raras como herramienta estratégica y de influencia

China parece haber jugado bien sus cartas en la reciente escalada de tensiones comerciales con Estados Unidos. Las tierras raras se han convertido en una herramienta estratégica para que China ejerza influencia, y han sido un factor clave para que EEUU volviera a la mesa de negociaciones. China domina tanto los recursos como la producción de elementos de tierras raras, y parece haber aprovechado esa posición con eficacia. 

China insinuó la posibilidad de restringir las exportaciones de tierras raras, lo que provocó que EEUU respondiera amenazando con la imposición de aranceles del 100% que desencadenó una escalada de tensiones en las últimas semanas. Curiosamente, los mercados se han mantenido imperturbables en gran medida, con la creencia generalizada de que las conversaciones concluirían de forma positiva.

China se ha comprometido ahora a comprar soja estadounidense, lo que debería aliviar la presión sobre los agricultores estadounidenses. También ha acordado limitar las exportaciones de materiales utilizados en la producción de fentanilo, una droga altamente adictiva que actualmente está causando importantes problemas sociales en EEUU.

Por otro lado, Estados Unidos ha retirado su amenaza de imponer aranceles del 100% a los productos chinos y ha suavizado algunas de las restricciones y los costes que se iban a aplicar al transporte marítimo chino.

La exitosa reunión entre los presidentes Trump y Xi la semana pasada ha puesto de manifiesto que probablemente podremos dejar atrás las preocupaciones sobre los aranceles del 100%, al menos durante los próximos 12 meses. Hay programadas dos reuniones más entre estos líderes para 2026, lo que debería ayudar a mantener un tono constructivo durante este período.

Pero ¿podemos dar por terminada esta historia? Quizá no. Se trata de las dos mayores superpotencias económicas del mundo, y es improbable que siempre actúen en perfecta armonía. Esto podría ser simplemente una pausa, más que una conclusión. 

China sigue manteniendo una perspectiva a largo plazo. Ha logrado avances significativos en la diversificación de su economía, reduciendo su fuerte dependencia de las exportaciones a EEUU, lo que la dota de mayor resiliencia ante futuros cambios en la dinámica del comercio mundial. Las exportaciones chinas a EEUU han disminuido un 27% interanual, pero las totales han aumentado un 8%. Actualmente, las exportaciones a EEUU representan solo el 12% del comercio total de China, frente al 20% en 2018, cuando el presidente Trump inició la primera ronda de guerras comerciales.

Actualmente, el arancel efectivo estadounidense es significativamente mayor sobre los productos chinos: alrededor del 47%, en comparación con el 20% existente a principios de año. A pesar de esto, China parece estar adaptándose bien. En los últimos años, se ha diversificado eficazmente, aprovechando al máximo la Iniciativa Belt & Road para abrir nuevos mercados y expandir su influencia global. A medida que China continúe evolucionando hacia una economía más orientada al consumo, esta transición debería impulsar el crecimiento a largo plazo. 

"Nuestras perspectivas sobre los mercados emergentes siguen siendo constructivas y mantenemos una visión positiva sobre China. Somos conscientes de que los mercados han experimentado un fuerte repunte en los últimos 12 meses, pero aún vemos margen para un mayor impulso positivo", concluye el experto de Columbia.

29Oct

Los analistas creen que el Banco Central Europeo retomará el proceso de bajadas de tipos a partir del segundo semestre de 2026.

Miguel Ángel Valero

A diferencia de la Reserva Federal, que deberá bajar los tipos prácticamente a ciegas por el apagón estadístico provocado por el cierre de la Administración, como publicó Dinero Seguro, el Banco Central Europeo (BCE) afronta la reunión de su Consejo de Gobierno el jueves 30 de octubre con los deberes hechos. Sin novedad en el frente.

Ibercaja: atentos a los datos de crecimiento

Cristina Gavín, jefa de Renta Fija en Ibercaja Gestión, no espera sorpresas, el BCE mantendrá el tipo de intervención inalterado por cuarta reunión consecutiva, situándose la facilidad de depósito en el 2%. Sin actualización de cuadro macro, y sin cambios esperados en el 'discurso' se anticipa que la reunión no tendrá efectos significativos sobre los mercados.La política monetaria actual llevada a cabo por parte del Banco Central Europeo y su transmisión a la economía real parece satisfacer a los diferentes miembros del consejo. Se mantiene en cualquier caso el mensaje de que es necesario seguir monitorizando la coyuntura económica y tomar decisiones reunión a reunión en función de los datos que se vayan conociendo.

