04Dec

Columbia Threadneedle ve en 2026 especialmente favorable para la renta fija gracias a un ciclo generalizado de bajada de tipos. UBS recomienda bonos de calidad tanto públicos como corporativos.

Miguel Ángel Valero

Las Bolsas aguantan el pulso a unos decepcionantes datos de empleo privado en EEUU y a nuevas dudas sobre IA y sobre ventas de las tecnológicas, haciendo valer una guerra comercial en retroceso, una política monetaria menos restrictiva y unos beneficios empresariales crecientes. La destrucción de empleo privado publicado por ADP (-32.000, frente a -47.000 en el mes previo), cuando se aspiraba a una ligera creación en noviembre (+10.000) da al mercado una mayor seguridad de que la Fed recortará el precio oficial del dinero el próximo miércoles 10 de diciembre. Estos confirman que en el último trimestre del año las empresas están frenando las contrataciones. 

Más positivos fueron los datos de confianza de los empresarios de los servicios, con el ISM servicios superando las previsiones al repuntar dos décimas hasta el 52,6 y superando el 52 previsto. Con este repunte, la confianza alcanzó máximos desde febrero. Además, de la mejora del indicador agregado, también fueron alentadores las lecturas de los componentes, dado que el subíndice de empleo subió siete décimas hasta el 48,9 y sobre todo porque los nuevos pedidos escalaron ocho décimas hasta 52,9 apuntando a que las perspectivas de actividad están acelerándose.

Se siguen conociendo estadísticas atrasadas por el cierre del Gobierno. La producción industrial de septiembre creció un 0,1% mensual, pero se revisó a la baja el dato del mes previo, que mostró ahora una contracción del -0,3% mensual. En conjunto, la cifra muestra que en el tercer trimestre la actividad industrial estadounidense siguió debilitada y que la utilización de la capacidad productiva del sector bajó hasta 75,9%, manteniéndose así por debajo del promedio de los últimos 25 años (76,8%).

Además, informaciones sobre una reducción de los objetivos de crecimiento de Microsoft en ventas al no lograr sus equipos comerciales las ventas previstas en productos de IA castigaron su cotización. El desmentido de Microsoft no oculta la creciente preocupación del mercado sobre una adopción de IA más lenta de lo esperado, con solo una pequeña parte de los proyectos avanzando más allá de la fase piloto. La presión aumenta para estas empresas, obligadas a demostrar que sus enormes inversiones en IA se traducirán en ingresos sostenibles.

Microsoft mantiene crecimientos sólidos en Azure y anticipa restricciones de capacidad hasta mediados de 2026 debido a la fuerte demanda. La compañía se mantiene como uno de los principales beneficiarios de la infraestructura de IA, aunque la implementación más lenta y los problemas del lado del cliente incrementan la cautela y alimentan comparaciones con burbujas tecnológicas previas. Frente a la burbuja de comienzos del año 2000, las empresas tienen hoy fundamentos financieros sólidos, generan ingresos reales y la tecnología está integrada en la economía, a diferencia de muchas empresas de entonces que carecían de rentabilidad y claros modelos de negocio.

Columbia Threadneedle: entorno especialmente favorable a la renta fija

Por su parte, Columbia Threadneedle Investments ve en 2026 un escenario de crecimiento global moderado, con un entorno especialmente favorable para la renta fija gracias a un ciclo generalizado de bajada de tipos, y a un contexto constructivo para la renta variable impulsado por la mejora de beneficios y el avance de la inteligencia artificial. 

2026 será un año de crecimiento global moderado pero resistente - entre el 2,5% y el 3% - impulsado por el consumo, la inversión tecnológica y políticas fiscales más expansivas, aunque condicionado por el impacto persistente de los aranceles sobre los precios y las cadenas de suministro. Las economías desarrolladas crecerán en torno al 1,5%, frente al 4% previsto para los países emergentes, favorecidos por un dólar más débil y condiciones financieras más flexibles. A escala global, la inflación mostrará un panorama fragmentado y seguirá moderándose hasta el 2,9% en el G20, aunque persistirán riesgos derivados de las tensiones comerciales y los costes energéticos.

En EEUU, la inversión en inteligencia artificial seguirá sosteniendo la actividad pese a un mercado laboral menos dinámico y una inflación cercana al 3%, que llevará a la Reserva Federal a bajadas graduales de tipos. Europa se beneficiará de mejores condiciones de financiación y estímulos en infraestructuras, con una inflación próxima al 2% y un crecimiento cercano al 1%. Asia mostrará un ritmo desigual, con China desacelerando hacia el 4,4% e India consolidándose como el principal motor regional.

Para Rubén García Páez, director general para Iberia y Latam, “2026 será un año de resiliencia con riesgos, donde la gestión activa y la diversificación serán esenciales para capturar oportunidades. En este contexto, los inversores deben pensar en tres dimensiones: entre clases de activos (renta variable, renta fija y alternativos); regiones (EEUU, Europa y mercados emergentes); y temáticas (como inteligencia artificial, resiliencia fiscal o transición energética)”

6Columbia Threadneedle proyecta que 2026 será un año favorable para la renta fija, aunque no exento de riesgos. Si bien la Fed ha iniciado en 2025 un ciclo de recortes preventivos, el mercado descuenta una bajada de tipos mucho más profunda - de hasta 175 puntos básicos (pb) entre 2025 y 2026 -, una expectativa que podría no cumplirse y que abre oportunidades para los inversores. En su escenario base, la gestora sitúa los rendimientos del Tesoro a 10 años en torno al 4% y el crédito con grado de inversión cerca del 5%, lo que configura una propuesta de valor atractiva en un entorno de inflación moderándose hacia el 3%.

La firma identifica focos claros de oportunidad: préstamos al consumo; valores respaldados por hipotecas de agencias como alternativa más interesante al crédito corporativo; necesidades de financiación derivadas del despliegue de infraestructuras de inteligencia artificial y los bonos de mercados como Japón, Francia o Australia, además de oportunidades selectivas en deuda emergente. Columbia Threadneedle ve recorrido en los préstamos apalancados como extensión del universo high yield.

Roman Gaiser, de Renta Fija para EMEA, añade: “En un entorno marcado por la dispersión crediticia, el posible enfriamiento del mercado laboral y el impacto retardado de los aranceles, apostamos por duración, rentabilidad y una diversificación disciplinada como claves para capear la volatilidad y capturar oportunidades en renta fija”

Columbia Threadneedle mantiene una visión constructiva para la renta variable en 2026 y pronostica un mayor abanico de oportunidades para la inversión selectiva y diversificada, apoyada por una política monetaria más relajada, el impulso de la inteligencia artificial y la expansión fiscal en Europa, junto con las reformas estructurales en Japón. En EEUU, la gestora prevé que los beneficios empresariales vuelvan a ser un motor esencial del mercado, con un crecimiento robusto y ganancias de un dígito alto.

Nicolas Janvier, director de Renta Variable Norteamericana, lo explica: “Las compañías estadounidenses han demostrado una notable capacidad para adaptarse a aranceles más altos y a un entorno más exigente, y esa resiliencia será un pilar fundamental en 2026”.

La tendencia a la baja de los tipos de interés y la ampliación de inventarios deberían favorecer a sectores que han atravesado años más complejos, mientras que Europa y Japón podrán avanzar al ritmo de EEUU, con un conjunto más amplio de sectores - incluidos defensa y financiero -capaces de generar valor. A pesar de los riesgos a medio plazo, como la fragmentación política o el elevado endeudamiento público, Columbia Threadneedle ve poco probable una corrección significativa en los valores ligados a la inteligencia artificial, pese a sus valoraciones elevadas, gracias a la combinación de tipos más bajos y un crecimiento de beneficios previsto de cara a 2026.

UBS: se refuerzan las expectativas de recortes de la Fed

Los datos de EEUU refuerzan las expectativas de recortes de la Fed. El mercado da ahora casi un 90% de probabilidad a un recorte de 25 puntos básicos (pb) por parte de la Reserva Federal en su próxima reunión, frente al 25% de hace menos de dos semanas.

"Los datos recientes de empleo e inflación en EE. UU. siguen respaldando nuestra visión de que la Fed se mantiene en camino de realizar dos recortes adicionales antes de que termine el primer trimestre de 2026. Esto apoya nuestra preferencia por bonos de calidad dentro de una estrategia orientada a asegurar ingresos diversificados", señalan en la entidad:

  • Los datos del mercado laboral estadounidense continúan reforzando el argumento para una mayor relajación, mientras que la inflación no debería frenar estos recortes.
  • El consenso sobre la Fed sigue apuntando a un proceso de flexibilización prudente, y el nombramiento de un nuevo presidente no debería alterar de forma significativa esta perspectiva.
  • La probabilidad de un entorno de represión financiera respalda nuestra visión de que los rendimientos de la deuda pública pueden seguir bajando.

Mark Haefele, Chief Investment Officer en UBS Global Wealth Management, afirma: “Somos positivos respecto a los bonos de calidad, en concreto la deuda pública de alta calidad y los bonos corporativos con grado de inversión. Creemos que los bonos de calidad con duración media (entre cuatro y siete años) pueden ofrecer rentabilidades de un dígito medio gracias a la combinación de cupones y ganancias de capital conforme la Fed recorta los tipos. Según nuestras previsiones, los rendimientos de los bonos superarán a los de la liquidez, especialmente en escenarios adversos en los que los precios de los bonos suben a medida que caen las expectativas de tipos. Consideramos que los bonos de calidad deben formar parte de una estrategia más amplia para asegurar fuentes de ingresos diversificadas”.

03Dec

El auge de los centros de datos en España no es solo una tendencia tecnológica: es un movimiento estructural que afecta a la economía, el empleo y la soberanía digital.

Miguel Ángel Valero

La economía española atraviesa un momento de notable dinamismo, destaca el Observatorio Sectorial de CaixaBank Research. Superados los efectos de la pandemia y la crisis energética, se encuentra en una fase expansiva sólida, caracterizada por un crecimiento equilibrado y ampliamente distribuido entre sectores. Este avance se ha producido a pesar del complejo contexto internacional, marcado por las tensiones geopolíticas, un entorno comercial más proteccionista, la moderación de la demanda externa y la persistencia de ciertos cuellos de botella en las cadenas globales de suministro. Frente a estos desafíos, la economía española ha mostrado una notable resiliencia, apoyada en la fortaleza de la demanda interna, la bajada de los tipos de interés, la mejora del mercado laboral y el despliegue de los fondos europeos. 

De los 22 sectores analizados, 16 se encuentran en fase expansiva en 2025, frente a solo dos en 2023. La industria lidera este impulso, especialmente la extractiva, química, farmacéutica y el refino, que han sabido adaptarse con agilidad a los desafíos de la transición energética y digital, registrando importantes avances en productividad y consolidando su papel como motor del crecimiento. 

De cara a 2025 y 2026, el crecimiento del PIB previsto (+2,9% y +2,1%, según las previsiones de CaixaBank Research) presenta un patrón transversal y resiliente, con una marcada homogeneidad sectorial que contrasta con ciclos anteriores y que sugiere una economía menos vulnerable a perturbaciones específicas. La construcción, las actividades profesionales, las TIC y la industria farmacéutica se perfilan como los sectores más dinámicos, mientras que otros como el turismo, la industria manufacturera en su conjunto y el comercio avanzan en línea con el promedio. Incluso sectores tradicionalmente más débiles, como el primario o la industria textil, muestran crecimientos positivos, aunque más moderados. 

Margen de mejora en productividad

Por otra parte, la reforma laboral de 2021 ha reducido drásticamente la temporalidad, de forma generalizada entre sectores, lo cual debería favorecer una mayor estabilidad laboral, la consiguiente inversión en capital humano y sentar las bases para un incremento de la productividad. Si bien el crecimiento del PIB por hora trabajada ha sido positivo, la productividad por ocupado apenas ha avanzado, lo que evidencia que aún queda margen de mejora y que el reto sigue siendo consolidar un modelo productivo más eficiente. 

La industria manufacturera española ha crecido al mismo ritmo que el conjunto del PIB, rompiendo con dos décadas de pérdida de peso relativo. En parte, este punto de inflexión se explica por una nueva ventaja competitiva: los costes energéticos en España han aumentado menos que en otras grandes economías europeas, gracias a la menor dependencia del gas ruso y al mayor peso de las energías renovables. Esta ventaja ha sido especialmente relevante para las ramas industriales intensivas en energía (como la química, la papelera o la metalúrgica, que han resistido mejor los shocks recientes). 

"En definitiva, la economía española no solo crece, sino que lo hace de forma equilibrada, con un mercado laboral más sólido, una industria revitalizada y una notable resiliencia frente a los desafíos globales. El reto es ahora transformar este ciclo expansivo en una senda de crecimiento sostenible, basada en la innovación, la mejora del capital humano y la eficiencia empresarial", concluyen los expertos de CaixaBank Research.

Los centros de datos crecerán hasta el 35% anual 

Por otra parte, España vive una expansión imparable del tejido de centros de datos instalado en su territorio; impulsada por la irrupción de la inteligencia artificial, la nube y el Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés). Según los expertos, la potencia instalada podría haberse sextuplicado en dos años, alcanzando los cerca de 600 MW a comienzos de año y plasmando un crecimiento cercano al 275%; lo que refleja un importante incremento de los centros de datos habilitados en España. 

Esta tendencia seguirá agudizándose, al estimar que la necesidad de centros de datos crecerá a un ritmo del 25–35% anual hasta 2030. Este incremento viene de la mano de una mayor demanda de tecnología en todos los ámbitos de nuestra vida: los centros de datos sostienen la infraestructura crítica que da vida a servicios que usamos a diario como la mayor parte de telefonía móvil, el email, streaming, transacciones bancarias, IA… y garantiza su funcionamiento correcto y velocidad. 

Esta evolución se enmarca en una revolución silenciosa que está redefiniendo la arquitectura tecnológica del país. Madrid concentra ya más del 60% de la potencia operativa de centros de datos y se ha consolidado como uno de los hubs digitales más relevantes del sur de Europa. 

Según el informe anual de DoubleTrade España, en 2024 se convocaron 16.682 licitaciones TIC (un 3 % más que en 2023) con un volumen económico que roza los 11.749 millones de euros, evidenciando un dinamismo sostenido a pesar del contexto de ajuste presupuestario. 

En este pleno auge de los centros de datos en España, esta semana se ha anunciado la puesta en marcha del macroproyecto tecnológico más ambicioso de Extremadura: Nostrum Data Centers y la multinacional Aecom han firmado el acuerdo para la construcción del que será el mayor centro de datos del sur de Europa, y se ubicará en Badajoz. El proyecto, denominado Nostrum Evergreen, supera los 1.900 millones€ de inversión y aspira a convertirse en una de las infraestructuras digitales más avanzadas de España y un referente tecnológico en Europa. 

El informe subraya la importancia del sector como columna vertebral de la transformación digital. Madrid lideró la inversión pública en tecnología con 4.652 millones€, seguida de Andalucía (1.486 millones€) y Cataluña (1.167 millones€). ALos fondos europeos Next Generation han sido un catalizador: las administraciones están ejecutando el Plan de Digitalización 2021-2025, abriendo el camino para modernizar servicios y procesos ciudadanos.

