10 Oct
10Oct

Miguel Ángel Valero

El ministro de Finanzas de Francia reafirmó que el país cumplirá sus compromisos presupuestarios con la Unión Europea, a pesar de que se prevén ajustes fiscales más moderados. El déficit estimado para 2025 se sitúa en el 5,4% del PIB, y deberá reducirse progresivamente hasta quedar por debajo del 3% en 2029, conforme a los objetivos con la Unión Europea. Para 2026, el plan inicial del ex primer ministro François Bayrou proponía una reducción al 4,6%, pero su sucesor, Sébastien Lecornu, elevó ese objetivo al 4,7% y posteriormente lo ha flexibilizado aún más, sugiriendo que el déficit se mantenga “por debajo del 5%”. En este contexto, el gobernador del Banco de Francia, François Villeroy, subrayó la necesidad de cumplir con los compromisos europeos y advirtió que el déficit no debería superar el 4,8% en 2026.

DWS: cambio de roles entre Italia y Francia

En ese contexto, un análisis de DWS destaca el cambio de roles entre Italia y Francia en lo que respecta al riesgo respectivo de su deuda pública. "Cuanto menos seguro es su control del poder, más corto es el horizonte temporal de un gobierno o un responsable político. Dar prioridad al bienestar de un país a largo plazo en su conjunto es un lujo que puede parecer difícil de permitirse, si un gobierno solo intenta sobrevivir, día a día, el tiempo suficiente, por ejemplo, para aprobar el próximo presupuesto". advierte.

"Resulta esclarecedor contrastar la reciente agitación política en Francia con los últimos acontecimientos que se han producido", insisten los expertos de la gestora, que han elaborado un gráfico qie compara la trayectoria fiscal de Francia e Italia, tal y como se esbozó a principios de año en los programas de estabilidad de la Unión Europea (UE) para ambos países. 

Las tendencias generales son bastante llamativas, ya que Italia parece estar en camino de reducir su déficit presupuestario por debajo del 3% del producto interior bruto (PIB), lo que le permitiría salir del procedimiento de déficit excesivo de la UE. Por el contrario, Francia parecía destinada a sufrir esa situación hasta 2029. Según las normas de la UE, los procedimientos de déficit deben restringir el margen de maniobra de los Estados miembros en materia de recortes fiscales y gasto público, siempre que un país supere el límite de déficit del 3%.

Sin embargo, el verdadero contraste ha sido cómo Italia se está ciñendo a sus objetivos, y probablemente, incluso los está superando, al tiempo que registra un superávit presupuestario primario. Mientras tanto, Francia ha tenido dificultades incluso para aprobar sus Presupuestos. En lo que respecta a las medidas de austeridad, el Parlamento se encuentra en un punto muerto desde que Emmanuel Macron disolvió la Cámara Baja el verano pasado. Francia ha tenido cinco primeros ministros desde que Macron fue reelegido presidente en 2022, lo que recuerda la inestabilidad de los gobiernos franceses antes de que Charles de Gaulle impulsara una nueva Constitución en 1958.

“Para este año, Francia parece estar en camino de tener el mayor déficit presupuestario de todos los miembros de la zona del euro, independientemente de las maniobras políticas y parlamentarias que puedan producirse en los próximos días y semanas”, señala Ulrike Kastens, Economista Senior para Europa de DWS. “Sin duda, Italia sigue estando más endeudada, pero la diferencia se ha reducido rápidamente”, subraya.

No es de extrañar, pues, que, por primera vez desde la introducción del euro en 1999, los bonos del Estado francés se negocien ahora de forma sistemática con diferenciales ligeramente superiores a los bonos italianos.

Ebury: Francia ensombrece las perspectivas para el euro

En lo que concierne al euro, el equipo de análisis de Ebury explica que “la persistente inestabilidad política en Francia sigue ensombreciendo las perspectivas para el euro”. El euro retrocedió ayer nuevamente por debajo del nivel de 1,16 frente al dólar, por primera vez en un par de semanas. 

“La noticia de que el presidente Macron planea nombrar un nuevo primer ministro debería interpretarse como un desarrollo positivo para la moneda común, ya que los inversores reaccionarían negativamente ante la posibilidad de nuevas elecciones anticipadas y un periodo adicional de incertidumbre”, comentan los analistas de la fintech global especializada en pagos internacionales e intercambio de divisas.

Macron sorprendió a propios y a extraños cuando anunció que Sébastien Lecornu volvía a  ser primer ministro, cinco días después de su dimisión. El cuilebrón continúa.

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