De esta manera, "aunque a día de hoy parece poco probable que asistimos a una nueva bajada en el tipo de intervención, no solo en lo que queda de este año, sino incluso de cara a la primera mitad de 2026, será necesario estar atentos a los datos de crecimiento que vayamos conociendo en la zona euro, ya que una inflación que se mantiene cerca del objetivo del 2%, y unos datos de crecimiento con riesgo claramente a la baja, podrían justificar que la autoridad monetaria retomara su senda de bajadas de cara a la segunda mitad de 2026".

Banca March: el BCE seguirá en modo pausa

"No esperamos novedades y consideramos que va a seguir en modo “pausa”. Con un crecimiento débil y una inflación ya acercándose al objetivo del 2%, la autoridad monetaria europea mantendrá en su reunión del jueves los tipos oficiales inalterados en el 2%", señalan en Banca March.

Ebury: divergencia económica entre Alemania y Francia

Tiempo de pausa y tranquilidad para el BCE. El ciclo de recortes de tipos del BCE parece haber llegado a su fin, al menos de momento, dada la solidez de la actividad empresarial y el aumento de la inflación. "Por fin hemos recibido buenas noticias en el ámbito político europeo este mes. El Gobierno francés no se ha colapsado en los últimos cinco minutos y contando, lo que supone una racha impresionante teniendo en cuenta los precedentes existentes", subrayan en Ebury. 

La zona euro también está mostrando signos de mayor dinamismo económico. El PMI de octubre sorprendió al alza, habiendo subido el índice compuesto a su nivel más alto de los últimos diecisiete meses (52,2). Esto es una muestra de gran resiliencia ante los riesgos bajistas que plantean los aranceles estadounidenses. Sin embargo, el crecimiento de la actividad empresarial no está siendo uniforme en toda la Eurozona dado que estamos observando una creciente divergencia entre el rendimiento económico de las dos principales economías del bloque: Alemania y Francia. La primera ha experimentado un fuerte repunte de la actividad empresarial y, por fin, parece estar cosechando los frutos del enorme estímulo fiscal del Gobierno. Francia, sin embargo, sigue a la zaga y se encuentra sumida en la incertidumbre política. 

Por su parte, la actividad de los servicios es sólida en la Eurozona, mientras que el sector manufacturero, que representa una parte menor de la economía, apenas se mantiene a flote. El componente de precios del informe PMI no ha mostrado cambios drásticos en el panorama inflacionario europeo. Los últimos datos oficiales del IPC armonizado tampoco reflejan grandes cambios. El aumento inesperado de la inflación subyacente, que subió al 2,4 % en septiembre, respalda la postura de mantener los tipos intactos, aunque la relajación de las presiones salariales y la reciente apreciación del euro podrían ejercer una presión a la baja sobre la inflación en los próximos meses.  

Dado que el BCE no actualizará sus previsiones macroeconómicas este mes y que los mercados consideran que no hay ninguna posibilidad de que se produzca otra bajada, los inversores centrarán toda su atención en las comunicaciones del banco. El Consejo de Gobierno reiteró en su reunión de septiembre que los tipos se encuentran "en un buen lugar", un mensaje que han repetido la presidenta Lagarde y otros altos cargos en los últimos días, y que probablemente reiterarán este jueves. "Creemos que el tono de Lagarde en la rueda de prensa será neutral, aunque es posible que se muestre más hawkish dada la mayor resiliencia económica que hemos observado recientemente. Es probable que siga mostrando confianza en la consecución del objetivo inflacionario del 2%. También podría señalar que la relajación de las presiones salariales contribuirá a que la inflación se mantenga en torno al objetivo en el horizonte de previsión. Esto respaldaría la postura de no recortar los tipos en el futuro cercano", añaden en Ebury.

"A diferencia de la Fed, creemos que es muy improbable que el BCE vuelva a bajar los tipos este año, ya que los últimos datos económicos han elevado aún más el listón para recortarlos. Los mercados están sopesando la posibilidad de un recorte en 2026, y ahora mismo los swaps asignan una probabilidad de en torno el 50 % de que se produzca una nueva rebaja a mediados del año que viene. En cualquier caso, hay pocas posibilidades reales de que se produzca un ajuste de tipos en los próximos meses, y cualquier debate al respecto parece prematuro de momento", concluyen.

Mediolanum: esperar y observar

Niall Scanlon, gestor de Carteras de Renta Fija en MIFL (Mediolanum International Funds): "Esperamos que el BCE mantenga los tipos de interés sin cambios en su reunión de octubre, en línea con las perspectivas del mercado, y que reafirme su postura actual de 'esperar y observar'. El BCE quiere mantener los tipos en los niveles actuales durante un tiempo, y dado que en esta reunión no se publicarán las nuevas previsiones económicas, no hay un catalizador que justifique un cambio significativo en el mensaje del Consejo de Gobierno del BCE".

