29Oct

Los analistas creen que el Banco Central Europeo retomará el proceso de bajadas de tipos a partir del segundo semestre de 2026.

Miguel Ángel Valero

A diferencia de la Reserva Federal, que deberá bajar los tipos prácticamente a ciegas por el apagón estadístico provocado por el cierre de la Administración, como publicó Dinero Seguro, el Banco Central Europeo (BCE) afronta la reunión de su Consejo de Gobierno el jueves 30 de octubre con los deberes hechos. Sin novedad en el frente.

Ibercaja: atentos a los datos de crecimiento

Cristina Gavín, jefa de Renta Fija en Ibercaja Gestión, no espera sorpresas, el BCE mantendrá el tipo de intervención inalterado por cuarta reunión consecutiva, situándose la facilidad de depósito en el 2%. Sin actualización de cuadro macro, y sin cambios esperados en el 'discurso' se anticipa que la reunión no tendrá efectos significativos sobre los mercados.La política monetaria actual llevada a cabo por parte del Banco Central Europeo y su transmisión a la economía real parece satisfacer a los diferentes miembros del consejo. Se mantiene en cualquier caso el mensaje de que es necesario seguir monitorizando la coyuntura económica y tomar decisiones reunión a reunión en función de los datos que se vayan conociendo.

De esta manera, "aunque a día de hoy parece poco probable que asistimos a una nueva bajada en el tipo de intervención, no solo en lo que queda de este año, sino incluso de cara a la primera mitad de 2026, será necesario estar atentos a los datos de crecimiento que vayamos conociendo en la zona euro, ya que una inflación que se mantiene cerca del objetivo del 2%, y unos datos de crecimiento con riesgo claramente a la baja, podrían justificar que la autoridad monetaria retomara su senda de bajadas de cara a la segunda mitad de 2026".

Banca March: el BCE seguirá en modo pausa

"No esperamos novedades y consideramos que va a seguir en modo “pausa”. Con un crecimiento débil y una inflación ya acercándose al objetivo del 2%, la autoridad monetaria europea mantendrá en su reunión del jueves los tipos oficiales inalterados en el 2%", señalan en Banca March.

Ebury: divergencia económica entre Alemania y Francia

Tiempo de pausa y tranquilidad para el BCE. El ciclo de recortes de tipos del BCE parece haber llegado a su fin, al menos de momento, dada la solidez de la actividad empresarial y el aumento de la inflación. "Por fin hemos recibido buenas noticias en el ámbito político europeo este mes. El Gobierno francés no se ha colapsado en los últimos cinco minutos y contando, lo que supone una racha impresionante teniendo en cuenta los precedentes existentes", subrayan en Ebury. 

La zona euro también está mostrando signos de mayor dinamismo económico. El PMI de octubre sorprendió al alza, habiendo subido el índice compuesto a su nivel más alto de los últimos diecisiete meses (52,2). Esto es una muestra de gran resiliencia ante los riesgos bajistas que plantean los aranceles estadounidenses. Sin embargo, el crecimiento de la actividad empresarial no está siendo uniforme en toda la Eurozona dado que estamos observando una creciente divergencia entre el rendimiento económico de las dos principales economías del bloque: Alemania y Francia. La primera ha experimentado un fuerte repunte de la actividad empresarial y, por fin, parece estar cosechando los frutos del enorme estímulo fiscal del Gobierno. Francia, sin embargo, sigue a la zaga y se encuentra sumida en la incertidumbre política. 

Por su parte, la actividad de los servicios es sólida en la Eurozona, mientras que el sector manufacturero, que representa una parte menor de la economía, apenas se mantiene a flote. El componente de precios del informe PMI no ha mostrado cambios drásticos en el panorama inflacionario europeo. Los últimos datos oficiales del IPC armonizado tampoco reflejan grandes cambios. El aumento inesperado de la inflación subyacente, que subió al 2,4 % en septiembre, respalda la postura de mantener los tipos intactos, aunque la relajación de las presiones salariales y la reciente apreciación del euro podrían ejercer una presión a la baja sobre la inflación en los próximos meses.  

Dado que el BCE no actualizará sus previsiones macroeconómicas este mes y que los mercados consideran que no hay ninguna posibilidad de que se produzca otra bajada, los inversores centrarán toda su atención en las comunicaciones del banco. El Consejo de Gobierno reiteró en su reunión de septiembre que los tipos se encuentran "en un buen lugar", un mensaje que han repetido la presidenta Lagarde y otros altos cargos en los últimos días, y que probablemente reiterarán este jueves. "Creemos que el tono de Lagarde en la rueda de prensa será neutral, aunque es posible que se muestre más hawkish dada la mayor resiliencia económica que hemos observado recientemente. Es probable que siga mostrando confianza en la consecución del objetivo inflacionario del 2%. También podría señalar que la relajación de las presiones salariales contribuirá a que la inflación se mantenga en torno al objetivo en el horizonte de previsión. Esto respaldaría la postura de no recortar los tipos en el futuro cercano", añaden en Ebury.

