15Dec

"El panorama posterior a la COP30 es dinámico y complejo, y tiene un gran potencial. La complacencia es un riesgo, pero la inversión y la titularidad activas son una oportunidad", subrayan en Robeco.

Miguel Ángel Valero

"Robeco mantiene el rumbo: esa es el objetivo de nuestro plan de transición 2025-2030 centrado en el clima y la naturaleza. No obstante, ¿mantienen también los gobiernos el rumbo? ¿Qué consiguieron en la COP30 celebrada en Belém?", se pregunta un análisis de la gestora de Países Bajos, que llega a tres conclusiones:

  • La COP30 logra avances, pero aumenta la ambigüedad política.
  • Los inversores se enfrentan a una transición desordenada con riesgos amplificados.
  • La inversión y la titularidad activas siguen representando una oportunidad

La COP30 dejó claro una vez más que la colaboración multilateral se ha erosionado en gran medida. Tras el fracaso de principios de año del tratado de la ONU sobre los plásticos y el impuesto mundial sobre el transporte marítimo internacional, el resultado de la COP30 fue un documento sin contenido firme sobre los combustibles fósiles ni nuevos objetivos vinculantes

Por otro lado, la COP30 reafirmó el compromiso de los países con los objetivos del Acuerdo de París, movilizó nuevas herramientas de financiación para la adaptación al cambio climático y puso en marcha varias iniciativas para acelerar la transición energética, especialmente en las economías emergentes. En palabras de Ana Toni, directora ejecutiva de la COP30: "Hemos ido en la dirección correcta, pero no a la velocidad necesaria".

Llama la atención que las dos prioridades de la presidencia brasileña de la COP30 (la lucha contra la deforestación y la eliminación progresiva de los combustibles fósiles) se plantearan fuera del orden del día de la sesión plenaria como iniciativas independientes que debían llevar a cabo coaliciones de países.

Esta ambigüedad pone de manifiesto que la transición climática contempla varias velocidades. La fragmentación geopolítica ha amplificado las diferencias regionales y el desequilibrio entre los riesgos y las oportunidades relacionados con la transición en los diversos sectores y regiones. 

Una transición energética de varias velocidades

Como noveno productor mundial de petróleo, Brasil propuso debatir una hoja de ruta para retirar los combustibles fósiles. Dada la intensa oposición a la iniciativa en el pleno, será un grupo de 80 naciones liderado por la UE el que la pondrá en marcha. Sin embargo, faltan actores clave como EEUU, China, India, Rusia yArabia Saudí.

Mientras que la COP30 no consiguió asumir una posición política clara respecto a los combustibles fósiles, el World Energy Outlook (WEO) de 2025, publicado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) justo antes de la COP30, no deja lugar a dudas sobre la dirección a seguir. El WEO muestra que, independientemente del rumbo político que se siga, el mundo se dirige hacia la "era de la electricidad". Incluso en el escenario más conservador, las energías renovables crecen más rápido que cualquier otra fuente de energía importante. 

En todos los escenarios, la demanda de carbón disminuye. Ya vimos esta tendencia en la COP30, cuando Corea del Sur y Bahréin se adhirieron a la Powering Past Coal Alliance. En el caso del petróleo y el gas, la demanda futura varía significativamente según los escenarios políticos. Ambos combustibles han llegado para quedarse en las próximas décadas, pero no están exentos de riesgos, precisamente por la incertidumbre política. Por ejemplo, la AIE ha destacado en repetidas ocasiones el riesgo de que se produzca un exceso significativo de GNL en 2030.

El informe WEO deja muy claro que la construcción continuada de infraestructuras de energía limpia está transformando la estructura del sistema energético mundial. Este cambio monumental se está desarrollando sin la coordinación de los gobiernos. Por lo tanto, los inversores deberían anticipar una transición desordenada, con diferencias regionales cada vez mayores en cuanto a velocidad, y primas de rentabilidad amplificadas por oportunidad y riesgo por región, pors ector y a lo largo del tiempo.

A pesar de los importantes retrocesos de la política climática este año, los valores de energías limpias están experimentando un fuerte repunte y han superado al índice mundial en más de un 25% en lo que va de año.

La ambigüedad política sobre los combustibles fósiles refuerza la posibilidad real de que las temperaturas sigan subiendo y los fenómenos meteorológicos extremos aumenten. Uno de los resultados más destacados de la COP30 fue el objetivo de triplicar la financiación de la adaptación para 2035. Los gobiernos también han hecho hincapié en la protección de la naturaleza y las soluciones basadas en ella.

La iniciativa Tropical Forest Forever Facility (TFFF) se puso en marcha con un capital comprometido de 6.700 millones$ y un objetivo a largo plazo de invertir 125.000 millones. Robeco, una de las primeras entidades que respaldó el desarrollo del TFFF, lideró un compromiso de 'engagement' entre inversores y el gobierno holandés que se tradujo en una contribución financiera a los costes de puesta en marcha del fondo.

