04 Nov
04Nov

Miguel Ángel Valero

"Las limitadas capacidades de defensa de Europa podrían mantenerse así durante algún tiempo. No es una constatación tranquilizadora, pero implica que los flujos de capital hacia el sector de defensa podrían prolongarse en el tiempo", avisa un análisis de DWS.

Un incremento de más del 500% en el índice en cinco años. ¿Es posible seguir siendo optimista respecto a las acciones europeas de defensa después de una subida así? Hay explosiones de precios que pueden desinflarse con la misma rapidez. "Pensemos, por ejemplo, en los beneficiarios del periodo de confinamientos por la pandemia", apuntan sus expertos. 

Por otro lado, los valores en auge por la ola de inteligencia artificial (IA) siguen mostrando pocos signos de debilidad, incluso tras tres años, dado que el potencial de la IA se percibe como enorme. "¿Y la defensa europea? Creemos que, mientras los gobiernos sigan convencidos de que la amenaza sobre Europa persistirá, es probable que mantengan su predisposición a invertir en la defensa de la región", añaden.

El estado de las fuerzas armadas europeas puede resumirse, en tono adecuado y conciso, de la siguiente manera: desde la caída del Telón de Acero han transcurrido 30 años de infrainversión. Europa dejó la defensa en manos de los estadounidenses. El ataque a Ucrania y las claras señales procedentes de la Casa Blanca de que Europa debe ser capaz de defenderse por sí misma han cambiado esa situación. La presencia de drones rusos en territorio europeo de la OTAN supone un estímulo adicional. Se ha producido un replanteamiento político de gran calado. Los presupuestos de defensa están aumentando de forma significativa, especialmente en Alemania, el norte y el este de Europa. 

Las dificultades presupuestarias de Francia, España e Italia, por su parte, hacen que los avances sean más lentos. Además, las capacidades de producción militar no pueden desarrollarse de la noche a la mañana.

Por tanto, es posible que a corto plazo surjan ciertas decepciones en el camino hacia una defensa europea más sólida. No obstante, "estamos convencidos de que la modernización de la defensa europea constituye un cambio estructural que podría ofrecer un fuerte viento de cola al sector durante muchos años". 

Los inversores, sin embargo, deberían analizar cuidadosamente qué valores del sector defensa incorporan a sus carteras. Madeleine Ronner, Senior Equity Portfolio Manager en DWS, explica: “Hace un año, prácticamente cualquier valor relacionado con la defensa permitía batir al mercado. Ahora es necesario ser mucho más selectivo. Aun así, incluso las valoraciones de nuestras compañías favoritas resultan bastante exigentes. No obstante, dadas las perspectivas actuales de crecimiento, es posible que estas empresas logren justificar dichas valoraciones con el tiempo”.

El sector de defensa ha mostrado una evolución significativamente superior a la del mercado en general durante los últimos cinco años, consolidando desde 2021 una prima de valoración en constante aumento. Si se mide en función de los beneficios obtenidos en los últimos doce meses, actualmente es el doble de caro que el conjunto del mercado. En su punto máximo, sin embargo, alcanzado en julio de este año, llegó a ser tres veces más caro.

"Consideramos, no obstante, que el atractivo del sector sigue siendo sólido. Podría ofrecer:

  • Ingresos a largo plazo, relativamente predecibles y financiados por los gobiernos.
  • Altas economías de escala derivadas de la expansión de capacidades, con un elevado apalancamiento operativo debido a los costes fijos.
  • Un crecimiento de beneficios potencialmente superior durante varios años. Si se valora el sector en función de los beneficios estimados para los próximos tres a cinco años, su prima de valoración se diluye con rapidez.

Estas previsiones se basan en los siguientes supuestos: el gasto en defensa de Europa aumentará desde el nivel actual del 2% del PIB hasta el 3% en 2030, con la posibilidad de que alcance entre el 3% y el 4% del PIB a medio plazo. Al mismo tiempo, el gasto en equipamiento está disminuyendo en relación con el gasto en personal. Según el International Institute for Strategic Studies (IISS, por sus siglas en inglés), se estima que aproximadamente la mitad de ese gasto beneficiará a los proveedores europeos, que los responsables políticos quieren reforzar.

Como demuestra la guerra provocada por la invasión rusa de Ucrania, la tecnología y las tácticas bélicas están evolucionando con rapidez. Esto exige un enfoque selectivo, ya que no todas las compañías están igualmente preparadas para afrontar este desafío. Requiere tener en cuenta toda la cadena de valor y los sectores relacionados, como el aeronáutico y la ciberseguridad. "No obstante, consideramos que el sector de defensa probablemente seguirá mostrando dinamismo, mientras Europa no se sienta segura", concluyen en DWS.

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