"A diferencia de la Fed, creemos que es muy improbable que el BCE vuelva a bajar los tipos este año, ya que los últimos datos económicos han elevado aún más el listón para recortarlos. Los mercados están sopesando la posibilidad de un recorte en 2026, y ahora mismo los swaps asignan una probabilidad de en torno el 50 % de que se produzca una nueva rebaja a mediados del año que viene. En cualquier caso, hay pocas posibilidades reales de que se produzca un ajuste de tipos en los próximos meses, y cualquier debate al respecto parece prematuro de momento", concluyen.

Mediolanum: esperar y observar

Niall Scanlon, gestor de Carteras de Renta Fija en MIFL (Mediolanum International Funds): "Esperamos que el BCE mantenga los tipos de interés sin cambios en su reunión de octubre, en línea con las perspectivas del mercado, y que reafirme su postura actual de 'esperar y observar'. El BCE quiere mantener los tipos en los niveles actuales durante un tiempo, y dado que en esta reunión no se publicarán las nuevas previsiones económicas, no hay un catalizador que justifique un cambio significativo en el mensaje del Consejo de Gobierno del BCE".

En su última reunión de septiembre, la presidenta Christine Lagarde dejó claro que el umbral para aplicar medidas de estímulo adicionales sigue siendo alto y que el BCE se siente cómodo pasando por alto las leves desviaciones a la baja de la inflación proyectada para 2026 y 2027. Desde entonces, las declaraciones de los miembros del Consejo de Gobierno del BCE han reforzado esta visión, ya que la mayoría parece considerar que el tipo de interés actual es, en líneas generales, neutral, y que no hay necesidad urgente de realizar más ajustes por el momento. Los datos recientes han sido mixtos, pero no lo suficientemente concluyentes como para justificar un cambio en el discurso del BCE.

Sin nuevas previsiones económicas, esta reunión debería funcionar más bien como un “chequeo” para mantener el mensaje del mes pasado. "Estaremos atentos a cualquier indicio de que el BCE pueda dejar la puerta abierta a posibles recortes de tipos, así como a su valoración de los riesgos al alza o a la baja, que el mes pasado describieron como 'equilibrados', señala.

"No esperamos que esta reunión tenga un impacto relevante en el mercado, ya que el consenso apunta claramente a una pausa en los tipos. Sin embargo, de cara a las próximas semanas, creemos que los datos podrían debilitarse, a medida que el efecto de los aranceles lastra el crecimiento en los próximos trimestres. Esto, junto con las previsiones de inflación por debajo del objetivo para 2026 y 2027, podría llevar al BCE a adoptar una postura más moderada a finales de este año o comienzos del próximo, especialmente si la relajación fiscal en Alemania no se traduce rápidamente en un impulso suficiente para compensar estas preocupaciones. La reunión de diciembre debería ser más 'dinámica', ya que se presentarán las nuevas previsiones económicas actualizadas", apunta el experto de Mediolanum.

Pictet: tipo de interés terminal en el 2%

Nadia Gharbi, economista para Europa en Pictet WM: "Esperamos que el BCE mantenga su tasa de depósito bancaria sin cambios en el 2%, con enfoque dependiente de los datos, reunión a reunión. Es probable que su presidenta Lagarde reitere que el BCE está en buena situación, aunque mantiene las opciones. El tono de comunicación puede seguir neutral, sin cambios de orientación. Prevemos que sea constructivo respecto a crecimiento, de limitada preocupación respecto a las menores previsiones inflación -2,1 % en 2025; 1,7 % en 2026 y 1,9 % en 2027-. Los datos recientes han estado en línea, lo que respalda el retraso de nuevos recortes de tipos de interés. La reunión de diciembre tendrá más importancia, pues habrá previsiones para 2028. En todo caso, no vemos nuevos recortes de tipos. Una flexibilización adicional requiere un catalizador claro, como pronunciada menor inflación o fuerte deterioro de la actividad económica. De manera que nuestro escenario sigue siendo que el tipo de interés terminal del BCE sea el 2% en este ciclo".

DWS: el ciclo de recortes aún no ha terminado

Para Ulrike Kastens, Economista Senior de DWS, "no sería ninguna sorpresa que el BCE mantuviera el tipo de depósito en el 2%. Varios comentarios siguen sugiriendo que el BCE está bien posicionado. Por lo tanto, no se esperan cambios en la comunicación. La dependencia de los datos sigue siendo clave, sin ningún compromiso previo con respecto a ninguna otra vía de política monetaria. Hasta ahora, todo bien".

"Sin embargo, nos preocupa que este posicionamiento no sea sostenible en los próximos meses. Si bien la economía mostró resiliencia en el primer semestre de 2025, es probable que se produzca un estancamiento en el segundo, sobre todo porque se ha retrasado la recuperación del sector manufacturero.Los acontecimientos políticos en Francia también siguen planteando un riesgo para la economía. Además, la caída de los precios del petróleo podría provocar un incumplimiento más significativo del objetivo de inflación. Seguramente sean temas que se discutirán el jueves. Sin embargo, el posicionamiento futuro del BCE también depende de las nuevas proyecciones de crecimiento e inflación, que se publicarán en diciembre de 2025. Por primera vez, también se proporcionarán proyecciones para 2028. Teniendo en cuenta los temas mencionados anteriormente, todavía vemos la posibilidad de que el ciclo de recortes de tipos de interés del BCE aún no haya terminado".