Aunque las oportunidades de inversión derivadas de la adaptación y la naturaleza son aún incipientes, la COP30 envía un mensaje claro de que este mercado está creciendo. A diferencia de la mitigación del cambio climático, los países no pueden decidir si adaptarse o no al cambio climático: tendrán que hacerlo a pesar de todo.

En los próximos años, la transición invertible se ampliará de la energía limpia y la industria con bajas emisiones de carbono a los activos basados en la naturaleza y la financiación de la adaptación. Robeco detecta oportunidades de crecimiento en renta fija (por ejemplo, bonos soberanos de adaptación), mercados privados (infraestructuras resilientes) y sectores como el de la construcción y la ingeniería, la agricultura y el farmacéutico.

Al mismo tiempo, la resiliencia física será cada vez más importante para la construcción de carteras. Por definición, depende de la ubicación, por lo que conocer las diferencias regionales y locales será fundamental para captar primas por riesgos y oportunidades.

En general, la COP30 hizo avanzar el proceso multilateral sobre el clima, pero no envió una señal clara de colaboración mundial en la lucha contra el cambio climático. En cambio, reforzó el hecho de que existe una mayor fragmentación entre mercados y tecnologías. 

Desde la perspectiva de Robeco, éste es el momento de redoblar la apuesta que reflejan nuestros principios en la hoja de ruta 2025-2030 para el clima y la naturaleza. Cuando los gobiernos utilizan un lenguaje ambiguo o poco firme, los planes de transición de las empresas adquieren aún más importancia. "Como gestores activos, vemos esta situación como una oportunidad. Nuestra investigación fundamental y los análisis propios sobre el clima y la naturaleza nos permiten distinguir a los líderes de la transición de los rezagados", argumentan en la gestora.

También refuerza los argumentos a favor de la titularidad activa mediante el uso de instrumentos de buen gobierno de engagement y voto por delegación. Ayudar a las empresas a desarrollar planes de transición creíbles puede contribuir a obtener mejores resultados y a crear valor para los accionistas. Del mismo modo, la titularidad activa puede ayudar a las empresas a evitar los activos bloqueados o la erosión del valor.

"El panorama posterior a la COP30 es dinámico y complejo, y tiene un gran potencial. La complacencia es un riesgo, pero la inversión y la titularidad activas son una oportunidad", concluyen en Robeco.

Nordea refuerza su equipo de inversión sostenible

Nordea Asset Management (NAM) incorpora a Kasper From Larsen y Rachel Reutter a su equipo de Inversión Temática Sostenible, reforzando aún más la experiencia del equipo en inversión climática y de impacto. Con estas incorporaciones, el equipo alcanza los 15 profesionales de la inversión, incluyendo ocho gestores, además de especialistas en impacto y profesionales de engagement. Bajo el liderazgo de Thomas Sørensen y Henning Padberg, el equipo está repartido entre Copenhague, Londres y Singapur. 

NAM lanzó su primer fondo climático en 2008. Actualmente, el equipo gestiona más de 18.000 millones€ en un conjunto de estrategias de clima e impacto de alta convicción, que abarca desde soluciones climáticas y carteras de transición hasta estrategias tradicionales de impacto de amplio alcance.

Las dos incorporaciones reportarán a Thomas Sørensen y Henning Padberg, codirectores del equipo de Inversión Temática Sostenible. Como parte del equipo de Renta Variable Fundamental de NAM, el equipo de Inversión Temática Sostenible se beneficia de una plataforma global de análisis sectorial que da soporte tanto a las estrategias Sustainable Thematic como Sustainable STARS.

Kasper From Larsen se ha incorporado al equipo como gestor de carteras, aportando casi dos décadas de experiencia en análisis de renta variable y gestión de carteras. Durante los últimos 11 años ha sido gestor de carteras en Danske Bank Asset Management. A lo largo de su carrera, se ha centrado en los sectores fundamentales para la transición energética, como los servicios públicos, las energías renovables y los bienes de capital. Como parte del equipo temático sostenible, Kasper aporta su experiencia para respaldar tanto nuestras estrategias de inversión climática actuales como las nuevas potenciales.

Rachel Reutter, con 20 años de experiencia, se ha incorporado al equipo como gestora de carteras. Se centrará en las estrategias de impacto de NAM, incluido el fondo Nordea 1 – Global Impact Fund. Antes de incorporarse a Nordea AM, trabajó durante 13 años en J O Hambro Capital Management. Durante la última década, fue gestora principal de carteras, con una cartera de renta variable concentrada con una integración ASG bien desarrollada y un proceso detallado de compromiso corporativo.

17Nov

Asia sufre la mayor brecha de protección aseguradora de las pérdidas por catástrofes naturales: 82,8%. América Latina está en el 81%. Europa, en el 75%; Y América del Norte, en el 43,2%.

Miguel Ángel Valero

El estudio Cambio climático, riesgos extraordinarios, y políticas públicas, elaborado por Mapfre Economics y publicado por Fundación Mapfre con motivo de la celebración de la COP30 en Brasil, subraya que, desde el año 1850, vienen registrándose anomalías en la temperatura media terrestre y de los océanos, con un calentamiento global significativamente superior a su media de largo plazo, que se tienden a vincular con las revoluciones industriales, en virtud del impacto en la atmósfera de la emisión de gases de efecto invernadero que está acelerando el aumento de la temperatura media del planeta. 

