21Nov

Recuerda el colapso de Silicon Valley Bank el 11 de marzo de 2023, cuando la posterior desvinculación significativa del USDC (criptomoneda estable emitida por Circle) puso de relieve las vulnerabilidades derivadas de la interconexión entre entidades financieras.

Miguel Ángel Valero

El Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE) del 21 de noviembre publica la Recomendación de la Junta Europea de Riesgo Sistémico de 25 de septiembre de 2025 sobre los sistemas de criptomonedas estables de múltiples emisores de terceros países. Los criptoactivos representan un segmento de financiación en rápido crecimiento que cada vez está más interrelacionado con los activos tradicionales y crea un canal de contagio que requiere seguimiento para proteger la estabilidad financiera. Este segmento se caracteriza por comportamientos especulativos, transparencia limitada y volatilidad extrema de los precios, así como por la frecuente aparición de prácticas ilícitas. 

Las criptomonedas estables, un subconjunto de criptoactivos diseñado para mantener un valor constante en relación con activos de referencia específicos o una cesta de activos, también se han expandido y se utilizan principalmente para acceder a los mercados de criptoactivos y salir de ellos. Suelen estar respaldadas por reservas como el efectivo o instrumentos financieros de elevada liquidez mantenidos por el emisor, incluidos los depósitos mantenidos en entidades de crédito, pero la composición y el nivel de riesgo de esas reservas varían según los emisores y países. Esas reservas son esenciales, ya que deben ser monetizadas rápidamente por los emisores en caso de que surja la necesidad de satisfacer las solicitudes de reembolso presentadas por los tenedores de las fichas. Por lo tanto, las reservas contribuyen a mantener la confianza en el valor de la criptomoneda estable. Sin embargo, el carácter de emisión privada de las criptomonedas estables, además de la preocupación por la calidad y la transparencia de las reservas que las respaldan, plantean problemas fundamentales para el sistema financiero.

Las vulnerabilidades de las criptomonedas estables, que van desde unas reservas potencialmente insuficientes hasta la pérdida de confianza de los mercados, pueden socavar su supuesto papel como medio estable de intercambio y almacenamiento de valor, lo que podría transmitir perturbaciones al sistema financiero en general y amplificar el riesgo sistémico. Así se puso de manifiesto con el colapso de Silicon Valley Bank (SVB) el 11 de marzo de 2023, cuando la posterior desvinculación significativa del USDC (criptomoneda estable emitida por Circle) puso de relieve las vulnerabilidades derivadas de la interconexión entre entidades financieras. Esto subraya la necesidad de contar con normas sólidas que se hagan cumplir debidamente y con una supervisión estricta.

En la UE se adoptó el Reglamento (UE) 2023/1114, más conocido como MiCAR, para disponer de un marco específico y armonizado para los mercados de criptoactivos que estableciera requisitos uniformes para la oferta pública y la admisión a negociación, incluidas las fichas referenciadas a activos (ART) y las fichas de dinero electrónico (EMT). Dicho marco al nivel de la Unión se consideró necesario para fomentar la seguridad jurídica de los criptoactivos y promover la innovación, garantizando al mismo tiempo la protección de los inversores y la integridad del mercado, promoviendo la estabilidad financiera y el buen funcionamiento de los sistemas de pago, abordando los riesgos para la política monetaria que podrían derivarse y salvaguardando la soberanía monetaria en toda la Unión.

En los últimos años se ha utilizado cada vez más un nuevo sistema por el que un emisor de criptomonedas estables con sede en la Unión colabora con un emisor de fuera de esta para emitir conjuntamente EMT, que son un tipo de criptomoneda estable definido en el MiCAR. Las EMT emitidas por ambos emisores comparten las mismas características técnicas y se presentan por estos como intercambiables. En este sistema, cada emisor opera con arreglo a un marco jurídico diferente, de modo que las reservas que respaldan las EMT se distribuyen entre diferentes jurisdicciones.