Columbia Threadneedle: el BCE tiene margen para volver a bajar tipos

Luke Copley, gestor de carteras de renta fija de Columbia Threadneedle Investments: “Esperamos que el tipo de depósito se mantenga en el 2%, en línea con los precios actuales del mercado. Es probable que el BCE se mantenga fiel a su mensaje de adoptar un enfoque basado en datos y adopte decisiones reunión a reunión, sin comprometerse con ninguna trayectoria futura de tipos. Es posible que Francia sea un tema de conversación para el Consejo de Gobierno, pero, en última instancia, los movimientos del diferencial soberano no han sido lo suficientemente extremos como para justificar la necesidad de su herramienta anti-fragmentación: el instrumento de protección de la transmisión (TPI). La reunión de esta semana será una especie de “reunión provisional”, mientras que la reunión sobre política monetaria del 18 de diciembre será más sustancial, ya que se actualizarán las proyecciones macroeconómicas sobre el mercado laboral, abarcando - por primera vez - hasta 2028”.

“De cara al próximo año, es probable que la puerta esté más abierta a otra bajada que a una subida. Las previsiones consensuadas de inflación apuntan a que el IPC de la zona euro se situará por debajo del objetivo en el primer semestre de 2026 debido a los efectos de base, impulsados principalmente por la energía. Si esto se produce junto con un entorno interno o externo más débil, o un euro más fuerte, en el segundo semestre de 2026 los precios podrían bajar aún más, momento en el que el BCE tendría margen para volver a recortar los tipos de interés oficiales”.

28Oct

El cierre de gobierno y la falta de visibilidad sobre datos importantes en diversas áreas económicas hace que las predicciones sean más susceptibles que nunca de variar de forma relevante, por lo que el escenario que se dibuja de cara a la reunión de diciembre es todavía muy incierto.

Miguel Ángel Valero

La Fed lleva mucho tiempo diciendo que sus decisiones se basan en los datos. Como el Cholo Simeone en el Atlético de Madrid, quiere ir partido a partido. El problema es que el cierre de la Administración, que ya va camino de su segundo mes, le deja sin datos, ya que los organismos estadísticos no pueden trabajar. Por eso quizás el titular de esta noticia debería ser Recorte a ciegas.

Ibercaja: lo importante son las pistas sobre la reunión de diciembre

Cristina Gavín Moreno, jefa de Renta Fija en Ibercaja Gestión, cree que la reunión de la Reserva Federal del miércoles 29 de octubre se anticipa como una mera formalidad, donde la bajada de 25 puntos básicos (pb) se da más que por descontada, especialmente tras las declaraciones de Powell en las últimas semanas. De esta manera, el tipo de intervención se situará en el rango 3,75%-4%

"La clave en esta reunión será el mensaje que transmita la Fed en materia tanto de crecimiento como de inflación, que nos de pistas sobre lo que podemos esperar de cara a la reunión de diciembre. El mercado, a día de hoy, da por hecho que el proceso de reducción de tipos continuará e incluso se acelerará, anticipando una bajada de 50 pb. A pesar de la debilidad en el empleo, los datos de precios desde luego no justifican una bajada de dicha cuantía y sería más lógico continuar con una senda menos agresiva en la reducción de tipos y finalizar el año en el rango 3.50%-3.75%", apunta.

El cierre de gobierno y la falta de visibilidad sobre datos importantes en diversas áreas económicas hace que las predicciones sean más susceptibles que nunca de variar de forma relevante, por lo que el escenario que se dibuja de cara a diciembre es todavía muy incierto.

"El fin del proceso de restricción cuantitativa (QT) y el tamaño optimo de balance de la Fed son elementos de discusión adicionales que están sobre la mesa y en los que esta reunión puede arrojar algo más de luz", subraya.

Banca March: final del proceso de reducción de balance

Los expertos de Banca March ponen el foco de atención en la previsible finalización del proceso de reducción de balance de la Fed (Quantitative Tightening, QT). Este proceso, iniciado en 2022, ya ha rebajado el tamaño del balance sobre el PIB en 26 puntos, y el debate sobre su posible finalización coincide con dos factores importantes: por una parte, en las últimas semanas han resurgido ciertas tensiones en los tipos de interés del mercado monetario y, por otro lado, las reservas bancarias depositadas en la Fed oscilan ya cerca de los 3 billones$, lo que representa un 10% del PIB, un nivel que ha sido apuntado por miembros de la Fed como adecuado para dar por finalizado este proceso de reducción de activos en el balance.