El calentamiento global está jugando un papel determinante en la intensificación y frecuencia de los eventos catastróficos, particularmente de los llamados "riesgos secundarios", ya que generan la mitad de los daños. Los riesgos primarios son huracanes, tifones y ciclones tropicales de gran intensidad (junto con fenómenos geológicos como terremotos, maremotos o erupciones volcánicas), y los secundarios, aquellos sucesos climáticos de menor intensidad y mayor frecuencia que vienen causando impactos cada vez mayores en términos de vidas humanas y pérdidas económicas, con daños extraordinarios en infraestructuras y ecosistemas. 

La variedad de los riesgos secundarios relacionados con el clima es muy amplia. Incluyen eventos climáticos como los vendavales, tornados, granizo, incendios forestales, sequías, olas de calor, tormentas eléctricas severas, olas de frío, tormentas de nieve, tormentas de hielo, heladas, ciclón bomba, ciclones extratropicales (sistemas de baja presión con fuertes vientos, lluvias intensas, inundaciones y nevadas), ríos atmosféricos (que pueden descargar grandes cantidades de lluvia sobre áreas específicas causando inundaciones severas), ráfagas convectivas, frío extremo, tormentas de nieve, marejadas ciclónicas, avalanchas de nieve, y las depresiones aisladas en niveles altos con inundaciones repentinas debido a lluvias intensas en un corto período (DANA), entre otros. 

Brechas de protección de aseguramiento de los desastres naturales

En ocasiones, los desastres naturales catastróficos son demasiado grandes y potencialmente sistémicos para que el mercado privado o el sector público los aborden por sí solos, dando lugar a brechas de cobertura aseguradora o déficits de aseguramiento por catástrofes naturales (“CatNat Gap”). 

Las elevadas brechas de aseguramiento por catástrofes naturales (gap CatNat) en muchas regiones se deben principalmente a una baja penetración de los seguros en muchas economías emergentes, así como a una mayor concentración de la población en ciudades y áreas de alto riesgo, y a una mayor frecuencia y severidad de eventos extremos por efecto del cambio climático.

Asia es la región del mundo que mayor brecha de protección aseguradora presenta, quedando cubiertos por contratos de seguros tan solo el 17,2% de las pérdidas totales por riesgos relacionados con las catástrofes naturales, tomando la media de la última década (2015-2024), lo que supone una brecha o déficit de cobertura aseguradora del 82,8%. Le sigue América Latina, la cual presenta una brecha media del 81,0%. Esto contrasta con la región de América del Norte, que es la que menor brecha de protección presenta, con una media del 43,2% de pérdidas no cubiertas por los contratos de seguros. 

En el caso particular de la Unión Europea, el Banco Central Europeo(BCE), juntamente con la Autoridad Europea de Seguros y Pensiones (Eiopa), han realizado un estudio conjunto en el que destacan que solo una cuarta parte de las pérdidas económicas en la Unión Europea estaban aseguradas, y que esta proporción era inferior al 5% en algunos Estados miembros, tomando la media de una serie histórica de largo plazo. En España, según el estudio del BCE e Eiopa, la mitad de las pérdidas están cubiertas gracias al Consorcio.

Cerrar la brecha de protección aseguradora para los riesgos catastróficos es, sin duda, un desafío de política pública. Se trata de un reto que debe abordarse desde una perspectiva múltiple, requiriendo de una acción coordinada de las entidades aseguradoras y otras partes interesadas con todos los niveles de gobierno, tanto locales, como a nivel nacional e internacional. 

Cerrar la brecha de protección aseguradora para los riesgos catastróficos es un reto que requiere la acción coordinada de las entidades aseguradoras con todos los niveles de gobierno, ya que, sin las medidas y mecanismos de protección y compensación necesarios, los riesgos climáticos se convierten en no asegurables o inasequibles.

En este sentido, el informe destaca la importancia del desarrollo de marcos de colaboración entre las administraciones públicas y el sector asegurador para gestionar y compartir riesgos de desastres, como por ejemplo a través de entidades que existen en países como España, como el Consorcio de Compensación de Seguros, que indemniza siniestros extraordinarios. 

También hace referencia a la importancia de promover incentivos para la prevención y reducción de riesgos por fenómenos climáticos adversos, como los sistemas de alertas tempranas, que proporcionan datos en tiempo real para estimar la intensidad y trayectoria de tormentas, inundaciones, olas de calor o incendios forestales; y a incrementar las medidas orientadas a ampliar la cobertura aseguradora, como por ejemplo, a través de soluciones paramétricas, que ofrecen una respuesta rápida y eficiente ante desastres climáticos al realizar pagos automáticos basados en parámetros medibles y predefinidos, como la velocidad del viento, la cantidad de lluvia o la intensidad de una sequía.