Si bien el MiCAR regula la emisión múltiple de criptoactivos intercambiables dentro de la UE, no aborda explícitamente la posibilidad de que haya sistemas en los que participen un emisor de la Unión y otro de un tercer país de fuera de la Unión. No prevé expresamente la utilización de sistemas de criptomonedas estables de múltiples emisores de terceros países, lo cual probablemente responde a la intención de los legisladores de restringir los sistemas de múltiple emisor únicamente a los emisores establecidos en la Unión y con sujeción a determinadas condiciones. 

Que el MiCAR no prohíba expresamente estos sistemas da lugar a enfoques divergentes: algunas autoridades nacionales competentes consideran que el MiCAR permite estos emisores múltiples de terceros países, mientras que otras consideran que no los permite. Esta divergencia de enfoque es contraria al objetivo del MiCAR de establecer requisitos uniformes. De hecho, esta situación pone en tela de juicio la propia naturaleza del mercado único, en el que la autorización de una ANC concede al emisor acceso a todo el mercado de la Unión a través del régimen de pasaporte, lo que significa que unos sistemas potencialmente peligrosos rechazados en un Estado miembro pueden ser aprobados en otro y seguirán operando en los demás Estados miembros en virtud del principio de libre circulación de servicios. Por lo tanto, la situación actual se caracteriza por un alto grado de inseguridad jurídica que podría eliminarse ofreciendo una solución clara para la interpretación de la norma.

La explotación de sistemas de criptomonedas estables de múltiples emisores de terceros países se basa en la hipótesis de que los marcos reglamentarios de los países implicados son equivalentes. Sin embargo, el MiCAR no incluye ninguna disposición para llevar a cabo una evaluación de equivalencia.

Debido a su estructura específica, por la que las reservas se mantienen entre jurisdicciones y emisores que operan con arreglo a diferentes regímenes jurídicos, los sistemas de criptomonedas estables de múltiples emisores de terceros países amplifican los riesgos para la estabilidad financiera y plantean vulnerabilidades significativas: las autoridades de la UE no pueden evaluar adecuadamente la gestión del riesgo o la adecuación de las reservas de los emisores de fuera de la Unión, y los mecanismos de reequilibrio para las transferencias transfronterizas de reservas son especialmente frágiles en períodos de tensión, especialmente si las reservas son ilíquidas o su transferencia se restringe por las autoridades de terceros países. 

La posible falta de armonización normativa entre la Unión y terceros países socava la exigencia del cumplimiento de medidas como los límites del MiCAR a la emisión de criptomonedas estables denominadas en moneda extranjera, lo que puede afectar al buen funcionamiento de los sistemas de pago y aumentar la dependencia de monedas de fuera de la Unión. Crea, además, oportunidades de arbitraje regulatorio, incentivando a los tenedores de fichas a solicitar reembolsos de los emisores de la Unión, especialmente si los emisores de terceros países imponen tasas o retrasos, o si el precio de la criptomoneda es inferior a su valor nominal. 

Por otra parte, la creciente adopción de sistemas de criptomonedas estables de múltiples emisores de terceros países en la Unión ha aumentado los volúmenes de las operaciones, intensificando los riesgos de contagio, mientras que el uso generalizado de monederos autoalojados y el acceso limitado a los datos obstaculizan los esfuerzos por rastrear las EMT y garantizar unas reservas adecuadas. Los sistemas de criptomonedas estables de múltiples emisores de terceros países también aumentan las probabilidades de reembolsos súbitos masivos, ya que los emisores de la Unión pueden tener que hacer frente a pasivos de tenedores de fichas tanto de la Unión como de fuera de la Unión para los que las reservas bajo la supervisión de la Unión pueden resultar insuficientes.

La dependencia de mecanismos de reequilibrio transfronterizo para las reservas supone vulnerabilidades adicionales, en particular en condiciones de tensión en las que las autoridades de terceros países pueden dar prioridad a los intereses nacionales, restringiendo la transferencia de fondos. Estas deficiencias estructurales exponen al sistema financiero de la Unión al riesgo de contagio de crisis originadas en terceros países, además de suponer una carga indebida para las autoridades de supervisión de la Unión, que serían responsables de garantizar el cumplimiento de obligaciones contraídas fuera de su competencia y control.