En su última reunión de septiembre, la presidenta Christine Lagarde dejó claro que el umbral para aplicar medidas de estímulo adicionales sigue siendo alto y que el BCE se siente cómodo pasando por alto las leves desviaciones a la baja de la inflación proyectada para 2026 y 2027. Desde entonces, las declaraciones de los miembros del Consejo de Gobierno del BCE han reforzado esta visión, ya que la mayoría parece considerar que el tipo de interés actual es, en líneas generales, neutral, y que no hay necesidad urgente de realizar más ajustes por el momento. Los datos recientes han sido mixtos, pero no lo suficientemente concluyentes como para justificar un cambio en el discurso del BCE.

Sin nuevas previsiones económicas, esta reunión debería funcionar más bien como un “chequeo” para mantener el mensaje del mes pasado. "Estaremos atentos a cualquier indicio de que el BCE pueda dejar la puerta abierta a posibles recortes de tipos, así como a su valoración de los riesgos al alza o a la baja, que el mes pasado describieron como 'equilibrados', señala.

"No esperamos que esta reunión tenga un impacto relevante en el mercado, ya que el consenso apunta claramente a una pausa en los tipos. Sin embargo, de cara a las próximas semanas, creemos que los datos podrían debilitarse, a medida que el efecto de los aranceles lastra el crecimiento en los próximos trimestres. Esto, junto con las previsiones de inflación por debajo del objetivo para 2026 y 2027, podría llevar al BCE a adoptar una postura más moderada a finales de este año o comienzos del próximo, especialmente si la relajación fiscal en Alemania no se traduce rápidamente en un impulso suficiente para compensar estas preocupaciones. La reunión de diciembre debería ser más 'dinámica', ya que se presentarán las nuevas previsiones económicas actualizadas", apunta el experto de Mediolanum.

Pictet: tipo de interés terminal en el 2%

Nadia Gharbi, economista para Europa en Pictet WM: "Esperamos que el BCE mantenga su tasa de depósito bancaria sin cambios en el 2%, con enfoque dependiente de los datos, reunión a reunión. Es probable que su presidenta Lagarde reitere que el BCE está en buena situación, aunque mantiene las opciones. El tono de comunicación puede seguir neutral, sin cambios de orientación. Prevemos que sea constructivo respecto a crecimiento, de limitada preocupación respecto a las menores previsiones inflación -2,1 % en 2025; 1,7 % en 2026 y 1,9 % en 2027-. Los datos recientes han estado en línea, lo que respalda el retraso de nuevos recortes de tipos de interés. La reunión de diciembre tendrá más importancia, pues habrá previsiones para 2028. En todo caso, no vemos nuevos recortes de tipos. Una flexibilización adicional requiere un catalizador claro, como pronunciada menor inflación o fuerte deterioro de la actividad económica. De manera que nuestro escenario sigue siendo que el tipo de interés terminal del BCE sea el 2% en este ciclo".

DWS: el ciclo de recortes aún no ha terminado

Para Ulrike Kastens, Economista Senior de DWS, "no sería ninguna sorpresa que el BCE mantuviera el tipo de depósito en el 2%. Varios comentarios siguen sugiriendo que el BCE está bien posicionado. Por lo tanto, no se esperan cambios en la comunicación. La dependencia de los datos sigue siendo clave, sin ningún compromiso previo con respecto a ninguna otra vía de política monetaria. Hasta ahora, todo bien".

"Sin embargo, nos preocupa que este posicionamiento no sea sostenible en los próximos meses. Si bien la economía mostró resiliencia en el primer semestre de 2025, es probable que se produzca un estancamiento en el segundo, sobre todo porque se ha retrasado la recuperación del sector manufacturero.Los acontecimientos políticos en Francia también siguen planteando un riesgo para la economía. Además, la caída de los precios del petróleo podría provocar un incumplimiento más significativo del objetivo de inflación. Seguramente sean temas que se discutirán el jueves. Sin embargo, el posicionamiento futuro del BCE también depende de las nuevas proyecciones de crecimiento e inflación, que se publicarán en diciembre de 2025. Por primera vez, también se proporcionarán proyecciones para 2028. Teniendo en cuenta los temas mencionados anteriormente, todavía vemos la posibilidad de que el ciclo de recortes de tipos de interés del BCE aún no haya terminado".