“Estamos viendo un desplazamiento del foco tecnológico hacia modelos híbridos, donde el sector público se apoya en la industria privada para la promoción de nuevos y mejores centros de datos. Esto genera importantes oportunidades de negocio para todas aquellas empresas que tienen su foco de actividad en el desarrollo de esta infraestructura y es clave que sepan anticiparse a las necesidades de cada licitación para aprovechar la ola de oportunidades”, destaca Xavier Piccinini, director general de DoubleTrade España. 

Debido a la vital importancia de esta infraestructura, el sector privado ha redoblado su apuesta. Gigantes como Amazon esperan realizar inversiones de 15.700 millones€ en Aragón, mientras que en Cantabria se está desarrollando un macrocentro de datos de 500 MW con una inversión de 3.600 millones. Microsoft, Meta o Google también han reforzado su presencia en la Península, atraídos por la ubicación estratégica, la conectividad de cable submarino y la disponibilidad energética. 

“El atractivo de España es evidente: buenas conexiones, estabilidad regulatoria y creciente inversión pública. Debido a ello, nos hemos convertido en uno de los grandes centros de interconectividad del sur de Europa”, explica Piccinini. 

El sector público destinó importantes recursos a infraestructura digital: según DoubleTrade, en 2024 se alcanzaron los 139 000 millones€ en licitaciones públicas, con un crecimiento del 10,6%, reflejo de la apuesta estatal por la digitalización. 

Además de ser un foco de desarrollo económico para España, estos centros de datos también suponen un desafío energético: un solo centro de datos puede consumir más de 100 MW, superando el gasto energético de miles de hogares juntos. Además, la demanda de potencia podría llegar a duplicarse antes de 2030. 

El auge de los centros de datos en España no es solo una tendencia tecnológica: es un movimiento estructural que afecta a la economía, el empleo y la soberanía digital. Con un marco de licitación pública cada vez más activo y un interés privado creciente, el país se posiciona como epicentro de la transformación digital europea.

Iberinform: la industria extractiva tarda 124 días en pagar

Los plazos de pago de las empresas registraron en 2024, una reducción de un día hasta situarse en los 79 días, de acuerdo con el seguimiento sobre los plazos de pago en la empresa española realizado por Iberinform. Se trata del valor más bajo desde que el 2010 la legislación sobre plazos de pagos comerciales impulsó la limitación a los 60 días naturales a contar desde la fecha de recepción de las mercancías o prestación de los servicios. A lo largo de este periodo, los plazos de pago en España se han mantenido lejos del horizonte que trata de impulsar la legislación española y europea, en una horquilla que va de los 94 días de 2017 a los 79 actuales.

La fijación de los plazos comerciales es el resultado de millones de acuerdos entre empresas en la compraventa de sus productos y servicios a lo largo de la cadena de valor. En general, toda empresa trata de reducir los plazos de cobro a sus clientes y ampliar los plazos de pago a sus proveedores para incrementar su partida de tesorería y reducir sus necesidades operativas de financiación externa. 

Los plazos de pago en las relaciones comerciales entre empresas se han reducido de forma generalizada en la mayoría de los segmentos empresariales durante 2024. Se registra una caída de un día entre las grandes empresas, que son las que presentan los plazos más prolongados. Las medianas y las pequeñas empresas también registran una reducción de un día en sus plazos de pago. La microempresa es el único caso donde se observa una mayor reducción con 2 días menos y se sitúa en los mismos plazos que la pequeña empresa (78). Las medianas se sitúan en 83 días y las grandes, por segundo año consecutivo, se encuentran por debajo de los cien días. 

Ninguno de los sectores productivos logra situarse por debajo de los 60 días. Los plazos de pago en el sector primario se sitúan en 97 días. En los distintos sectores industriales los plazos de pago muestran una amplia horquilla. Los peores se registran en la industria extractiva (124 días), seguida del sector primario (97), electrónica y TIC y textil (86). Solo se sitúan por debajo de la media alimentación (77) y consumo duradero (76). La mayor reducción se registra en automoción y electrónica y TIC (4 días).

Entre los servicios, los peores plazos de pago se producen en servicios financieros (110), energía (106 días), Inmobiliario (95) y servicios a empresa (91). Se sitúan por debajo de la media comercio al por mayor y venta de TIC y electrónica (78), alojamiento (74), comercio al por menor (73), comercio de automoción (65), sanidad (59) y restauración (56). Las mayores reducciones se registran en comercio de automoción (-7), sanidad y transporte (-3) y alojamiento (-2).

Por comunidades autónomas, la evolución del comportamiento en pagos depende de diversos condicionantes entre los que cabe citar, principalmente, dos: los matices en la cultura de pagos o la composición sectorial. La horquilla supone 24 días adicionales de crédito comercial. Las regiones que presentan plazos de pago por debajo de la media  son: Canarias, Asturias, Cataluña, Cantabria, Aragón, Galicia, Navarra, Ceuta y Baleares. En el otro extremo, por encima de la media, se sitúan Melilla, Andalucía, Murcia, Madrid, Extremadura, Castilla-La Mancha, País Vasco, La Rioja y Castilla y León. Todas las comunidades y ciudades autónomas vuelven a situarse por debajo de los cien días. Solo Melilla y Cantabria registran empeoramientos de los plazos de pago.

03Dec

La inteligencia artificial autónoma y la computación cuántica favorecerán las actividades de los ciberdelincuentes, pero también la resiliencia digital de las organizaciones.

Miguel Ángel Valero

Check Point contabiliza 85 grupos activos de ransomware, "récord histórico" según Eusebio Nieva, director técnico para España y Portugal; 1.592 nuevas víctimas (+25% anual) en el tercer trimestre de 2025. Disminuye la concentración, del 71% de peso del Top-10 se baja al 56%, con 47 grupos con más de una decena de víctimas.

Destacan Qlin, con 75 víctimas al mes y un enfoque financiero agresivo; el resurgimiento de Lockbit 5.0, primando la calidad sobre la cantidad. En ese período han nacido 14 marcas, entre ellas Warlock y The Gentleman.

Los sectores más atacados son las fábricas (10%), los servicios (otro 10%, sobre todo para captar datos de clientes), y la salud (8%). EEUU supone la mitad de los ciberataques, y Corea del Sur entra en el Top10 por Qlin. Alemania es el campo de Dragon Force, que analiza los datos que captura para maximizar la extorsión.

Pero el protagonista es la IA, y su uso para ciberataques como WormGPT, OrionGPT, y HackerGPT, en ChatGPT, y sobre todo el uso de Anthropic en la primera incursión orquestada mediante inteligencia artificial y sin intervención humana.

El lado positivo es la defensa mediante IA, pero las herramientas automáticas fallan frecuentemente por los cambios constantes en las tácticas. Las nuevas versiones son más rápidas de lo que los investigadores pueden analizar manualmente. La defensa en algunos casos necesita intervención humana.

Nieva destaca otras defensas, como la detección y prevención avanzada, basada en la identificación de anomalías de comportamiento; la automatización de respuesta frente a incidentes, con revocación de credenciales y aislamiento de los endpoints (puntos de conexión o extremos en sistemas informáticos, con dos usos principales: dispositivos conectados a una red y URL específicas en API para recibir solicitudes de datos) comprometidos; mejorar la precisión y la prevención para reducir falsos positivos y negativos, ajustar políticas y anticipar campañas.

El director técnico de Check Point alerta de la IA como cebo, con extensiones de Chrome imitando herramientas de inteligencia artificial, y web falsas. También la utilización de Youtube como cebo: un ataque logró 128 millones$ aprovechando los errores de redondeo en los contratos.

12 predicciones de ciberseguridad para 2026

Check Point presenta una docena de "predicciones clave en ciberseguridad para 2026":

  1. La era de la IA agentiva: los sistemas autónomos asumen el control operativo. La IA pasará de asistir a actuar. Los agentes autónomos gestionarán presupuestos, optimizarán líneas de producción, tomarán decisiones logísticas, y ejecutarán tareas críticas sin intervención humana directa. Ante el riesgo de una autonomía sin supervisión, las organizaciones necesitarán barreras protectoras ('guardrails'), auditorías continuas, y trazabilidad completa de cada decisión automatizada.
  2. Web 4.0: la computación espacial, la realidad extendida y los 'gemelos digitales' permitirán modelar ciudades, plantas industriales o campus corporativos en tiempo real.
  3. La IA, núcleo estratégico de la ciberseguridad. No solo acelerará la detección , sino que coordinará la toma de decisiones dentro de los equipos de seguridad. Las organizaciones deberán integrar modelos de IA bajo una estrategia unificada que garantice coherencia, reducción de tiempos de respuesta, y automatización gobernada.
  4. La suplantación mediante voz, video y chat impulsados por IA alcanzará niveles nunca vistos. Una llamada falsificada podrá autorizar pagos o solicitar accesos privilegiados. La autenticidad técnica ya no será suficiente: las empresas deberán validar comportamiento, contexto, y patrones de interacción.
  5. Los ciberdelincuentes manipularán contenido, documentos o bases de datos para alterar el comportamiento de un modelo de IA. La integridad del ciclo de vida de los modelos será crítica: gobernanza, datos trazables, validación en tiempo real, y red teaming continuo (CART por sus siglas en inglés, simulación de ciberataques reales de forma automatizada y constante para validar la resiliencia de las defensas).
  6. Uso responsable de la IA: tras dos años de adopción intensiva, muchas empresas descubrirán sistemas sin gobernanza, fugas. Será el año en que surjan marcos formales de auditoría, transparencia y robustez para evaluar IA en entornos corporativos.
  7. Endurecimiento de la regulación: NIS2, AI Act o las reglas de divulgación de incidentes de la SEC exigirán resiliencia demostrable y continua. El cumplimiento dejará de ser anual, se impondrá la monitorización automatizada, las políticas legibles por máquina, y el análisis de riesgo en tiempo real.
  8. La criptografía actual ya no basta: aunque los ordenadores cuánticos capaces de romper cifrados aún están en desarrollo, los ciberdelincuentes ya emplean la estrategia 'harvest now, decrypt later' (cosecha ahora, descifra después). Las organizaciones deberán inventariar su criptografía, adoptar algoritmos poscuánticos.
  9. Extorsión basada en filtraciones: los ciberdelincuentes abandonarán el cifrado para centrarse en la extorsión basada en filtraciones, presión mediática, y manipulación regulatoria. Las organizaciones necesitarán planes de respuesta que integren estrategia legal, comunicación, y verificación rápida de la información robada.
  10. La dependencia de proveedores, API, servicios cloud, convertirá cada conexión en un posible vector de ciberataque. La automatización basará el riesgo en IA capaz de analizar relaciones, dependencias, y cumplimiento en tiempo real, pero también amplificará los impactos de cualquier brecha. La visibilidad deberá extenderse al cuarto nivel, los proveedores de tus proveedores
  11. Los dispositivos como routers, cámaras, Internet de las Cosas, serán objetivos prioritarios. Se explotará la IA para lanzar ataques de ingeniería social totalmente adaptativos, capaces de imitar estilos, voces y patrones digitales. Será necesario un análisis continuo del comportamiento.
  12. A medida que los agentes y los navegadores basados en IA consuman más información externa, cualquier contenido (un documento, un informe de proveedor, incluso un anuncio) podrá contener instrucciones ocultas destinadas a manipular al sistema. Los flujos de información de los modelos deberán protegerse mediante filtrado, control de origen, y validación persistente.

La Gran Convergencia: innovación y riesgo avanzan en paralelo

La combinación de IA agentiva, la Web 4.0, la computación cuántica, la automatización masiva y los ecosistemas hiperconectados transformará por completo la resiliencia digital. Esa convergencia será más evidente en:

  • infraestructuras crítica, que dependerán de modelos predictivos y gemelos digitales
  • cadenas de suministro autónomas: logística y manufactura incorporarán IA autoajustable
  • resiliencia sistémica: continuidad y prevención deberán integrarse en cada capa operativa

"La unión entre IA, cuántica e infraestructuras inmersivas obliga a repensar la ciberseguridad desde la base. La prevención , la gobernanza, y la transparencia serán esenciales para mantener la resiliencia", subraya Eusebio Nieva.

En ese sentido, Check Point ofrece cuatro principio fundamentales para reforzar la resiliencia digita de una organización:

  • prevención primero: anticipar y bloquear los ciberataques antes de que se produzcan
  • seguridad IA-first: uso responsable de la IA para adelantarse a amenazas autónomas cada vez más sofisticadas
  • protección del tejido conectivo: tratar cada dispositivo, flujo de datos, y servicio en la nube como parte de un mismo ecosistema interdependiente.
  • plataforma abierta: unificar visibilidad, análisis y control en toda la organización para reducir silos y mejorar la toma de decisiones.

También propone seis acciones prioritarias en 2026:

  • crear un consejo de gobernanza de IA que supervise la adopción de sistemas autónomos
  • lanzar un piloto de gemelo digital en un área crítica del negocio
  • iniciar un inventario crioptográfico poscuántico alineado con los estándares NIST (National Institute of Standards and Technology, de EEUU)
  • adoptar soluciones de seguridad predictiva impulsadas por IA capaces de anticipar y prevenir ciberataques
  • implantar la evaluación continua de proveedores mediante análisis automatizado del riesgo
  • formar a los equipos para una colaboración eficaz entre personas y sistemas inteligentes


03Dec

En el primer trimestre de 2026 lanzará un fondo de capital riesgo, en alianza con una firma especializada, con un importe mínimo de entrada de 20.000€, con una clase C a partir de 150.000€. La recomendación es que no supere nunca el 10% de peso en la cartera total del cliente.

Miguel Ángel Valero

Ibercaja Gestión terminará 2025 con unas cifras que multiplican por dos los objetivos iniciales. Hasta noviembre supera los 28.700 millones€ gestionados (+11,3% sobre 2024), más de 262.000 partícipes (+4%), 2.200 millones€ en nuevas aportaciones a sus fondos de inversión, y los 1.000 millones en captaciones netas por sexto año consecutivo. 
Luis Miguel Carrasco, director del Área de Gestión de Activos y Seguros de Ibercaja; cree que “la consistencia del dinámico comportamiento en los últimos años y los logros conseguidos son fruto de la confianza de nuestros clientes y de la labor de asesoramiento realizada por los profesionales de la red de oficinas; de las soluciones anticipadas para captar las oportunidades de los diferentes entornos de mercado; y de las rentabilidades positivas de toda la gama de nuestros fondos de inversión, a pesar del complicado contexto de mercado”.

"Hemos tenido un contexto de gestión porque había materia prima, el ahorro", al que se le ha ofrecido un asesoramiento global para que el cliente rentabilice más y mejor su liquidez. "Ibercaja no necesita tener el dinero en el balance para dar créditos", lo que facilita el trasvase de depósitos a fondos y a la inversión a largo plazo: “Primero, apostamos por la Deuda Pública a corto plazo, para posteriormente ir virando hacia estrategias de un poco más de riesgo y retorno, como fondos de Crédito Privado a corto plazo y finalmente a largo, cuando los tipos tocaron techo”.

Desde 2022, Ibercaja ha incrementado su cifra de clientes en Fondos de Inversión en más de 46.500, a un ritmo de un 7% anualizado. Ha captado 7.400 millones€ en los últimos tres años y 2025 va a situarse entre los tres mejores de la historia de la gestora, en términos de captaciones, superando los 2.200 millones. El resultado es que de cada 100€ de aportaciones a Fondos de Inversión en España, 9,7 van a productos de Ibercaja Gestión, que ha ganado 50 puntos básicos (pb) de cuota de mercado en el último trienio, representando ya el 6,4%.