Por tanto, esta reunión de la Fed "marcará un paso más en la senda prevista y que llevará a que la política monetaria estadounidense abandone el terreno restrictivo: a doce meses vista consideramos que los tipos oficiales se rebajarán hasta un intervalo entre el 3%-3,25%, que se consideraría como una política monetaria 'neutral'. A ello se unirá que antes del final de este ejercicio veremos también confirmado el final del proceso de retirada de liquidez (QT)".

Ebury: no hay una visión clara del estado de la economía

Se espera de manera generalizada que la Reserva Federal vuelva a recortar los tipos a pesar del cierre del Gobierno. "Creemos que Powell insinuará la posibilidad de que lleve a cabo otra reducción de tipos en diciembre, en línea con el gráfico de puntos del FOMC. Sin embargo, existe una considerable incertidumbre sobre la trayectoria de tipos más allá de diciembre. La inflación estadounidense sigue muy por encima del objetivo y seguimos sin tener una visión clara del estado de la economía dado el cierre del Gobierno federal".

Pictet: otro recorte en diciembre y dos más en el primer semestre de 2026

Xiao Cui, economista para EEUU en Pictet WM, vaticina unos tipos entre el 3% y el 3,25% al finalizar el primer semestre de 2026. El presidente de la Reserva Federal ha señalado recientemente que las perspectivas de empleo e inflación no han cambiado mucho desde la reunión de septiembre, pero que han aumentado los riesgos para el empleo. Por el último dato de inflación IPC de septiembre, ésta aumentó una décima, hasta el 3% interanual. La subyacente, sin elementos más volátiles de alimentos no elaborados y energía, se recortó una décima, hasta 3% interanual, lo que debe aliviar preocupaciones sobre la inflación.

"A pesar de la falta de datos por cierre del Gobierno en EE. UU. esperamos que la Reserva Federal recorte tipos de interés en 0,25% esta semana. La medida ha sido telegrafiada y descontada. Es previsible otro recorte en diciembre y dos más a lo largo del primer semestre de 2026, para un tipo terminal de 3% a 3,25%", apunta.

Sin nuevos pronósticos económicos o proyecciones, el mercado se va a centrar en la orientación de política monetaria y reducción del balance. De hecho, un anuncio de fin de la reducción del su balance es más probable. Las tensiones en el mercado de financiación sugieren que las reservas bancarias están en niveles altos o cerca. Powell ya ha indicado que el ajuste cuantitativo puede terminar los próximos meses y que la Reserva Federal planea "detener la reducción de su balance cuando las reservas bancarias estén algo por encima de un nivel consistente con condiciones de amplias reservas". 

"Esperábamos un anuncio al respecto para diciembre, pero dadas las tensiones del mercado monetario, puede optar por poner fin al ajuste cuantitativo esta semana y evitar una tensión como en septiembre de 2019, cuando hubo volatilidad en los tipos de interés a un día. Su enfoque más probable es detener los reembolsos mensuales de deuda del Tesoro y dejar que venzan sus tenencias de deuda respaldada por hipotecas, con opción de reinvertir esos cupones en Letras del Tesoro y mantener el tamaño del balance más o menos estable. A medio plazo, la composición de su balance es cuestión abierta", añade. El gobernador Waller ha argumentado a favor de mantener aproximadamente la mitad de la cartera en Letras del Tesoro frente a 5 % actualmente.

DWS: "esta vez, sin datos"

Christian Scherrmann, Economista jefe de DWS para EEUU, coincide con sus colegas en que la comunicación que recibimos de la Reserva Federal, antes de la reunión del FOMC de octubre, sugiere que la falta de datos disponibles no impedirá que vuelva a bajar los tipos en 25 pb. "Algo que parece extraño, teniendo en cuenta que vamos a ciegas debido a la ausencia de nuevos datos oficiales, provocada por el cierre del gobierno. Sin embargo, es razonable suponer que las condiciones del mercado laboral no han cambiado significativamente desde el mes pasado", argumenta.

El despido de miles de empleados gubernamentales, junto con los posibles efectos en cadena del cierre en el sector privado, respalda la idea de que los riesgos para el empleo aún superan los riesgos para la inflación. Si bien, el panorama completo de la inflación sigue sin estar claro, es probable que las empresas sigan siendo reacias a trasladar los posibles mayores costos derivados de los aranceles directamente a los consumidores. 

Además, las renovadas preocupaciones sobre la salud del sistema financiero, derivadas de la debilidad de ciertos sectores crediticios, podrían brindar apoyo final para una reducción de 25 pb de las tasas de interés y el fin del ajuste cuantitativo. Hasta ahora, todo va bien y los mercados parecen bien posicionados en términos de expectativas para la próxima reunión.

"Sin embargo, más allá de la reunión de octubre, no sería prudente caer en la complacencia. Si bien otro recorte en diciembre está en línea con el gráfico de puntos actual, la media de los miembros predice este resultado sólo de manera limitada. No todos están a favor de reducciones rápidas y algunos han expresado preocupación por posibles presiones inflacionarias. Si la disputa política en Washington se resuelve para entonces, tal vez datos oficiales confiables nos recuerden que la inflación sigue significativamente por encima de la meta. Además, la causa fundamental del estancamiento político en Washington podría afectar a la política monetaria. Los hogares pronto podrían enfrentar costos de atención médica significativamente más altos, lo que podría generar mayores expectativas de inflación y un menor consumo. Estas incertidumbres, por no mencionar la actual incertidumbre respecto de los aranceles, probablemente impidan que los banqueros centrales asuman demasiados compromisos, como fue el caso en la reunión de septiembre. Es probable que los banqueros centrales sigan dependiendo de los datos, pero esta vez sin ellos", avisa.