Los sistemas de criptomonedas estables de múltiples emisores de terceros países también plantean retos específicos para los proveedores de servicios de criptoactivos de la UE, que pueden intermediar en las solicitudes de reembolso de los tenedores de fichas de fuera de la UE como parte de su oferta de servicios estándar. Al hacerlo, pueden actuar como canales de contagio de reembolsos súbitos masivos en momentos de tensión en el mercado, lo que podría intensificar los riesgos de retiradas súbitas masivas e incorporar riesgos de liquidez en el mercado. 

El rápido crecimiento del mercado y los esfuerzos de las empresas por obtener autorizaciones de la Unión para gestionar sistemas de criptomonedas estables de múltiples emisores de terceros países, puestos de manifiesto por la autorización de dos entidades en septiembre de 2025, están provocando también una mayor interconexión con las entidades financieras. Los depósitos relacionados con las criptomonedas estables se dirigen a un reducido número de bancos cuya vulnerabilidad a las perturbaciones de liquidez, especialmente en países pequeños, aumenta en consecuencia al mismo tiempo que aumentan sus concentraciones de exposiciones. Además, conforme los sistemas de criptomonedas estables de múltiples emisores de terceros países crecen en tamaño, la interconexión entre emisores y bancos podría aumentar los riesgos de contagio.

La insuficiencia de datos sobre las reservas de las criptomonedas estables, incluida su composición, y los flujos de activos entre jurisdicciones, obstaculizan la eficacia de la supervisión, incluidos procesos como la evaluación de los riesgos y la calibración de las reservas. Esta evolución pone de relieve la importancia de los peligros para la estabilidad financiera de la UE. Y hace necesario abordar sin demora los riesgos detectados para la estabilidad financiera, sea para evitar su materialización, sea para mitigar sus posibles efectos. El creciente volumen de las criptomonedas estables en circulación descritas ilustra la urgencia de abordar esta cuestión.

Recomendaciones

Por tanto, la JERS presenta una serie de recomendaciones destinadas a eliminar o mitigar los riesgos para la estabilidad financiera inherentes a los sistemas de criptomonedas estables de múltiples emisores de terceros países:

