12 Dec
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El sector financiero español reafirmó en 2024 su papel estratégico en la dinamización y protección de la economía y la promoción de la cohesión social, tanto por su capacidad para canalizar recursos hacia empresas y familias, proteger su patrimonio y movilizar capital como por su contribución a la vertebración del territorio, a la mitigación de los efectos de los riesgos climáticos y al impulso de la transición sostenible. Así lo pone de manifiesto la Memoria Social del Sector Financiero 2024, presentada por Finresp, el Centro de Finanzas Responsables y Sostenibles, junto a sus asociaciones fundadoras, AEB, CECA, Inverco, Unacc y Unespa.

Alejandra Kindelán, presidenta de AEB y miembro del Comité de Presidentes de Finresp, destaca el compromiso de la asociación con la sostenibilidad, la resiliencia y el apoyo a familias y empresas en un contexto “cada vez más complejo” condicionado por “la incertidumbre geopolítica, la transición tecnológica, los retos demográficos, y el desafío climático”. Y recuerda que “hace ya seis años decidimos unirnos porque compartimos un objetivo común: impulsar desde el sector financiero una verdadera transformación sostenible y una transición justa hacia una economía sostenible”. Subraya "la necesidad de que se facilite e incentive la transición con previsibilidad y sin burocracia innecesaria”, en línea con la tendencia hacia la simplificación normativa.

Jerusalem Hernández, socia de Sostenibilidad, Reputación y Buen Gobierno de KPMG en España, subraya cómo las finanzas sostenibles siguen ganando peso como palanca de transformación. El ejercicio 2024 se cerró con más de 146.000 millones€ gestionados bajo criterios de sostenibilidad en fondos de inversión y casi 54.000 millones en el caso de los planes de pensiones. Estas cifras que reflejan la inversión sostenible en España suponen un crecimiento de más del 20% respecto a 2023 y consolidan la tendencia al alza en los últimos años. La generalización de productos e inversiones con criterios ambientales, sociales y de buen gobierno (ASG) refleja el avance de un modelo financiero más resiliente e integrado en la respuesta a los grandes desafíos económicos y climáticos.

En paralelo, el seguro reforzó su papel como escudo frente a los riesgos climáticos y sociales. El pasado año, los pagos del sistema asegurador por eventos relacionados con el clima superaron los 6.400 millones, impulsados principalmente por la DANA de octubre de 2024. Las aseguradoras privadas, el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) y Agroseguro atendieron a más de un millón de familias y empresas por siniestros climáticos. Este importe representa más del 50% del daño económico anual por inundaciones en Europa. 

Fuerte impulso a la financiación de hogares y empresas

En el plano del desarrollo socioeconómico, el sector financiero facilitó el acceso a la vivienda mediante 423.761 nuevas hipotecas, un 11,2% más que el año anterior, por un importe total cercano a 68.000 millones. Aproximadamente 6 de cada 10 compraventas se financiaron con un préstamo hipotecario y España se situó como el segundo país de la Eurozona con las hipotecas más baratas, con un tipo medio del 3,47%, frente al 3,96% del conjunto del área del euro. Estos datos refuerzan el papel del sector como aliado de familias y empresas en sus decisiones de inversión y de ahorro a largo plazo. 

Las entidades de crédito canalizaron casi 527.000 millones€ de nueva financiación a la economía real, un 17% más que en 2023, de los que más de 402.000 millones se destinaron al tejido empresarial, consolidando al sector como motor del crecimiento y del bienestar económico. Los restantes 125.000 millones corresponden a hipotecas y a financiación al consumo. Precisamente, los créditos al consumo y a la vivienda crecieron a tasas similares que la financiación a empresas, con lo que el sector fortaleció la demanda interna, un factor clave para el aumento del 3,5% del PIB alcanzado en España en 2024. 

Por su parte, los instrumentos sostenibles de deuda y financiación rompieron la tendencia bajista y crecieron ligeramente. Se registraron 47 emisiones de bonos verdes, sociales o vinculados a la sostenibilidad por valor de más de 17.000 millones€, de los que el sector financiero emitió uno de cada cuatro euros de manera directa. También se alcanzó un volumen de préstamos mayoristas con criterios de sostenibilidad de casi 40.000 millones en el año, con un acumulado superior a 160.000 millones desde 2021. 

La industria financiera alcanzó en 2024 los 5,5 billones de euros en activos, una cifra equivalente a más de tres veces y medio el PIB nacional. Las entidades de crédito, las aseguradoras y las instituciones de inversión colectiva (IIC) custodiaban a cierre de año 3,2 billones€ en efectivo y depósitos de hogares y empresas, 860.000 millones en patrimonio bajo gestión a través de la inversión, y más de 200.000 millones en instrumentos de ahorro vinculados al seguro. 

El seguro continuó protegiendo el patrimonio de empresas y familias hasta los 18,1 billones€ en capitales asegurados, un importe equivalente a 12,4 veces el PIB. Las prestaciones abonadas por el seguro superaron los 56.000 millones, un 3,3% más que en 2023. Con ello se dio respuesta a 182 millones de siniestros y también se dinamizó la actividad económica gracias a una red de prestadores de servicios distribuida por toda España.

En la gestión de activos, el patrimonio gestionado en fondos y planes de pensiones creció el 14% respecto a 2023 (14%). 

También se remarcó el papel vertebrador del territorio y la capilaridad del sector financiero. En 2024, un 99,3% de la población en España tenía algún punto de acceso presencial a los servicios bancarios en su propio municipio, con lo que se ha incluido financieramente a 96.573 nuevos habitantes respecto a 2023. El seguro consolidó sus más de 75.000 puntos de atención presencial, compuesta por agentes y corredores de seguros, oficinas propias y sucursales bancarias.

El debate sobre los “Desafíos de la transformación social ante los retos climáticos” contó con María José Gálvez, directora de Sostenibilidad de Unespa, como moderadora; Carlos Ballesteros, miembro del Consejo Español de Finanzas Sostenibles, y Alicia Feliciano, directora de Desarrollo de la Fundación SERES

Carlos Ballesteros ha subrayado que “no se pueden separar los impactos ambientales de los sociales”, y ejemplificó con el cambio climático. “La transición, para que realmente sea ecológica, debe ser justa: no dejar a nadie atrás”, resalta. Por su parte, Alicia Feliciano ha insistido en que “la transición justa hay que trabajarla desde el punto de vista social, entendiendo cómo las decisiones de la empresa impactan en cada grupo de interés, y cómo ese impacto se traduce en transformación social y competitividad”. Además, avisa que “solo las compañías con un propósito claro, conectadas con el negocio, con impacto positivo en las personas y capaces de medirlo serán sostenibles en el tiempo”. 

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