Rentabilidades positivas en la gama de fondos de inversión de Ibercaja

La directora general de Ibercaja Gestión, Lily Corredor, subraya que los partícipes de los Fondos de Inversión de la entidad van a disfrutar, por tercer año consecutivo, de rentabilidades positivas: “La gestión activa realizada nos ha permitido aprovechar este comportamiento positivo del mercado alcanzando una rentabilidad media ponderada en los once primeros meses del año superior al 3% en toda la gama, que asciende en términos anualizados al 5,85% si hacemos referencia a los últimos 3 años”.

Destaca el acierto de la apuesta estratégica por la renta fija como punta de lanza de la hoja de ruta comercial, ya que los fondos acumulan una rentabilidad media ponderada del 6,3% entre enero de 2024 y octubre de 2025, situándose casi un punto por encima de la media del sector y superando en más de 80 pb a su competidor más cercano.

“Está siendo un año frenético en lo que se refiere a adaptar nuestra propuesta al entorno de mercado, con la incorporación de 12 nuevas soluciones”, indica. "Si se quiere lograr una rentabilidad que bata claramente a la inflación, hay que invertir un poco en renta variable", explica Lily Corredor.

"El camino de la diversificación cuesta iniciarlo y es largo, y hay que contar con una gama de productos suficientemente amplia para que el inversor conservador suba paso a paso, con fondos de renta fija a medio plazo, luego a largo, la escalera hacia la renta variable", insiste.

Entre los nuevos productos, Ibercaja Renta Fija Horizonte 2028 “se sitúa en el top 10 de fondos más vendidos en España con unas aportaciones netas superiores los 1.000 millones”. Ibercaja Cartera Conservadora e Ibercaja Diversificación apuntan a los clientes que están pensando en invertir por primera vez en fondos, a los que tienen preferencia por activos de corto plazo, así como el inversor que todavía no ha dado el paso a diversificar en carteras mixtas tradicionales. Tras 7 meses desde su lanzamiento, estos dos fondos acumulan un patrimonio de más de 900 millones y han sido capaces de obtener en todos los meses rentabilidades positivas.

En 2026, Corredor estima que la propuesta de valor de la gestora se centrará en la diversificación y las carteras mixtas como “punta de lanza de su estrategia comercial”.

También irá aumentándose "poco a poco, porque necesita asentamiento, consolidación", la oferta de fondos sostenibles, que ahora supone el 20% del total.

Enfoque constructivo y basado en la microeconomía

Beatriz Catalán, directora de Inversiones de Ibercaja Gestión, dibuja un 2026, con un crecimiento discreto pero resistente en EEUU, apoyado en el "triunvirato" favorable de política monetaria, política fiscal y desregulación, la Fed bajará tipos hasta cerca del 3% si la inflación se modera; una Eurozona con un crecimiento del 1%, una inflación controlada y un BCE "cómodo" con los tipos de interés en el 2%, con Alemania como locomotora; y una estabilidad financiera en China, que tras los estímulos inyectados en su economía busca recuperar su senda de crecimiento.

“En un entorno global marcado por ciclos económicos divergentes y distintos caminos de política monetaria, los inversores en renta fija se enfrentan a un entorno más discreto que en años anteriores. En este contexto, la flexibilidad es la piedra angular en renta fija para tener éxito en estos tiempos inciertos”, apunta.

En cuanto a la renta variable, Catalán ha apuntado a “una visión constructiva”, con tres puntos que favorecerán la evolución de los activos de riesgo: el robusto crecimiento de beneficios empresariales, unas políticas monetarias relajadas y la disminución de las incertidumbres políticas.

Los factores geopolíticos y la macroeconomía perderán protagonismo frente a los fundamentales de la microeconomía, y la omnipresencia de la IA. "Las empresas que adopten de manera eficiente esa tecnología van marcar la diferencia", porque la IA empujará el PIB de EEUU en medio punto.

Solo el 10% de las empresas del S&P 500 han adoptado la IA en sus negocios, pero eso durará poco: “Todas las industrias estamos comenzando a utilizar la IA para reducir costes. Menos gastos y más productividad significan mayores beneficios, que a su vez son el principal motor del alza de las valoraciones en Bolsa. Eso nos va a dar una gran diferencia entre aquellas empresas que estén adoptando la IA de una forma eficiente o no. Algunas ya se están quedando para atrás”, avisa Beatriz Catalán.

“Las dudas que puedan surgir en mercado sobre las valoraciones del boom de la IA, sobre la propia monetización de todas las inversiones realizadas y las pausas que pueda efectuar la Reserva Federal en su senda de bajadas de tipos pueden ser los principales puntos de incertidumbre a lo largo del próximo año causantes de volatilidad”, advierte.

Este escenario requiere un enfoque activo y selectivo, en el que no estar invertido es el riesgo mayor. “Cautela no significa no estar invertido sino estar bien invertidos”, recalca.

"Hay que buscar aquellos sectores y empresas con crecimientos de beneficios robustos y revisiones al alza de manera consistente", subraya. Entre ellos, la tecnología, "que puede dar cierto vértigo, pero todo va a depender de que esos beneficios sigan revisándose al alza", software y semiconductores, en EEUU, también se verán beneficiados sectores como el financiero, industrial y 'utilities'. Otra apuesta es el sector farmacéutico por las expectativas de cambios regulatorios, el creciente uso de la IA y porque tienen las valoraciones deprimidas. En Europa, farmacéuticas, electrificación, banca.

En renta fija, deuda de calidad frente a la de alto rendimiento, así como los bonos públicos y corporativos de Estados Unidos, porque el cruce euro-dólar se asentará en los 1,5-1,2. Pero lo más importante son carteras bien balanceadas entre renta fija y variable.

Fondo de capital riesgo, en el primer trimestre de 2026

A falta de la aprobación de la CNMV, Ibercaja Gestión quiere lanzar en el primer trimestre su primer fondo de Capital Riesgo. “Creemos que es un buen momento para lanzarlo y completar nuestra propuesta de valor a los clientes de Banca Privada, en un entorno de mercado donde tenemos que sofisticar las soluciones para que nuestros clientes sigan disfrutando de las excelentes rentabilidades que hemos tenido en los últimos años”, explica Luis Miguel Carrasco.

Será un fondo de fondos, en alianza con una firma especializada, con un importe mínimo de entrada de 20.000€, con una clase C a partir de 150.000€. La recomendación es que el capital riesgo no supere nunca el 10% de peso en la cartera total del cliente. El Real Estate no será una de las principales verticales del fondo, ya que el partícipe español suele tener ya posiciones inmobiliarias, por lo que se centrará en private equity. "Creemos que vamos a conseguir una cifra aceptable en un corto periodo de tiempo", ya que cuentan con años de experiencia en activos alternativos a través de sus fondos de pensiones.

03Dec

La OCDE vaticina un crecimiento del PIB del 3,2% en 2025 y del 2,9% en 2026. DWS apuesta por EEUU debido a las inversiones en IA, y UBS destaca la creciente monetización de éstas.

Miguel Ángel Valero

El nuevo intento de la Administración Trump para lograr la paz entre Ucrania y Rusia vuelve a chocar con la resistencia de Putin. La reunión comenzó con un retraso de tres horas y concluyó sin avances significativos, más allá de declaraciones diplomáticas. El mandatario ruso se mantuvo firme en su postura y, como mensaje final, lanzó advertencias dirigidas a Europa.

Las aspiraciones territoriales de Moscú continúan siendo el principal obstáculo, ya que son extremadamente ambiciosas: incluyen el control total de la región de Donetsk y, en esta ocasión, también la exigencia de los territorios que dan acceso a Ucrania al Mar Negro, lo que implicaría la cesión del puerto de Odesa y supondría desmantelar por completo la defensa marítima ucraniana.

Mientras, la Unión Europea aprobó un plan para eliminar completamente las importaciones de gas licuado ruso a partir de 2026 –todavía es el proveedor de alrededor del 10% de lo que llega a Europa de esta manera–.

Con el regreso de Witkoff a EEUU se cierra otro intento fallido de la Administración norteamericana por acercar posiciones. Sin nuevas reuniones programadas ni hojas de ruta definidas, las perspectivas de paz vuelven a enfriarse en las vísperas del invierno.

OCDE: los aranceles desacelerarán la economía en 2026

Pese a este escenario, la OCDE mantiene su previsión de crecimiento para la economía mundial en un +3,2% este año, gracias a unas condiciones financieras más favorables y el aumento de la inversión en IA, factores que han compensado la elevada incertidumbre de las políticas comerciales. Pero se espera una desaceleración al +2,9% en 2026, cuando se materialicen los efectos completos de los aranceles más altos, para posteriormente repuntar en 2027 hasta el +3,1%.

El PIB de Estados Unidos se revisa ligeramente al alza para 2025 y 2026, aunque mantiene la tendencia de desaceleración: +2% en 2025 (vs. +1,8% en septiembre) y +1,7% en 2026 (vs. +1,5%). Este enfriamiento responde a la moderación del empleo, la ralentización de la inmigración neta y la transmisión de los aumentos arancelarios a los precios.

En la Eurozona, las previsiones también mejoran: +1,3% en 2025 (vs. +1,2%) y +1,2% en 2026 (vs. +1%). La recuperación de los próximos años respecto a 2024 (+0,8%) se apoya en mercados laborales sólidos, el fortalecimiento de la demanda interna, el incremento del gasto público en Alemania y la reactivación del comercio.

Por su parte, China mantendrá un crecimiento estable del +5% en 2025 (frente al +4,9% estimado en septiembre), antes de desacelerarse al +4,4% en 2026, conforme se reduzca el apoyo fiscal y los nuevos aranceles de EE. UU. sobre las importaciones comiencen a impactar.

En cuanto a la política monetaria, la OCDE prevé que la Reserva Federal recorte los tipos de interés dos veces para finales de 2026 (aunque los mercados apuestan por tres recortes). No espera más bajadas en la Eurozona ni en Canadá. En Reino Unido, anticipa el fin de los recortes en la primera mitad de 2026. 

DWS: optimismo cauteloso

"Tras un año dominado por titulares geopolíticos y la incertidumbre económica, marcado por los aranceles estadounidenses, miramos hacia el 2026 con un optimismo cauteloso", señalan en DWS. "La perspectiva para 2026 parece atractiva, aunque el margen de error sigue siendo estrecho. Los titulares políticos y los riesgos geopolíticos podrían desencadenar una mayor volatilidad en cualquier momento. Por ello, una estrategia de inversión ampliamente diversificada, tanto por regiones como por clases de activos, puede ayudar a los inversores a aprovechar oportunidades mientras se mantienen preparados para posibles contratiempos", añaden.

Sus previsiones sugieren un potencial de crecimiento acelerado en EE UU y una economía europea robusta, lo que podría proporcionar una base sólida para lo que anticipamos será un clima de inversión más favorable en 2026. La economía estadounidense puede volver a un crecimiento más fuerte el próximo año, respaldada por inversiones en inteligencia artificial (IA) y un entorno de tipos de interés potencialmente favorable. Se espera que la Reserva Federal realice tres recortes adicionales de tipos, mientras que la inflación probablemente aumente hasta el 2,4%. 

En Europa, la recuperación fiscal de Alemania parece estar brindando un apoyo notable a la economía, mientras que la inflación debería mantenerse cerca del objetivo del 2% del Banco Central Europeo. Esto permite que los bancos centrales mantengan un enfoque cauteloso. 

Japón sigue manteniéndose estable a pesar del impacto de los aranceles, mientras que China está priorizando la tecnología y el aumento de los ingresos para impulsar el crecimiento interno.

Los expertos de DWS siguen viendo oportunidades potenciales para la renta variable en 2026, especialmente en EE.UU, donde las inversiones en IA y el crecimiento sólido y continuo de los beneficios podrían llevar al S&P 500 a aproximadamente 7.500 puntos a finales de año. “No vemos una burbuja de IA, sino un auge continuo de la IA que podría generar importantes ganancias de productividad en los próximos años”, enfatiza Benjardin Gärtner, director Global de Renta Variable en DWS. Aunque pueden surgir contratiempos en el camino, como ocurre con cualquier revolución tecnológica, la historia de crecimiento parece mantenerse intacta. ç

Los mercados europeos se benefician del estímulo fiscal, aunque a un ritmo algo más lento. Las previsiones de fin de año son de 600 puntos para el Stoxx Europe 600 y 26.100 puntos para el Dax. En Japón, la combinación de un nuevo liderazgo político y medidas fiscales debería crear un entorno constructivo.

En el segmento de la renta fija, en DWS esperan rendimientos relativamente estables en los bonos gubernamentales, con el 4,15% para los bonos del Tesoro estadounidense a diez años, durante todo el año. Los cambios en los rendimientos en Europa también probablemente serán moderados, con el Bund a diez años alcanzando potencialmente el 2,70% a finales de diciembre. Los bonos corporativos parecen seguir siendo atractivos, aunque con una creciente diferenciación de spreads en los segmentos de alto rendimiento. Los diferenciales de los bonos de Investment Grade se encuentran cerca de mínimos de varios años, respaldados por lo que consideramos fundamentos sólidos y factores técnicos.

En las inversiones alternativas, la demanda de oro sigue siendo fuerte, tanto como herramienta de diversificación como posible cobertura frente a riesgos geopolíticos y fiscales. Las “cuatro D” – déficits, depreciación, desglobalización y desdolarización – respaldan la previsión de un precio del oro de 4.500$ por onza.

UBS: diversificación de inversiones a toda la cadena de valor de la IA

Las acciones tecnológicas han recuperado parte del terreno perdido tras la corrección de los últimos días, pero persisten las dudas de los inversores sobre la sostenibilidad del impulso de la IA. Sin embargo, aunque las oscilaciones del mercado y la inquietud sobre el futuro de la IA puedan generar episodios de volatilidad, los inversores deberían centrarse en los fundamentales para evaluar la solidez del rally de la IA.

En UBS destacan tres claves:

  • una demanda real de productos y servicios vinculados a la IA
  • los márgenes de las grandes tecnológicas siguen siendo sólidos pese al aumento del Capex.
  • la monetización continúa mejorando.

Mark Haefele, Chief Investment Officer en UBS Global Wealth Management, afirma: “Teniendo en cuenta el equilibrio entre los riesgos a medio plazo y los sólidos fundamentales a corto plazo, mantenemos nuestra recomendación de diversificar las inversiones a lo largo de toda la cadena de valor de la IA, incluidos los habilitadores tecnológicos, la capa de inteligencia y las aplicaciones. Nuestra estrategia tenderá a centrarse cada vez más en la capa de aplicaciones, ya que esperamos que las empresas de este segmento sean las principales beneficiarias de la inversión continua en IA”.

"A medida que miramos hacia 2026, la pregunta es si las poderosas fuerzas de la IA, el estímulo fiscal y la flexibilización de la política monetaria pueden impulsar los mercados globales más allá de la gravedad de la deuda, la demografía y la desglobalización, hacia una nueva era de crecimiento. Navegar por estos cambios estructurales exige que los inversores adapten sus estrategias centrándose en sectores y temas donde el capital está fluyendo y la transformación está teniendo lugar", argumenta.

"Mantenemos una visión constructiva sobre la renta variable global, con la IA y la innovación como grandes motores. Recomendamos aumentar la exposición a las tendencias transformadoras: IA, energía y recursos y longevidad”, añaden Belinda Peeters y Christopher Swann. “Vemos la IA como una fuerza transformadora, capaz de generar valor más allá de los chips y los modelos fundacionales, convirtiéndose en un factor clave para el rendimiento”, remarca Ulrike Hoffmann-Burchardi.