UBP: el inversor busca orientación

Por su parte, la última Perspectiva Semanal de UBP La resiliencia regresa a los mercados apunta que datos macroeconómicos resilientes, la inflación más moderada y los sólidos resultados empresariales han ayudado a la recuperación de los mercados globales; la renta variable ha alcanzado nuevos máximos y los bonos han seguido ganando terreno. "Las expectativas de nuevos recortes de tipos por parte de la Fed han respaldado el sentimiento del mercado", mientras el dólar se ha fortalecido ante la debilidad del yen japonés y la consolidación del oro.

"Aunque los resultados y los datos son positivos, la valoración elevada y la incertidumbre política hacen que la atención de los inversores se centre en las próximas reuniones de los bancos centrales en busca de orientación", advierte.

24Oct

La inmigración neta a EEUU puede ser negativa por primera vez desde la década de los 60, cuando la generación de los baby boomers se está jubilando. Al que a largo plazo puede limitar el crecimiento de la economía.

Miguel Ángel Valero

Xiao Cui, economista para EEUU en Pictet WM, destaca que la economía estadounidense experimenta una paradoja: su mercado laboral muestra signos de debilidad pero el crecimiento de su PIB sigue siendo resistente. Se trata de una economía en forma de “K”, con una brecha cada vez mayor en ingresos y riqueza entre grupos demográficos e industrias, en caminos divergentes, unos prosperando y en crecimiento y otros estancados o decreciendo.

Efectivamente, los ingresos laborales, que suponen el 70% de la renta personal disponible en EE. UU., se han desacelerado desde principios de año.  Sin embargo el consumo, a pesar de su vínculo tradicional con el mercado laboral, se ha mantenido inesperadamente resistente, probablemente por la divergencia entre grupos de ingresos más altos y bajos. 

Al menos el 20% de los hogares consume el 40 % del total y ha podido mantener sus niveles de consumo, mientras que los grupos de bajos ingresos muestran signos de estrés financiero y debilidad laboral.

El aumento de aranceles, la Ley “Grande y Hermosa” One Big Beautiful Bill (la reforma fiscal de Trump), una acumulación desigual de la riqueza, políticas de inmigración restrictivas, y el auge de la inteligencia artificial (IA), ayudan a explicarlo. Así, el aumento de aranceles perjudica a todos, pero particularmente a los grupos de bajos ingresos, que tienden a gastar una mayor parte de su renta disponible en bienes importados. Además, el aumento salarial en hogares de ingresos bajos, que sistemáticamente había superado al de altos ingresos, se ha desacelerado significativamente.

La Ley “Grande y Hermosa” también contribuye a esta divergencia. En 2026 es probable que todas las cohortes de ingresos se vean beneficiados, pero los grupos de altos ingresos lo harán de manera desproporcionada. Y para la próxima década, según la Oficina de Presupuesto del Congreso y Yale Budget Lab, esta Ley generará desventajas para el quintil de ingresos inferiores, mientras que beneficiará a los grupos de ingresos medios y altos.

Además, el repunte de los mercados de valores desde el "Día de la Liberación" ha beneficiado desproporcionadamente a los más ricos, pues el 20% de los hogares posee el 87% de estas inversiones.  Sin embargo, no se ha dado una apreciación significativa de los bienes inmuebles, a lo que los hogares de ingresos medios tienen mayor exposición.

A ello se añade que el aumento de las deportaciones, limitación de cruces fronterizos no autorizados y un clima menos acogedor para los extranjeros hacen que la inmigración neta disminuya significativamente.  La última estimación de la Oficina de Presupuesto del Congreso indica que está camino de reducirse a 0,4 millones de personas este año frente a un promedio de tres millones los últimos dos años y 0,7 millones en la primera Administración Trump.  Algunos expertos incluso predicen que la inmigración neta puede llegar ser negativa por primera vez desde la década de los 60, cuando la generación de los 'baby boomers' se está jubilando. 

Como disminuye la población activa la tasa de desempleo, actualmente en el 4,3%, sigue siendo históricamente baja. En todo caso, los inmigrantes son trabajadores y consumidores y su participación en la fuerza laboral es mayor que la de las personas nacidas en el país, aunque tienden a gastar menos por persona, sobre todo los recién llegados.  Así que el impacto de las restricciones a la inmigración en la demanda interna puede no ser inmediato. De todas formas, a largo plazo puede limitar el crecimiento de la economía.

