Miguel Ángel Valero
José Manuel Marín Cebrián, fundador de Fortuna SFP, destaca que en un entorno global de inflación persistente, tensiones geopolíticas y cuestionamientos al sistema monetario basado en el dólar, el oro se consolida no solo como un refugio tradicional, sino como un activo estratégico de poder. Los protagonistas de esta acumulación masiva no son especuladores de corto plazo, sino Estados soberanos y bancos centrales que están redefiniendo el mapa monetario mundial.
China lidera las compras de oro, tanto para sus reservas nacionales como para atender a la fuerte demanda privada de su población. El Banco Popular de China lleva años incrementando sus tenencias de oro como parte de una estrategia deliberada para reducir la dependencia del dólar y dar mayor respaldo al yuan. Para Pekín, el oro no es solo un activo seguro: es una herramienta de soberanía financiera. La creciente presencia de China en los intercambios bilaterales con liquidación en monedas locales ha aumentado el atractivo de un respaldo tangible para el yuan. En el plano doméstico, la clase media china considera el oro un símbolo de estabilidad y prosperidad, lo que impulsa las compras minoristas de joyería y lingotes.
India mantiene su puesto como segundo mayor consumidor mundial de oro. Históricamente, el metal precioso está profundamente arraigado en la cultura india como reserva de valor familiar, pero en los últimos años el país ha dado pasos hacia la financiarización del oro a través de bonos respaldados por el metal y esquemas oficiales de ahorro en oro. El creciente poder adquisitivo de la clase media y los factores estacionales—como la demanda para bodas y festividades— generan un flujo constante de compras, independientemente de las oscilaciones de precio.
Entre los países desarrollados, Polonia ha emergido como uno de los compradores más agresivos. El Banco Nacional de Polonia ha incrementado de forma sistemática sus reservas de oro, considerándolo un activo de seguridad estratégica frente a los riesgos geopolíticos de Europa Oriental y a la volatilidad de las divisas. Su objetivo declarado es elevar el oro a un porcentaje significativamente mayor de sus reservas internacionales, alineándose con la tendencia global de los bancos centrales hacia el metal.
Turquía presenta un caso particular: es un comprador histórico y culturalmente arraigado en el oro, pero sus adquisiciones tienden a ser cíclicas. El colapso de la lira turca y la elevada inflación han llevado tanto al banco central como a los particulares a refugiarse en el oro. Sin embargo, en períodos de necesidad de liquidez, Ankara no ha dudado en vender parte de sus reservas, aportando volatilidad al mercado.
Las compras de oro responden a tres motivaciones principales:
El factor decisivo es el regreso de los bancos centrales como grandes compradores netos, una tendencia que no se veía con tal intensidad desde la década de 1960.
En los últimos años, los bancos centrales han sido compradores récord, sumando más de1.000 toneladas anuales en algunos periodos recientes. Esta demanda institucional coincide con:
El oro no es una moda, es un cambio estructural. No se trata de una especulación pasajera, la dinámica actual es cualitativamente distinta:
"El oro ya no es solo un refugio frente a la incertidumbre, es el nuevo patrón silencioso que sustenta la confianza de potencias emergentes y países que buscan autonomía financiera. Mientras los bancos centrales continúen acumulándolo y la oferta permanezca restringida, el metal precioso tiene un camino plausible hacia máximos históricos que sorprenderán a los más incrédulos", concluye el experto de Fortuna SFP.
The Trader
Aunque todo el mundo está hablando de la espectacular subida del oro, lo cierto es que la plata lo está haciendo incluso mejor este año, con una revalorización superior al 70%. En las últimas semanas, su cotización ha superado los 51$ por onza, impulsada por un auténtico 'short squeeze' histórico en el mercado de Londres, donde la escasez de metal físico ha disparado los precios hasta niveles no vistos desde 1980.
En una posición corta como la que mantenían muchos especuladores contra la plata, el inversor vende algo que no posee, normalmente pidiéndolo prestado, con la intención de recomprarlo más barato después. Pero si el precio sube, las pérdidas pueden ser potencialmente ilimitadas, lo que obliga a los bajistas a recomprar rápidamente para frenar el daño. Esa ola de compras forzadas hace que el precio suba aún más, generando un efecto en cadena.
En el caso de la plata, ese 'short squeeze' en Londres se produjo por una combinación explosiva:
La falta de liquidez ha alcanzado tal punto que ha llevado a algunos operadores a fletar vuelos transatlánticos para trasladar lingotes desde Nueva York y aprovechar las primas récord en el mercado londinense, algo muy inusual que normalmente solo ocurre con el oro.