En EEUU, la National Retail Federation espera que las ventas navideñas superen por primera vez el billón de dólares. El crecimiento estimado del 3,7–4,2% para 2025 está en línea con la media de la última década y con el 4,3% registrado el año pasado. "Creemos que es un objetivo alcanzable, dado que el consumidor estadounidense se encuentra en buena posición y los comercios están aplicando subidas de precios que elevan el gasto nominal", remarcan en UBS.

02Dec

El 90% de los trabajadores afirman que no han recibido una formación adecuada para usar la IA de manera correcta por parte de su empresa.

Miguel Ángel Valero

La XXVIII edición del Informe Infoempleo Adecco : Oferta y Demanda de Empleo en España revela que un 89,66% de las empresas españolas confirma que la inteligencia artificial (IA) no ha tenido ningún impacto significativo en la contratación de nuevos trabajadores ni tampoco en los despidos.

Alberto Gavilán, director de Talento del Grupo Adecco, añade: “Aunque al principio las empresas éramos reticentes a la llegada de la IA, está claro que esta tecnología ofrece una gran oportunidad para las compañías y los trabajadores. Pero saber aprovechar esta oportunidad y todo el potencial transformador que trae la IA requiere de una sólida estrategia de formación y talento en cada empresa. No podemos olvidar que la diferencia en cualquier compañía la marcan las personas: la IA será una herramienta para potenciar la empleabilidad, no para sustituir las habilidades esencialmente humanas. Y para asegurarnos de que todo el mundo puede aprovechar el potencial de las nuevas tecnologías, es imprescindible que el tejido empresarial forme y acompañe a sus plantillas en la adopción de la innovación. Además, es importante hacerlo desde la ética y la responsabilidad". Y destaca que 7 de cada 10 trabajadores quieren que su empresa les capacite en el uso de esta tecnología.

Por su parte, Teresa Tomás, CEO de Infoempleo, señala: “Los rápidos avances en IA no solo están transformando nuestro mercado laboral, sino también la forma en la que interactúan sus actores. Las empresas están implementado de forma urgente la alfabetización de la IA en sus proceso internos, con el fin de ganar eficiencia y competitividad; actualmente ya hay equipos humanos que se están formando y los que no, reclaman formación en IA para poder desarrollar sus tareas de forma más productiva, y así adquirir competencias cuanto antes con estas tecnologías; las personas desempleadas, así como cualquier profesional en búsqueda activa de empleo, ya han incorporado estos aplicativos para encontrar oportunidades laborales. En este contexto, facilitar herramientas y formación continua se consolida como el eje fundamente para mantener la empleabilidad de los profesionales en un entorno laboral digitalizado y en constante evolución con las tecnologías del mercado".

La tecnología está transformando profundamente la forma de trabajar

Los avances en IA, big data, computación en la nube y/o robotización ya son parte esencial de la rutina diaria. Desde acciones cotidianas como compras online o el uso de asistentes virtuales, a transformaciones estructurales en empresas, administraciones públicas y servicios esenciales como la sanidad, la educación o el transporte, todo está cambiando a ritmo acelerado.

Esta transformación digital es también una de las prioridades dentro de la Unión Europa. La UE mantiene como objetivo clave para 2030 que más del 90% de las pymes alcancen un nivel básico de intensidad digital , y que al menos el 75% de las empresas utilicen servicios de computación en la nube, realicen análisis de big data o usen la IA. 

Según el último informe de Eurostat sobre la Digitalización en Europa en 2025, un 74%de las empresas de la UE ya habrían alcanza do ese nivel básico de intensidad digital. La proporción correspondiente a las pymes fue del 73%, alrededor de 17 puntos por debajo del objetivo que se plantea para 2030, mientras que un 98% de las grandes empresas ya cumplen con ese nivel básico. En España, el 58% de las pymes ya habría alcanzado el nivel de digitalización básico y las grandes compañías habrían superado el objetivo europeo. 

Los servicios de computación en la nube siguen siendo una de las tecnologías digitales más implantadas en las empresas europeas. Estos servicios permiten a las compañías acceder a sistemas informáticos, almacenamiento, software y otras capacidades alojadas por terceros en internet, sin necesidad de mantener infraestructuras propias. En 2024, el 45% de las empresas de la UE utilizaron servicios de computación en la nube En España, la adopción fue inferior a la media europea: aproximadamente el 27% de las empresas usan servicios en la nube, especialmente para alojar correo electrónico, almacenar archivos, gestionar software de oficina o acceder a herramientas colaborativas.

La IA tiene un impacto creciente en la transformación digital de las empresas, gracias a su capacidad para automatizar tareas rutinarias, procesar grandes volúmenes de datos, generar informes de forma autónoma, personalizar la experiencia del cliente, optimizar la cadena de suministro, prevenir fraudes o impulsar la innovación de productos y servicios. En 2024 un 13,5% de las empresas de la UE ya utilizaban algún tipo de tecnología de IA, frente al 8% de 2023. En el caso de España, el uso de IA se sitúa entre el 11% y el 13%, confirmando un crecimiento moderado. España está situado en el undécimo puesto de este ranking europeo, y se mantiene ligeramente por encima de la media comunitaria, aunque lejos del liderazgo digital de países como Dinamarca (27,6%), Suecia (25,1%), Bélgica (24,7%) o Finlandia (24,4%).

Empresas medianamente preparadas

La digitalización está redefiniendo procesos, relaciones y modelos de negocio. Esta evolución no solo afecta a cómo se produce y se consume, sino también a cómo se organiza el trabajo, se toman decisiones y se relacionan las personas dentro y fuera de las organizaciones. Un enorme cambio del que no todas las empresas están formando parte. Solo el 32,81% dice estar preparada para afrontar la transformación digital que hay en marcha.

Del 67,19% que cree no estarlo, el 53,13% afirma que al menos ya está en ello y otro 14,06% dice estar sobrepasada por estos cambios que van demasiado rápidos.

Respecto a la posibilidad de implantar sistemas de IA en sus procesos de trabajo, un42,19% de los profesionales de Recursos Humanos dicen que ya están haciéndolo de forma progresiva. Un 28,13% confirma que tienen pensado hacerlo en un corto plazo de tiempo, y el 3,13% asegura que ya tienen totalmente integrada la utilización de la IA en su actividad empresarial. El porcentaje de empresas que no contemplan implantarla se ha reducido drástica mente en el último año, pasando del 44,71% en 2024 al 26,56% actual, 18 puntos menos.

Entre las empresas que ya están usando sistemas de IA, la automatización de tareas administrativas sigue siendo el uso más extendido (72,41%), así como el análisis de datos (55,17%) y la automatización de procesos productivos (34,48%). Además, un 24,14% cuenta ya con asistentes virtuales y de atención al cliente. Un 13,79% utiliza la IA además en los procesos de selección de personal, y un 6,90% la destina a otros usos.

Un 51,72% de ellas ya cuenta con un código ético para el uso de herramientas de IA (un año atrás era solo el 22,35%).

Formación en IA a la plantilla

También ha aumentado significativamente el porcentaje de empresas que están facilitando a sus empleados formación sobre IA. Si en 2024 solo un 15,29% de las empresas ofrecía acciones formativas, este año se ha elevado al 51,72%.

En cuanto a la repercusión que ha tenido la llegada de la IA en las plantillas, un 89,66% confirma que no ha tenido ningún impacto significativo en la contratación de nuevos trabajadores/as ni tampoco en los despidos. Solo un 3,45% manifiesta que ha disminuido la contratación de personal y el restante 6,9% dice ha aumentado la contratación de especialistas a consecuencia de la llegada de la IA.

El 63,74% de los trabajadores dice que durante el año pasado su empresa no les facilitó la posibilidad de utilizar sistemas de IA. Además, un 19,41% dice que, aunque no han implantado estos sistemas de manera oficial en su empresa, ellos lo han empezado a hacer por su cuenta. Solo un 16,85% dice que la organización en la que trabaja le ha dado acceso a herramientas de IA. Entre aquellos que ya utilizan la IA en su puesto de trabajo, el 47,83% la emplea para automatizar tareas administrativas , un 34,78% cuenta con asistentes virtuales y/o de atención al cliente, y otro 34,78% usa la IA para el análisis de datos. Además, un 28,26% asegura usar la IA para automatizar procesos productivos, para controles de calidad ( 10,87%) o para procesos de selección de personal (2,17%). El 13,04% usa la IA para un abanico dispar de tareas: programar, hacer presentaciones, generar contenidos, campañas de marketing o similares.

El 90% de los trabajadores afirman que no han recibido una formación adecuada para usar la IA de manera correcta por parte de su empresa. A un 69,32% les gustaría recibir esa formación, frente a un 22,73% al que le resulta indiferente capacitarse o no en IA, y a un 7,95% que no les interesa.

Un 25,07% de las personas en situación de desempleo usan algún sistema de IA para encontrar trabajo (6,19 puntos más que en 2024). El 59,57% afirma haber usado la IA para encontrar ofertas de empleo, otro 59,57% lo ha utilizado para hacer su currículum y un 40,43% para identificar empresas a las que postularse. Además, hablan de otros usos como la adaptación de su CV a diferentes puestos, elaboración de cartas y correos de presentación, test de personalidad, simulaciones de entrevistas, comparación de salarios...Los trabajadores desempleados ven imparable la necesidad de conocimientos en IA en el futuro, pero siguen percibiéndolo como algo lejano. Así un 49,07% no cree que vaya a necesitar de forma inmediata estos conocimientos para conseguir su próximo empleo, pero sí que cada vez serán más necesarios. Mientras que un 33,07% están convencidos de que ya es fundamental esa formación en IA para encontrar empleo.

Cloudera: Era de la Convergencia de la IA en 2026

Por su parte, Cloudera cree que la “Era de la Convergencia” será la nueva etapa de la inteligencia artificial en 2026, tras un 2025 en el que los cambios en el sector tecnológico no han dejado de suceder, marcados por el desarrollo de agentes de IA cada vez más autónomos. Se espera que el próximo año no frene este ritmo frenético de innovaciones.  

"En 2026, la adopción de la IA seguirá creciendo a un ritmo constante, a pesar de las predicciones de desaceleración del mercado", subraya Manasi Vartak, Chief AI Officer, que añade: “cuando las empresas superen la fase de experimentación y encuentren el retorno de inversión medible más adecuado para sus proyectos, seguirán demandado tanto IA generativa como IA agéntica.”

En este punto, el desafío más importante será conectar los agentes de IA con los datos y el contexto corporativo, un requisito indispensable para que estos sistemas sean verdaderamente útiles. Muchas organizaciones ya han demostrado sus capacidades agénticas, pero ahora deben probar que estos sistemas están listos para la producción, y que pueden superar las barreras relacionadas con el acceso a los datos, la gobernanza, la seguridad y los permisos.

Al mismo tiempo, la definición de 'IA Responsable' seguirá evolucionando. A medida que los sistemas de IA se vuelven cada vez más complejos, la IA Responsable deberá abordar no solo el sesgo y la igualdad de los modelos, sino también la rendición de cuentas de extremo a extremo, abarcando el manejo de datos y el comportamiento del sistema. Las empresas que adopten la IA agéntica deberán implementar marcos de gobernanza más estrictos con nuevas características como registros de agentes, observabilidad y control de versiones de flujos de trabajo agénticos completos. Aunque los modelos públicos seguirán dominando en 2026, veremos cómo aumenta la adaptación específica a cada empresa.

2026 se espera que sea el primer año de convergencia real: el inicio de una nueva etapa en la que se difuminan las fronteras entre la nube y los centros de datos. Tras varias décadas en las que primero se priorizaba el control del on premise y luego la flexibilidad de la nube, ahora entramos en una realidad donde ambos coexisten sin problemas gracias a las plataformas de gestión unificadas. Las cargas de trabajo se ejecutarán donde tenga más sentido, teniendo en cuenta la seguridad, el cumplimiento y la eficiencia, en lugar de priorizar la ubicación.

Como afirma Sergio Gago, CTO global de Cloudera, “la verdadera ventaja competitiva no provendrá de quien tiene un modelo más grande, sino de quien haga un uso más inteligente y eficiente de los recursos. En la Era de la Convergencia, la IA se tiene que gestionar como una parte más de la fuerza laboral. No es necesario elegir bandos (nube versus on-premise o humano versus máquina), sino unificarlos bajo la misma arquitectura compartida, eficiente y de confianza.

También se redefinirá el concepto de rendimiento: a medida que las demandas de IA y de capacidad de cómputo se disparan, las empresas posicionarán la eficiencia energética como un KPI  principal y no como una consideración secundaria.

"La IA se convertirá en un factor diferencial para el sector retail en 2026. Los expertos estiman que podría generar entre 240.000 millones y 390.000 millones$ en valor para toda la industria. El 91 % afirma estar invirtiendo en IA y los primeros en adoptarla están obteniendo retornos de la inversión seis veces más rápido” afirma Neelabh Pant, directora global de AI for retail en Cloudera.

Los minoristas que están obteniendo el mayor retorno de su IA son aquellos que toman el control de sus datos y los conectan con todo su negocio. Esto implica vincularlo todo en tiempo real, desde los escaparates y las interacciones con los clientes, hasta los historiales de pedidos y el inventario del almacén, sin importar dónde se guarde esa información.

Cuando los sistemas de datos funcionan conjuntamente, los retailers pueden ver una imagen completa de sus operaciones y clientes. Este enfoque conectado conduce directamente a mejores experiencias para el cliente, como una mayor personalización, compras más fluidas y personalización acorde a las necesidades de los compradores.

A medida que los datos sean más fáciles de usar, Gartner predice que el 75% de las nuevas conexiones de datos pronto serán creadas por empleados no técnicos, aquellos fuera de los departamentos de TI e ingeniería. Los minoristas que empoderen a sus equipos con plataformas sencillas y de autoservicio tomarán decisiones más rápidas y colaborarán de forma más efectiva. Aquellos que mantengan los datos encerrados en el departamento de TI corren el riesgo de perder la velocidad y la agilidad necesarias para seguir siendo competitivos.

Propdware: 90% de uso activo de la IA en solo tres meses

Un ejemplo de implantación de la IA es Prodware Group, que ha completado la implantación interna de Microsoft 365 Copilot en más de 1.000 profesionales, tras un plan de adopción que le ha permitido alcanzar un 90% de uso activo en solo tres meses. La compañía inició el proyecto en diciembre de 2024, cuando adquirió 1.000 licencias con el objetivo de integrar la tecnología en todos sus equipos bajo su estrategia Customer Zero, que consiste en incorporarla primero en su propia organización para trasladar después su experiencia a los clientes.

El proyecto contó con la participación de equipos directivos y de áreas de transformación digital, IT, RRHH, IA, seguridad, comunicación y representantes clave en cada país en el que opera Prodware. La iniciativa se estructuró alrededor de un modelo de gobernanza orientado a garantizar el uso adecuado de la herramienta, junto a un mapa de procesos que permitió identificar oportunidades de mejora en los diferentes departamentos. Estas bases se complementaron con un plan de formación que combinó sesiones generales para todos los empleados y formaciones específicas para cada área funcional.

En los primeros meses, los profesionales registraron 44.750 acciones mensuales y dedicaron alrededor de 2.000 horas a interactuar con Copilot. Según los datos internos del proyecto, los empleados que integraron la herramienta en su actividad redujeron hasta 10 horas al mes el tiempo dedicado a tareas repetitivas, incrementaron en un 10% la generación de documentos y gestionaron un 11% más de correos electrónicos gracias a los resúmenes automáticos.