Por su parte el desarrollo de la IA ha tenido, hasta ahora, un impacto más visible en el crecimiento que en el mercado laboral.  La inversión en equipos, chips y dispositivos, infraestructuras, centros de datos y energía, propiedad intelectual, aplicaciones e I+D, ha supuesto aproximadamente dos tercios del crecimiento del PIB real el primer semestre este año.  Sin embargo, probablemente exagera la verdadera contribución de la IA, pues la mayoría de estos bienes de inversión fueron importados y a principios de año hubo anticipación de compras en previsión del aumento de aranceles. En todo caso, hay pocas pruebas de que la IA esté afectando significativamente al crecimiento del empleo.  

La mayor parte de la desaceleración laboral se debe a las restrictivas políticas de inmigración e incertidumbre ante el aumento de los aranceles.  Aunque la proporción de empleo tecnológico en relación con el general ha disminuido desde noviembre de 2022, lo que puede estar relacionado con la adopción de IA, también se trata de una corrección tras la excesiva contratación durante la pandemia.

De momento los planes de contratación están en pausa, sin que haya signos de despidos masivos. Las empresas han sabido gestionar los costes, aunque es probable que el aumento de aranceles acabe transfiriéndose a los consumidores. Estos pueden seguir gastando, aunque a menor ritmo ante un menor crecimiento de la renta disponible y desaceleración del efecto riqueza. En un escenario alcista los hogares de bajos ingresos se recuperarán a medida que el estímulo fiscal entre en vigor la primera mitad de 2026, con aumento de la productividad por IA y recuperación de la vivienda. "Anticipamos desaceleración hacia finales de año, si bien seguida de recuperación cíclica a principios del próximo", concluye el experto de Pictet.

The Trader: la Fed prioriza el empleo y la liquidez a la inflación

Por otra parte, la Reserva Federal parece estar cambiando de prioridades. Pese a que la inflación vuelve a alejarse del objetivo del 2%, Jerome Powell ha dejado entrever que el final del programa de reducción del balance (el llamado Quantitative Tightening, QT) está más cerca de lo previsto. El motivo no es tanto la evolución de los precios como el creciente riesgo de que el sistema financiero se quede sin la liquidez mínima necesaria para funcionar con normalidad.

El mercado laboral, que hasta hace poco se mostraba sorprendentemente sólido, también empieza a mostrar grietas. Tanto las contrataciones como las renuncias voluntarias (dos indicadores adelantados clave) llevan meses cayendo, situándose en niveles que no se veían desde hace años. Los datos de la Reserva Federal de Nueva York muestran una economía que no destruye empleo, pero que tampoco lo crea con el mismo impulso. Menos rotación laboral significa menos confianza y, en última instancia, menos dinamismo económico.

A este enfriamiento silencioso se suma un problema más técnico, pero igual de preocupante: la caída del nivel de liquidez en el sistema financiero. El indicador más claro es el “reverse repo facility”, un instrumento que la Fed usa para absorber exceso de efectivo de los mercados a corto plazo. Durante los últimos dos años, los saldos de esta facilidad han caído desde más de 2,5 billones$ a poco más de 300.000 millones. Ese descenso refleja que la liquidez sobrante se ha agotado. Si el QT continuara al mismo ritmo, podría empujar a los bancos y fondos monetarios a una situación de tensión similar a la que en 2019 obligó a la Fed a intervenir de urgencia en el mercado de repos. Por eso Powell ha abierto la puerta a frenar la reducción del balance. No porque la inflación esté controlada, sino porque la estabilidad del sistema financiero empieza a ser más urgente que el control de los precios. La historia reciente demuestra que cuando la liquidez se seca, los mercados se tensan, el crédito se encarece y la economía real sufre.

"La paradoja es evidente: la Fed se ve forzada a virar hacia políticas más laxas justo cuando los precios al consumo repuntan y el mercado laboral aún no se ha deteriorado del todo. Powell sabe que seguir drenando dólares podría ser más peligroso que tolerar una inflación ligeramente más alta", subraya el analista Pablo Gil en The Trader

En definitiva, el mensaje entre líneas es claro: la prioridad ya no es doblegar la inflación, sino evitar un nuevo pico de tensión en el sistema financiero. La Reserva Federal empieza a mirar más los indicadores de liquidez que los de precios. Y aunque esa nueva etapa de política más laxa probablemente sea celebrada por los inversores, lo será por las razones equivocadas: no porque se haya controlado la inflación, sino porque el riesgo de quedarse sin oxígeno financiero es demasiado alto.

Además, el escenario de tipos hipotecarios más bajos y moderada subida de los precios inmobiliarios impulsaron la venta de viviendas. La venta de viviendas de segunda mano subió un 1,5% intermensual en septiembre, en línea con lo esperado, hasta un total anualizado de 4,06 millones de unidades, máximos de siete meses. 

Aranceles: duro con Canadá, suave con China

Mientras tanto, Trump zanja las negociaciones comerciales con Canadá, ofendido por una campaña publicitaria que critica su plan de aranceles. El anuncio en cuestión, financiado por el gobierno de Ontario, busca generar conciencia entre los votantes republicanos sobre los perjuicios económicos de las políticas arancelarias. Para ello, utiliza fragmentos de un discurso de 1987 del presidente de EEUU Ronald Reagan –también republicano y ya fallecido– para criticar los aranceles, destacando sus efectos negativos sobre la innovación, los precios y los trabajadores estadounidenses. El anuncio se ha emitido en algunas de las principales cadenas de comunicación como Fox, NBC y Bloomberg, entre otras. 