La experiencia internacional confirma que las entidades aseguradoras y reaseguradoras pueden contribuir sustancialmente a la gestión de los impactos de los desastres naturales, al proporcionar fondos oportunos para la recuperación e incentivar la reducción de riesgos. No obstante, en ausencia de las medidas y mecanismos de protección y compensación necesarios, los riesgos climáticos se convierten en no asegurables o inasequibles, por lo que la brecha de aseguramiento no solo no se reduce, sino que, en ocasiones, tiende a ampliarse. 

En este sentido, las administraciones públicas deben colaborar, e incluso tomar la iniciativa, para adoptar políticas públicas proactivas para mantener la viabilidad de los mercados de seguros y, al mismo tiempo, aprovechar los mecanismos de seguros para promover la adaptación climática y la prevención de pérdidas en aras de la protección de la población y de la continuidad de la actividad económica. 

Mapfre Economics coloca el foco en cuatro aspectos clave de las medidas de política pública para abordar la brecha de protección del seguro en materia de desastres climáticos:

  • Asociaciones público-privadas de seguros para desastres climáticos. Desarrollo de marcos de colaboración entre las administraciones públicas y el sector asegurador para gestionar y compartir riesgos de desastres. 
  • Incentivos para la prevención y reducción de riesgos por fenómenos climáticos adversos. Uso de los seguros como herramienta para incentivar la reducción de riesgos, e integración de los seguros en esfuerzos más amplios de adaptación climática y gestión del riesgo de desastres, sistemas de alertas tempranas y su transferencia al mercado de capitales.
  • Medidas relativas a la obtención y gestión de datos de siniestralidad catastrófica. Mejora de los datos de riesgo, los modelos y las estrategias de precios. •
  • Medidas orientadas a ampliar la cobertura a través de soluciones paramétricas. Ampliar la cobertura a través de combinaciones de soluciones aseguradoras paramétricas (basadas en índices), junto con los seguros convencionales.

Todos los esfuerzos destinados a la prevención y reducción de riesgos por fenómenos climáticos adversos, incluida la lucha contra el deterioro del medio ambiente y el cambio climático, pueden ser de gran ayuda para el sector asegurador, el cual se encuentra doblemente expuesto. De una parte, por los riesgos asegurados suscritos en las pólizas de seguros (riesgos físicos) y, de otra, a través de las carteras de inversiones por los riesgos de transición y los riesgos legales. 

Dentro de estos esfuerzos se encuentra la creación y desarrollo de los mercados de derechos de emisión de CO2, subraya el informe de Mapfre Economics.

Lanzamiento del Bioseguro de Mapfre en COP30

En la presentación del informe ha participado Mónica Zuleta, directora corporativa de Sostenibilidad de Mapfre: “El cambio climático representa uno de los principales retos para la estabilidad social y económica y es un desafío de primera magnitud para la actividad aseguradora, que debe ser un actor clave a la hora de elevar los niveles de protección y bienestar de la sociedad”. 

Además de objetivos internos como alcanzar convertirse en una compañía neutra en 2030 en todos los países y NetZero en 2050 en sus carteras de seguros e inversión, Mapfre se compromete a promover la transición energética justa, con el fin de acompañar a las empresas a que se transformen y sigan creando riqueza de una manera cada vez más respetuosa con el medio ambiente; y a desarrollar soluciones innovadoras que apoyen la descarbonización y se adapten a las nuevas exigencias climáticas, con coberturas para apoyar las energías renovables, la movilidad eléctrica y la agricultura regenerativa, entre otras.

Mónica Zulueta destaca los seguros paramétricos, que Mapfre impulsa gracias a la inversión en Blue Marble; el desarrollo de bonos catastróficos, que funcionan como un seguro y que permiten transferir el riesgo de catástrofes naturales a los inversores del mercado de capitales; el fondo Mapfre Energías Renovables II, un proyecto innovador en Europa que invierte en biometano, un biocombustible 100% verde; y con el Bioseguro, que la compañía presenta en la COP30 con el objetivo de impulsar proyectos de reforestación y regeneración natural tras eventos extremos y mantener su capacidad de generar créditos de carbono.

Ricardo González, director de Análisis, Estudios Sectoriales y Regulación de Mapfre Economics, avisa que “las pérdidas aseguradas derivadas de fenómenos catastróficos han mostrado una tendencia ascendente sostenida a largo plazo, situándose, según del Swiss RE Institute, en un rango de crecimiento anual del 5% al 7% desde 1992”. “Aunque este incremento suele atribuirse al impacto del cambio climático, también influyen otros factores como el crecimiento económico y demográfico, la expansión de zonas vulnerables con sistemas de alertas tempranas o planes de evacuación y prevención poco desarrollados, y el alza en los valores inmobiliarios”.

“Las pérdidas económicas por fenómenos meteorológicos y climáticos extremos están aumentando y se prevé que sigan haciéndolo debido a la mayor frecuencia y gravedad de las catástrofes causadas, entre otros factores, por el calentamiento global”, insiste. Según apunta la investigación de Mapfre, en 2024 este tipo de catástrofes provocaron pérdidas económicas que superaros los 300.000$ por novena vez consecutiva, un 14% más, de los cuales cerca de 145.000 millones estaban asegurados.