Columbia Threadneedle: el BCE tiene margen para volver a bajar tipos

Luke Copley, gestor de carteras de renta fija de Columbia Threadneedle Investments: “Esperamos que el tipo de depósito se mantenga en el 2%, en línea con los precios actuales del mercado. Es probable que el BCE se mantenga fiel a su mensaje de adoptar un enfoque basado en datos y adopte decisiones reunión a reunión, sin comprometerse con ninguna trayectoria futura de tipos. Es posible que Francia sea un tema de conversación para el Consejo de Gobierno, pero, en última instancia, los movimientos del diferencial soberano no han sido lo suficientemente extremos como para justificar la necesidad de su herramienta anti-fragmentación: el instrumento de protección de la transmisión (TPI). La reunión de esta semana será una especie de “reunión provisional”, mientras que la reunión sobre política monetaria del 18 de diciembre será más sustancial, ya que se actualizarán las proyecciones macroeconómicas sobre el mercado laboral, abarcando - por primera vez - hasta 2028”.

“De cara al próximo año, es probable que la puerta esté más abierta a otra bajada que a una subida. Las previsiones consensuadas de inflación apuntan a que el IPC de la zona euro se situará por debajo del objetivo en el primer semestre de 2026 debido a los efectos de base, impulsados principalmente por la energía. Si esto se produce junto con un entorno interno o externo más débil, o un euro más fuerte, en el segundo semestre de 2026 los precios podrían bajar aún más, momento en el que el BCE tendría margen para volver a recortar los tipos de interés oficiales”.

14Oct

Francia tiene un elevado déficit presupuestario y una importante deuda nacional, y actualmente no hay voluntad de aplicar las importantes reformas necesarias para abordar esta situación.

Sigue el culebrón en Francia, que se ve obligada a pagar hasta el 3,6% de interés para que los inversores compren su deuda a 10 años. Algo que beneficia a Alemania, que ve cómo el bund se sitúa en el 2,6%, su menor nivel desde julio. 

Apenas dos días después de formar su segundo Gobierno (una semana después de dimitir, tras 27 días en el cargo), el primer ministro Sebástien Lecornu se enfrenta en la Asamblea Nacional a una nueva prueba de fuego: presentará el anteproyecto de los Presupuestos para 2026 y se abre así un nuevo periodo de debate y búsqueda de apoyos para conseguir aprobar sus cuentas.

Lecornu acepta suspender la reforma de las pensiones hasta 2028 para evitar la caída de su Gobierno en Francia. El primer ministro se pliega en su discurso de política general a la petición de los socialistas para que no se sumen a la moción de censura que se votará el jueves 16 de octubre.

Déjà vu en Francia... ¿cuánto tiempo durará este Gobierno?, se pregunta Anthony Willis, Senior Economist de Columbia Threadneedle Investments. En estos momentos, en Francia no hay ningún interés por convocar nuevas elecciones, razón por la que Macron ha optado por esta vía de reponer a Lecornu. Todos los partidos, excepto Agrupación Nacional, rechazan esta opción, ya que este partido, liderado por la representante política de extrema derecha Marine Le Pen, conseguiría probablemente un avance significativo.

El problema es que, tras las elecciones de 2024, el Parlamento francés no cuenta con mayoría, sino que está compuesto por tres grandes bloques que no se ponen de acuerdo sobre la hoja de ruta a seguir. Esto dificulta enormemente la actividad legislativa y la estabilidad del Ejecutivo. 

Tras su reelección, Lecornu ha presentado un nuevo gabinete con algunas caras nuevas que tendrán que enfrentarse a los mismos problemas de siempre: Francia tiene un elevado déficit presupuestario y una importante deuda nacional, y actualmente no hay voluntad de aplicar las importantes reformas necesarias para abordar esta situación.

Actualmente existe una elevada presión para revertir las reformas de pensiones anteriores, que ya fueron difíciles de aprobar en su momento, y Lecornu tiene la difícil tarea de mantener un Gobierno cohesionado. 

La Administración debe presentar esta semana al Parlamento un presupuesto para que entre en vigor en 2026, pero subyace la duda real de si Francia avanzará a trompicones hacia las elecciones presidenciales de 2027 y soportará el estancamiento político mientras tanto. No hay elecciones parlamentarias previstas hasta 2029, pero, una vez más, el Gobierno da muestras de inestabilidad y parece muy difícil que se logre un cambio político significativo.

¿Qué significa esto para los mercados? Las acciones de las compañías francesas experimentaron dificultades a principios de la semana pasada, especialmente los bancos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, al igual que ocurre en Reino Unido,gran parte de los ingresos de las grandes empresas francesas proceden de otros países. En gran medida, los problemas internos son irrelevantes para éstas, pero "seguimos observando una prima de riesgo en los bonos del Estado francés con respecto a los bonos del Estado alemán que probablemente se mantendrá".