El análisis detallado de cuatro semanas recogió más de 11.000 resúmenes inteligentes de reuniones, cerca de 400 resúmenes adicionales, 224 horas sintetizadas, más de 1.400 borradores de correos electrónicos, más de 1.200 borradores de documentos, 871 acciones de edición y más de 19.600 prompts enviados a Copilot Chat.

Con el fin de asegurar un uso sostenido, Prodware impulsó iniciativas internas, que facilitaron la adopción continuada y la integración de la herramienta en la operativa diaria en sus versiones web y de trabajo.

José María Sánchez, VPE de la empresa, valora de esta manera la iniciativa: “Haber convertido a Prodware en Customer Zero no solo demuestra nuestro compromiso con la innovación, sino también liderazgo y coherencia entre lo que predicamos y lo que practicamos y nos ha permitido abordar ya internamente el despliegue de otras soluciones de IA de Microsoft y entrar de lleno en el mundo de la agentificación”.

La compañía subraya que esta experiencia ha impulsado tres grandes avances: un aumento significativo de la productividad mediante la automatización de tareas y el apoyo en análisis más profundos; un acceso más inteligente y conectado a la información en un contexto de múltiples fuentes de datos; y una mayor agilidad organizativa en un entorno donde la capacidad de adaptación resulta crítica. Para Prodware, la adopción de Copilot marca un punto de inflexión en su forma de trabajar y sienta las bases para el despliegue de nuevas soluciones de Inteligencia Artificial dentro de la organización.

01Dec

La clave a corto plazo estribará en si la tendencia hacia un mundo más fragmentado se acelerará o si, para compensar el aumento de las restricciones en el comercio con EEUU, se avanzará en la búsqueda de nuevos acuerdos entre aliados comerciales naturales (UE, ASEAN, Canadá, Australia, etc.).

Miguel Ángel Valero

La economía mundial se adentra en 2026 con notables muestras de resiliencia tras la incertidumbre de 2025, pero también con grandes tendencias de fondo que plantean nuevos retos, advierte el último informe de CaixaBank Research. Fenómenos como la geoeconomía de un mundo más fragmentado, el auge de la inteligencia artificial o la necesidad de acelerar la transición verde marcarán el paso del nuevo año. Al mismo tiempo, la deuda pública ha aumentado de forma generalizada en la última década y alcanza niveles históricos en muchas economías, lo que enciende alertas sobre la sostenibilidad fiscal y crea un dilema para Europa: retornar a la disciplina presupuestaria sin renunciar a inversiones estratégicas clave 

José Ramón Díez añade: "Aunque parezca mentira, ya han pasado 12 vertiginosos meses desde la victoria de Trump en las elecciones presidenciales americanas". Destaca que "tanto la actividad internacional como la española han vuelto a mostrar en este ejercicio una elevada resiliencia para superar el ruido y la incertidumbre causados por la utilización del comercio o las finanzas como instrumentos al servicio de la política. Y ello ha sucedido en un contexto en el que, como en 2023 y 2024, las previsiones han ido mejorando a lo largo del año gracias a la reducción de la incertidumbre comercial, a la existencia de unas favorables condiciones financieras y a la capacidad y flexibilidad de los agentes económicos para adaptar sus decisiones de consumo e inversión a un entorno complejo".

De cara a 2026, la geopolítica seguirá ejerciendo un papel fundamental, teniendo en cuenta el reordenamiento del proceso de globalización en el que está inmersa la economía internacional desde la pandemia. Además de la evolución de los conflictos bélicos activos, la clave a corto plazo estribará en si la tendencia hacia un mundo más fragmentado se acelerará o, para compensar el aumento de las restricciones en el comercio con EEUU, se avanzará en la búsqueda de nuevos acuerdos entre aliados comerciales naturales (UE, ASEAN, Canadá, Australia, etc.). 

"Es algo que no debería ser incompatible con la continuidad del proceso generalizado de búsqueda de autonomía estratégica. En este sentido, para Europa, la clave en 2026 será cómo conciliar el deseo de reducir la dependencia externa (industrial, defensa…) con la sostenibilidad de la deuda pública", apunta.

Un reto de gran complejidad, marcado por las tensiones entre disciplina fiscal, inversiones necesarias (el BCE ha elevado las estimaciones del informe Draghi a 1,2 billones€ entre inversión pública y privada) y exigencias geopolíticas. Este dilema fiscal europeo solo se podrá solventar con una combinación de un mayor crecimiento potencial, una mayor eficiencia del gasto público y mayor flexibilidad en reglas fiscales. Países como Bélgica o Francia ya están en el disparadero por unas inercias fiscales de difícil reversión que se están reflejando en el realineamiento de las primas de riesgo en Europa.

No obstante, la clave de la estabilidad del escenario económico y financiero estriba en cómo termine de perfilarse la relación comercial entre China y EEUU, que afectará a los dos sectores claves para el desarrollo de la IA (tierras raras y microchips) en los que existe dependencia mutua. 

La IA aportará crecimiento y productividad, "pero no sabemos cuánto"

Un equilibrio óptimo permitiría mantener las inercias positivas de la inversión en IA sobre el crecimiento a corto plazo (especialmente visibles en EEUU) y aumentar la probabilidad de que este proceso de innovación termine manifestándose en productividad y crecimiento potencial a medio plazo, compensando los efectos negativos de la demografía y la fragmentación económica. De hecho, la IA es un ejemplo de incertidumbre positiva, pues "anticipamos mayor crecimiento y productividad gracias a ella, pero no sabemos con certeza cuánto". 

La clave, por tanto, es si se terminará rentabilizando todo el esfuerzo inversor, fundamental para diluir el riesgo financiero provocado por la confluencia de tensiones fiscales, incertidumbre y tensiones geopolíticas. Esto, unido a exigentes valoraciones en Bolsa, conforma un entorno en el que la estabilidad financiera puede ponerse a prueba en 2026, con segmentos del crédito privado bajo el radar de los inversores. Los bancos centrales tienen las herramientas necesarias para sofocar los fuegos que vayan apareciendo por el camino, aunque los grados de libertad también son más reducidos tras los esfuerzos de la última década.

En este contexto complejo, la economía española ha seguido mostrando un sólido dinamismo que permitirá cerrar el año con ritmos de crecimiento medios muy próximos al 3%. Lo más destacable de la evolución durante el ejercicio ha sido el viraje hacia la demanda interna como motor del crecimiento, pese a que las exportaciones han mantenido un comportamiento vigoroso (gracias a los servicios). De cara a 2026, las tendencias continuarán siendo positivas, gracias al esperable tirón de los fondos europeos, al impulso demográfico, a la existencia de unas condiciones financieras acomodaticias, a los elevados niveles de la tasa de ahorro de las familias y a una inversión residencial que responde al aumento de la demanda. Todo ello nos lleva a anticipar un crecimiento del 2,1% en 2026.

En definitiva, el próximo año la economía seguirá expuesta a la combinación entre nuevas tendencias de fondo (restricciones a los movimientos comerciales y migratorios, auge de la IA, etc.) y los desafíos a corto plazo (escaso espacio fiscal, valoraciones elevadas en mercados financieros, etc.). Un año en el que otra vez será determinante la capacidad de cuestionar en cada momento los supuestos detrás de las proyecciones económicas, así como la flexibilidad a la hora de tomar decisiones.

Desde 2019, España ha crecido el 10%, frente al 6,4% de la Eurozona

Oriol Aspachs subraya que se ensancha aún más la brecha abierta entre la economía española y la europea en la recuperación pospandemia. Desde 2019, la economía española acumula un crecimiento del 10,0%, frente al 6,4% que registra la Eurozona. La solidez del crecimiento se constata al observar la transversalidad que presenta a nivel sectorial. Según el indicador sectorial de CaixaBank Research, el 73% de los sectores presentan un ritmo de avance superior a su promedio histórico, una cifra que contrasta con el 41% de 2023 o el 36% de 2024. Además, el dinamismo está siendo impulsado por dos motores que tienen recorrido a medio plazo. Por un lado, la inversión, la aceleración del crecimiento de la que se realiza en activos fijos inmateriales, y que ya se sitúa un 40% por encima de los registros de 2019. Bajo este epígrafe se encuentra la inversión del tejido productivo en nuevos equipos de software informático o en bases de datos, y el gasto en proyectos de innovación tecnológica que generan patentes, elementos clave para consolidar la incipiente mejora de la productividad. 

La rebaja de los tipos de interés que ha llevado a cabo el BCE y la sana situación financiera del sector corporativo español, junto con la ejecución de los fondos europeos, deberían ayudar a que la inversión siga creciendo de forma vigorosa los próximos años.

El segundo motor que impulsa el crecimiento es el consumo de los hogares, con un avance acumulado del 6,4% desde 2019. En este caso, gran parte del aumento está estrechamente relacionado con el crecimiento de la población. A más personas, más consumo. Sin embargo, al consumo por persona le costó arrancar tras la pandemia, en términos reales, y no recuperó los niveles de 2019 hasta el último trimestre de 2024. En el tercer trimestre de 2025 se situaba un 1,7% por encima. 

La renta bruta disponible por habitante se encuentra un 5,3% por encima de los niveles previos a la pandemia. Pero su crecimiento se apoya en el aumento de las prestaciones sociales, que se encuentran un 9,3% por encima de los niveles previos a la pandemia, y en el de las rentas netas de la propiedad, que han aumentado un 13,5%. En cambio, la evolución de los salarios ha sido más débil, y en términos reales todavía se encuentran alrededor de un 5% por debajo, y su recuperación está siendo tímida. 

"Las diferencias en la evolución de las distintas fuentes de ingresos explican la sensación de que la recuperación no está llegando a todos los bolsillos. A medida que los salarios vayan recuperando el poder adquisitivo, y que la tasa de ahorro se normalice, el recorrido que tiene el consumo para seguir creciendo es amplio", subraya este experto. 

Además, el crecimiento de la población también es de esperar que siga ayudando a que el consumo a nivel agregado siga aumentando. Finalmente, destaca la confianza que está recibiendo la economía española. En un contexto de elevada incertidumbre a nivel internacional, por las tensiones geopolíticas, la escalada de los aranceles por parte de EEUU, o las dudas sobre la capacidad de varias economías desarrolladas de ajustar sus cuentas públicas, el dinamismo del consumo de los hogares y de la inversión es aún más remarcable y refleja la confianza de hogares y empresas en que el impacto de todos estos factores será limitado para la economía española. 

La prima de riesgo de la deuda española, aupada por las recientes mejoras de su rating, no solo no ha aumentado, sino quese encuentra en 51 puntos básicos (pb), el nivel más bajo desde antes de la crisis financiera, en 2009, y ensancha la diferencia respecto a la prima de riesgo que presentan la deuda francesa o italiana.

Sesgo bajista de los tipos en 2026

La tregua comercial entre EE. UU. y China, el alto el fuego en Gaza y la reconducción de las negociaciones presupuestarias en Francia ofrecieron apoyo al sentimiento de los inversores. En el balance de octubre, los principales índices bursátiles alcanzaron máximos históricos, el dólar se apreció, las rentabilidades de la deuda soberana descendieron y los diferenciales periféricos de la Eurozona se estrecharon, mientras que las materias primas exhibieron disparidad entre el alza de los metales y el descenso en los precios del crudo. Pese a este tono positivo de conjunto, las cotizaciones no estuvieron exentas de volatilidad y sufrieron movimientos de ida y vuelta, especialmente en las Bolsas, los tipos de interés soberanos y algunas materias primas. En este contexto, los bancos centrales cumplieron con lo esperado: la Fed recortó tipos, el BCE los mantuvo y las expectativas de política monetaria de los inversores se mantuvieron relativamente estables.

Los inversores siguen apostando por un nuevo recorte de tipos de la Fed en diciembre (aunque moderaron su probabilidad hasta cerca del 70%) y mantienen la expectativa de dos bajadas más en 2026. En cuanto al BCE, los mercados mantuvieron sus expectativas sin grandes cambios, cotizando una probabilidad cercana al 95% de que el tipo depo siga en el 2,00% en diciembre, pero con cierto sesgo bajista para 2026 (probabilidad implícita de un 45% para que el BCE termine recortando el depo hasta el 1,75% en el primer semestre del año que viene).

29Nov

Pese a su corta vida, en torno a los 18 meses, la infraestructura vinculada a la inteligencia artificial se financia con préstamos similares a los del sector inmobiliario, a 20 e incluso 30 años.

Miguel Ángel Valero

La revolución de la inteligencia artificial avanza a una velocidad que pocos anticiparon y con una intensidad de inversión que recuerda a las grandes épocas de exceso financiero. Paul Kedrosky, uno de los analistas más respetados en ciclos tecnológicos, sostiene que esta fase no es simplemente una burbuja tecnológica más, sino la suma de todas las burbujas anteriores concentradas en un solo fenómeno. Su tesis merece atención porque no cuestiona el potencial de la IA, sino la dinámica que se ha creado alrededor de ella.

En EEUU, la construcción de centros de datos se ha convertido en un motor económico tan potente que, según sus cálculos, llegó a representar más del 50% del crecimiento del PIB en la primera mitad del año. Este nivel de inversión es extraordinario. Nunca antes una sola categoría de gasto privado había impulsado tanto la actividad económica en tan poco tiempo. Y no hablamos solo de edificios; hablamos de energía, redes, refrigeración industrial, chips y una cadena de proveedores que se ha metido de lleno en la carrera.

El problema no es la inversión en sí, sino la naturaleza de lo que se está construyendo. El hardware clave, especialmente los chips de entrenamiento, tiene una vida útil sorprendentemente corta. Un GPU sometido a uso intensivo puede agotarse en torno a los 18 meses. La obsolescencia tecnológica hace que equipos de dos o tres años queden desplazados por nuevas generaciones más potentes. Y, aun así, gran parte de esta infraestructura se está financiando con esquemas típicos del sector inmobiliario, con préstamos a plazos de veinte o treinta años. El desajuste entre la duración real del activo y la duración de la deuda es enorme. En una burbuja inmobiliaria esto ya sería un riesgo grave; en una burbuja tecnológica con depreciación acelerada, lo es aún más.

A esto se suma un punto que rara vez se discute: el modelo económico de los grandes modelos de lenguaje. Lejos de comportarse como un software tradicional, donde cada usuario adicional reduce el coste medio, aquí sucede lo contrario. Los costes marginales no tienden a cero. La computación necesaria para entrenar, actualizar y servir modelos es elevada y crece con el tamaño de la demanda. No existe todavía una economía de escala que alivie la presión financiera. En algunos casos, los ingresos aumentan, pero los costes aumentan igual o más rápido. 

Otra capa de riesgo aparece en la estructura de la financiación. La infraestructura de IA se está financiando no solo con deuda bancaria tradicional, sino con mecanismos mucho más complejos: vehículos fuera de balance, deuda privada empaquetada, contratos de arrendamiento combinados con promesas de uso futuro. Es un ecosistema que recuerda a las titulizaciones previas a 2008: ingresos futuros muy optimistas y un exceso de confianza en que la demanda no solo se mantendrá, sino que crecerá indefinidamente.