Ricardo González cree que el seguro debe trabajar más en prevención, no sólo en reconstrucción , y subraya la importancia de las alertas tempranas para reducir los daños, sobre todo el número de víctimas. También debe incrementarse la transferencia de riesgos a los mercados de capitales mediante el reaseguro y los bonos catastróficos, que "tienen una rentabilidad elevada, del 17% si no sucede nada".

28Oct

El Banco de España, el Observatorio Securitas Direct, Entreculturas, Fain, Aprocose, analizan el impacto de la DANA un año después. El Instituto de Auditores Internos avisa que la preocupación por el clima en las empresas baja del 6º al 10º puesto.

Miguel Ángel Valero

Un análisis de Iván Kataryniuk, subdirector del departamento de Análisis de la Economía Española, y Alejandro Fernández Cerezo, del departamento de Política Monetaria y Economía Internacional, publicado en el blog del Banco de España, subraya que desastres naturales como las inundaciones en València paralizan la actividad económica. La reconstrucción facilita la recuperación del PIB y la reposición de capital por otro más productivo puede dinamizarlo. Pero las fuertes pérdidas en el stock de riqueza y capital podrían limitar el crecimiento en la zona de modo duradero.

Las lluvias extremas pueden tener efectos catastróficos en términos humanos, sociales y económicos. Es el caso de la DANA del 29 de octubre de 2024 -hace ahora un año-, que provocó grandes inundaciones, especialmente a la provincia de València. Además de las trágicas consecuencias en términos de víctimas (cerca de 230 fallecidos), el desastre también tuvo un grave impacto económico en la zona, tanto sobre el flujo de actividad, como sobre los factores de producción y la riqueza de los hogares, con consecuencias duraderas. No obstante, la reconstrucción económica puede generar un rebote en la actividad y mejoras de la capacidad de producción, con implicaciones relevantes en el medio y largo plazo. 

Impacto inmediato

Es muy negativo, tanto sobre el flujo de producción como sobre el patrimonio de los afectados:

  • 1. Disrupción de la actividad económica: la paralización de sectores como el comercio, el transporte, el turismo o la construcción en las semanas posteriores a la DANA provocó una caída transitoria del PIB.
    • El acceso de los trabajadores a sus centros de trabajo se vio dificultado por las restricciones a la movilidad, interrumpiendo la producción de numerosas empresas.
    • Las dificultades de acceso a los servicios bancarios y a los medios de pago (incluyendo el deterioro de billetes) obstaculizaron la actividad, dificultades que el Banco de España vigiló de cerca y contribuyó a mitigar.
    • Los daños en carreteras y líneas férreas provocaron interrupciones en el transporte de mercancías. El desvío de la circulación por el cierre de autovías supuso retrasos de suministros y mayores costes de producción.
    • El índice de “cuellos de botella” en la cadena de producción se disparó en la DANA —de modo similar al observado con el huracán Katrina en 2005—y, tras dos semanas, se fue normalizando.
    • Los daños en las infraestructuras y establecimientos turísticos y en las playas redujeron las reservas de hoteles y restaurantes en la zona
  • 2. Destrucción del stock de capital y riqueza: las inundaciones dañaron o destruyeron todo tipo de activos físicos en las zonas afectadas, golpeando la riqueza de las familias —como viviendas y vehículos—, las empresas —locales comerciales, fábricas, camiones, maquinaria— y las infraestructuras públicas —redes de transporte, centros educativos o administrativos—. El PIB no recoge esta pérdida de capital y patrimonio. De hecho, la caída en el stock de riqueza es mucho mayor que el impacto de la DANA reflejado en el PIB, de apenas unas décimas. Así, algunas estimaciones sitúan en más de 17.000 millones€ la pérdida de riqueza para la provincia de València, lo que supone más del 20% de su PIB  Aunque la DANA ha provocado una pérdida extraordinaria de riqueza y capital en las zonas afectadas, su efecto negativo en el PIB es reducido

Impacto a corto plazo

Pasado el impacto inicial de la catástrofe, la reposición del capital dañado y las ayudas públicas a la reconstrucción reactivan la actividad económica. Este efecto flujo positivo puede suponer un rebote del PIB:

  • 1. Mayor gasto para la reposición de bienes duraderos dañados: tras los desastres naturales aumenta el gasto de empresas y familias para reparar o sustituir bienes dañados. Los damnificados por la DANA han tenido que reparar y reconstruir domicilios y establecimientos, impulsando la demanda de la construcción y los servicios profesionales. Asimismo, el reemplazo de electrodomésticos, muebles o automóviles incrementa el gasto privado, revitalizando la economía local. Las matriculaciones de turismos en València se dispararon a partir de diciembre de 2024.
  • 2. Ayudas a la reconstrucción: el esfuerzo privado está respaldado por medidas públicas de apoyo. En el caso de la DANA, se han movilizado recursos extraordinarios que incluyen ayudas directas, indemnizaciones del Consorcio de Compensación de Seguros, avales públicos para empresas y moratorias en préstamos. Estas medidas suponen transferencias fiscales importantes. De hecho, la evidencia de situaciones parecidas señala que estas transferencias son esenciales para la recuperación económica tras una catástrofe. Las ayudas a la reconstrucción y el gasto en reponer bienes y capital dañado puede hacer rebotar el PIB en los trimestres siguientes