Trump respondió a través de redes sociales defendiendo que los aranceles son “muy importantes para la seguridad nacional” y acusó a Canadá de manipular el mensaje de Reagan, motivo por el cual dio por terminadas las conversaciones. 

Actualmente, Canadá es el tercer mayor socio comercial de EE. UU. en importaciones, y ya afronta un arancel del 35% sobre productos no contemplados bajo el tratado de libre comercio USMCA, además de gravámenes específicos como el 25% a los automóviles y el 50% al acero, aluminio y cobre. 

Por el contrario, las conversaciones en materia arancelaria con China continuarán adelante, tras confirmarse que la próxima reunión tendrá lugar el próximo jueves 30 de octubre en la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico. A pesar de las tensiones comerciales, Trump ha adoptado un tono más conciliador, reconociendo que los aranceles del 100%, con los que él mismo había amenazado recientemente, “no son sostenibles” y expresando su deseo de alcanzar “un buen acuerdo”.  A ello se unieron las declaraciones en las que afirmaba que “todos vamos a estar muy contentos”. 

La última reunión presencial entre Trump y el presidente chino Xi Jinping tuvo lugar en 2019, durante el primer mandato del líder estadounidense. Este nuevo encuentro se producirá apenas unos días antes de expirar la actual tregua comercial entre Washington y Pekín el 10 de noviembre. 

01Oct

El oro vuelve a marcar máximos en una jornada en la que un tercio de los empleados públicos no irán al trabajo. Los menores ingresos supondrán una reducción de su capacidad de consumo.

Miguel Ángel Valero

Tras intensas negociaciones, los republicanos no han logrado persuadir a los demócratas, lo que ha desencadenado un nuevo cierre del Gobierno en EEUU. El impacto económico dependerá en gran medida de la duración del cierre. La afección más inmediata se reflejará en las horas no trabajadas y en la pérdida de ingresos de los empleados públicos, lo que reducirá su capacidad de consumo. No obstante, si el cierre se prolonga, podrían comenzar a manifestarse efectos de segunda ronda. 

Aunque los salarios no cobrados serán pagados una vez resuelta la situación, algunos servicios nunca serán prestados o consumidos haciendo que el impacto económico sea permanente a medida que se alargue la situación. Las primeras estimaciones indican que aproximadamente un tercio de los empleados federales no acudirá hoy a trabajar, lo que representa un impacto menor en comparación con a anteriores cierres en las que dejaron de trabajar un 40 % de los empleados federales.

Las negociaciones continuarán, aunque ahora se ha entrado en la fase de atribución de responsabilidades. La votación acabó 55 a favor frente a 45 en contra, por lo que quedan 5 senadores por convencer, uno de ellos el republicano Rand Paul, de Kentucky. Las exigencias demócratas incluyen la extensión de los subsidios a los seguros médicos —Affordable Care Act— y la eliminación de ciertos recortes a las ayudas sanitarias aprobadas en la reciente reforma fiscal.

Por el momento, la reacción de los mercados es moderada, descontando un escenario similar al de anteriores cierres, en los que la duración fue breve y el impacto económico limitado. Los futuros de las Bolsas estadounidenses retroceden ligeramente, los bonos se mantienen estables, el tipo de cambio euro-dólar se debilita, aunque permanece por debajo del 1,18 EUR/USD, y el gran beneficiado hasta ahora es el oro, que vuelve a marcar máximos. En episodios anteriores, el efecto sobre los activos de riesgo fue muy limitado y, tras una volatilidad inicial, la confianza se recuperó, cerrando en promedio con resultados positivos dos meses después.

Las Bolsas están más preocupadas por el debilitamiento de la confianza del consumidor y por lo datos de empleo que por el cierre de la Administración, el primero que sufre Trump en su segundo mandato como presidente de EEUU (en 2018, durante su primer mandato, tuvo que afrontar el que sería el mayor de la historia del país, 34 días, con un impacto de dos décimas de PIB, como ya contó Dinero Seguro).

Escasos movimientos en la renta fija ante un cierre de Gobierno prácticamente descontado por el mercado. Después de 7 años del último cierre parcial –12 desde el último total– los bonos se mantienen sin grandes cambios, con la TIR del 10 años estadounidense elevándose apenas un punto básico (pb) hasta situarse en 4,15%. El cierre de la Administración no hará más que añadir incertidumbre el panorama actual, respaldando la postura de cautela respecto a la duración de las inversiones en renta fija. 

Siguiendo el patrón habitual, se instaura el ánimo vendedor en el dólar tras el cierre. El cruce euro-dólar se eleva un 0,2%, hasta los 1,176 EUR/USD.