Aun así, la inversión continúa porque la narrativa lo impulsa todo. La idea de que la IA es una carrera geopolítica que EEUU no puede perder crea un respaldo implícito. Los inversores creen que, si algo va mal, habrá apoyo público, incentivos, subsidios o rescates, igual que ocurrió en el sector financiero o en el sector automovilístico en momentos críticos. Esta expectativa reduce la percepción de riesgo y alimenta aún más el ciclo. Pero la brecha cada vez mayor entre el gasto necesario para construir centros de datos de IA y el dinero que realmente generan los productos que funcionan gracias a ellos crea un riesgo importante. 

Según el Center for Public Enterprise, "si se produce una parada repentina en la financiación de nuevos centros de datos, las empresas en situación de financiación Ponzi (con déficits de caja) se verán obligadas a intentar cubrir su posición vendiendo activos", provocando ventas forzadas a precios de derribo, lo que ‘probablemente conduciría a un colapso del valor de esos activos.

Nada de esto significa que la IA no vaya a transformar el mundo. Ya lo está haciendo. Pero como en todas las grandes revoluciones tecnológicas, el exceso suele preceder al impacto real. Es posible que hoy estemos adelantando inversión futura en cantidades imposibles de sostener. Y si llega una corrección, no afectará solo a las tecnológicas. Alcanzará al sector inmobiliario industrial, a los fondos de crédito privado, a la deuda corporativa de alto riesgo y a cualquier vehículo que dependa de que esta expansión continúe sin freno.

La pregunta no es si la IA representa o no una revolución tecnológica de las más importantes desde hace siglos, sino si el ritmo actual es sostenible.

El auge de la inteligencia artificial tiene fundamentos reales, pero el volumen, la velocidad y la estructura de la inversión están dibujando un patrón inquietantemente familiar. La combinación de infraestructuras que caducan rápido, deuda a largo plazo, expectativas elevadas y una narrativa casi mesiánica es lo que lleva a Kedrosky a afirmar que estamos frente a una “meta-burbuja”, la suma de todas las anteriores. 

"Si la historia sirve de guía, el riesgo no está en la tecnología, sino en las expectativas humanas. Y ese suele ser siempre el punto más frágil de cualquier ciclo económico", subraya el analista Pablo Gil en The Trader.

El problema de la ciberseguridad

Además, el desarrollo de la IA plantea el problema de la ciberseguridad. Joaquín Sastre, managing director en España y Head of Institutional Business en Boerse Stuttgart Digital, aporta una reflexión: "En el Día de la Ciberseguridad este domingo 30 de noviembre, cobra más relevancia que nunca que la solidez de la infraestructura es el pilar fundamental de la confianza en el ecosistema financiero, especialmente en un entorno donde los activos digitales avanzan hacia una adopción institucional plena. En el mercado español, cuyo interés crece de forma sostenida, la cuestión ya no es solo qué activos digitales incorporar, sino cómo hacerlo dentro de un marco seguro, transparente y regulado, alineado con las nuevas exigencias europeas".

"Desde Boerse Stuttgart Digital, respaldados por los más de 160 años de experiencia del Grupo Boerse Stuttgart, mantenemos una visión clara: la regulación y la seguridad no son opcionales, son estructurales. Nuestra licencia MiCAR para la custodia de criptoactivos, la certificación ISO 27001 y las auditorías externas periódicas no son simplemente requisitos normativos, sino la demostración práctica de un compromiso firme con la protección del inversor y la integridad del mercado", añade.

"En un momento en el que Europa avanza hacia estándares más exigentes y los inversores institucionales reclaman garantías reales, estas bases son esenciales para promover una adopción responsable, robusta y sostenible en mercados clave como el español. El Cyber Security Day nos recuerda que, junto a estas infraestructuras reforzadas, la vigilancia activa y la aplicación constante de buenas prácticas son imprescindibles para construir un futuro financiero digital fiable, competitivo y preparado para los retos actuales”, concluye.

Desde la tecnológica española Pandora FMS se recuerda que el Black Friday supone una fecha clave en el comercio mundial. Pero la digitalización de estas ventas ha hecho que la campaña sea una prueba más allá de por sus ofertas y sus transacciones. Este Black Friday es también fundamental para comprobar la capacidad de la infraestructura digital de las grandes marcas. “No se mide quién tiene mejores descuentos, sino quién tiene sistemas que aguantan la presión”, indica Sancho Lerena, CEO. 

“El problema siempre en estas fechas ha sido en la presión técnica, no en el consumo”, alerta. Y la inteligencia artificial, en boca de todos, es “un acelerador, no una solución” porque “aumenta carga y ataque en paralelo. La clave está en la preparación”, incide el especialista, que también pone el foco en la ciberseguridad tras los incidentes sufridos por compañías como Mango o El Corte Inglés en los últimos meses.

“El Black Friday ya se ha extendido a los días previos y posteriores. Son unas fechas de máxima actividad, donde las estructuras IT tanto de entidades bancarias, como del sector del transporte como de las propias marcas de venta no pueden fallar. Una caída de unos segundos puede suponer miles de euros de pérdidas y un notable daño reputacional”, explica Sancho Lerena. “Esto no se trata solo de invertir en IT, sino de tener sistemas actualizados y un entorno seguro que garantice el buen funcionamiento y potencie ventas y beneficios”, subraya Lerena. 

Según datos del Ontsi analizados por Pandora FMS, las nuevas tecnologías ya están a pleno rendimiento en los procesos de ventas de fechas como el Black Friday. El uso de IA, por ejemplo, ha aumentado en más de un 13% en los últimos dos años cuando se usa para generar lenguaje hasta rozar el 37%. Si se habla únicamente del análisis del lenguaje, éste ha aumentado en una cantidad similar hasta el 44,7%. Datos muy relevantes que hablan de la importancia que tienen las tecnologías en procesos como la atención online al cliente o potencial cliente. Siempre, como remarca Lerena, como un acelerador de procesos y no una solución generalizada para estos.

De igual manera, la IA que se utiliza para marketing o ventas, en el último año se ha disparado del 22,8% al 28,7% en el 2024, datos más recientes que se tienen en empresas de 10 o más empleados. Por el contrario, ha bajado en logística del 11,6 al 8,5% y en procesos de producción, pasando del casi 30% al 26,8% en un solo año. 

“La inteligencia artificial ha vivido una gran transformación en el último año. Y hay que verla como una herramienta de aceleración fundamental en momentos como el Black Friday, pero no hay que quedarse ahí. Hay que saber implementarla, ver los procesos donde más puede ayudar según la compañía… En definitiva, hay que estar preparados y saber cómo incorporarla a los procesos”, incide Lerena, quien alerta: “A más tecnología, más necesario es un entorno seguro”. 

El especialista reconoce que la digitalización de procesos de compra tiene que ir ligada a una evolución en ciberseguridad, porque las herramientas que las empresas utilizan también son empleadas por los ciberdelincuentes. “La IA también ayuda a quien quiere elaborar un ciberataque sofisticado. Y la propia IA puede ser un objetivo de ciberataque para que toda una estructura quede invalidada”, subraya Lerena. El sector bancario y el de transporte están reconocidos como sectores esenciales. En España, según datos de INCIBE analizados por Pandora FMS, los ataques a estos sectores junto al agua, las telecomunicaciones y la energía aumentaron en prácticamente un 43% en el último año.

“Los últimos meses hemos visto ciberataques a empresas como Mango. Y también caídas de sistemas como el de AWS, por lo que este Black Friday será un examen para muchas entidades”, subraya. Este Black Friday mide la preparación. Las que conocen su infraestructura resistirán; las que no, caerán.

28Nov

Los mercados estiman una probabilidad implícita del 87% de un recorte de tipos de la Fed en diciembre, frente al 39% de hace una semana. El Banco Central Europeo presentará las previsiones económicas de cierre de año, además de intensificar el debate sobre la reducción de su balance.

Miguel Ángel Valero

El 1 de diciembre comienza el periodo de reflexión de la Fed previo al encuentro del día 10 –además de terminar oficialmente la reducción de balance–, durante el cual no podrán realizar intervenciones públicas. Este evento será clave, ya que marcará su postura ante la escasez de datos recientes y el ritmo previsto de recortes de tipos. Además, se publicará una oleada de indicadores retrasados en EEUU, entre ellos la inflación —aunque no se difundirá el dato correspondiente a octubre— y el PIB del tercer trimestre.

En Europa, la reunión del BCE del 18 de diciembre tendrá un contenido más relevante que la anterior, pues se presentarán las previsiones económicas de cierre de año y se intensificará el debate sobre la reducción del balance, tras la finalización del proceso en EEUU.

De momento, en las actas de la última reunión celebrada en octubre, el BCE consideró que la incertidumbre justificaba mantener los tipos de interés en el 2% y que era necesario tener más información. La decisión, que fue tomada por unanimidad, se basó en unas perspectivas de inflación inalteradas y que los nuevos datos de actividad confirmaban que la economía seguía creciendo “pese al desafiante entorno global”. En cualquier caso, para el Consejo de Gobierno también era importante “mantener todas las opciones para las próximas reuniones y ser ágil con el fin de reaccionar rápidamente” a los riesgos o impactos en caso necesario. En este sentido, el BCE considera que las perspectivas de inflación son más inciertas de lo habitual y que hay riesgos de que se produzcan impactos grandes en la inflación y el crecimiento en ambas direcciones. Por ello el BCE no se quiso comprometer respecto a las próximas decisiones sobre los tipos de interés, en donde la reunión de diciembre será particularmente relevante al incluir las nuevas proyecciones macroeconómicas.

El BCE se reunirá tras conocer un ligero repunte de la confianza económica en la zona euro. El indicador adelantado elaborado por Eurostat repuntó dos décimas hasta el 97, en línea con el consenso de los analistas. Esta mejora vino explicada por la confianza de los servicios, que repuntó hasta el 5,7, por encima del 4,4 previsto y del 4,2 correspondiente a octubre (dato revisado al alza). En cambio, la confianza del sector industrial cayó más de lo estimado hasta el -9,3 (vs. -8,5 en octubre).

UBS: el Pentágono amenaza a Alibaba, Baidu y BYD

En EEUU la situación es muy diferente a la europea. El Pentágono concluyó que varias grandes empresas tecnológicas chinas, como Alibaba, Baidu y BYD, deberían añadirse a su lista de la Sección 1260H. Ésta identifica a las empresas que el Pentágono considera que ayudan al ejército chino mientras operan en EEUU. Las acciones de las tres empresas, que cotizan en Hong Kong, cayeron entre un 1,4 % y un 2,7 % el jueves 27 de noviembre, con un rendimiento ligeramente inferior al del índice Hang Seng Tech. 

La inclusión en la lista, que todavía no se ha confirmado oficialmente, es importante para las empresas chinas, dado el posible impacto en la reputación y la disposición de las empresas estadounidenses a colaborar y hacer negocios con las empresas designadas. 

La noticia se produce tras un período de volatilidad para las acciones tecnológicas chinas, en un contexto de cambios en la política entre Estados Unidos y China y un renovado compromiso diplomático. Las respuestas de las empresas han minimizado el impacto operativo: Alibaba declaró que no hay fundamento para su inclusión y que su negocio no está relacionado con las adquisiciones militares estadounidenses. 

"Si bien titulares como éstos pueden generar volatilidad o captar la atención de los medios, recomendamos a los inversores que no dejen que esto distraiga la atención de los resilientes fundamentos del sector tecnológico chino ni de la continua mejora en su política", subrayan en UBS.

Las empresas chinas de IA tienen margen para invertir en inversión de capital. Las tecnológicas chinas continúan avanzando en la innovación y la monetización de la IA. Si bien la inversión de capital en IA se ha convertido en una preocupación en EEUU, el gasto de China en IA sigue siendo comparativamente modesto. El gasto de capital en IA de China creció un 57 % interanual. Si se analiza el gasto de capital en IA en general durante el período 2023-25, el de China se sitúa en torno al 18% del de EEUU.

"Creemos que esto deja un amplio margen para el crecimiento y la convergencia, con las empresas chinas centradas en ampliar sus capacidades nacionales y su alcance global. Ahora prevemos que la demanda de los hiperescaladores chinos verá un aumento aún más rápido en la tasa de localización, y se prevé que la proporción de chips GPU de fabricación nacional alcance el 50 % para 2027 (frente al 40 % anterior)", añaden los expertos de UBS.

Las relaciones entre EEUU y China se están estabilizando, tras la tregua comercial pactada entre Trump y Xi Jinping. El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, sugiere que Trump podría reunirse con Xi Jing hasta cuatro veces en 2026, lo que refuerza el cambio hacia una mayor interacción. 

Otras informaciones apuntan a que Trump ha guiado a Japón para reducir las tensiones con Pekín sobre Taiwán, lo que refuerza la opinión de que la Casa Blanca sigue centrada en mantener la estabilidad y evitar una escalada. 

Las valoraciones, las ganancias y las entradas de capital del sector tecnológico chino son motivos de optimismo. El sector tecnológico chino continúa cotizando con un descuento considerable frente a sus pares globales, con el índice Hang Seng Tech en aproximadamente 18 veces su precio/beneficio anticipado, frente a las 27 veces del Nasdaq. Esto representa un descuento de casi el 32%, en comparación con el descuento promedio histórico del 17%. Las previsiones de crecimiento de las ganancias se mantienen sólidas, y se espera que el BPA del sector aumente un 37% en 2026. 

Las fuertes entradas de capital  y la participación nacional, por otro lado, subrayan la confianza en el futuro a largo plazo. "Por lo tanto, sin adoptar una postura única, sugerimos a los inversores que ignoren cualquier indicio a corto plazo del informe del Pentágono. El sector tecnológico chino sigue siendo una de nuestras inversiones de renta variable de mayor convicción a nivel mundial, respaldada por la rápida innovación, un sólido apoyo político y un sólido crecimiento de las ganancias. En nuestra opinión, la reciente corrección ofrece un punto de entrada atractivo para los inversores con una asignación de capital insuficiente", apuntan en UBS. 

Si bien no se pueden ignorar los riesgos políticos y reputacionales, la mejora del contexto diplomático y la resiliencia de los fundamentos sugieren que el sector está bien posicionado para un mayor crecimiento en 2026. "Recomendamos aprovechar los períodos de volatilidad para aumentar la exposición a la tecnología china, manteniendo la diversificación y un enfoque disciplinado", insisten los analistas de UBS.

Por otra parte, el dólar cae y el oro sube ante la esperanza de un recorte de tipos por parte de la Fed en diciembre. El dólar se encamina a su mayor caída semanal desde agosto (-0,6%), y a una anual de más del 8%, lo que sería su peor rendimiento anual desde 2017. El oro, mientras tanto, ha repuntado hasta alcanzar un máximo de dos semanas de 4.183$ por onza. 

Los mercados monetarios estiman una probabilidad implícita del 87% de un recorte de tipos en diciembre, frente al 39% de hace una semana. "Nuestra opinión: Si bien creemos que la mayor parte de la caída del dólar estadounidense ya ha pasado, la trayectoria de menor resistencia para el dólar estadounidense sigue siendo a la baja en los próximos meses. La flexibilización de la Fed (incluido un recorte de tipos en diciembre), los persistentes déficits estadounidenses y la continua diversificación de activos que se alejan del dólar estadounidense son factores adversos. Mantenemos una calificación atractiva para el EUR, el AUD y la NOK, y preferimos posiciones largas seleccionadas en divisas de alto rendimiento sobre las de bajo rendimiento en los mercados del G10 y emergentes. Por el contrario, calificamos el USD como no atractivo. La debilidad del dólar estadounidense, la disminución de los rendimientos reales, la incertidumbre geopolítica y el aumento de las preocupaciones fiscales deberían impulsar la demanda de oro, que también consideramos atractivo", resaltan en UBS.