  1. A: A falta de un régimen jurídico que aborde específicamente los sistemas de criptomonedas estables de múltiples emisores de terceros países, prevalezcan las preocupaciones relativas a la estabilidad financiera y, por lo tanto, que la Comisión interprete que el MiCAR no permite dichos sistemas.
  2. B: garantizar el establecimiento de un marco para evaluar la equivalencia entre la normativa sobre criptomonedas estables de terceros países y los requisitos del MiCAR.
  3. C: establecer acuerdos de cooperación supervisora con terceros países acerca de la vigilancia de los sistemas de criptomonedas estables de múltiples emisores de terceros países. 
  4. D: abordar los obstáculos para la movilidad transfronteriza de las reservas, a fin de responder a los riesgos de retiradas súbitas masivas que puedan surgir desde fuera de la Unión, en particular en períodos de tensión, recuperación o resolución. La historia demuestra que es probable que se produzcan restricciones a los flujos de reservas en esos períodos. Al abordar los obstáculos técnicos y jurídicos para la movilidad de las reservas, esta recomendación pretende garantizar la atención oportuna de las solicitudes de reembolso en todas las jurisdicciones.
  5. E: garantizar que los sistemas de criptomonedas estables de múltiples emisores de terceros países estén sujetos a la supervisión centralizada de la UE con arreglo a una evaluación de proporcionalidad. La división de reservas entre jurisdicciones, así como los datos incompletos sobre los tenedores de fichas y la adecuación de las reservas, aumentan la probabilidad de que se produzcan reembolsos súbitos masivos, insolvencias y contagio a los bancos. Los efectos gregarios durante las crisis, amplificados por los flujos de información, podrían desestabilizar aún más los mercados. Para abordar este problema, las modificaciones propuestas al MiCAR incluirían la participación en un sistema de criptomonedas estables de múltiples emisores de terceros países como uno de los criterios para determinar la significatividad de las ART y las EMT y justificar así su supervisión por la ABE. Esta solución garantiza una vigilancia proporcional basada en la escala y la presencia internacional de los sistemas.
  6. F: La Autoridad Bancaria Europea (ABE, o EBA por sus siglas en inglés) debe seguir fomentando la convergencia, en toda la UE, de los enfoques de supervisión de los sistemas de criptomonedas estables de múltiples emisores de terceros países, tanto en el procedimiento de autorización como durante la supervisión continua, aprovechando las disposiciones no específicas existentes en el MiCAR. Garantizar que las directrices de la ABE y otras normas de regulación pertinentes aclaren las prácticas de supervisión en toda la Unión para abordar los riesgos específicos para la estabilidad financiera de los sistemas de criptomonedas estables de múltiples emisores de terceros países. Se centra en hacer cumplir unos requisitos prudenciales proporcionados a los riesgos, sobre la base de una evaluación completa de estos. Además, anima a las autoridades de supervisión a aprovechar el marco existente para hacer cumplir unos requisitos prudenciales proporcionados a los riesgos pertinentes.
  7. G: abordar la manera en que los proveedores de servicios de criptoactivos de la Unión pueden contribuir a intensificar los reembolsos transfronterizos de criptomonedas estables fungibles, en el contexto de sistemas de múltiples emisores de terceros países. La labor continua de la AEVM (o ESMA, supervisor de los mercados) para mejorar la convergencia en materia de supervisión e introducir medidas de mitigación es necesaria para evitar que la supervisión de los proveedores de servicios de criptoactivos y el régimen de pasaporte al nivel nacional den lugar a prácticas desiguales en toda la UE.
  8. H: abordar los riesgos operativos, exigiendo a los emisores de la Unión que prueben que las entidades financieras que respaldan las operaciones de los emisores de terceros países son capaces de efectuar ventas de activos, procesar transferencias transfronterizas de fondos y mantener el acceso a los sistemas internacionales de pago. Las autoridades de supervisión deben verificar estas pruebas y, cuando esté legalmente permitido, recopilar información adicional para garantizar una vigilancia efectiva y salvaguardar la estabilidad de los sistemas de criptomonedas estables de múltiples emisores.
  9. I: las autoridades competentes, en la medida en que lo permita el marco jurídico vigente, deben tener acceso a datos fiables esenciales para la supervisión de los sistemas. Existen lagunas de datos significativas debido al uso de plataformas de fuera de la Unión y monederos autoalojados, y la no uniformidad de las prácticas de notificación dificulta aún más la vigilancia. El refuerzo del cumplimiento de las obligaciones de información y la ampliación de la presentación de información con arreglo al MiCAR serán esenciales para que la vigilancia y la gestión de riesgos sean eficaces.
  10. J: aumentar la transparencia mediante la divulgación de libros blancos de las ART y EMT de los sistemas de criptomonedas estables de múltiples emisores de terceros países. Una información completa sobre la estructura, el gobierno y la dependencia de terceros países mejorará la evaluación de los riesgos, evitará falsas afirmaciones de cumplimiento del MiCAR y reforzará la confianza del mercado. Una mayor transparencia respaldará una toma de decisiones informada y una vigilancia eficaz y reducirá el riesgo desestabilizador de los reembolsos súbitos masivos.
12Oct

La inflación, la expansión de la masa monetaria y de la deuda global explican el auge tanto del oro como del bitcoin, y recuerdan al inversor la importancia de diversificar dónde coloca su dinero.

Miguel Ángel Valero

Tanto el oro como el bitcoin marcan continuamente máximos históricos. Y la tendencia alcista parece que no tiene fin. UBP vaticina que el oro terminará 2026 en los 4.600$ la onza. Como el comportamiento del bitcoin parece moverse en sintonía con la evolución del oro —que ha superado al principal criptoactivo en lo que va de año— y al S&P 500, que también cotiza en máximos históricos, y la depreciación del dólar (-10% en lo que va de año), se avecinan nuevos récords.

Fortuna SFP: no es que el oro esté caro, es que el dinero vale cada vez menos

El fundador de Fortuna SFP, José Manuel Marín Cebrián, lo tiene claro: no es que el oro esté caro, es que el dinero vale cada vez menos. Durante siglos, el oro ha sido el termómetro del valor del dinero. Cuando los inversores corren hacia él, no es porque se haya vuelto de moda, sino porque desconfían de las monedas emitidas por los gobiernos. Hoy vemos al oro en máximos históricos. Muchos titulares lo presentan como una escalada de precios del metal, pero la realidad es otra: el problema no está en el oro, sino en el dinero fiduciario, que cada vez compra menos.