En paralelo, los factores geopolíticos también han contribuido a este rally. Las tensiones comerciales entre EEUU y China, la amenaza de nuevos aranceles y la incertidumbre política han impulsado la demanda de metales refugio. Además, el Departamento de Comercio estadounidense está revisando la posible inclusión de la plata en la lista de minerales críticos dentro de la investigación de la Sección 232, lo que ha incrementado la preocupación por nuevas restricciones o gravámenes que agraven la escasez.
El mercado de la plata es unas nueve veces más pequeño y mucho menos líquido que el del oro. Eso hace que cualquier desequilibrio entre oferta y demanda se amplifique, y sin el respaldo de compras por parte de bancos centrales (como sí ocurre con el oro), el movimiento puede ser extremadamente volátil: tanto al alza como a la baja.
Desde el punto de vista técnico, la plata está intentando dejar atrás los máximos históricos de 2011 y 1979 en el entorno de los 50$ la onza. Al mismo tiempo, la ratio oro/plata, que ha mantenido una tendencia alcista (favorable al oro) desde 2011, comienza a romper esa directriz. "Es evidente que la plata se encuentra en un momento decisivo: o consolida la ruptura de estos niveles clave, abriendo la puerta a un movimiento hacia cotas mucho más ambiciosas, o bien rechaza esta zona de techos y entra en una fase correctiva significativa", subraya el analista Pablo Gil en The Trader.
DWS
La posición única de la plata como metal precioso e industrial probablemente haya contribuido a su rendimiento en 2025, con un aumento de los precios del 78% en lo que va de año y alcanzando un máximo histórico de 53,55$ en la jornada del 14 de octubre. Este rendimiento, superior al del oro, que ha subido un 58%, refleja los fundamentos distintivos de la oferta y la demanda del metal y sus características de doble uso.
En 2024, el uso industrial representó aproximadamente el 58% de la demanda de plata, con un aumento del consumo en energía fotovoltaica, electrificación, turbinas eólicas, electrónica de alta gama, vehículos eléctricos y chips para inteligencia artificial (IA). Este crecimiento estructural en las aplicaciones industriales distingue a la plata de los metales puramente monetarios, lo que podría contribuir a una base de demanda más resistente.
Sin embargo, el verdadero cambio radica en cómo la escasez está remodelando el mercado. Los tipos de interés de los préstamos en los principales núcleos de la plata apuntan a una reducción de la oferta del metal físico. Incluso con una demanda moderada por parte de algunos sectores, las perspectivas parecen limitadas. El mercado de la plata se encuentra en su quinto año consecutivo de déficit, y se prevé que en 2025 se produzca un déficit de alrededor de 118 millones de onzas. La producción minera sigue siendo limitada, ya que la mayor parte de la plata se produce como subproducto de otros metales, lo que limita la elasticidad de la oferta. El reciclaje ha aumentado un 24%, pero esto es insuficiente para cubrir el déficit.
Mientras tanto, la correlación inversa histórica de la plata con el dólar estadounidense y las expectativas de tipos de interés puede añadir otro impulso. A medida que los bancos centrales se inclinan hacia la flexibilización monetaria, la plata ha tendido históricamente a obtener mejores resultados, especialmente cuando la inflación erosiona el valor real de los rendimientos nominales.
Los recientes avances en la inversión minorista subrayan aún más el creciente atractivo de la plata. La demanda de plata física por parte de los consumidores ha aumentado, y algunas casas de la moneda han registrado ventas mensuales récord y notables compras combinadas de monedas de oro y plata. El consumo mundial de lingotes y monedas alcanzó el año pasado alrededor de 1.186 toneladas, aproximadamente una cuarta parte de la demanda mundial, y ha mostrado un crecimiento continuo según los datos del Consejo Mundial del Oro (WGC).
"Los metales preciosos siguen acumulando activos. En lo que va de año, la plata ha superado al oro por un amplio margen. Al igual que el paladio, la plata tiene un fuerte uso industrial y puede beneficiarse del sentimiento positivo hacia los metales industriales", señala Darwei Kung, director de Materias Primas y Recursos Naturales de DWS.
Mientras la plata navega entre su necesidad industrial y su atractivo monetario, la trayectoria del metal probablemente dependerá de si se alivian las restricciones de suministro o si la demanda industrial continúa su expansión estructural.