Mark Haefele, Chief Investment Officer en UBS Global Wealth Management, afirma: “el sector tecnológico chino sigue siendo una de nuestras ideas de renta variable más fuertes a nivel global, respaldada por una rápida innovación, un sólido apoyo político y un fuerte crecimiento de beneficios. La reciente corrección ofrece una oportunidad atractiva para los inversores infraasignados, en nuestra opinión. Aunque no se pueden ignorar los riesgos políticos y reputacionales, el entorno diplomático está mejorando y los sólidos fundamentos del sector sugieren que está bien posicionado para seguir creciendo hasta 2026”.

25Nov

La inteligencia artificial continúa atrayendo el interés de inversores y empresas con cifras vertiginosas. Se prevén inversiones de casi 500.000 millones$ en IA en los próximos 12 meses en EEUU, superando en 60.000 millones la cifra prevista al inicio del trimestre.

Miguel Ángel Valero

Las Bolsas se recuperan impulsadas por el giro de la Fed, lo que contribuye a suavizar el discurso escéptico en torno a la inteligencia artificial (IA). Este repunte ha beneficiado especialmente al sector tecnológico, el más castigado en sesiones anteriores, con avances del 2,6% para el Nasdaq, que reduce la caída acumulada desde máximos desde el -8% hasta el -4,5%.

La atención, no obstante, sigue centrada en el segmento de semiconductores, donde Nvidia vuelve a ser protagonista. En esta ocasión, se han filtrado conversaciones entre Meta y Alphabet en las que la compañía de redes sociales muestra interés por adquirir chips de la matriz de Google para sus centros de datos a partir de 2027. Junto con los de AMD, los procesadores de Alphabet son de los pocos que logran mantenerse en el mercado frente al amplio dominio de las soluciones de Nvidia. 

Los TPU (Tensor Processing Unit) fueron desarrollados por Alphabet hace una década como un intento de mejorar la escalabilidad de su buscador, optimizando su operativa. Además, recientemente se ha confirmado que Anthropic también utilizará estos chips a través de Google Cloud.

Aunque por ahora no representan una alternativa real, la fuerte dependencia de los grandes desarrolladores de IA respecto a una sola empresa genera incomodidad, lo que impulsa la búsqueda de nuevas soluciones. Sin embargo, resulta complejo rivalizar con el estándar actual de las GPU de Nvidia, que no solo ofrecen soluciones más potentes y versátiles, sino que cuentan con una ventaja adicional: su lenguaje de programación propio, CUDA, que dispone de una amplia variedad de recursos que facilitan el trabajo de los desarrolladores. En consecuencia, la competencia se intensifica, paradójicamente, con uno de los principales clientes de Nvidia ofreciendo nuevas opciones, a lo que se suma su tradicional rival AMD y, más recientemente, Qualcomm, el gigante de los chips para dispositivos móviles. No obstante, todas estas iniciativas se encuentran aún lejos de amenazar seriamente el monopolio de Nvidia.

La UE no cambia la legislación digital por menos aranceles

En medio del protagonismo de la IA, la Unión Europea rechaza flexibilizar la legislación digital a cambio de la propuesta de EEUU de recortar los aranceles al acero y aluminio. Actualmente, las exportaciones europeas a territorio estadounidense soportan un gravamen del 50%. El secretario de Comercio estadounidense, Lutnick, aseguró que consideraría rebajarlo si la UE resolvía los casos legales pendientes contra gigantes tecnológicos como Google, Microsoft y Amazon

EEUU ha reiterado en numerosas ocasiones su oposición al marco regulatorio digital de la UE, en particular a la Ley de Mercados Digitales, que busca garantizar la competencia justa y frenar las prácticas desleales de las grandes plataformas, y a la Ley de Servicios Digitales, destinada a asegurar un entorno seguro del contenido online. Sin embargo, la vicepresidenta de la Comisión Europea fue tajante: “La normativa digital europea no está sujeta a negociación”.

Martín Piqueras, profesor de OBS Business School, señala que la regulación tecnológica de la inteligencia artificial en Europa fue una de las primeras legislaciones puestas en marcha en todo el mundo. Después de un tiempo diseñando cómo se podría llevar a cabo se produjo la explosión de la IA generativa, lo que obligó a ponerla en marcha de forma acelerada y en tiempo récord. Se trataba de una legislación encaminada a proteger los derechos de los usuarios, igualdad de acceso a estas nuevas herramientas, a determinados servicios públicos, etc, y que trataba de evitar un uso incontrolado. Por ejemplo, que una tecnología pudiese decidir sobre la salud de una persona. 

Esta introducción tan rápida de la regulación ponía a la Comunidad Europea en una aparente ventaja, sin embargo, también ha producido una desventaja: el bloqueo que toda regulación supone a la innovación y el análisis de otros casos de uso de inteligencia artificial más innovadores y rompedores. De alguna forma, la normativa restringe estas capacidades por las fuertes multas que impone a las organizaciones que incumplen unos estrictos requerimientos. Y ello sin duda tiene efectos negativos en la economía europea y en la capacidad de inversión encaminada a innovar. Es un límite al progreso digital. 

Ahora, la Comunidad Europea ha tomado una decisión acertada: postergar la aplicación de esas multas y esos planes regulatorios dado que resulta muy difícil ejecutarlos sin disponer de unos estándares bien definidos que permitan gobernar los usos indebidos de esta tecnología, pero que permitan a la vez innovar sin bloquear la investigación de las organizaciones. Esta pausa para afinar más la regulación pretende proteger el espíritu de la Unión Europea y será buena para la sociedad en general y para las empresas, porque evitará poner en peligro la capacidad económica y de innovación que sin duda estas tecnologías van a atraer a todo el tejido industrial. 

Ofi Invest: la IA seguirá siendo un impulso clave en 2026

La gestora francesa Ofi Invest AM cree que las buenas perspectivas de crecimiento de los resultados empresariales en 2025 (cerca del 12%) y en 2026 (casi +14%), seguirán sosteniendo a los mercados de renta variable, especialmente en EEUU y en Europa, a pesar de las altas valoraciones. La IA seguirá siendo en 2026 un impulso clave para las tecnológicas de EEUU,  aunque no se pueden descartar algunas decepciones.

En renta variable de otras zonas geográficas, la gestora francesa es más positiva. En Japón, porque la nueva primera ministra llevará a cabo un programa económico que beneficiará a las empresas japonesas. Y también en emergentes, sobre todo en China, mercado en el que algunas compañías despuntan como líderes en sus sectores frente a las norteamericanas.

En renta fija, Ofi Invest AM mantiene su visión en líneas generales. La bajada de tipos de interés de la Fed, y el mantenimiento sin cambios de los tipos BCE provocaron una ligera bajada de rendimientos en los bonos soberanos, lo que lleva a la gestora a alargar duraciones tácticamente con el objetivo  en retornos del 4,20%-4,25% para el bono EEUU a 10 años. En bonos corporativos, tanto Investment Grade como High Yield, no varia su postura, aunque sigue avisando del riesgo en las emisiones con menor calificación crediticia.

Según Eric Turjeman, Co-CIO Mutual Funds de Ofi Invest AM, la temporada de resultados empresariales actual es de las mejores en los últimos cuatro años. En el primer trimestre “real” tras los aranceles impuestos por Trump, los analistas dudaban tanto de la capacidad de mantener márgenes de las empresas,, como del apetito de los consumidores en un entorno más incierto.

Sin embargo, pese a que el consenso de analistas era conservador, el 63% de las empresas superaron las previsiones, y se revisaron al alza las previsiones de beneficios este año. Desde Ofi Invest AM esperan una subida de beneficios empresariales de casi el 12% en 2025, y casi  el 14% en 2026. 

Dado que no se esperan bajadas de tipos en los próximos meses, y que todavía queda parte del proyecto  “One Big Beautiful Bill”, por desplegar (un proyecto del gobierno que contempla la amortización acelerada de inversiones en EEUU y  desgravaciones fiscales para los hogares), es probable que la economía norteamericana continúe yendo muy bien a lo largo del tiempo, en opinión de Turjeman.

La IA continúa atrayendo el interés de inversores y empresas con cifras vertiginosas. Se prevén inversiones de casi 500.000 millones$ en IA en los próximos 12 meses en EEUU, superando en 60.000 millones la cifra prevista al inicio del trimestre.  Algunos hyperscalers (empresas que ofrecen servicios de computación en la nube a gran escala, a través de centros de datos masivos diseñados para la escalabilidad, como Microsoft), piensan que la capacidad disponible tiene dificultades para seguir el ritmo de la demanda, lo que justifica estas nuevas inversiones. Los mercados son más escépticos, como se vio cuando Meta anunció que subía su gasto en IA.  Pese a ello, las acciones de empresas vinculadas a la IA han subido casi el 25%, desde septiembre, mientras que el S&P 500 equiponderado se ha mantenido estable.

Las compañías de Estados Unidos ligadas al consumo, por el contrario, han presentado numerosas revisiones a la baja de sus beneficios, sobre todo las compañías tradicionalmente expuestas al segmento de hogares de ingresos medios. La propensión de los hogares con rentas más altas a gastar más, sigue muy vinculada a la valoración de los activos financieros, que se encuentran en máximos, según Turjeman. Pero la inflación causada por los aranceles está empeorando la vida a cada vez más personas, y las empresas que presentan peores perspectivas de beneficios sufren fuertes correcciones en la Bolsa.

En Europa, el crecimiento estimado de los beneficios está en torno al 2%. Comparado con las empresas de EEUU parece muy inferior, pero la realidad es que el tipo de cambio ha afectado de lleno este año a las empresas europeas. Si se hubieran recalculado en función del tipo de cambio euro/dólar, los beneficios de las empresas europeas habrían aumentado cerca del 7%.Y las perspectivas a futuro son favorables, teniendo en cuenta los planes de estímulo previstos para la zona Euro. 

Las Bolsas en casi todo el mundo continúan cerca de sus niveles máximos. Los inversores, escarmentados por su cautela excesiva, han decidido dejar de descontar la prima de riesgo, a pesar de lo cual, no es realista pensar que los riesgos han desaparecido. Con la ratio precio/beneficio a futuro en EEUU en 25x, y 17x en Europa, si las valoraciones en 2026 no fueran acordes con los rendimientos históricos, habría motivos para preocuparse, indican desde Ofi Invest AM. Porque los beneficios empresariales aumentarán considerablemente el próximo año. 

Este optimismo se verá justificado, o no, a medida que transcurra el tiempo. La inteligencia artificial continuará de moda entre los inversores aunque habrá que estar atentos.

DWS recomienda diversificación

Existen numerosos motivos para prestar una mayor atención a la diversificación en la asignación de activos —y para redefinirla—. Aunque el entorno actual del mercado parece constructivo, el aumento de los riesgos hace que sea importante planificar distintos escenarios e identificar oportunidades de diversificación que pueden depender de la trayectoria del mercado, más que ser universales.

En términos generales, los mercados de capitales se perciben relativamente estables: el escenario ‘Goldilocks’ sigue vigente. Y existen múltiples indicios de que este entorno podría prolongarse de cara al nuevo año. La mayoría de los bancos centrales siguen mostrando su apoyo y la economía mundial da señales de aceleración. En este contexto, los activos de riesgo podrían volver a beneficiarse. 

Sin embargo, a pesar de las perspectivas positivas actuales, el entorno no está exento de riesgos. Una segunda ola de inflación o una recesión mundial provocada por los aranceles siguen siendo riesgos potenciales. En el caso de la renta variable, las valoraciones en determinados segmentos parecen elevadas, pero según DWS aún no son irracionales. 

Siempre que los beneficios y la inversión sigan siendo un soporte, y que los impulsores estructurales —como la IA— permanezcan intactos, aún podría haber margen para nuevas subidas, incluso si los riesgos extremos van en aumento. Las incertidumbres sobre la política arancelaria de EEUU, la independencia de la Reserva Federal y la inestabilidad política en Europa podrían desencadenar episodios de volatilidad. La compensación por riesgo parece baja para los bonos corporativos, mientras que los riesgos de valoración y liquidez podrían hacerse más visibles en los mercados privados.

24Nov

"Ha llegado el momento de centrarse en las compañías que tengan una vía clara para generar flujos de caja gracias a la inteligencia artificial", subrayan en UBS.

Miguel Ángel Valero

La renta variable estadounidense vive instalada en la volatilidad por las crecientes dudas sobre la rentabilidad y la sostenibilidad de las inversiones en inteligencia artificial (IA). Para los expertos de UBS, el mercado ha lanzado un mensaje muy claro: la historia de la IA está pasando del Capex (Capital Expenditure, en inglés, se refiere a las inversiones de capital que una empresa realiza para adquirir, mejorar o mantener activos fijos y duraderos como maquinaria, instalaciones, equipos e inmuebles, con una vida útil superior a un año) a los flujos de caja (que mide la entrada neta de efectivo en un período determinado, se calcula como la diferencia entre todos los ingresos y gastos de una empresa en el período considerado. Por lo tanto, el flujo de caja es un indicador de la variación de los fondos líquidos o saldos de efectivo a lo largo de este período y refleja si en el período han entrado más fondos líquidos de los que han salido, entonces es positivo, o lo contrario, que es negativo), lo que exige una nueva estrategia de inversión. 

"Aun así, pese a la volatilidad vinculada a nuevos datos y titulares, seguimos confiando en que el mercado alcista permanece intacto. El Capex en IA, muy sólido, podría seguir superando las expectativas. Las grandes tecnológicas cuentan con recursos suficientes para financiar su expansión en IA. La creciente evidencia de monetización de la IA es una señal favorable para el crecimiento futuro", insisten en UBS.

Mark Haefele, Chief Investment Officer en UBS Global Wealth Management, argumenta: “Creemos que la IA es real y que su retorno es tangible, pero ha llegado el momento de centrarse en las compañías que tengan una vía clara para generar flujos de caja gracias a la IA. Aunque pueda haber volatilidad mientras el mercado evalúa nuevos datos y titulares, mantenemos la visión de que el mercado alcista sigue intacto. Recomendamos a los inversores elaborar un plan claro, desplegar el exceso de liquidez, construir una cartera central sólida entre renta variable, renta fija y alternativos, y cubrir riesgos de manera selectiva”.

"A medida que miramos hacia 2026, la pregunta es si las poderosas fuerzas de la IA, el estímulo fiscal y la flexibilización de la política monetaria pueden impulsar los mercados globales más allá de la gravedad de la deuda, la demografía y la desglobalización, hacia una nueva era de crecimiento. Navegar por estos cambios estructurales exige que los inversores adapten sus estrategias centrándose en sectores y temas donde el capital está fluyendo y la transformación está teniendo lugar", añade.

La reacción a los resultados de Nvidia marcó un punto de inflexión, reforzado por varias señales de alerta temprana. Meta elevó el límite inferior de su pronóstico en 4.000 millones$, pero el precio de sus acciones ha caído un 21 % desde entonces. El Nasdaq cerró a la baja a pesar de los datos positivos sobre el gasto de capital de AMD, CoreWeave y Anthropic. SoftBank, a menudo considerado un representante de OpenAI, ha visto caer sus acciones más del 25 % en el último mes. 