Obviamente, dado que Francia es una de las principales economías de Europa, entra dentro de la categoría de “demasiado grande para quebrar”, por lo que, aunque es probable que los rendimientos de los bonos del Estado francés sean más altos durante un largo periodo de tiempo, es una situación a la que los inversores tendrán que acostumbrarse. Si se produjeran acontecimientos más graves, en última instancia se podría recurrir a una intervención, pero en estos momentos estamos muy lejos de esa situación.

El Ejecutivo francés va a intentar aprobar un presupuesto en los próximos días, "y ya veremos cómo evoluciona la situación. No estamos diciendo que Lecornu siga en el poder a finales de año, pero esperamos que esto aporte un poco más de estabilidad a corto plazo", concluye Anthony Willis.

07Oct

Existe en estos momentos un 72% de probabilidades de que el bloqueo de la Administración en EEUU se prolongue hasta mediados de mes y un 25% de que acabe convirtiéndose en el más largo de la historia.

Miguel Ángel Valero

La Administración estadounidense continúa cerrada por sexto día y nada parece asustar a Wall Street, que renovaba máximos aupados de nuevo por noticias en el frente tecnológico. OpenAI volvía a acaparar el protagonismo pese a no ser una compañía cotizada. Tras su acuerdo de la semana pasada con empresas fabricantes de chips coreanas, anunciaba el 6 de octubre una alianza con Advanced Micro Devices (AMD) por el que esta empresa le suministrará chips de alto rendimiento por varias decenas de miles$. El acuerdo contempla la provisión de esta última versión de procesadores gráficos a partir de 2026 e implica seis gigavatios de potencia de cálculo, un volumen nunca visto en el sector. 

En paralelo, AMD también entregó a OpenAI una opción para adquirir hasta 160 millones de acciones del grupo, aproximadamente el 10% del capital de la tecnológica, condicionado al cumplimiento de hitos relacionados con el despliegue progresivo de la capacidad de cómputo negociada. 

El pacto disparaba en la sesión la cotización de AMD (+23,7%), su segundo mayor avance de su historia, reflejando el movimiento dado por OpenAI para hacerse con una posición de la cotizada, y de paso ejerciendo presión en la carrera por el monopolio de la IA que imprime a Nvidia, que sufrió un descenso del 11%.

En el terreno corporativo, el acuerdo entre OpenAI y AMD tuvo su impacto en Europa, con el rebote de los títulos de BE Semiconductors (+12,4%), su mayor ascenso desde abril siendo AMD uno de sus principales clientes. 

Columbia Threadneeedle: la Fed navega sin datos

Anthony Willis, Senior Economist de Columbia Threadneedle Investments  pone el foco en el cierre del Gobierno estadounidense, que comenzó el 1 de octubre y que, dado el desencuentro entre demócratas y republicanos, es muy probable que la situación de bloqueo se prolongue durante algún tiempo. 

El cierre se debe a que el Gobierno de EEUU no ha conseguido aprobar el presupuesto para el nuevo ejercicio fiscal (empieza el 1 de octubre). Todas las funciones gubernamentales no esenciales han sido suspendidas hasta que se apruebe un nuevo presupuesto. En la práctica, esto implica que alrededor de 750.000 empleados públicos han sido suspendidos. 

El presidente Trump ha sugerido que, en lugar de suspender temporalmente a estos trabajadores —enviándolos a casa sin sueldo—, deberían ser despedidos de forma permanente. Aunque está por ver si esto ocurrirá, la propuesta encaja con su agenda más amplia de recortar lo que él denomina la "madera muerta" del Gobierno.

Desde el punto de vista económico, el impacto del cierre es relativamente limitado. Se trata del 11º cierre del Gobierno estadounidense desde 1980. El más reciente, ocurrido durante el primer mandato de Trump, entre 2018 y 2019, se prolongó durante35 días y se estima que costó a la economía estadounidense alrededor de 11.000 millones$. De esa cantidad, según la Oficina Presupuestaria del Congreso, unos 3.000 millones en actividad económica nunca se recuperaron. Aunque se trata de una cifra significativa, resulta relativamente pequeña en el contexto de una economía de 29 billones$.

En cuanto a los mercados financieros, el impacto ha sido mínimo. Los índices bursátiles estadounidenses cerraron la semana pasada en máximos históricos y no se han observado grandes sobresaltos en los mercados de bonos. A diferencia de cierres anteriores, éste no está vinculado al debate sobre el techo de la deuda, que se elevó en agosto en unos 5 billones$ como parte de la denominada “Big Beautiful Bill”.