El fenómeno tiene tres motores principales: la inflación, la expansión de la masa monetaria y el endeudamiento global. Son fuerzas que erosionan el valor del dinero de forma acumulativa y que explican por qué, a lo largo del tiempo, el oro —activo que no depende de bancos centrales ni gobiernos— mantiene su poder adquisitivo.

La inflación es el aumento sostenido de los precios y, por ende, lapérdida de poder de compra de la moneda. A menudo se la llama “el impuesto silencioso”, porque reduce el valor de los ahorros sin necesidad de una ley parlamentaria. Un billete de 100€ mantiene la cifra impresa, pero hoy compra menos pan, menos gasolinay menos electricidad que hace un año. Esa erosión constante impulsa a muchos ahorradores a buscar activos que protejan su poder adquisitivo, como el oro, los bienes raíces o las acciones de empresas sólidas.

Desde la crisis financiera de 2008, los bancos centrales del mundo han aplicado políticas monetarias expansivas —bajos tipos de interés y programas de compra de activos— para estimular la economía. Con la pandemia de COVID-19 y sus secuelas, ese proceso se intensificó. Cuando la cantidad de dinero crece mucho más rápido que la producción de bienes y servicios, cada unidad monetaria tiende a valer menos. Se deprecia el dólar, el euro o el peso… y eso se refleja en el precio de todo lo que se compra con ese dinero, incluido el oro.

La tercera pata del problema es el endeudamiento. Gobiernos, empresas y familias han incrementado sus pasivos a ritmos récord. El alto endeudamiento condiciona las políticas de los bancos centrales: subir mucholos tipos de interés encarece el servicio de la deuda, pero mantenerlos bajos alimenta la inflación. Es un dilema sin solución sencilla que erosiona la confianza en las monedas tradicionales.

El oro no paga dividendos ni intereses, pero tampoco depende de la promesa de pago de ningún Estado. Su cantidad en el mundo crece lentamente —alrededor de un 1,5 %anual por la producción minera—, lo que lo convierte en una reserva de valor frente  amonedas que se multiplican a golpe de políticas monetarias.Históricamente, una onza de oro (unos 31,1 gramos) ha mantenido su poder adquisitivo a lo largo de los siglos. Por ejemplo, en tiempos del Imperio Romano, una onza de oro bastaba para comprar un traje de toga de buena calidad; hoy, sigue bastando para adquirir un traje de sastrería de gama alta. En cambio, el dólar ha perdido más del 90% de su poder adquisitivo desde 1971, cuando EE. UU. abandonó el patrón oro.

Cuando el oro “sube” en dólares, euros o yenes, en realidad está revelando la pérdidade poder de compra de esas monedas. Es un espejo que refleja la desconfianza en elsistema monetario actual.

Para el ahorrador común, el mensaje es claro: mantener todo el patrimonio en dinero fiduciario, ya sea en depósitos bancarios o en efectivo, implica una pérdida constante de poder adquisitivo. Esto no significa que todos deban lanzarse a comprar oro, pero sí invita a diversificar:

  • combinar depósitos con activos reales (oro, inmuebles, materias primas),
  • invertir en negocios productivos (acciones de empresas sólidas),
  • o incluso utilizar instrumentos financieros que protejan contra la inflación.

Los bancos centrales, por su parte, enfrentan el desafío de equilibrar la estabilidad deprecios con la sostenibilidad de la deuda pública. De ese equilibrio depende la credibilidadde las monedas.

Mirando hacia adelante: ¿estamos ante un cambio de era monetaria?El debate sobre el futuro del dinero fiduciario no es nuevo. Desde hace décadas, economistas advierten de que un sistema basado en deuda y emisión ilimitada tiene límites. Hoy, además del oro, han surgido criptomonedas y proyectos de monedas digitales de bancos centrales (CBDC) como alternativas o complementos. Sin embargo, mientras las monedas digitales sigan estando respaldadas por bancoscentrales, estarán expuestas a las mismas presiones: inflación, deuda y política monetaria.

