23 Nov
23Nov

Miguel Ángel Valero

Hace apenas unas semanas los titulares apuntaban a un hecho histórico: los bancos centrales del mundo ya poseen más oro que bonos del Tesoro estadounidense. Algo que muchos analistas han identificado como un símbolo claro de desconfianza hacia el dólar y de búsqueda de refugio en un activo tangible. Pero ahora, la fiebre del oro se ha contagiado también al universo cripto.

El mayor emisor de stablecoins del mundo, Tether, ha alcanzado un récord de 12.900 millones$ en reservas de oro físico, equivalentes a 104 toneladas. Esto supone el doble de lo que tenía a comienzos de año, tanto en valor como en cantidad. Solo en 2025, la empresa ha estado acumulando más de una tonelada de oro por semana, consolidándose entre los mayores compradores del mercado mundial. 

El gráfico que aporta The Trader muestra esa escalada casi vertical: desde comienzos de 2024 el crecimiento de sus reservas se ha acelerado de forma notable hasta alcanzar el nivel actual. Con esta apuesta, Tether ya gestiona más de 180.000 millones$ en activos totales, de los cuales el 7% está invertido en oro. Una proporción significativa para una compañía cuyo negocio gira en torno a la estabilidad del dólar digital.

La pregunta de fondo es evidente: ¿por qué todos buscan oro al mismo tiempo? Los bancos centrales acumulan reservas para reducir su dependencia del dólar; las empresas cripto, por su parte, lo hacen para reforzar la confianza en sus activos frente a la falta de control fiscal de EEUU y la volatilidad que pueda sufrir el sistema financiero tradicional. En ambos casos, el mensaje es el mismo: el oro vuelve a ser el ancla de credibilidad en un mundo incierto.

"Cuando los bancos centrales y las criptomonedas coinciden en algo, conviene prestar atención. La fiebre del oro ya no distingue entre lo tradicional y lo digital. Es la señal más clara de que el dinero fiduciario en su formato actual, y los bonos en un mundo ultra endeudado, están empezando a provocar una pérdida de la confianza que durante décadas se daba por segura", advierte el analista Pablo Gil.

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