La principal preocupación reside en la falta de datos económicos. Debido al cierre, la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés) —encargada de publicar indicadores clave como los informes de empleo y las cifras de inflación—permanece cerrada. La semana pasada no se publicaron las solicitudes semanales de subsidio por desempleo ni el informe de empleo de septiembre, conocido como el informe de nóminas no agrícolas. Si el cierre se prolonga hasta mediados de octubre, tampoco se conocerán los resultados del informe sobre la evolución de la inflación.

Esto es especialmente relevante porque la Reserva Federal se encuentra actualmente en un entorno muy dependiente de los datos. Sin acceso a esta información, la Fed está, en esencia, navegando a ciegas. Aunque dispone de fuentes de datos alternativas, éstas cobrarán mayor importancia en las próximas semanas si no se encuentra una solución al cierre.

Según los mercados de predicción, como Polymarket, existe en estos momentos un 72% de probabilidades de que el bloqueo se prolongue hasta mediados de mes y un25% de que acabe convirtiéndose en el más largo de la historia.

En consecuencia, aunque esta situación resulta más frustrante que preocupante paralos mercados financieros, la falta de información - especialmente en lo que respecta alos datos de empleo y de inflación -podría convertirse en un problema. "Tanto desde la perspectiva económica como desde la de los mercados, no se trata de undrama importante. Sin embargo, cuanto más se prolongue el cierre, más frustrante será", avisa el experto de Columbia Threadneedle.

05Oct

Sanae Takaichi defiende medidas de estímulo fiscal para impulsar el crecimiento económico, pero "un gran gasto público en un país donde la deuda ya representa el 260 % del PIB es algo que puede asustar a los mercados de bonos", señalan en Columbia Threadneedle.

Miguel Ángel Valero

Sanae Takaichi, una política de corte conservador y nacionalista de 64 años, ha ganado la carrera para presidir el gobernante Partido Liberal Demócrata (PLD) de Japón. Esa victoria implica prácticamente que se convertirá en la primera ministra del país, si logra los votos suficientes en la Dieta, el Parlamento japonés.

En las primarias del PLD se ha impuesto, en la segunda ronda, a Shinjiro Koizumi, actual ministro de Agricultura e hijo del exprimer ministro entre 2001 y 2006 Junichiro Koizumi, por 185 votos frente a 156. Hubiera sido el primer ministro más joven desde la posguerra. 

El PLD empieza una nueva era”, proclama Takaichi tras ganar las primarias. Y asegura que el partido, que ha gobernado Japón casi de forma ininterrumpida desde 1955 (no lo ha hecho entre 1993 y 1994 y de 2009 a 2012), debe convertir “las inquietudes de la gente en esperanza”.

Takaichi sustituye al actual primer ministro, Shigeru Ishiba, que anunció a principios de septiembre que abandonaba la jefatura del Gobierno y la presidencia del PLD, después de menos de un año en el cargo. Ishiba llegó al poder en 2024 tras imponerse en unas primarias, precisamente, a Takaichi. Pero bajo su mandato el PLD ha sufrido dos contundentes derrotas electorales, perdiendo la mayoría en las dos cámaras de la Dieta. Es la primera vez que al PLD le sucede esto.

La investidura de Takaichi, previsiblemente el 15 de octubre, se da casi por hecha, porque tiene garantizados los votos de la coalición que forma el PLD con su tradicional socio minoritario, el partido Komeito. Y la oposición carece de un candidato alternativo.

Cuando asuma la dirección del Gobierno, Takaichi, que se reconoce admiradora de Margaret Thatcher, y que ha sido ministra de Seguridad Económica, entre otros cargos desde que entró en política en los años 90 del pasado siglo, deberá afrontar la inflación y las dudas sobre la evolución de la cuarta economía más grande del planeta. Pero también los escándalos de corrupción en el PLD, que le restan apoyo ciudadano y que impulsan a formaciones populistas, anti-inmigración y de ultraderecha, como Sanseito.

Sobre todo, hereda de Ishiba un polémico acuerdo con Trump para aceptar aranceles del 15%, también para el sector de la automoción, a cambio de invertir en EEUU 550.000 millones$.

Se presenta a sí misma como la heredera política del exprimer ministro Shinzo Abe, asesinado en 2022 (fue quien la llevó al Gobierno en 2006). Y defiende el 'abenomics', un conjunto de medidas que buscan impulsar el crecimiento económico a través de la expansión monetaria, el estímulo fiscal y las reformas estructurales.

El Gobierno de Japón solo cuenta con dos ministras, frente a 18 hombres. El porcentaje de mujeres en la Cámara de Representantes no llega al 15%. Pero va a tener a la primera mujer al frente del Gobierno en toda su historia.