El oro, por ahora, sigue siendo el único activo ampliamente reconocido que no depende dedecisiones humanas para preservar su valor. Decir que “el oro está caro” es quedarse en la superficie. La realidad es que el oro sirve de recordatorio de que el dinero fiduciario —el dólar, el euro, el peso— se deprecia a lo largo del tiempo.El verdadero desafío para los ciudadanos y los responsables políticos es reconstruir laconfianza en las monedas, contener la inflación y frenar la escalada de deuda. De lo contrario, los titulares sobre el “oro caro” seguirán apareciendo, cuando en realidad solo estarán contando la historia de un dinero que cada vez vale menos.

UBP: potencial alcista significativo

El último UBP Forex Outlook - Oro: Una visión más amplia eleva la previsión para el oro a 4.600 dólares por onza, un nivel que la firma anticipa se materializará hacia el cuarto trimestre de 2026. La continua diversificación de las reservas de los bancos centrales y las compras del sector privado indican que el oro tiene un potencial alcista significativo, incluso desde los niveles actuales. El oro se consolidó como un activo refugio estructural beneficiándose de los cambios más amplios en el orden monetario mundial incluida la posible pérdida de independencia de la Fed y el interés creciente de inversores institucionales y minoristas. 

"Hemos confirmado nuestra firme convicción al aumentar la asignación de oro en nuestras carteras al 10 %. Esto supera con creces las asignaciones estándar de oro (2 % - 4 %) y refleja nuestra firme convicción de que, en un orden monetario cambiante, el oro seguirá superando al oro. Observamos que la correlación del oro con la mayoría de las demás clases de activos principales es comparativamente baja, y la ruptura con las correlaciones de rendimiento real a principios de este año significa que el oro ofrece una sólida ventaja de diversificación a nuestras carteras", argumentan los expertos de UBP.

Tras los anuncios arancelarios de Trump en abril, las correlaciones entre activos se desplomaron.Los bonos soberanos no cumplieron su función de refugio seguro como los inversores habían asumido. Las crecientes dudas sobre la viabilidad de los activos refugio líquidos solo pueden beneficiar al oro, lo que significa que el oro se considerará cada vez más un soporte estructural para las carteras líquidas, en lugar de un motor cíclico. 

"Hemos identificado tres escenarios en los que sería factible una caída sustancial del oro:

  • Un período prolongado de altos rendimientos reales: Para que el oro caiga a niveles sustancialmente más bajos, creemos que la primera condición sería que los tipos de interés reales ajustados a la inflación se mantuvieran en niveles elevados (por encima del 2%) durante un período prolongado. Esto requeriría un compromiso para elevar y mantener los tipos de interés nominales por encima de la inflación durante varios años, y cualquier promesa al respecto tendría que ser creíble. Esto no parece probable a corto plazo, considerando el ciclo de recortes de tipos de la Reserva Federal y la disminución de los rendimientos de los TIPS estadounidenses a diez años.
  • Caída de la renta variable: Las caídas pronunciadas más recientes del oro se han producido durante períodos de importantes caídas en el mercado de valores (2008, 2020). Esto reflejó que los inversores en renta variable vendieron sus posiciones en oro para financiar posiciones largas en renta variable o llamadas de margen. Esto es parte de la financiación conductual estándar, y las caídas rara vez se mantienen. Normalmente, el oro recupera cualquier pérdida en un plazo de seis a doce meses.
  • Venta forzada para cubrir un déficit fiscal: Un posible catalizador para una caída del oro podría ser que un país europeo venda parte de sus reservas de oro para reducir un déficit fiscal. Creemos que cualquier movimiento en esta dirección tendría un efecto notable en los precios a corto plazo; sin embargo, el perfil general de la demanda sugiere que cualquier caída en los precios será de corta duración.

"Aumentamos nuestro pronóstico a $4,600 por onza, que esperamos alcanzar para el cuarto trimestre de 2026. El reciente impulso alcista sugiere que este objetivo podría alcanzarse antes de lo previsto", concluye.