Impacto a medio y largo plazo

La pérdida de recursos y patrimonio puede lastrar la actividad económica en el futuro, pero la renovación del capital puede dinamizarla:

  1. Pérdida de capacidad productiva y riqueza que limita la actividad. El daño a los activos de las empresas y familias puede afectar negativamente a su solidez financiera e, incluso, llevar al cierre de negocios. Estas pérdidas también suponen más dificultades para acceder a financiación externa. El resultado es una menor capacidad, no solo productiva, sino de gasto y de consumo. Todos estos factores pueden tener un impacto negativo duradero sobre el PIB.
  2. Reposición por capital más productivo: a más largo plazo, las inundaciones podrían tener un impacto positivo sobre la productividad, cuando las empresas supervivientes reemplazan el capital viejo por uno más moderno y productivo. Por ejemplo, una fábrica podría sustituir sus líneas de producción deterioradas por nuevos robots automatizados e incorporar la inteligencia artificial para optimizar la producción.

Las catástrofes naturales como la DANA suponen una merma importante del patrimonio y riqueza de las familias, las empresas y el sector público, y provocan una caída inmediata de la actividad. Este impacto negativo sobre el PIB puede ser corregido en los meses siguientes por un efecto rebote: retrocede de modo transitorio para recuperarse rápidamente después. Pero es mucho más complejo analizar el impacto de largo plazo sobre la actividad de la zona afectada, porque la posible pérdida de capacidad productiva puede verse compensada por la reposición con capital más productivo.

Securitas: los incendios e inundaciones se han más que duplicado

Por otra parte, el último informe del Observatorio Securitas Direct sobre Incendios en Hogares y Negocios en España revela que, en los últimos cuatro años, los casos relacionados con incendios e inundaciones atendidos por la Central Receptora de Alarmas de la compañía, se han más que duplicado. Este incremento está estrechamente vinculado a la creciente frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos, como la DANA que afectó a la zona de Levante en 2024, y que provocó 429 incidencias en Valencia.

A pesar del aumento de incidentes, la preocupación ciudadana por los incendios en el hogar ha disminuido notablemente. Actualmente, el 41,3% de los españoles manifiesta inquietud ante este riesgo, frente al 54,2% registrado el año anterior. Esta reducción se atribuye a una mayor confianza en las medidas de prevención, en la capacidad de respuesta ante emergencias y en el refuerzo de la protección en los hogares.

Por su parte, la preocupación por las inundaciones en el hogar ha irrumpido este año con un 24% de los españoles reconociendo su inquietud ante el auge de los fenómenos meteorológicos extremos, como la DANA de octubre de 2024.

El Observatorio de Securitas Direct muestra que el número de incidencias atendidas por la central receptora de alarmas se ha duplicado en los últimos cuatro años.Estas incidencias incluyen tanto incendios como inundaciones en hogares y negocios. Los datos de 2024 reflejan un aumento del 43% respecto al año anterior, principalmente como consecuencia de las lluvias torrenciales registradas. Valencia concentró 429 incidentes el año pasado debido al mayor volumen de inundaciones provocado por la DANA, frente a las 56 incidencias de 2023.En Barcelona, la central receptora de alarmas registró 144 incidencias relacionadas con incendios e inundaciones en 2024, 25 más que un año antes, y en Madrid la cifra alcanzó las 130 el año pasado frente a las 117 de 2023.Por su parte, se registró un descenso de las incidencias atendidas en Toledo, Sevilla y Málaga.

Pese a la menor percepción del riesgo de incendios, un 19% de los españoles aseguran contar con un detector de humos en sus hogares, de los que casi el 85% los revisa y mantiene con regularidad. Los propietarios de negocios y de segundas residencias muestran una mayor concienciación ante el riesgo que suponen los incendios. Así, el 49 % de quienes tienen un negocio dispone de un detector de humos, al igual que el 32 % de los propietarios de segundas residencias. En esta línea, uno de cada cuatro españoles asegura contar con un plan de evacuación ante incendios para su hogar y algo menos de la mitad (48%) reconocen haber recibido formación sobre prevención, la mayoría en la escuela o el trabajo. Respecto a la intención de instalar una alarma específica en las viviendas principales, el 3,8% de quienes todavía no disponen de una lo contempla. La cifra sube al 8% en las segundas residencias y al 10,4% en los negocios.