Columbia Threadneedle: "panorama alentador"

Anthony Willis, Senior Economist de Columbia Threadneedle Investments, destaca que las primarias en el PLD llegan en un "momento interesante" para Japón, ya que se enfrenta a un periodo de inflación, una tendencia que no se veía desde hacía décadas, y el Banco de Japón está a punto de subir los tipos deinterés. La economía japonesa está demostrando ser relativamente resistente a pesar de los aranceles estadounidenses y del ajuste salarial que se está produciendo con la inflación arraigada en la economía.

Frente al reformismo de Koizumi, Takaichi defiende una postura más intervencionista y basada en medidas de estímulo fiscal. Algo que puede provocar más movimientos en los mercados. "Un gran gasto público en un país donde la deuda ya representa el 260 % del PIB es algo que puede asustar a los mercados de bonos", señala. 

La mayor parte de la deuda japonesa está en manos de inversores nacionales, lo que significa que es menos vulnerable que, por ejemplo, la deuda del Reino Unido, que, en palabras del exgobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, depende de la "bondad de los extraños" para financiarse.

Takaichi también ha dicho que el Banco de Japón es "estúpido" por subir los tipos deinterés, pero con la inflación arraigada en el 3% es probable que vuelva a hacerlo aún más desde lo que actualmente ha sido su máximo en 18 años. Sin embargo, con un 0,5%, siguen siendo relativamente bajos. 

"Conviene tener en cuenta que, dada la falta de mayoría parlamentaria, es posible que el Partido Liberal Democrático no consiga automáticamente que su candidato seanombrado primer ministro. El nombramiento debe ser sometido a votación en e lParlamento, por lo que tendrán que llegar a algún tipo de acuerdo para que se apruebe.Ya hemos visto acuerdos de este tipo en el pasado y hay suficientes partidos alineados desde el punto de vista ideológico como para que salga adelante la votación", precisa este experto.

"En cuanto a nuestra visión sobre Japón, somos un poco más optimistas y, dentro de nuestras carteras multiactivos, hemos aumentado la exposición a una postura más neutral. Los fundamentos económicos parecen razonablemente positivos y vemos resiliencia a pesar de los aranceles y el impacto de la inflación. Esperamos que la economía japonesa supere el crecimiento del 1% este año, con un impulso positivo continuado gracias a las reformas empresariales y las previsiones de beneficios positivas. También estamos observando un aumento de las recompras de acciones. En general, vemos un panorama alentador, pero seguiremos de cerca la evolución política", advierte.

03Oct

la inteligencia artificial se perfila como uno de los motores más potentes de transformación económica y tecnológica de la próxima década. Sus implicaciones van mucho más allá de los sectores directamente vinculados.

Miguel Ángel Valero

La historia económica nos enseña que resistirse a los avances tecnológicos siempre ha sido inútil. Ocurrió en la Inglaterra del siglo XIX con los tejedores que vieron cómo los telares mecánicos destruían su forma de vida, como pasó después con los conductores de diligencias sustituidos por el ferrocarril y el automóvil, o con los telefonistas que desaparecieron cuando las centralitas se automatizaron. Más cerca en el tiempo, lo vivieron los delineantes con la llegada de programas como AutoCAD, las discográficas ante la música en “streaming” o los videoclubs frente al auge de plataformas como Netflix. 

"Hoy ocurre lo mismo con la inteligencia artificial. Lo que está en juego no es la tecnología en sí, sino nuestra capacidad de adaptación", advierte el analista Pablo Gil en The Trader.

Los cambios del pasado fueron graduales. Entre la primera y la segunda Revolución Industrial transcurrieron décadas, permitiendo a varias generaciones aprender nuevos oficios y recolocarse en sectores emergentes. Hoy la situación es distinta: la velocidad de la innovación no da tregua. Lo que antes llevaba medio siglo, ahora ocurre en cuestión de años.

Esto genera un contraste curioso. Los trabajadores de más edad, muchos de ellos con estabilidad financiera, están relativamente protegidos. En cambio, los jóvenes recién graduados son los más vulnerables: se han preparado para empleos de entrada que la IA ya puede hacer en segundos, desde análisis de datos hasta redacción de informes. Por eso el desempleo juvenil crece más rápido que en otros grupos de edad. Y un exceso de jóvenes sin oportunidades nunca ha sido buena receta para la estabilidad social.

