Miguel Ángel Valero
A un día de cerrar 2025, toca hacer balance de cómo se han comportado las economías y qué podemos esperar para el próximo ejercicio. En el caso de Europa, y tras la última reunión del BCE en la que mantuvo los tipos al 2%, el equipo de análisis de Natixis CIB cree que, a pesar de las incertidumbres que aún prevalecen, parece probable que se mantenga durante un período prolongado una política monetaria sin cambios. “En ausencia de perturbaciones económicas adversas sustanciales, ahora no esperamos cambios en los tipos oficiales durante todo el año 2026”, adelantan.
Según se desprende del informe, “el ligero aumento del optimismo sobre el crecimiento económico y las perspectivas de inflación en las nuevas proyecciones del BCE sugiere que podría mantener sin cambios su postura de política monetaria durante todo el año 2026”.
No obstante, Natixis CIB enumera varios acontecimientos que pueden provocar riesgos para la inflación. En primer lugar, la probabilidad de que una resolución pacífica entre Ucrania y Rusia reduzca los precios de la energía a corto plazo, pero proporcione un crecimiento adicional a medio plazo para la reconstrucción de Ucrania. En segundo lugar, una escalada de la guerra comercial con EEUU puede tener dos efectos desinflacionistas: una disminución de las exportaciones de la zona del euro a EEUU mayor de lo que previsto actualmente, y un desvío de los productos chinos baratos de los Estados Unidos hacia la zona del euro. Y en tercer lugar, el aumento de la volatilidad de los mercados refleja en parte la incertidumbre de los inversores sobre la futura trayectoria de los tipos de interés en EEUU debido a una menor independencia de la Reserva Federal, lo que implica un euro más fuerte frente al dólar.
Precisamente, Natixis CIB analiza en el informe la composición del FOMC en 2026, la probable dirección de los tipos de interés, las posibilidades para el próximo presidente de la Fed y otros acontecimientos importantes que podrían configurar las políticas de la Reserva Federal en el próximo año.
Eurizon: El impacto de la geopolítica será modesto
La atención de los inversores se centra en la publicación de los datos macroeconómicos de EEUU tras el cierre de Gobierno más prolongado de su historia. La atención se centra principalmente en el mercado laboral, tras la desaceleración registrada en el verano, en contraposición a la resiliencia del consumo y la inversión.
La Fed, tras recortar los tipos de interés en septiembre, octubre y diciembre, debería ralentizar el ciclo bajista a principios de 2026, considerando que se está alcanzando el tipo objetivo neutral del 3%.
En la Eurozona, el crecimiento se ha estabilizado tras la fase volátil relacionada con la guerra comercial desatada por Trump. Las expectativas para 2026 apuntan a un crecimiento sostenido, impulsado por el consumo, así como por los planes de gasto en defensa e infraestructuras. El BCE mantiene la postura a la espera, con los tipos alineados con el nivel de inflación y un impacto neutral en la política monetaria.
En China, el crecimiento en 2025 va camino de alcanzar el objetivo del 5% establecido para el año. En el primer trimestre del próximo año se fijará el objetivo de crecimiento para 2026, que probablemente volverá al 5%, aunque no se puede descartar una ligera reducción al 4,5%.El impacto de los acontecimientos geopolíticos sigue siendo modesto, con el precio del petróleo estable en el entorno de los 60$ por barril.