Entreculturas: atención immediata y acompañamiento a medio y largo plazo

La DANA dejó 229 personas fallecidas (más dos aún desaparecidas) y afectó a más de 100.000 inmuebles, de los cuales al menos 60.900 eran viviendas. Cerca de 40.000 alumnos y alumnas vieron interrumpidas sus clases. Ante esta catástrofe, la Compañía de Jesús, a través de sus obras en la Comunidad Valenciana: la comunidad del Centro Arrupe, las Escuelas San José, Entreculturas Valencia y SJM Valencia, activó una respuesta conjunta que se desplegó en 17 municipios de la provincia de Valencia. "Pusimos el foco en la atención inmediata y el acompañamiento a medio y largo plazo de quienes más necesitaban apoyo y seguimiento: niños, personas migrantes, mayores en soledad, familias en situación de vulnerabilidad y personas con problemas de salud mental", explican en Entreculturas. A lo largo de este año, "hemos atendido y acompañado" a más de 3.434 personas de manera directa, a través de:

  • La distribución de alimentos y ayudas de emergencia.
  • Alojamiento y acogida.
  • La reconstrucción de espacios.
  • La acogida educativa.
  • La atención psicosocial y psicoeducativa.

Y más de 7.661 personas han participado en acciones que han impulsado el bienestar y la reconstrucción social, como: 

  • El desarrollo de actividades de sensibilización y comunicación, a través de la difusión de mensajes y eventos solidarios.
  • La atención espiritual, grupos de  escucha y acompañamiento.

"Ha sido un año lleno de dificultades y retos pero también de colaboración, apoyo, acogida y esperanza. Gracias al compromiso y la ayuda de quienes han colaborado en esta emergencia, podemos seguir al lado de las personas más afectadas y que se encuentran en situaciones de mayor vulnerabilidad", subrayan en Entreculturas.

Fain: más del 80% de los 427 ascensores afectados están operativos

En apenas unas horas, la DANA provocó que más de 427 ascensores gestionados por Grupo FAIN quedaron fuera de servicio, afectando a miles de vecinos. Hoy, gracias al esfuerzo colectivo y a la coordinación técnica, más del 80% de esos equipos ya están operativos, y el resto —los más complejos, que requieren sustituciones completas o modificaciones de gran envergadura— se encuentran en fase final de reparación.

La respuesta fue inmediata. En los primeros días tras el temporal, la Delegación de FAIN en Valencia reorganizó por completo su operativa, reforzó su plantilla con técnicos desplazados de otras regiones y de fuera de España, e incorporó una nueva nave logística de más de 1.000 m² para almacenar materiales y repuestos. Además, se establecieron reuniones diarias de coordinación con la dirección del grupo para planificar los trabajos y priorizar las intervenciones más urgentes, especialmente en comunidades donde residen personas mayores o con movilidad reducida.

En circunstancias normales, un proyecto de sustitución o reemplazo de ascensor puede requerir entre ocho y doce semanas de trabajo, dependiendo del modelo y la estructura del edificio. Sin embargo, en Valencia, los equipos de Grupo FAIN lograron reducir drásticamente esos plazos gracias a una respuesta ininterrumpida, con turnos ampliados, fines de semana operativos y una red logística reforzada.

"Lo que vivimos en Valencia fue un desafío técnico y humano sin precedentes. Nuestros equipos demostraron la vocación de servicio que define al sector de la elevación: un trabajo muchas veces invisible, pero absolutamente esencial para la vida diaria", explica Sergio Mayo, Manager de Servicio de FAIN en Valencia.

El sector de la elevación rara vez aparece en el foco mediático, pero su papel es determinante en la movilidad cotidiana. Más del 70% de los españoles vive en edificios con ascensor, y miles de personas mayores o con discapacidad dependen de él para algo tan básico como salir de casa. En la DANA, muchos de esos vecinos quedaron atrapados durante días. Durante este año, Grupo FAIN ha trabajado no solo para devolver la normalidad, sino también para mejorar sus protocolos de actuación ante emergencias o catástrofes naturales, compartiendo su experiencia con las autoridades y el sector. 

La compañía ha reforzado la formación de sus técnicos en gestión de crisis, revisado sus planes de abastecimiento y promovido medidas de prevención para situaciones similares. "Cada ascensor que vuelve a moverse representa mucho más que un avance técnico: es la historia de una comunidad que recupera su independencia. Las emergencias nos enseñan quiénes somos, y en nuestro caso nos reafirmaron en algo que siempre hemos tenido claro: servir a las personas sin descanso hasta devolver un servicio tan esencial al 100% de los afectados por la DANA", concluye Mayo.

Auditores Internos: el clima pierde peso en las preocupaciones de las empresas

El panorama de riesgos empresariales en Europa se caracteriza en 2026 por una creciente complejidad e interdependencia. La incertidumbre geopolítica, económica y regulatoria impregna todos los ámbitos y redefine las prioridades de las organizaciones, que ya no pueden abordar los riesgos de forma aislada. Así lo refleja el informe Risk in Focus 2026, presentado por el Instituto de Auditores Internos (IAI) de España en un acto celebrado en la sede de la CEOE, que ha sido inaugurado por el director de Economía de CEOE, Gregorio Izquierdo, y por la presidenta del IAI España, Sonsoles Rubio

Ésta destacó que “en un entorno de habitual incertidumbre, las organizaciones solo pueden lograr estabilidad si gestionan bien sus riesgos. Por eso, identificar, conocer y anticiparse a ellos es esencial”. A este respecto señaló que “la Auditoría Interna juega un papel clave, porque aporta la visión transversal y estratégica necesaria para generar confianza y permitir que las empresas no solo cumplan, sino que prosperen”. 