El otro gran reto es la desigualdad que provoca la disrupción. Hoy las ganancias se concentran en unos pocos sectores y compañías: fabricantes de chips, plataformas de nube, líderes en software y en IA. Mientras tanto, industrias intensivas en servicios como el comercio, la hostelería o la sanidad apenas perciben mejoras de productividad. Estamos ante un progreso asimétrico: unos pocos avanzan a toda velocidad mientras otros se quedan rezagados.

El futuro será inevitablemente disruptivo. La robótica eliminará millones de empleos, los vehículos autónomos transformarán el transporte y la logística, y la salud vivirá una revolución que ampliará nuestra vida útil de forma radical. Todo esto sucederá en menos de una generación. No hay duda de que mejorará la calidad de vida global, pero la transición será dolorosa para muchos.

La tentación política será prometer la protección de los empleos amenazados y garantizar una renta básica. Sin embargo, el verdadero papel de los gobiernos no debería ser preservar el pasado, sino ayudar a que las personas se adapten al futuro. Formar, reciclar, facilitar la movilidad laboral y, sobre todo, preparar a los jóvenes para los trabajos que realmente existirán.

Estamos entrando en una década en la que se cruzarán varios frentes: disrupción tecnológica, tensiones geopolíticas, problemas de deuda y un relevo generacional en el liderazgo político y social. Un cóctel que exige reflexión y preparación. Pero por encima de todo, la pregunta clave será: ¿cómo quiere situarse cada uno de nosotros? ¿Entre quiénes intentan resistirse a lo inevitable o entre quienes buscan aprovechar la ola para crear nuevas oportunidades?

El futuro no será sencillo, pero nunca lo ha sido en momentos de gran transformación. Cada revolución tecnológica trajo consigo miedos, incertidumbres y pérdidas, pero también abrió la puerta a un mundo con más bienestar, más opciones y más posibilidades. Esta vez no será diferente. Quienes se preparen, aprendan y abracen el cambio tendrán delante un horizonte lleno de oportunidades. 

"El reto no está en detener la disrupción, sino en decidir de qué lado de la historia queremos estar", subraya Pablo Gil.

Columbia Threadneedle: el motor de la próxima década

Michael Guttag, senior portfolio manager de Renta Variable de Columbia Threadneedle Investments, cree que la inteligencia artificial se perfila como uno de los motores más potentes de transformación económica y tecnológica de la próxima década. Sus implicaciones van mucho más allá de los sectores directamente vinculados. 

La IA está transformando la dinámica de la demanda energética con los centros de datos como grandes impulsores del consumo eléctrico. "Nuestras previsiones apuntan a que, para 2030, estos centros podrían representar más del 20% del consumo total de energía en EEUU, y que las instalaciones específicas para IA superarán a las convencionales en 2027", explica.

Este auge presenta tanto desafíos como oportunidades para el sector de los servicios públicos: se beneficiarán de la mayor demanda, pero deberán afrontar limitaciones de infraestructura, largos plazos de entrega en nueva generación y transmisión, así como una creciente oposición local a la ubicación de los centros de datos.

La gestión de las cargas térmicas es otro reto clave. La potencia de procesamiento necesaria para desarrollar y ejecutar modelos de IA genera un calor considerable. Se prevé que la demanda de refrigeración aumente de 10.000 millones$ en 2024 a 60.000 millones de dólares en 2030. El mercado de refrigeración líquida, valorado actualmente entre 2.000 millones y 3.000 millones, podría multiplicarse por diez y alcanzar el 40% del gasto total en refrigeración de centros de datos para 2028.

Tecnologías como la refrigeración directa al chip y la refrigeración por inmersión están ganando protagonismo, y las unidades de distribución de refrigerante (CDU) se perfilan como componentes críticos.

"Observamos inversiones con soluciones avanzadas y un papel creciente de las fusiones y adquisiciones, a medida que las empresas buscan ampliar sus carteras en este sector", apunta este experto.

Los principales obstáculos al crecimiento de la IA no son barreras estructurales, sino desafíos, y pasan por un conocimiento aún limitado de los casos de uso, unos altos costes de adopción, modelos de precios aún poco definidos y un enorme consumoenergético. Más que frenos, están generando nuevas oportunidades de negocio e inversión. La IA se ha convertido en un catalizador que impulsará la innovación y elcrecimiento en diversos sectores.

"Mantenemos una perspectiva optimista sobre las inversiones en IA y vemos margen para obtener sólidos rendimientos en toda su cadena de suministro. La fuerteinversión en infraestructura, junto con el rápido crecimiento de los datos, refuerza nuestra convicción. Desde la óptica de inversión, identificamos oportunidades específicas en líderes como NVIDIA y Microsoft, pero también en el ecosistema más amplio de facilitadores y proveedores de soluciones para IA", señala.