Se extienden las ventas en el petróleo a medida que los inversores siguen digiriendo el impacto del posible incremento en la producción de la OPEP y el fin del conflicto armado en Gaza. De esta manera, las preocupaciones ante un posible exceso de oferta –1,6 millones de barriles diarios para 2026 según la EIA– siguen penalizando a la cotización. Con todo esto, la referencia Brent ya acumula una caída del 5,7% en lo que va de semana al situarse en 66,2 $/barril. 

En el extremo contrario, el oro mantiene su avance tras el cierre de Gobierno en Estados Unidos. Aupado por la incertidumbre actual, acumula una subida del 2,7% en la semana, hasta los 3.860$/onza.

Mientras, la confianza de los consumidores bajó más de lo esperado al retroceder en septiembre hasta 94,2 desde el 97,8 anterior y por debajo del 96 previsto. Con esta caída, la confianza se sitúa en mínimos desde abril tras el Liberation Day. Además, este descenso vino tanto por el lado de las expectativas al bajar hasta 73,4 desde el 74,7 anterior, como de la situación actual que retrocedió hasta 125,4 desde el 132,4 previo. 

En cambio, el mercado laboral sigue enviando señales de fortaleza del mercado laboral, con las vacantes sin cubrir repuntando ligeramente y situándose en 7,23 millones de personas frente a 7,21 millones previos, un dato que además se revisó al alza. La ratio de vacantes/desempleados se sitúa en niveles de 0,98x, aún por encima del 0,93x promedio previo a la pandemia. 

Los despidos bajaron en el mes hasta 1,72 millones, de manera que la tasa sigue estable en niveles muy reducidos del 1,1%. Esto confirma que EEUU atraviesa un periodo de menor creación de empleo, pero con los despidos contenidos. 

Pictet: la prolongación perjudicará a la Bolsa

El Gobierno de EEUU ha cerrado este 1 de octubre tras un Congreso dividido que no ha aprobado un proyecto de ley de gasto para el año fiscal 2026. Así que las agencias federales han suspendido sus funciones no esenciales, afectando a cientos de miles de trabajadores. Con ello, la actividad del Gobierno de EEUU se detiene de manera indefinida, excepto funciones esenciales como pagos de la seguridad social y el servicio médico Medicaid, operaciones militares, control del tráfico aéreo y en general la aplicación de la ley. Los empleados federales suspendidos, generalmente 40% de la fuerza laboral federal, recibirá sus pagos atrasados cuando finalice el cierre.

Aunque Republicanos y Demócratas discuten un proyecto a corto plazo que mantiene los niveles de gasto hasta el 21 de noviembre, los Demócratas se oponen a un proyecto provisional. Quieren que los Republicanos extiendan los créditos fiscales de Obamacare y deroguen los recortes al programa de atención médica Medicaid de la “Ley Grande y Hermosa”, One Big Beautiful Bill. El caso es que la Casa Blanca puede usar el cierre para despedir a empleados en proyectos no están alineados con las prioridades de la actual administración, afectando a la actividad económico a corto plazo.

De momento en Pictet WM esperan una respuesta moderada del mercado. Históricamente, los cierres del Gobierno de EEUU han tenido poco impacto en la renta variable, pues tienden a ser de corto plazo. "Esperamos un resultado similar, a menos que se prolongue o pudiera tener un efecto significativo en el techo de la deuda. Pero este cierre no está relacionado con el techo de la deuda, cuyo pago continuará con normalidad", argumentan sus expertos.

En los últimos 30 años, el Gobierno de EEUU ha experimentado cinco cierres, de hasta 34 días. Han reducido el crecimiento del PIB en aproximadamente una o dos décimas por semana. El último cierre, en 2018, durante la primera administración de Trump, duró aproximadamente un mes y afectó a la producción económica en 11.000 millones$, incluyendo 3.000 millones que nunca se recuperaron, según la Oficina de Presupuesto del Congreso.

No está claro cuánto tiempo persistirá este cierre. Puede afectar a los datos de la Oficina de Estadísticas Laborales, incluyendo el informe de septiembre que se publica este 3 de octubre y el índice de precios al consumo el 15 de octubre. Otros informes económicos pueden retrasarse, incluyendo el de la Oficina del Censo y la Oficina de Análisis Económico, clave para las deliberaciones de la Reserva Federal ante su próxima reunión del 28 y 29 de octubre, donde esperamos reduzca sus tipos de interés en 0,25 %.

De todas formas, un estancamiento prolongado puede afectar negativamente a la renta variable y añadir atractivo a los activos reales, como metales preciosos, bienes inmuebles e infraestructuras. Además, un cierre prolongado puede presionar más a la baja el tipo de cambio del dólar, contribuyendo a su tendencia de debilidad estructural. Por otra parte, puede reducir las rentabilidades a vencimiento de los bonos del Tesoro a diez años, por impacto negativo en el crecimiento económico y aumento de flujos de inversión hacia este activo refugio. El aumento de la volatilidad puede hacer que se amplíen los diferenciales de rentabilidad a vencimiento de la deuda empresarial respecto a los bonos del Tesoro.