La propia Nvidia cerró con una caída de casi el 7% la semana pasada, a pesar de reportar un trimestre histórico con un aumento interanual del 62% en los ingresos. En conjunto, estos datos sugieren que los inversores se preguntan si las empresas generarán flujos de caja para financiar los billones invertidos en infraestructura informática, y cómo lo harán.

El mercado está pasando del gasto de capital en IA a la generación de flujo de caja. Este cambio de enfoque es especialmente evidente entre las empresas privadas, que tienen grandes cantidades de computación en orden, pero siguen perdiendo dinero. Los resultados de Microsoft revelaron que OpenAI perdió 11.500 millones$ en el tercer trimestre, y es probable que otros grandes modelos fronterizos también presenten pérdidas. 

Estas pérdidas se compensan actualmente con nuevas rondas de financiación, mientras que las empresas trabajan para monetizar sus ofertas de IA mediante suscripciones, llamadas a API, publicidad, generación de leads y reparto de ingresos. Este proceso llevará tiempo, y no todas las empresas de IA tendrán éxito, dada la intensa competencia y las dudas sobre la elasticidad de los precios.

La incertidumbre exige un cambio radical en la estrategia de inversión en IA.La próxima oportunidad de la IA reside en los usuarios, no solo en quienes la facilitan. Desde el lanzamiento de ChatGPT, las 7 empresas de IA (NVIDIA, Broadcom, AMD, Micron, Google, Amazon y Microsoft) se han revalorizado en más de 10 billones$, el doble del tamaño del sector sanitario en el S&P 500. Sin embargo, las empresas que utilizan IA no han experimentado aumentos de valoración comparables. 

"Aquí es donde vemos la próxima oportunidad: invertir en empresas que utilizan IA para aumentar los ingresos y reducir los costes, incrementando así el flujo de caja libre. El punto de partida lógico es donde el ROI (retorno de la inversión) es más alto: publicidad, I+D, programación y atención al cliente", insiste en UBS. 

¿Y si la IA me arregla la vida?

Christian Velasco-Gallego ha escrito la obra que lleva este título, con un subtítulo no menos contundente: Manual práctico para aprovechar la inteligencia artificial sin verderle tu alma a los algoritmos. Y avisa que ¿Y si la IA me arregla la vida?, editado por Libros Cúpula, "no es para expertos. Es para personas reales, con trabajos reales, problemas reales… y ganas de que alguien –o algo– les eche una mano sin pedirles un máster a cambio". 

'¿Y si la IA me arregla la vida?' es un manual práctico, divertido y brutalmente honesto sobre cómo aprovechar la inteligencia artificial generativa en lo que de verdad importa: organizar tu día, ahorrar tiempo, resolver tareas pesadas, ser más creativo o incluso entenderte mejor a ti mismo. Con ejemplos reales, un método claro y mucho sentido del humor, el autor te invita a convivir con esta nueva tecnología sin miedo, sin postureo y, sobre todo, sin perder tu esencia humana. Porque no se trata de que la IA te controle. Se trata de que aprendas a usarla... para vivir mejor.

¿Qué dice la IA sobre este libro? Cuando el propio autor pregunta a la IA sobre este libro, éste es su resumen: 

  • Éste no es solo un libro, es una guía diseñada especialmente para quienes desean dar sus primeros pasos en el mundo de la inteligencia artificial generativa. En sus páginas encontrarás: 
    • Ejemplos prácticos y claros que te ayudarán a comprender cómo funciona esta tecnología ■
    • Consejos para usar herramientas generativas de manera efectiva, sin importar tu nivel de experiencia ■
    • Claves para entender por qué es relevante hoy y cómo puede transformar tu vida personal y profesional. Si alguna vez te has sentido abrumado o curioso sobre cómo aprovechar esta poderosa tecnología, este libro es para ti.

Christian Velasco-Gallego (Reus, 8 de abril de 1996) es graduado en ingeniería en sistemas y tecnología naval por la Universitat Politècnica de Catalunya, graduado en informática por la Universitat Oberta de Catalunya y doctor en arquitectura naval e ingeniería marina y oceánica por la University of Strathclyde (Glasgow, Escocia). Actualmente es personal docente investigador en Universidad Nebrija, donde es profesor de inteligencia artificial e investigador del centro ARIES. '¿Y si la IA me arregla la vida?' es su primer libro de divulgación.

22Nov

Otro gran avance será la IA física, capaz de entender, simular y optimizar procesos del mundo real: fábricas, robots, motores, materiales, cadenas de montaje. Y que sirve para acortar drásticamente el ciclo desde la idea, el prototipo y el producto.

Miguel Ángel Valero

IBM y Cisco anunciaron su intención de colaborar en las bases de la computación cuántica distribuida en red, que se hará realidad a principios de la década de 2030. Combinando el liderazgo de IBM en la construcción de ordenadores cuánticos con las innovaciones de Cisco en redes cuánticas, ambas compañías planean explorar cómo escalar ordenadores cuánticos y tolerantes a fallos más allá de la hoja de ruta de IBM. Además, trabajarán para resolver los retos fundamentales que plantea la computación cuántica en Internet.

En un plazo de cinco años, IBM y Cisco pretenden mostrar la primera prueba de concepto de una red que combine ordenadores cuánticos individuales a gran escala y tolerantes a fallos, permitiéndoles trabajar conjuntamente para realizar cálculos con decenas o cientos de miles de qubits. Esta red permitiría resolver problemas con potencialmente billones de puertas cuánticas, las operaciones de entrelazamiento fundamentales necesarias para aplicaciones cuánticas transformadoras, como problemas de optimización masiva o el diseño de materiales y medicamentos complejos.

“En IBM, nuestra hoja de ruta incluye planes para ofrecer ordenadores cuánticos a gran escala y tolerantes a fallos antes de que termine la década”, afirma Jay Gambetta, Director de IBM Research e IBM Fellow. Al trabajar con Cisco para explorar cómo conectar varios ordenadores cuánticos como estos en una red distribuida, buscaremos la forma de ampliar aún más la potencia computacional cuántica. Y a medida que construimos el futuro de la informática, nuestra visión ampliará las fronteras de lo que pueden hacer los ordenadores cuánticos dentro de una arquitectura informática de alto rendimiento más amplia”, añade.

Conseguir que la informática cuántica alcance una escala útil no sólo consiste en construir máquinas individuales más grandes, sino también en conectarlas entre sí”, apunta Vijoy Pandey, Director General y Vicepresidente Sénior de Outshift by CiscoIBM está construyendo ordenadores cuánticos con grandes planes de ampliación, y nosotros estamos aportando redes cuánticas que facilitan la escalabilidad horizontal. Juntos, resolvemos este paradigma como un sistema completo, incluyendo el hardware para conectar los ordenadores cuánticos, el software para ejecutar los cálculos entre ellos y la inteligencia de red que los hace funcionar”, explica.

IBM y Cisco pretenden explorar el desarrollo de hardware y software cuánticos que puedan conectar físicamente entre sí muchos ordenadores cuánticos a gran escala y tolerantes a fallos para formar una red de computación cuántica distribuida. Las empresas tienen como objetivo realizar una demostración inicial de prueba de concepto a finales de 2030, para lo que planean entrelazar qubits de varios ordenadores cuánticos independientes ubicados en distintos entornos criogénicos. Para ello, las empresas deberán inventar nuevas conexiones, incluyendo transductores ópticos de microondas y un stack de software de apoyo.

La visión de Cisco para un centro de datos cuántico se basa en una arquitectura que podría hacer realidad la computación cuántica distribuida en un futuro próximo. Esta visión incluye un stack completo de hardware y software que tiene como objetivo preservar los frágiles estados cuánticos, distribuir los recursos de entrelazamiento, facilitar la teletransportación entre ordenadores cuánticos y sincronizar las operaciones con una precisión inferior al nanosegundo.

Para ir más allá de la conexión entre dos ordenadores cuánticos separados pero físicamente cercanos, IBM y Cisco tienen previsto explorar cómo transmitir qubits a distancias más largas, como entre edificios o centros de datos. Para lograrlo, las empresas explorarán tecnologías de fotones ópticos y transductores ópticos de microondas, y estudiarán cómo pueden incorporarse a una red cuántica para transferir información cuántica según sea necesario.

La conexión de múltiples ordenadores cuánticos requerirá una interfaz adecuada. IBM tiene previsto construir una unidad de red cuántica (QNU) que sirva de interfaz para una unidad de procesamiento cuántico (QPU), con el fin de convertir la información cuántica estacionaria de la QPU en información cuántica ‘volante’ a través de la QNU para luego conectarla a través de una red a múltiples ordenadores cuánticos.

La red cuántica de Cisco tendría como objetivo distribuir los entrelazamientos a pares arbitrarios de estas QNU bajo demanda para impulsar la transferencia de información cuántica necesaria para un algoritmo o aplicación cuántica determinados. Para lograrlo, Cisco está desarrollando un marco de protocolo de software de alta velocidad que puede reconfigurar de forma continua y dinámica las rutas de red para que los entrelazamientos puedan distribuirse a las QNUs cuando hayan terminado sus cálculos parciales.

Juntas, las empresas tienen previsto investigar cómo un puente de red, compuesto por hardware novedoso y software de código abierto, podría utilizar los nodos de la red cuántica de Cisco para conectar muchas QPU de IBM dentro de un centro de datos a través de su interfaz QNU. En el futuro, este enfoque podría ampliarse para conectar QPU en múltiples centros de datos. Esto permitiría extender una red cuántica más grande a distancias aún mayores para sentar las bases de una futura Internet de computación cuántica.

Los ordenadores cuánticos de IBM conectados por esta arquitectura podrían facilitar cargas de trabajo que requieren un gran esfuerzo computacional, incluyendo aquellas que necesitan recursos informáticos de alto rendimiento como parte de un marco de supercomputación centrado en la cuántica.

Con este objetivo, IBM también está colaborando con el Centro de Materiales y Sistemas Cuánticos Superconductores (SQMS), dirigido por el Laboratorio Nacional de Aceleradores Fermi, en su calidad de miembro de cuatro de los Centros Nacionales de Ciencia e Investigación Cuántica del Departamento de Energía de los Estados Unidos. Juntos, IBM y el SQMS pretenden investigar cuántas QNUs podrían utilizarse en los centros de datos cuánticos, y tienen previsto realizar una demostración inicial de múltiples QPUs conectadas en los próximos tres años.

Los cimientos de una Internet basada en la computación cuántica

La creación de una red de computación cuántica distribuida y escalable abrirá el camino hacia un espacio computacional exponencialmente grande y permitirá la expansión de diversas tecnologías, lo que podría dar lugar a una futura Internet basada en la computación cuántica a finales de la década de 2030.

Una Internet de computación cuántica ofrece un futuro en el que muchas tecnologías cuánticas distribuidas, como los ordenadores cuánticos, los sensores cuánticos y las comunicaciones cuánticas, estarán conectadas y compartirán información a distancia, por ejemplo, en una región metropolitana y, con el tiempo, a escala planetaria. Esta visión podría facilitar nuevas posibilidades, como comunicaciones ultra seguras o la monitorización precisa del clima, el tiempo y la actividad sísmica.

IBM y Cisco también planean cofinanciar proyectos de investigación académica y colaborativos para promover un ecosistema cuántico más amplio, siguiendo una larga trayectoria de fomento de la investigación en laboratorios académicos y nacionales.

The Trader: cambiará lo que somos capaces de descubrir

Mientras el mundo entero mira a la inteligencia artificial (IA) como el gran cambio tecnológico de nuestra era, en silencio se está gestando una revolución todavía más profunda: la computación cuántica. IBM acaba de presentar dos nuevos procesadores experimentales (Loon y Nighthawk) capaces de realizar cálculos imposibles para cualquier ordenador clásico. Google, Microsoft y otras grandes tecnológicas también están inmersas en la carrera por dominar esta nueva frontera. Y no es casualidad. Según McKinsey, esta tecnología podría generar 1,3 billones$ de valor económico adicional antes de 2035.

La promesa es enorme: resolver en minutos u horas lo que hoy tardaría años. Desde simular el comportamiento de moléculas para crear nuevos medicamentos hasta analizar escenarios financieros complejos o diseñar materiales avanzados. 

Pero el cambio no consiste en hacer los ordenadores más rápidos, sino en algo mucho más disruptivo. Los ordenadores actuales procesan información en bits (ceros o unos). Los cuánticos usan qubits, que pueden ser cero y uno al mismo tiempo. Mientras un ordenador tradicional se parece a una moneda que muestra cara o cruz, un ordenador cuántico trabaja con la moneda girando en el aire, capturando infinitas posibilidades a la vez.

Por eso no sustituirán a los ordenadores personales ni a los móviles, sino que se usarán para resolver problemas que hoy son inabordables. Farmacéuticas, automotrices o bancos ya colaboran con startups cuánticas para explorar su potencial. BMW y Airbus investigan cómo aplicarla al desarrollo de pilas de combustible, mientras Biogen y Accenture la usan para acelerar la búsqueda de fármacos.

Sin embargo, el desafío técnico es monumental. Los qubits son extremadamente frágiles: una simple vibración, un rayo de luz o un cambio de temperatura puede arruinar un cálculo. IBM y Google están intentando crear chips tolerantes a errores, algo así como el 'Santo Grial' del sector. Solo cuando se logre esa estabilidad (la llamada computación cuántica de corrección total de errores) podrá comenzar la verdadera revolución. Algunos expertos creen que eso podría ocurrir en la próxima década. IBM apunta a 2030, y la mayoría de los encuestados por McKinsey coincide en ese horizonte. 

Cuando llegue ese momento, su impacto será comparable al nacimiento de Internet o la llegada del microprocesador. Para entender hasta qué punto este nuevo hito tecnológico cambiará nuestras vidas, lo mejor es la frase del profesor Sridhar Tayur, de Carnegie Mellon: “Hoy tratamos de hacer neurocirugía con una cuchara. La computación cuántica nos dará, por fin, el bisturí adecuado.”

"La inteligencia artificial ya está cambiando la forma en que pensamos y trabajamos. Pero la computación cuántica cambiará lo que somos capaces de descubrir. No es solo una evolución tecnológica: es un salto de especie en nuestra capacidad de entender el mundo", subraya el analista Pablo Gil en The Trader.

IA física: la disrupción industrial más grande de la próxima década

Tras el boom de los modelos de lenguaje, llega la era de la IA física, la que algunos consideran puede ser la disrupción más grande en lo industrial de la próxima década. La IA física es una inteligencia artificial capaz de entender, simular y optimizar procesos del mundo real: fábricas, robots, motores, materiales, cadenas de montaje… No trabaja solo con texto: trabaja con física y datos reales y sirve para acortar drásticamente el ciclo desde la idea, el prototipo y el producto. 

Simulas antes de fabricar, optimizas sin parar máquinas y pruebas, miles de diseños en minutos. Esto reduce costes, acelera la innovación y permite crear productos mejores y más eficientes. Por eso gigantes como Prometheus (la nueva empresa de Jeff Bezos, que ha levantado 6.200 millones antes de nacer), Tesla Optimus, Figure, NVIDIA Omniverse trabajan en fábricas, robots o gemelos digitales de plantas industriales y SiemensDassault en la parte de ingeniería están entrando a toda velocidad en este campo. La carrera es clara: fábricas más autónomas, robots más capaces y diseños optimizados por IA.

Si la IA generativa transformó el software, la IA física transformará el mundo material, o al menos en esa idea, está invertido el hombre que cambió el comercio mundial con Amazon.