Por su parte, el director de Economía de CEOE subrayó que "las mejores prácticas de política de riesgos son las que están integradas dentro del gobierno corporativo, alineadas con la estrategia de la empresa y que cuentan con profesionales especializados en Auditoría Interna para identificar y seguir los riesgos que sean más críticos y/o relevantes.  Por ello, es obligado reconocer la relevancia y utilidad de la función del auditor interno en la empresa".

El estudio, elaborado por los Institutos de Auditores Internos de 15 países europeos, identifica los principales riesgos que preocupan a las empresas para el próximo año y advierte que, aunque la ciberseguridad sigue siendo la mayor amenaza, los riesgos asociados al capital humano, la disrupción tecnológica y la incertidumbre macroeconómica y geopolítica se sitúan ahora en niveles muy próximos, reflejando su creciente interconexión. La incertidumbre macroeconómica y geopolítica comparte el cuarto puesto en importancia con los cambios en leyes y regulaciones, reflejando la compleja y volátil situación global actual. Factores como la guerra provocada por la invasión rusa de Ucrania, tensiones comerciales, y cambios normativos impactan no solo en la economía general sino también en riesgos específicos como la liquidez financiera, la continuidad del negocio y las cadenas de suministro. 

Llama la atención que el riesgo de cambio climático, biodiversidad y sostenibilidad pierde peso en la agenda empresarial europea en 2026, registrando el descenso más acusado del año al pasar del sexto al décimo puesto. Pese al agravamiento de los fenómenos meteorológicos extremos en Europa, el informe atribuye esta caída a la incertidumbre regulatoria y política, el retroceso de las políticas verdes y la falta de una visión estratégica a largo plazo por parte de las organizaciones. 

Aprocose: SOS Valencia, El valor de las personas

La Asociación Profesional de Corredores de Seguros (Aprocose) celebró el encuentro “SOS Valencia: el valor de las personas”, como espacio de reflexión sobre la gestión de la DANA y como escenario para reconocer la labor de instituciones y profesionales durante la catástrofe. Su presidente, Martín Julián Rojo, explicaba el objetivo: “poner sobre la mesa el valor de las personas”.

Un debate reunió a los primeros ediles de cinco municipios especialmente afectados. José Miguel Ferris, alcalde de Albal, subrayó que “el 70% del casco urbano quedó afectado por la DANA. Gracias a las medidas preventivas que tomamos evitaron que la catástrofe fuera mayor”. Robert Raga, alcalde de Riba-roja, afirmó que “el impacto que hemos tenido en la localidad ha sido terrible”, pero “la solidaridad que mostraron los ciudadanos, las empresas y las fuerzas del estado fue abrumadora”. José Francisco Cabanes, alcalde de Sedaví y presidente de la Mancomunitat de l’Horta Sud, avisa que “el daño psicológico va a durar muchos años. Por eso, los alcaldes reivindicamos la necesidad de psicólogos post-catástrofe, pues van a seguir haciendo falta”.  Ricardo Gabaldón, alcalde de Utiel, reconoce que “no estábamos preparados para algo así. Nosotros no nos hemos olvidado de la DANA porque la seguimos viviendo cada día. Tardaremos en recuperarnos”. Guillermo Luján, alcalde de Aldaia, cree que “es hora de poner en valor el trabajo de muchos profesionales que nos ayudaron a salir del caos, como son los corredores, los administradores de finca… pero en especial, la gente joven nos ha dado esperanza”.

Se hizo un homenaje póstumo a Miguel Beltrán, cuyo legado y dedicación fueron recordados con la proyección de un vídeo que conmovió a todos los asistentes. En un gesto cargado de simbolismo, se hizo entrega de una placa conmemorativa a su familia en reconocimiento a su trayectoria y valores.

Los Premios Aprocose a la Excelencia se repartieron así:

  • Al Compromiso Social: Cesal, por su extraordinaria labor humanitaria y de apoyo a los afectados. Raúl Jiménez recibió el galardón de manos de Mónica Quílez
  • Excelencia Institucional: Unidad Militar de Emergencias (UME) por su intervención decisiva y profesional durante la catástrofe. Juan José Gómez hizo entrega del premio a Manuel Parra, que agradeció este reconocimiento que "llega en un momento muy especial, en el aniversario de la DANA, y que nos recuerda que cuando trabajamos juntos somos capaces de cualquier cosa”.
  • Excelencia Profesional: a los corredores de seguros que trabajaron intensamente durante y después de la DANA, un reconocimiento que Manuel FerrerEnrique Baixauli recogieron en nombre de Corredores de Seguros en la DANA. Baixauli resaltó que “hacen faltan protocolos con las compañías, con los mediadores, con los consorcios… para poder atender mejor a nuestros clientes. A raíz de la DANA hemos demostrado que somos imprescindibles”.
    La encargada de clausurar el XV aniversario de Aprocose fue Ruth Merino, consellera de Hacienda y Economía: “gracias, por vuestra implicación, compromiso y solidaridad demostrada durante la DANA y especialmente, por vuestra cercanía”.