12 Nov
12Nov

Miguel Ángel Valero

La industria química es un sector con una alta dependencia de los precios de la energía, así como de los cambios en las políticas comerciales. Estos factores van a suponer un lastre para su crecimiento en 2025 y 2026, que apenas alcanzará un 2,1% a nivel global. En el caso de Europa, se prevé una estabilización de la producción con un crecimiento residual del 0,2% este año y del 0,4% en 2026.

Un estudio de Crédito y Caución analiza las causas de esta ralentización en el mercado europeo. Por una parte, el aumento estructural de los costes energéticos sigue siendo un reto clave para los productores, ya que se espera que los precios del gas se mantengan por encima de los niveles anteriores a la crisis de forma indefinida. El aumento de los precios debilitará la competitividad a largo plazo frente a EEUU y China, sus principales rivales.

Por otra parte, los nuevos aranceles estadounidenses podrían desviar más exportaciones chinas hacia Europa, reduciendo la demanda de productos europeos fabricados con productos químicos locales. A este hecho se añade la previsión de que China incremente sustancialmente la producción química dejando en el mercado mundial un exceso de oferta que repercutirá en los precios y en la competitividad de las empresas europeas.

Por último, la industria química es esencial para otros sectores como la automoción, fuertemente afectada por los nuevos aranceles, en especial, en mercados como Alemania en los que es uno de los principales pilares de su economía.  El efecto negativo de las tarifas arancelarias sobre la industria automovilística está perjudicando, en concreto, al subsector de pinturas y barnices.

El informe de Crédito y Caución también identifica como uno de los principales retos del sector los requerimientos normativos en materia de sostenibilidad. Las empresas se enfrentan a importantes inversiones en descarbonización y optimización de la sostenibilidad para cumplir las regulaciones destinadas a reducir el impacto medioambiental y mejorar las normas de seguridad.
En definitiva, se trata de un sector afectado por factores tanto directos como indirectos. Su fuerte dependencia de las materias primas derivadas del petróleo y del gas, así como de la producción industrial, que lo deja expuesto al efecto de los aranceles, son sus principales debilidades.En los próximos años, la región Asia-Pacífico seguirá siendo el principal motor del crecimiento del sector químico, seguido por Estados Unidos, que se beneficia del suministro de gas de esquisto.

Reino Unido rechaza aportar dinero al fondo de defensa conjunto de la UE

Por otra parte, Reino Unido rechaza la propuesta de la Unión Europea de aportar 6.750 millones€ para acceder al fondo de defensa conjunto. El programa Security Action for Europe (SAFE) es un plan de préstamos de 150.000 millones, respaldados por el presupuesto de la UE, destinado a financiar infraestructura y armamento militar. Para ello, al menos el 65% de los bienes adquiridos deben proceder de la UE, Noruega, Islandia, Liechtenstein, Suiza o Ucrania. 

Además de los Estados miembros, el plan permite la participación de países terceros interesados, como Canadá, Corea del Sur o Turquía. 

En el caso de Reino Unido, el Gobierno ha calificado las aportaciones solicitadas de “irrazonables y desproporcionadas”. Con la fecha límite del 30 de noviembre para que los Estados miembros presenten sus primeras propuestas de proyectos SAFE, el tiempo para alcanzar un compromiso se agota..

Anthony Willis, Senior Economist de Columbia Threadneedle Investments, señala que el Banco de Inglaterra adoptó la semana pasada un tono más acomodaticio, lo que sugiere posibles recortes de tipos en el futuro. "Es probable que la institución gane confianza una vez conozca el contenido del próximo presupuesto británico, especialmente en materia de política fiscal y proyecciones de crecimiento, para determinar el margen disponible para recortar tipos", argumenta.

Aunque la inflación británica se mantiene por encima del objetivo, comienzan a predominar fuerzas desinflacionarias. Esto debería favorecer una moderación de los precios, y si los próximos datos confirman esa tendencia, el Banco de Inglaterra podría sentirse respaldado para efectuar un recorte en diciembre.

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