Inviam: auge del alquiler de cahas de seguridad privadas

El oro ha alcanzado un hito sin precedentes al superar por primera vez los 4.000 dólares por onza, consolidando su posición como refugio seguro. Durante 2025, ha marcado máximos históricos, impulsado principalmente por las compras masivas de bancos centrales, la debilidad del dólar y un contexto geopolítico complejo. En lo que va de año, la revalorización ya supera el 50% y las proyecciones indican que podría cerrar su mejor ejercicio desde 1979. En este escenario, los españoles están recurriendo a la compra de oro al considerar su adquisición como una estrategia segura y rentable. Inversores y ciudadanos buscan preservar valor en tiempos de incertidumbre. Pero, ¿dónde lo guardan al adquirirlo físicamente? 

David Sacristán, CEO de Grupo Inviam, empresa española del mercado de alquiler de cajas de seguridad, con más de una década de trayectoria, explica que cada vez más personas confían en el alquiler de cajas de seguridad privadas como solución segura y accesible para proteger sus activos. A diferencia de las opciones tradicionales, estos servicios ofrecen una prestación independiente de entidades financieras, con acceso inmediato, tarifas competitivas y un amplio horario, lo que facilita a particulares y empresas mantener sus objetos de valor bajo máxima protección.

Kraken: apetito por el riesgo

Thomas Perfumo, Global Economist de Kraken, subraya que los máximos históricos del bitcoin reflejan un sentimiento generalizado de apetito por el riesgo en los mercados globales. Su comportamiento parece moverse en sintonía con otras clases de activos, siguiendo a la evolución del oro —que ha superado a bitcoin en lo que va de año— y al S&P 500, que también cotiza en máximos históricos.

Los mercados están valorando cada vez más recortes de tipos por parte de la Reserva Federal, con expectativas que ahora apuntan a al menos dos reducciones consecutivas, a pesar de que la inflación sigue siendo persistente.

Con el dólar habiendo caído aproximadamente un 10% en lo que va de año, gran parte del debate reciente se ha centrado en la llamada "apuesta por la depreciación", la idea de que los inversores están rotando hacia activos financieros como cobertura ante la pérdida de valor del dólar. Aunque este contexto sin duda favorece al bitcoin, "esta dinámica se ha mantenido durante todo el año. Por tanto, la última subida puede deberse menos a un nuevo catalizador y más a un caso de que es el precio el que está marcando la narrativa", señala.

The Trader: entender los ciclos

Cada vez es más común que los inversores incluyan en sus carteras activos que hace poco parecían “exóticos”. Lo que antes sonaba a ciencia ficción es hoy una realidad: la frontera entre los activos tradicionales (bonos, acciones, oro) y los digitales (cripto, tokenización, finanzas descentralizadas) se difumina a gran velocidad.

Las razones son claras: una inflación que no termina de desaparecer, ciclos de tipos de interés cada vez más inciertos, tensiones geopolíticas constantes y la digitalización acelerada de las finanzas. Nadie cree ya en un regreso al mundo anterior a 2020. En este escenario, diversificar no significa únicamente mover el peso entre acciones y bonos, sino también plantearse cómo encajan los activos digitales dentro de una cartera equilibrada.

Los movimientos de los grandes jugadores lo confirman. BlackRock lanzó su ETF de Bitcoin y en menos de un año superó los 85.000 millones$, una velocidad de crecimiento que recuerda al boom de los ETF de oro hace dos décadas. En paralelo, bancos centrales como el BCE o la Reserva Federal hacen pruebas piloto de bonos soberanos liquidados con dinero digital. Y la tokenización avanza imparable: desde inmuebles hasta deuda del Tesoro pueden transformarse en activos digitales, multiplicando la liquidez y cambiando la forma en que entendemos el colateral en los mercados globales.

Para los ahorradores, el impacto es evidente: más acceso, más opciones… pero también más riesgos. Productos que antes eran ilíquidos o costosos de negociar pueden estar disponibles con un clic. Al mismo tiempo, los reguladores buscan poner orden: Europa con su normativa MiCA, y EEUU con su estrategia de activos digitales.

"El debate entre lo viejo y lo nuevo pierde sentido. Lo inteligente será aprender a convivir con ambos mundos. La estabilidad ya no vendrá de repetir recetas del pasado, sino de la capacidad de adaptación. El reto será mantener la prudencia, hacer más preguntas para entender lo nuevo, y aceptar que la diversificación del futuro no solo mezcla activos distintos, sino también infraestructuras diferentes. El objetivo sigue siendo el mismo: proteger y hacer crecer el ahorro. Lo que cambia (como siempre ha ocurrido) son las herramientas que utilizamos", razona el analista Pablo Gil en The Trader.

En Merge Madrid 2025, este experto destaca que "nos encontramos en un momento crítico dentro del ciclo del mercado". Los datos históricos del bitcoin muestran que sus grandes movimientos siguen un patrón muy claro vinculado a los “halvings”, las reducciones periódicas en la recompensa por minado que ocurren aproximadamente cada cuatro años.  Si el comportamiento se repite, el techo del ciclo actual podría alcanzarse entre octubre y diciembre de 2025, seguido de una corrección cercana al 70%, que probablemente se extendería hasta finales de 2026. A partir de ahí, como ha sucedido en los ciclos anteriores, el mercado tendería a estabilizarse y prepararse para una nueva fase alcista de cara al próximo halving previsto para 2028.

Entender los ciclos es fundamental para invertir con criterio. Los halvings no son un detalle técnico: son el metrónomo, el aparato que marca el ritmo de los ciclos del mercado cripto.

"En momentos de entusiasmo generalizado, conviene recordar que la paciencia, la gestión del riesgo y el análisis técnico siguen siendo las herramientas más valiosas del inversor", advierte.

BingX : el bitcoin ya es un componente estructural del sistema

Vivien Lin, Chief Product Officer de BingX, habla de "un punto de inflexión para el ecosistema cripto". El bitcoin, impulsado por un renovado flujo institucional y la consolidación de los ETF al contado en EEUU ha dejado claro que la narrativa del activo digital ha evolucionado. Ya no se trata solo de un refugio o una apuesta especulativa: el mercado comienza a reconocer al bitcoin como un componente estructural del sistema financiero moderno. La fortaleza con la que superó resistencias históricas refleja una madurez inédita, donde las correcciones dejan de verse como amenazas para convertirse en puntos de entrada estratégicos. 

Ethereum, por su parte, continúa afianzando su papel como la columna vertebral de la infraestructura descentralizada. Aunque su ritmo de crecimiento es distinto al del bitcoin, su relevancia tecnológica y la expectativa en torno a próximas actualizaciones consolidan su posición como el espacio donde convergen innovación, finanzas y desarrollo. 

Más que competir, bitcoin y ethereum están aprendiendo a coexistir como piezas complementarias de un ecosistema cada vez más interconectado. En paralelo, el avance regulatorio en torno a las stablecoins representa un cambio profundo en la forma en que el mundo entiende el dinero digital. El reconocimiento legal de estos activos en grandes economías abre la puerta a una adopción masiva, no solo por parte de usuarios cripto, sino también de bancos y compañías financieras tradicionales. En ese sentido, las stablecoins ya no son una herramienta de nicho: se están convirtiendo en el nuevo estándar de liquidez global. DeFi y el universo altcoin también muestran signos de transformación. 

Si bien la participación minorista parece haberse moderado, el crecimiento institucional y la mejora de la gobernanza están sentando las bases para una expansión más sostenible. Lo que antes era un entorno de experimentación ahora empieza a mostrar rasgos de madurez, con proyectos más sólidos y flujos de capital más estables. El mercado, en definitiva, se dirige hacia una nueva etapa: menos dependiente de la euforia y más guiada por la convicción y la integración real en la economía global. 

En conjunto, los avances de Bitcoin, Ethereum, las stablecoins y las finanzas descentralizadas reflejan el paso definitivo de la industria cripto hacia su madurez. Lo que antes era un experimento tecnológico hoy se consolida como una fuerza estructural dentro del sistema financiero global. La confluencia entre innovación, regulación e inversión institucional está transformando la percepción del valor digital y redefiniendo la manera en que el capital fluye, se resguarda y se multiplica. En un contexto económico cada vez más digitalizado, el ecosistema cripto no solo sobrevive a la volatilidad: la convierte en el motor de su evolución y en el reflejo más claro del futuro de las finanzas.